Un viaje por el esqueleto de la L¨ªnea 12
EL PA?S recorre los trabajos de reconstrucci¨®n y rehabilitaci¨®n en la llamada ¡®l¨ªnea dorada¡¯ del metro de Ciudad de M¨¦xico, cerrada tras el derrumbe que dej¨® 26 personas muertas hace un a?o
Es como si fuera otro mundo, aunque todo est¨¢ como antes. Las taquillas, las m¨¢quinas expendedoras de tarjetas y los torniquetes siguen en su sitio. El piso gris y brillante, caracter¨ªstico del metro de Ciudad de M¨¦xico, refleja la luz, que rebota del techo. Los relojes siguen marcando la hora exacta sobre los andenes y los letreros advierten sobre el uso del cubrebocas. Bajar las escaleras de la estaci¨®n Parque de los Venados es un viaje en el tiempo. Cuesta pensar que apenas en 2020 se registraron aqu¨ª m¨¢s de dos millones de viajes. Hoy est¨¢ completamente desierta, como el resto de la L¨ªnea 12, cerrada tras el colapso de un tramo elevado que provoc¨® la muerte a 26 personas y dej¨® a m¨¢s de un centenar lesionadas el 3 de mayo de 2021. Un a?o despu¨¦s se apuran los trabajos para rehabilitar el tramo subterr¨¢neo y el viaducto elevado, y reconstruir la zona del siniestro. La promesa es restablecer el servicio en cuanto sea posible y, sobre todo, evitar que se repita una tragedia.
La L¨ªnea 12 tiene 11,9 kil¨®metros que corren por t¨²neles subterr¨¢neos y 13,6 kil¨®metros en el tramo elevado. El Parque de los Venados, de hecho, est¨¢ a unos 16 kil¨®metros de donde ocurri¨® el derrumbe, entre las estaciones de Olivos y San Lorenzo Tezonco, pero es uno de los puntos m¨¢s importantes de los trabajos de rehabilitaci¨®n. Tras una inspecci¨®n t¨¦cnica se decidi¨® que hab¨ªa que hacer una revisi¨®n de toda la red y sustituir los materiales de siete curvas que estaban muy cerradas y que presentaban un desgaste considerable. Dos de estas curvas est¨¢n en esta estaci¨®n. Para poder ver los trabajos hay que ponerse botas y casco para saltar en medio de las v¨ªas, aunque para una decena de trabajadores es otro d¨ªa en la oficina.
Una nube de polvo se levanta cuando la retroexcavadora levanta el balasto, las piedras que est¨¢n debajo de la v¨ªa para darle estabilidad y amortiguar el peso de los vagones. Para hacer esto hay que quitar primero las v¨ªas del lado donde se va a retirar el balasto y despu¨¦s la ¡°mano de chango¡±, como se llama al brazo de la excavadora, recoge las rocas y las vac¨ªa en una plataforma sobre las v¨ªas en la direcci¨®n opuesta. ¡°Es un trabajo que requiere mucha paciencia¡±, explica Juan, uno de los trabajadores. En cada turno diario se retiran 30 metros c¨²bicos de material, pero el plan es deshacerse y sustituir alrededor de 25.000 metros c¨²bicos de balasto. Para hacerse una idea, es una cantidad de piedritas equivalente a la que se necesitar¨ªa para construir una obra de las dimensiones del Estadio Azteca.
¡°Consideramos que, con estas tareas y su importancia, se van a reducir entre un 30% y un 40% los gastos cotidianos que tiene el metro de mantenimiento¡±, ha se?alado este lunes Guillermo Calder¨®n, director del Sistema de Transporte Colectivo-Metro, en una conferencia con la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum. En el subsuelo, el silencio solo se interrumpe por el ruido de la maquinaria y las instrucciones a gritos de un top¨®grafo que toma mediciones y apunta los resultados en la boca del t¨²nel. Las curvas de esta estaci¨®n tienen mucho peralte y el desgaste es mayor. Cada c¨¢lculo cuenta. Calder¨®n ha referido que se cambiar¨¢n, adem¨¢s, 9,3 kil¨®metros de rieles en los t¨²neles, se han sellado m¨¢s de 200 filtraciones del drenaje y se han instalado cinco c¨¢rcamos (contenedores que se instalan bajo tierra para regular el agua). En cuanto al balasto, habr¨¢ que terminar primero un tramo y reinstalarlo para empezar con el que va en la direcci¨®n opuesta.
