Un grupo de 62 personas que huyeron de la guerra en Ucrania llega a M¨¦xico
El segundo vuelo de la Fuerza A¨¦rea Mexicana trae desde Rumania a 24 integrantes de la comunidad mexicana y a sus familiares ucranianos. Una familia peruano-ucrania completa la lista de pasajeros
Un grupo de 62 personas evacuadas de la guerra en Ucrania ya est¨¢ en M¨¦xico. El segundo vuelo humanitario ordenado por el Gobierno de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador ha aterrizado a primera hora de este mi¨¦rcoles en la capital. ¡°Estoy feliz por estar seguro e ir a casa, pero tambi¨¦n me voy con el coraz¨®n roto por todo lo que est¨¢ pasando en Ucrania¡±, afirma Yoshua Mata, uno de los 24 mexicanos que han abordado el vuelo, al que tambi¨¦n se han sumado 33 ucranios y una familia peruano-ucrania.
Hasta hace unos 20 d¨ªas, Mata estudiaba Comunicaci¨®n en Dnipro, una de las principales ciudades de Ucrania. La invasi¨®n rusa le oblig¨® a dejar su casa y tomar el primer tren que pudo hacia el oeste, donde est¨¢n las zonas m¨¢s seguras del pa¨ªs. Finalmente, hace ya m¨¢s de una semana, lleg¨® a Rumania, pero ah¨ª se enfrent¨® a una nueva disyuntiva: regresar a su tierra natal o probar suerte en otro pa¨ªs europeo. Tras sondear opciones para seguir estudiando o trabajos en los que no le pidieran papeles, Mata eligi¨® volver a M¨¦xico. ¡°No sab¨ªa qu¨¦ hacer, lo pens¨¦ hasta el ¨²ltimo momento¡±, confiesa.
¡°Nunca me imagin¨¦ tener que correr por mi vida cuando sonara una alarma¡±, dice el chico de 20 a?os. A su edad, la guerra se sigue por las historias y los videos que suben sus amigos en sus redes sociales, j¨®venes universitarios que ya han tenido que tomar las armas y ser desplegados en el campo. ¡°Me toc¨® ver cosas terribles, much¨ªsimos heridos y muertos, y mis amigos que siguen all¨¢ me dicen que la situaci¨®n es cada vez peor¡±, agrega.
Unas filas m¨¢s atr¨¢s est¨¢ sentado el se?or Jes¨²s Jer¨®nimo, de 56 a?os, que lleg¨® por trabajo a Ucrania. ¡°Trabajo en la construcci¨®n y llevaba nom¨¢s un mes por all¨¢, todo se nos complic¨®¡±, dice el hombre que ha trabajado como alba?il en Estados Unidos, Canad¨¢ y Hungr¨ªa. Ah¨ª fue cuando le sali¨® la oportunidad para cruzar la frontera y chambear pintando y arreglando casas. ?l es parte de un grupo de tres mexicanos que se conocieron en Budapest y que sin saber una palabra de ingl¨¦s fueron contratados para trabajar en Kiev.
Al final pudieron huir de regreso a Hungr¨ªa y llegaron despu¨¦s a Rumania. ¡°Nos quedamos en una iglesia, pero no hemos podido dormir ni descansar nada¡±, dice mientras ense?a im¨¢genes del fr¨ªo invernal que encontr¨® en Europa del Este: estalactitas de hielo, monta?as nevadas y bosques congelados. ¡°Ya ten¨ªa muchas ganas de volver a casa en Ecatepec¡±, dice.
Los yorkies ?scar y Bella, dos de los tres perros que viajaron en el vuelo, son de Francisco Calder¨®n y de su esposa, Alina Baranik. Iban a regresar en el primer vuelo de repatriaci¨®n que mand¨® el Gobierno de M¨¦xico, pero no pudieron alcanzar el avi¨®n, que aterriz¨® en M¨¦xico el pasado 4 de marzo, por cuesti¨®n de horas. ¡°Me qued¨¦ a un d¨ªa¡±, dice Calder¨®n, un profesor de idiomas de 32 a?os.
