?Qu¨¦ necesita un mexicano para ser feliz?
La poblaci¨®n califica con un 5,5 sobre 10 su estado an¨ªmico y el 15% da muestras de depresi¨®n
Los mexicanos viven en una ¡°eterna esquizofrenia¡±. Por un rato son felices, despu¨¦s caen en la pesadumbre. Tiene que ver con la situaci¨®n pol¨ªtica que se arrastra por d¨¦cadas, con las condiciones laborales, la falta de ocio. Esa es una de las lecturas que puede hacerse de la encuesta publicada por el Instituto Nacional de Estad¨ªstica y Geograf¨ªa (Inegi), la primera sobre percepci¨®n de bienestar entre la poblaci¨®n, con datos subjetivos, es decir, lo que uno siente, en qu¨¦ lugar del cuadro se sit¨²a, en el luminoso o en el umbr¨ªo. El estado an¨ªmico que declaran sobrepasa apenas unas d¨¦cimas el 5 sobre 10. ¡°Es bajo¡±, dice la coordinadora de Psicolog¨ªa Organizacional de la UNAM, Erika Villavicencio. Pero dadas las circunstancias lo ve l¨®gico.
No se trata de la pandemia, ¡°eso solo ha venido a agravarlo¡±. La doctora en Psicolog¨ªa se remonta mucho m¨¢s atr¨¢s. ¡°Puede decirse que los mexicanos tienen tres a?os de esperanza con los cambios de Gobierno y tres de decepci¨®n¡±. Y as¨ª pasan las d¨¦cadas. Pero no es solo la pol¨ªtica. Es una de los pa¨ªses del mundo donde se trabajan m¨¢s horas y se toman menos d¨ªas de vacaciones. Donde los salarios son bajos y las jornadas mal estructuradas, con su correspondiente falta de productividad. ¡°Finalmente, uno llega a casa del trabajo y vuelve a salir para el trabajo al d¨ªa siguiente, sin muchas posibilidades de ocio¡±, dice Villavicencio, que muestra un panorama emocional desolador.
Pero la encuesta del Inegi plantea tambi¨¦n la otra cara de la moneda. Cuando se les pregunta, y se ha preguntado a una persona de 18 a?os o m¨¢s en m¨¢s de 34.000 viviendas, sobre la satisfacci¨®n con la vida, los datos cambian. Ah¨ª aparece el mexicano social, alegre, convivencial, satisfecho con su entorno afectivo. Un 8,45 sobre 10. Bien es cierto que en esa media tiene que ver el 9,05 que se alcanza en la vida familiar, en la libertad de decidir, mientras que la percepci¨®n sobre la seguridad (6,5) o los servicios p¨²blicos (6,7) o el propio pa¨ªs (7,23) impiden alcanzar el sobresaliente para la satisfacci¨®n completa.
No es una contradicci¨®n. En estas cifras, la mirada es m¨¢s larga. No est¨¢n expresando lo que sienten en este momento, en la ¨²ltima semana, como pasaba con el balance an¨ªmico. ¡°Aqu¨ª se puede hablar de la esperanza, de nuevo, en que todo cambie. Eso nos mantiene en pie porque el panorama es terrible. Se piensa en que gane el equipo de f¨²tbol, en que todo mejore. Pero nunca es cierto y se vuelve a caer. Tras la pandemia, todo el mundo piensa que despu¨¦s del encierro volver¨ªa una vida nueva, pero no es verdad, la gente ha perdido el trabajo, la inflaci¨®n es alt¨ªsima, los conflictos intrafamiliares fuertes, hay muchos fallecidos de los que ni siquiera se han podido despedir, siendo como es un pueblo de rituales. As¨ª que vuelve la queja¡±, se?ala Villavicencio. ¡°No es una contradicci¨®n, estos datos son v¨¢lidos como los otros, son solo complementarios¡±.
