Acusada de homicidio: el aborto involuntario de Gabriela que no protege la Suprema Corte mexicana
Muchas mujeres son procesadas por el delito de homicidio culposo, por lo que no pueden ampararse en la resoluci¨®n que declara inconstitucional penalizar por interrumpir el embarazo
El d¨ªa que Gabriela tuvo un aborto espont¨¢neo ten¨ªa 17 a?os, no sab¨ªa que estaba embarazada y se asust¨® terriblemente. Se desmay¨® y con el golpe de la ca¨ªda rompi¨® la puerta del ba?o de su escuela preparatoria. Ah¨ª tirada la encontraron unos compa?eros. Lo siguiente fue una citaci¨®n del Ministerio P¨²blico de Yucat¨¢n: Gabriela ¡ªnombre ficticio¡ª se enfrenta al cargo de homicidio en grado de parentesco, la acusan de haber matado al beb¨¦. El caso no es ¨²nico, un gran n¨²mero de mexicanas que abortaron en el ¨²ltimo trimestre de gestaci¨®n son juzgadas por este delito. En una resoluci¨®n hist¨®rica, la Suprema Corte declar¨® en septiembre inconstitucional castigar a una mujer por interrumpir su embarazo. Sin embargo, sobre estas mujeres ¡ªque en muchos casos sufrieron abortos involuntarios o partos prematuros¡ª pesa una imputaci¨®n por homicidio que las deja desprotegidas. Ellas son el hueco, el punto ciego, de la despenalizaci¨®n del aborto en M¨¦xico.
Esa ma?ana, recuerda Gabriela, hab¨ªa llevado unas naranjas para poner en el altar de su escuela de M¨¦rida, en el Estado de Yucat¨¢n, porque era 31 de octubre y se celebraba el D¨ªa de Muertos. Iba en el camino pensando que a ella le hab¨ªan ca¨ªdo mal; el dolor en el vientre empeoraba a cada rato, era de verdad, dice, terrible. En ese ba?o de la preparatoria ¡ªpeque?¨ªsimo, en el que con trabajo entraba tambi¨¦n su mochila escolar¡ª empez¨® a sangrar entre las piernas, trat¨® de secarse, el dolor lo ocup¨® todo. Arroj¨® el cuerpo sin vida de un neonato de 39 semanas y despu¨¦s colaps¨®.
La recogieron en una silla de ruedas y lo primero fue llevarla a la direcci¨®n de la escuela: ?qu¨¦ hab¨ªa tomado para provocarse el aborto?, le preguntaron. Fueron a revisar el ba?o en busca de pruebas. Gabriela, pr¨¢cticamente inconsciente, esper¨®. Lleg¨® la ambulancia y un param¨¦dico convenci¨® a los que ah¨ª estaban, ah¨ª la miraban y rodeaban, de que hab¨ªa que llevarla corriendo a un centro m¨¦dico, estaba desgarrada, se desangraba, iba a entrar en choque. Estuvo 15 d¨ªas ingresada en el hospital. Ah¨ª acudieron los primeros agentes de polic¨ªa.
El aborto es ilegal en M¨¦xico, excepto en cuatro Estados: Ciudad de M¨¦xico, Oaxaca, Veracruz e Hidalgo permiten la interrupci¨®n voluntaria del embarazado hasta la semana 12 de gestaci¨®n. Tambi¨¦n est¨¢ permitido en todo el pa¨ªs en caso de violaci¨®n. Hay otras causas, peligro para la madre o malformaciones en el feto, que se contemplan en algunas entidades, no en todas y no siempre. Las penas por aborto van desde 15 d¨ªas a seis a?os.
El 7 de septiembre, la Suprema Corte decidi¨® por unanimidad despenalizar el aborto en el pa¨ªs: ¡°A partir de ahora no se podr¨¢ procesar a mujer alguna que aborte en los supuestos considerados por este tribunal¡±, dijo el presidente del tribunal, Arturo Zald¨ªvar. Se trata, a?adi¨®, de una ¡°nueva ruta de libertad, claridad, dignidad y respeto y un gran paso en la lucha hist¨®rica por la igualdad¡±. Aunque ahora es trabajo de los Congresos estatales aprobar la legalizaci¨®n, esta resoluci¨®n sienta un precedente para todo el pa¨ªs.