¡°Tiene que quedar perfecto¡±, explica David L¨®pez, un montador que descansa exhausto en una jardinera frente a la llamada zona cero de la L¨ªnea 12, a un costado de la estaci¨®n Olivos. L¨®pez, que se uni¨® a la obra hace un par de semanas, se?ala que en los trabajos en el tramo que se cay¨® no existe el margen de error y las supervisiones se dan al mil¨ªmetro. ¡°Es mucha presi¨®n, pero tiene que ser as¨ª, sobre todo despu¨¦s de lo que pas¨®¡±, admite. Esta semana los trabajadores se han dedicado a montar y soldar la trabe, el primer paso antes de que empiecen los trabajos con maquinaria pesada. Fue justo esa parte de la estructura la que se venci¨® y acapar¨® la discusi¨®n tras el colapso.
Presentada como la l¨ªnea dorada de la capital tras ser inaugurada en noviembre de 2012, los peritajes independientes y de la Fiscal¨ªa han arrojado deficiencias en el dise?o y la construcci¨®n como causas del siniestro. Para reparar el viaducto elevado, se reforzar¨¢n 258 claros, el espacio entre dos columnas, en el tramo elevado que tiene estructura met¨¢lica (unos 6,7 de los 13,6 kil¨®metros que van por encima del nivel de la calle). Cada claro tiene especificaciones diferentes de dise?o y altura, por lo que el Gobierno a¨²n no habla de un porcentaje de avance espec¨ªfico. Las autoridades aseguran, adem¨¢s, que 123 columnas ya han sido reforzadas con fibras de carbono, de un total de 152. Dos claros van a hacer completamente reconstruidos: el que se cay¨® y otro conocido como el tramo sim¨¦trico o espejo. El tramo espejo tiene las mismas caracter¨ªsticas que el que se desplom¨® y se va a quitar en pedazos para hacer un an¨¢lisis de materiales y esclarecer qu¨¦ sali¨® mal la noche del siniestro.
¡°Ya se est¨¢ desmontando, ya se est¨¢ demoliendo y muy pronto se estar¨¢n fabricando estas trabes¡±, ha dicho Jes¨²s Esteva, el secretario de Obras de la capital. Un ingeniero revisa la recogida de escombros en el tramo gemelo y comenta que probablemente en los pr¨®ximos d¨ªas las m¨¢quinas operen por las noches para evitar el caos vial. Ante las repercusiones del derrumbe, se cuida tanto el trabajo de obra como que ning¨²n funcionario ni trabajador d¨¦ comentarios a la prensa sin autorizaci¨®n.
¡°Nos ha afectado mucho dejar de contar con el metro, hacemos el doble o triple de tiempo que antes¡±, lamenta Fernanda Trejo, una estudiante de 23 a?os, que espera un autob¨²s para ir a la universidad. Tl¨¢huac, en el sureste de la capital, aqueja los tiempos abultados de traslado y el tr¨¢fico. ¡°No s¨¦ c¨®mo me voy a sentir al volverme a subir, pero la realidad es que lo vamos a tener que usar por necesidad¡±, dice Brenda Rosales, una amiga de Fernanda de 22 a?os. ¡°Va a tomar tiempo, pero yo conf¨ªo en que los trabajos de reconstrucci¨®n se van a hacer bien¡±, dice en cambio Zen¨®n Cervantes, un vecino de la zona de 63 a?os. ?lex Garc¨ªa, un estudiante de Filosof¨ªa de 25 a?os, se queda contemplando el tramo de la zona cero y toma fotograf¨ªas con su celular: ¡°Es un vac¨ªo que sigue ah¨ª, pero si te fijas, la gente trata de no voltear a ver la parte que se cay¨®, quiz¨¢ sea una forma de seguir con sus vidas¡±.
¡°Estamos haciendo todo de tal manera que los mejores expertos de M¨¦xico est¨¢n supervisando y atendiendo, con la certeza de que va a ser una l¨ªnea segura¡±, ha dicho Sheinbaum, que ha valorado las obras de rehabilitaci¨®n y reconstrucci¨®n en 1.500 millones de pesos pagado por empresas privadas. El mensaje de las autoridades ha ido sobre las l¨ªneas de pedir confianza y paciencia a la poblaci¨®n, aunque han evitado dar una fecha exacta para la reapertura de la l¨ªnea, la principal preocupaci¨®n para los antiguos usuarios del metro, y conf¨ªan que los trabajos concluyan hacia finales de a?o.
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