La vida despu¨¦s de una vida en la c¨¢rcel: pas¨® 21 a?os en prisi¨®n por un homicidio sin v¨ªctima
Manuel Ram¨ªrez Valdovinos rehace su vida en libertad tras pasar m¨¢s de dos d¨¦cadas encerrado por un proceso judicial plagado de irregularidades
Le dicen ¡°el asesino del hombre que est¨¢ vivo¡±. Manuel Ram¨ªrez Valdovinos, de 43 a?os, pas¨® casi la mitad de su vida en prisi¨®n por un homicidio sin v¨ªctima. La justicia mexicana le conden¨® en 2001 por matar a una persona que segu¨ªa viva, recuerda, mientras ¨¦l peleaba en los tribunales contra la ¨²nica prueba en su contra: una confesi¨®n firmada bajo tortura. Las mismas irregularidades que lo metieron a la c¨¢rcel lo sacaron 21 a?os despu¨¦s. El pasado 16 de julio le liberaron sin ninguna explicaci¨®n m¨¢s que la creciente presi¨®n pol¨ªtica y medi¨¢tica. No le han absuelto, solo le han dejado en libertad cuando le faltaban 19 a?os de sentencia por cumplir. ¡°Me dan calle por c¨¢rcel, pero sigo pagando una condena, sigo teniendo antecedentes penales. No me merec¨ªa salir as¨ª¡±, dice Ram¨ªrez Valdovinos. Ahora intenta rehacer su vida con un pesado prontuario a cuestas. Su plan es estudiar derecho y crear una organizaci¨®n para luchar contra la ¡°f¨¢brica de delitos¡± que es la justicia mexicana.
Todas las falencias del sistema se han acumulado en una sola historia kafkiana. Ram¨ªrez Valdovinos, un maestro de m¨²sica nacido en Tepexpan, un pueblo del norte del Estado de M¨¦xico, ten¨ªa 21 a?os cuando cuatro polic¨ªas armados irrumpieron en mayo de 2000 en su casa mientras celebraba con unos amigos. Le detuvieron sin una orden de aprehensi¨®n y le torturaron durante dos d¨ªas en la entonces Procuradur¨ªa del Estado de M¨¦xico, cuenta. Lo acusaban, junto a otros dos hombres, de haber asesinado a Emmanuel Mart¨ªnez Elizalde, hijo de un amigo de su padre. La versi¨®n del Ministerio P¨²blico era que entre los tres lo hab¨ªan secuestrado y llevado a un descampado donde intentaron ahorcarlo para despu¨¦s dispararle con un arma. Al ver que no mor¨ªa, lo atacaron con un picahielo.
No hab¨ªa pruebas para sostener la historia del Ministerio P¨²blico. No hab¨ªa testigos, ni armas homicidas. Solo una confesi¨®n que lograron sacarle a base de tortura. El otro elemento con el que contaba la Fiscal¨ªa era un cad¨¢ver no identificado que nunca pudieron probar que se tratase de la v¨ªctima. Parte de la lucha judicial que vivi¨® Ram¨ªrez Valdovinos en su encierro estuvo centrada en probar que ese cuerpo ni siquiera se parec¨ªa al del supuesto asesinado. Para eso llev¨® adelante an¨¢lisis forenses con peritos que solo encontraron inconsistencias.
Ram¨ªrez Valdovinos explicaba a este peri¨®dico en 2019 que el padre de Emmanuel Mart¨ªnez Elizalde, su supuesta v¨ªctima, orquest¨® la simulaci¨®n de la muerte porque su hijo estaba acusado de haber cometido un crimen y le acababan de librar una orden de aprehensi¨®n. Para probar que el hombre segu¨ªa vivo, la defensa de Ram¨ªrez Valdovinos present¨® en 2002 a un testigo que asegur¨® haber visto al supuesto muerto 20 d¨ªas despu¨¦s de la fecha que databa el homicidio. Junto al testimonio presentaron documentos y fotograf¨ªas que acreditaban que el hombre se encontraba en Estados Unidos bajo otro nombre. Las pruebas se perdieron en las oficinas del Ministerio P¨²blico y la teor¨ªa nunca pudo ser probada. Ante el desd¨¦n del sistema judicial, el maestro busc¨® apoyo en la Comisi¨®n Nacional de Derechos Humanos. No tuvo ¨¦xito, por lo que sus abogados decidieron llevar al caso a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, donde el expediente se encuentra en curso.