La depresi¨®n. De nuevo aparece el lado amargo. La encuesta se elabor¨® entre junio y julio pasados y se pregunt¨® si en la ¨²ltima semana hab¨ªan tenido sensaciones asociadas con la depresi¨®n, falta de ganas, el mundo se viene encima, incapacidad para acabar lo empezado, o para empezarlo siquiera, etc¨¦tera. Y un 15,4% declar¨® ese estado de ¨¢nimo. ?Un 15% del pa¨ªs deprimido? Depende. Si se mira entre las mujeres la cosa es a¨²n peor: casi un 20%. En ello influyen las condiciones que soporta la mujer en este pa¨ªs, maltrato, largas horas frente a los cuidados de personas a su cargo, la casa, el trabajo. Julio Santaella, presidente del Inegi, y los colaboradores que han presentado la encuesta este martes, destacaron el enorme material que se ofrece para establecer buenas pol¨ªticas p¨²blicas con visi¨®n de g¨¦nero a partir de este diagn¨®stico. Las mujeres, adem¨¢s, declaran que su libertad para decidir tampoco es mucha, mientras que ellos s¨ª la tienen. El 42% de las mujeres dicen dedicarse a los cuidados frente a un 27% de sus compa?eros. Y no es poca cosa en M¨¦xico, donde un 43,9% de los consultados dice vivir con una persona que tiene una enfermedad cr¨®nica. Todo esto es, para Santaella, ¡°motivo de preocupaci¨®n¡± y de ocupaci¨®n p¨²blica.
Si tener un animal en la vivienda es causa de mayor trabajo o una salida al bienestar no se ha preguntado, pero s¨ª se han puesto cifras a lo que se percibe en la calle. Un 70% de las viviendas da cobijo a alguna mascota, es decir 80 millones de animales en 25 millones de hogares. La mayor¨ªa perros, luego gatos, luego otras.
¡°M¨¦xico tiene una poblaci¨®n con deseos de crecer, de estar bien, una ilusi¨®n que d¨¦cada tras d¨¦cada la pol¨ªtica defrauda y eso nos pega mucho. Tampoco tenemos una educaci¨®n del esfuerzo por alcanzar mejores metas, se abunda en la queja sobre los salarios, las jornadas, los jefes, muchos hijos que atender y sin pol¨ªticas p¨²blicas que lo resuelvan. As¨ª que vemos un pueblo patead¨ªsimo y limitado en sus ideales¡±, explica Villavicencio. Opina adem¨¢s, que el pueblo mexicano est¨¢ ¡°acomplejado¡±, sujeto a ciertas costumbres que le cuestan sacrificios simplemente para estar a la altura de lo que creen que esperan los dem¨¢s, ¡°capaz de endeudarse para tener un buen celular, una buena ropa, una buena fiesta de 15 a?os, o de sucumbir a las supuestas rebajas del Buen Fin, que en realidad son pagos aplazados¡±. ¡°Quieren tener popularidad y ser aceptados y eso acaba atentando contra nuestra estabilidad emocional¡±.
A la pesadumbre propia de ver que por m¨¢s esfuerzo que se haga uno no cambia de estatus social, a la apat¨ªa que eso causa generaci¨®n tras generaci¨®n, Villavicencio tambi¨¦n acusa al individuo de cierta cobard¨ªa. ¡°No somos capaces de atajar la ra¨ªz del problema, no nos esforzamos, nos quejamos porque es m¨¢s c¨®modo, pero as¨ª seguimos, esperando a que nos lo den resuelto¡±. ?Por qu¨¦? ?De d¨®nde viene eso? ¡°Se denomina ganancia secundaria. Siempre habr¨¢ un beneficio con lo que est¨¢s haciendo, mejor no perderlo¡±. Conformismo y falta de autocr¨ªtica: ¡°Me quejo pero me sigo saltando los sem¨¢foros, o tirando basuras al suelo¡±. El pueblo, dice, tienen muchas virtudes, es comprometido y noble, con la mirada en el futuro, gente llena de deseos que se mueve en un terreno emocional poco reflexionado¡±. Y el futuro parece no llegar nunca.
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