La joven pareja cambiar¨¢ J¨¢rkov, una de las ciudades ucranias m¨¢s severamente destruidas por los bombardeos, por Poza Rica (Veracruz). Es una imagen que se repite constantemente. Ismael Torrentera, su esposa Anyela y sus dos gatos viv¨ªan en Kiev, por ejemplo, y ahora buscar¨¢n empezar una nueva vida en Tlaxcala. Durango, Puebla, Nayarit¡ el viaje de muchos no termina en el aeropuerto internacional de Ciudad de M¨¦xico. ¡°Vamos a intentar regresar a la normalidad¡±, cuenta Calder¨®n.
M¨¦xico es un terreno desconocido para muchos de los evacuados. Durante la primera escala, en Shannon (Irlanda), una anciana camin¨® todo el pasillo del avi¨®n para preguntarle en ucranio a uno de los militares mexicanos: ¡°?Ya estamos aqu¨ª? ?Ya llegamos a M¨¦xico?¡±. Una de las mujeres ucranias tuvo que hacer de traductora para aclarar el malentendido.
En el avi¨®n viajaron m¨¢s de una docena de ni?os. Las leyes de reclutamiento obligatorio que impiden salir de Ucrania a los hombres han provocado que este sea un ¨¦xodo predominantemente femenino. Son mujeres, ancianas y ni?as las que han podido salir del pa¨ªs y muchas de estas familias han tenido que tomar decisiones profundamente dolorosas: irse y probablemente no volver a ver a sus padres, esposos y hermanos o quedarse y jugarse la vida en la guerra. ¡°Es un sentimiento dif¨ªcil de procesar: mi padre y mi hermano se quedaron en Sumi [noreste], una de las regiones que m¨¢s ha sufrido¡±, dice Anyela Torrentera. ¡°Mi marido fue el que hizo mi maleta, yo no pod¨ªa, estaba en shock¡±, confiesa Silvia Mercado, de 35 a?os.
Ante el dilema de quedarse o volver, alrededor de 30 mexicanos han decidido no abandonar Ucrania. Son, sobre todo, esposas que no quieren dejar a sus maridos. En un par de casos, se trata de hombres con doble nacionalidad y que se criaron ah¨ª, y que dif¨ªcilmente podr¨¢n eludir el reclutamiento obligatorio. Otros pertenecen a asociaciones religiosas o civiles y se niegan a dejar el pa¨ªs para seguir desempe?ando labores de ayuda humanitaria y voluntariado.
En cambio, casi una decena de connacionales siguen atrapados: quieren salir, pero no han podido. Miembros de la misi¨®n diplom¨¢tica de M¨¦xico estudian que puedan ser sacados a trav¨¦s de Rusia, debido a que viven en zonas fuertemente sitiadas y donde el Gobierno de Vlad¨ªmir Putin ha prometido crear los llamados ¡°corredores humanitarios¡± para la evacuaci¨®n de civiles. Algunos habitantes mexicanos en Bielorrusia tambi¨¦n buscan la forma de ser repatriados.
De estos elementos depender¨¢ de que haya o no un tercer vuelo de repatriaci¨®n, aunque algunos de los funcionarios involucrados en los dos primeros vuelos lo ven complicado. Es poco probable, pero es muy pronto para descartarlo. La mayor parte de la comunidad de aproximadamente 200 mexicanos que hab¨ªa en Ucrania antes de la guerra ya ha salido del conflicto y no todos buscan regresar o, al menos, no han tomado una decisi¨®n definitiva. La guerra pinta un panorama incierto. 24 mexicanos y 33 ucranios buscar¨¢n respuestas y abrirse paso en los pr¨®ximos d¨ªas.
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