A mediados de este a?o la presi¨®n pol¨ªtica por el encarcelamiento, encabezada por miembros del partido de Gobierno, se hizo insostenible. El caso de Ram¨ªrez Valdovinos se volvi¨® una bandera de lucha. Un popular legislador local de Morena, Pedro El Mijis Carrizales, y Bryan LeBaron, miembro de la familia mormona que sufri¨® la tragedia en noviembre de 2019 en Chihuahua, llevaron adelante en junio una huelga de hambre a las puertas del Palacio Nacional para pedir la liberaci¨®n del maestro de m¨²sica. La llamada de atenci¨®n cruz¨® los muros de la sede de Gobierno e interpel¨® al presidente Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador. Consultado en conferencia de prensa, el mandatario asegur¨® que se atender¨ªa a la esposa y agreg¨® que sistema judicial mexicano tiene un problema con los miles de presos sin condena que hay en las c¨¢rceles mexicanas. ¡°Es una violaci¨®n a los derechos humanos de miles de personas que est¨¢n detenidas sin sentencia y ya llevan tiempo, a?os¡±, dijo.
La presi¨®n presidencial llev¨® el asunto a otro nivel y, en unas pocas semanas, Ram¨ªrez Valdovinos pisaba la calle. ¡°Le logramos arrancar un golpe muy fuerte al Gobierno del Estado¡±, recuerda el profesor durante una entrevista en su casa. El abogado del maestro, Carlos S¨¢nchez Alvarado, asegura que desde el Ejecutivo estatal, encabezado por el priista Alfredo del Mazo, les ofrecieron la libertad a cambio de dejar de atraer la atenci¨®n de la prensa y de los partidos pol¨ªticos. ¡°Se inventaron una herramienta para sacarlo, bajo la condici¨®n de que nos callemos. Fue un acto de corrupci¨®n, pero en este caso a su favor¡±, dice, ¡°nos dijeron ustedes c¨¢llense y nosotros nos encargamos, le inventaron un buen prontuario para que pueda salir, desaparecieron los ocho reportes contra ¨¦l por tener tel¨¦fono en la c¨¢rcel, y le dieron el beneficio de la prelibertad, una figura que manipularon para darle la libertad¡±. Consultado por este peri¨®dico, el Gobierno estatal asegur¨® que no intervinieron en este caso ¡°en lo absoluto¡±.
El Poder Judicial del Estado de M¨¦xico ha justificado la liberaci¨®n de Ram¨ªrez Valdovinos bajo la figura del beneficio preliberacional ¡ªuna medida legal para liberar a los presos con buena conducta antes de que acabe su condena¡ª, ¡°al constatar que ten¨ªa un plan de actividades¡± y ¡°cumpl¨ªa con el 50% de la pena¡±. Pero la ley establece que este tipo de beneficio se otorga a los presos que hayan cometido un delito cuya pena m¨¢xima sea de cinco a?os de prisi¨®n y lo hayan hecho sin violencia. Ninguna de esas caracter¨ªsticas aplica al delito que le atribuyen a Ram¨ªrez Valdovinos.
Como lo sacaron sin fundamentos judiciales claros, el miedo a que lo vuelvan a meter en la c¨¢rcel sin justificaci¨®n persiste, asegura. ¡°Pero saben que voy a estar dando la lata¡±. Ahora trabaja en una empresa de seguridad privada para subsistir y ya ni sue?a con volver a dar clases, solo lo hizo dentro del penal para amenizar los d¨ªas de encierro. Su carrera profesional qued¨® trunca. ¡°?D¨®nde encuentro el trabajo con antecedentes penales? ?Los pap¨¢s confiar¨ªan la educaci¨®n de sus hijos a una persona que tiene la condici¨®n de asesino que al d¨ªa de hoy sigo teniendo?¡±, cuestiona. No quiere, sin embargo, seguir en la compa?¨ªa de seguridad por mucho tiempo.
Su vida cambi¨® para siempre aquel mayo de 2000 cuando la polic¨ªa entr¨® a su casa. Demostrar su inocencia y pelear contra la cara injusta de la justicia se convirtieron en sus metas de vida. En la c¨¢rcel, se convirti¨® en un aficionado lector del c¨®digo penal, que le ense?¨® conocimientos que le sirvieron para ayudar en su proceso judicial y en el de algunos compa?eros del penal. Con los activistas y pol¨ªticos que ha conocido en el camino planea abrir una organizaci¨®n que asista legalmente a aquellos presos que ¡°fueron encarcelados injustamente¡±, para contrarrestar las deficiencias de las defensas de oficio que ¨¦l mismo padeci¨®. ¡°Me molesta que los abogados sean proxenetas del dolor de la gente¡±, dice, ¡°lo mejor es arrancarle las injusticias al sistema y eso me voy a dedicar a hacer¡±.
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