La decisi¨®n de la Suprema Corte destierra la posibilidad de que una mujer vaya a la c¨¢rcel por el delito de aborto, y las que est¨¢n en prisi¨®n por ese cargo pueden pedir un amparo. Sin embargo, se abre un hoyo negro: ?qu¨¦ ocurre con aquellas que est¨¢n privadas de la libertad tras un aborto pero que fueron acusadas de otro delito? ¡°Los delitos por lo que est¨¢n retenidas son diversos, en la mayor¨ªa de los casos es por homicidio culposo en grado de parentesco, pero hay otros. Habr¨ªa que buscar carpeta por carpeta¡±, explica la abogada M¨®nica Mendoza, que trabaja en el Congreso de Veracruz, entidad que despenaliz¨® este julio el aborto. El propio alto tribunal reconoci¨® qu¨¦ no conocen el n¨²mero exacto de mujeres que hay en la c¨¢rcel por abortar por los m¨²ltiples cargos por los que est¨¢n presas. El trabajo ahora, cree Mendoza, es para las Fiscal¨ªas estatales.
¡°La Fiscal¨ªa mantiene que lo ocult¨® y lo mat¨®¡±
Dos a?os despu¨¦s, Gabriela recuerda ese d¨ªa tranquila pero agotada, en una videollamada acompa?ada de su abogada Amelia Ojeda. Juntas, con otro compa?ero de despacho, afrontan un proceso penal que amenaza con llevar a la joven durante cinco a?os a una c¨¢rcel, en principio, de menores. Ojeda ha preparado la estrategia judicial que trata de desmontar la acusaci¨®n de que ella mat¨® al beb¨¦.
El fiscal especializado en justicia de adolescentes, en el caso de Gabriela, incluy¨® en su escrito que ella ocult¨® el embarazo, lo que demuestra que con ¡°premeditaci¨®n y ventaja¡± cometi¨® el homicidio, porque ten¨ªa la idea de deshacerse de ¨¦l. ¡°Tenemos elementos para demostrar que no fue un homicidio, fue un aborto fortuito o parto prematuro, sin posibilidad de que el producto fuera viable¡±, apunta la abogada, que apostilla que incluso as¨ª consta en el parte m¨¦dico. Otra de las opciones que mantiene la defensa en este tipo de casos es tratar de reclasificar el delito, de homicidio a aborto, porque este ya no puede ser condenado.
En todo este tiempo, la Fiscal¨ªa ha llamado a declarar a toda la familia de Gabriela: desde su abuela hasta su hermano de 14 a?os; buscaban que alguno hablara, reconociera, que ella escondi¨® el embarazo y decidi¨® interrumpirlo en la semana 39 de gestaci¨®n. ¡°Yo no sab¨ªa nada, mi vida la hac¨ªa normal, cargaba incluso cosas pesadas, tuve mi per¨ªodo y pens¨¦ que todo estaba bien¡±, cuenta a EL PA?S. Los agentes ofrecieron al padre de Gabriela declarar en su contra, le obligaron a ¡°poner un nombre a su nieto¡± para el acta de defunci¨®n.
A pesar de todo, Gabriela es afortunada: cuenta con el apoyo de su familia y de sus amigos, con una representaci¨®n legal apropiada. Ojeda, su abogada, recuerda otro caso al que no llegaron a tiempo tambi¨¦n en Yucat¨¢n: una joven ind¨ªgena perdi¨® a su beb¨¦ en un aborto involuntario en los ba?os p¨²blicos del servicio m¨¦dico, ven¨ªa de una familia sin recursos, de una peque?a comunidad maya. Estuvo 30 d¨ªas en una c¨¢rcel de menores, le ofrecieron un juicio abreviado en el que aceptaba su culpabilidad en el delito de homicidio a cambio de no volver a prisi¨®n. Lo hizo sin dudar. ¡°Es el mismo patr¨®n: no lo sab¨ªa, se sent¨ªa mal, va al ba?o, lo expulsa y le dicen que ella lo ocult¨® y lo mat¨®¡±.
El proceso para Gabriela ha sido duro, pero ella, que tiene 19 a?os, trata de seguir construyendo su vida. Est¨¢ a mitad de camino de convertirse en maestra: ¡°No me voy a estancar, no me quiero quedar encerrada en ese cap¨ªtulo de mi vida¡±.
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