Haiga sido como haiga sido, versi¨®n 4T
El legado de Andr¨¦s Manuel ser¨¢n banderas dignas y respetables en su mayor parte, pero portadas por muchos que no creen en ellas y solo les representa una oportunidad para escala
La c¨¦lebre frase de Felipe Calder¨®n, ¡°haiga sido como haiga sido¡± para justificar o minimizar las irregularidades cometidas en la pol¨¦mica elecci¨®n del 2006 que lo hizo presidente, constituye un monumento al cinismo y una versi¨®n tropicalizada del viejo adagio ¡°el fin justifica los medios¡±. Y no olvidemos que su respuesta, en esencia, se dio ante un cuestionamiento sobre las acusaciones de fraude que se hac¨ªan sobre la campa?a y la votaci¨®n misma.
Habiendo sido v¨ªctimas de esta infamia, me resulta inexplicable el deslizamiento del obradorismo por la misma ruta, a pesar de jurar que se trata de un proyecto pol¨ªtico distinto a los anteriores. Y sin duda lo son; a diferencia de otros gobiernos, el punto de partida de la llamada Cuarta Transformaci¨®n es la b¨²squeda de la justicia social, la honestidad y la responsabilidad en el servicio p¨²blico. ?Por qu¨¦ entonces recurrir a excesos y violaciones a la ley y al uso del aparato del Estado, en aras de asegurar un mejor resultado en el ejercicio de revocaci¨®n?, ?en qu¨¦ momento se deja de percibir que las acciones ¡°necesarias¡± para vencer a sus adversarios imitan las pr¨¢cticas que deseaban cambiar?, ?qu¨¦ diferencia hay entre un ¡°haiga sido como haiga sido de derechas y un haiga sido como haiga sido de izquierdas¡±?.
Se me dir¨¢ que la gran diferencia es que a los primeros los impulsa el inter¨¦s de mantener un sistema que favorece a las minor¨ªas privilegiadas, mientras que a los segundos les anima el deseo de mejorar la condici¨®n de los que menos tienen. Y, sin duda, estos ¨²ltimos objetivos parecer¨ªan mucho m¨¢s dignos. ?Pero, es eso lo que est¨¢ en juego en una revocaci¨®n que de antemano sabemos ser¨¢ positiva para el presidente y solo se busca que el porcentaje de participaci¨®n sea de su agrado? En todo caso, no resulta muy digno ver a un secretario de Gobernaci¨®n mof¨¢ndose de la ley por el simple hecho de saberse impune y presumirlo porque lo m¨¢s importante es estar con Obrador. ?En qu¨¦ momento se deja de percibir que sembrar espectaculares con fotos inmensas de AMLO es indecoroso o que es algo que no tiene que ver con la mejor¨ªa de la condici¨®n de los pobres y si con el culto a la personalidad?
El fondo del problema, me parece, es que en alg¨²n momento las atendibles reivindicaciones y objetivos del obradorismo terminaron subsumidos en la imagen de su l¨ªder y, en cierta forma, sustituidas. ¡°Estar con Obrador¡± es m¨¢s importante que ¡°estar¡± comprometido con los ideales del obradorismo: la honestidad, la justicia social, el decoro en el ejercicio del poder. No hay ninguna dignidad en el pleito entre Julio Sherer, ex hombre fuerte de la presidencia, y el Fiscal responsable de la procuraci¨®n de la justicia; un pleito que exhibe actos de corrupci¨®n de los cuales quedar¨¢n impunes porque ambos son leales a Obrador, no a sus pretendidas ¡°banderas¡±. Gastar ingentes cantidades de dinero en los mencionados espectaculares para difundir la foto de un hombre comprometido con la austeridad y el respeto a la ley no parece molestar ni al propio L¨®pez Obrador, pese a ser violatorio de las normas vigentes y quedar impune con el rid¨ªculo pretexto de que nadie sabe qui¨¦n los financi¨®.
Se trata de un ¡°haiga sido como haiga sido¡± meramente coyuntural, se dir¨¢ en Palacio, pero me temo que esta transposici¨®n entre la lealtad al l¨ªder a costa de la traici¨®n a sus ideales, ha tomado curso en el ADN de los obradoristas. Morena, el brazo pol¨ªtico y encarnaci¨®n del movimiento, se ha caracterizado por un escaso respeto a los valores predicados en las ma?aneras y una enorme vocaci¨®n por la rebati?a de puestos y posiciones, fraudes internos, desd¨¦n por la legalidad. No importan los excesos mientras se jure lealtad, y se sea ¨²til al l¨ªder y a un fin mayor, es decir, cumplir la voluntad del jefe. No es de extra?ar que tantos ex priistas, formados en la cultura pol¨ªtica del oportunismo sin convicciones, sean candidatos de Morena, embajadores, funcionarios de alto rango.
La confusi¨®n proviene en parte del mismo L¨®pez Obrador. Ciertamente ¨¦l canaliza la inconformidad y la esperanza de muchos. Pero esta pretendida identidad entre la voluntad del pueblo y los pareceres, fobias y filias, virtudes y defectos de AMLO, que como todo ser humano tiene, no es teleol¨®gica, b¨ªblica o supranatural. Comienza y termina en funci¨®n de la congruencia entre los intereses de esas mayor¨ªas y el impacto de las decisiones de ese l¨ªder. El problema es que al identificar la lealtad a su persona por encima de las convicciones, AMLO ha construido un partido pol¨ªtico muy h¨¢bil para conquistar posiciones pero muy pobre en materia de ideales. Los Ad¨¢n L¨®pez, Julio Scherer, Delfina Gomez, Alejandro Gertz, los muchos ex priistas con nueva casaca enviados a gubernaturas, no son precisamente los hombres y mujeres nuevos que se supone construir¨ªan una nueva sociedad.
L¨®pez Obrador est¨¢ convencido de que su legado para la historia ser¨¢n los muchos esfuerzos que hizo para mejorar la condici¨®n de los pobres, para mirar a las regiones abandonadas, para procurar una administraci¨®n p¨²blica m¨¢s responsable. A diferencia de muchos de mis colegas, me parece que las intenciones y algunos logros son notables. Y, dicho sea de paso, si tuviera que volver a votar entre lo que ofrecen sus actuales adversarios y el obradorismo, mantendr¨ªa tal preferencia. Pero tendr¨ªa que hacerlo a pesar de saber que algunos que se presentan en la boleta son tan impresentables como los anteriores.
El legado de Andr¨¦s Manuel ser¨¢n banderas dignas y respetables en su mayor parte, pero portadas por muchos que no creen en ellas y solo les representa una oportunidad para escalar. Al concentrar en s¨ª mismo la exigencia de ser congruente con los ideales y exentar a sus colaboradores de serlo, a cambio de lealtad absoluta, termin¨® creando un gobierno y un movimiento con muchos de los vicios del pasado.
Cada que veo uno de esos espectaculares o escucho trastabillar al presidente para no reconocer la m¨¢s reciente falta de alg¨²n personaje del primer c¨ªrculo, sea Ad¨¢n L¨®pez, Delfina G¨®mez, Gertz Manero, Julio Scherer, Mario Delgado o alg¨²n familiar, me parece una oportunidad perdida para demostrar que el obradorismo pod¨ªa haber sido algo en verdad diferente. Solo cabe esperar que en la siguiente versi¨®n, ya sin la presencia del l¨ªder, se vean obligados a confrontar sus actos con su supuesta conciencia social. Por ahora no se necesita, mientras est¨¦n con Obrador.
@jorgezepedap
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