La carencia alimentaria en la regi¨®n mazahua del Estado de M¨¦xico: ¡°Tenemos que salir adelante con el maicito¡±
M¨¢s de 28,5 millones de mexicanos viven en inseguridad alimentaria en M¨¦xico actualmente, un 14% m¨¢s que antes de la pandemia, seg¨²n datos del Banco Mundial
Las mismas manos que deshierban los plant¨ªos de ma¨ªz y cargan a sus hijos reci¨¦n nacidos, ahora ordenan bolsas de frijol y montones de jitomates. Unas 70 mujeres mazahuas de la comunidad de El Quelite (Estado de M¨¦xico) han llegado desde muy temprano para recibir la despensa quincenal de la Red de Bancos de Alimentos de M¨¦xico. ¡°Con esta vez son dos veces que recibimos el apoyo. S¨ª nos ayuda. Yo, en mi caso, me daban el gasto y ten¨ªa que ver la manera en que me alcanzara. Somos cuatro en casa, mi esposo, mis dos hijos y yo. Pero con esto ya no compro arroz que cuesta veintitantos pesos, el jitomate igual, eso lo podr¨ªa comprar en aceite¡±, relata Citlali Chico Segundo, de 22 a?os. La mujer espera en un campo abierto mientras descargan de un cami¨®n todos los productos a granel que ha tra¨ªdo la asociaci¨®n civil a esta comunidad del municipio de San Jos¨¦ del Rinc¨®n, donde el 24% de la poblaci¨®n vive en pobreza extrema, seg¨²n los datos del Consejo Nacional de Evaluaci¨®n de la Pol¨ªtica de Desarrollo Social (Coneval).
La joven mazahua amamanta a su beb¨¦ de tres meses. Su hija, Melissa, de cinco a?os, juega a ratos sola alrededor de su madre y a ratos con los dem¨¢s ni?os que se han trepado a un ¨¢rbol. Mientras, Citlali espera con su bolsa vac¨ªa su turno para tomar el mont¨®n de jitomates, el ramo de cebollas, las bolsas de arroz y frijoles, frascos de mayonesas, galletas de animalitos Moderna, bolsas de donitas o botellas Vive100 que le corresponden. Una despensa completa por 87 pesos. Citlali es parte de los 28,5 millones de mexicanos que viven en inseguridad alimentaria en M¨¦xico, una cifra que escal¨® un 14% en la pandemia, de acuerdo con las cifras dadas a conocer por el Banco Mundial.
T¨ªmida, responde a las preguntas de los for¨¢neos, con la mirada clavada en el pasto. ¡°Aqu¨ª tenemos que agarrar transporte para ir a comprar despensa, que nos sale como en 300 o 500 pesos. Yo que tengo a mi beb¨¦, me tengo que ir con mi esposo para que me ayude a cargar. Y s¨ª est¨¢n caras las cosas, por muy barato que quieras comprar, ha subido mucho el lim¨®n, el aguacate y ahorita, tenemos que comprar los pa?ales para el beb¨¦¡±, comenta. Su esposo trabaja en el campo. Antes de su ¨²ltimo embarazo, ella tambi¨¦n iba a los sembrad¨ªos para limpiar el ma¨ªz. Le pagaban unos 100 a 150 pesos diarios por jornada. Pero ahora, con el reci¨¦n nacido le es imposible y solo queda intentar ahorrar en casa.
Como ella, la joven Valeria Trinidad L¨®pez, trata de hacer rendir el gasto para alimentar a sus tres hijos: un beb¨¦ de un a?o, una ni?a de tres a?os y el m¨¢s grande de ocho a?os. ¡°S¨ª, son bastantitos gastos y a veces no nos alcanza. Mi esposo trabaja para que podemos pagar la despensa, pero hemos estado batallando bastante porque a veces llueve y a veces no, y no hay cosecha. ?l siembra ma¨ªz, habas y frijoles. Hay que batallar, pero tenemos que ver la manera de salir adelante con el maicito porque si no, no hay como comer todo el a?o¡±, lamenta.
En la ma?ana, un tecito de hierbitas, la comida son tortillas, frijolitos, papitas, hongos o quelites y en la cena, ¡°lo que se pueda¡±. As¨ª resume Valeria la dieta familiar en su hogar. Durante la pandemia, su esposo se qued¨® sin trabajo y ahora las lluvias ¡°han estado faltando¡±. A ella la invitaron sus vecinas a participar en el programa del Banco de Alimentos. De otra manera, afirma, tendr¨ªa que ir a Providencia, donde gastar¨ªa entre 300 o 400 pesos, una cantidad que no es posible sostener cada semana.
En la misma fila, Alma Josefina Victoriano Cruz, sujeta con fuerza a su hija mientras se asoma a ver las bebidas endulzadas que alguna empresa ha donado y que ahora llegan a esta comunidad de menos de 800 habitantes, la mayor¨ªa ind¨ªgena, de lengua mazahua. ¡°Casi todas somos amas de casa y el hecho de que volteen a ver ac¨¢, a los m¨¢s necesitados, la verdad es que agradecemos. Para adquirir nuestros alimentos nosotros tenemos que trasladarnos a un par de comunidades lejos, a veces caminando, a veces en carro. Nosotros lo m¨¢s cercano que tenemos de aqu¨ª es la comunidad de Providencia a una hora caminando¡±, refiere la mujer, de 39 a?os, ataviada con un vestido verde, un collar de cientos de cuentas rojas y un cubrebocas con colibr¨ªs bordados.
La comunidad El Quelite es una de las recientemente adscritas al apoyo quincenal de despensas que otorga el Banco de Alimentos del Estado de M¨¦xico, Poniente. El director de este Banco ¨Cuno de los m¨¢s antiguos del pa¨ªs con 25 a?os¨C, Alberto Canul Ju¨¢rez, detalla que solo en esa entidad hay siete millones de personas que padecen carencia alimentaria. De este grupo, la asociaci¨®n civil atiende a 130.000 personas. Cada mes, este banco moviliza unas 850 toneladas de alimentos, un 80% es donado por empresas como Moderna, Danone, Femsa y el resto es comprado por el banco, sobre todo los productos que deben de ir en los paquetes de alimentos por cuesti¨®n de norma de calidad y que no donan las compa?¨ªas como el frijol u hortalizas.
A pesar de que diariamente este banco entrega de 2.500 a 3.000 paquetes de alimentos en unas 55 comunidades, el directivo reconoce que no alcanzan a cubrir a todos los solicitantes. Por ejemplo, el sur del Estado. ¡°Una de las zonas que no estamos atendiendo es la zona sur del Estado de M¨¦xico, por la falta de alimentos, por la distancia y por la inseguridad. Toda la zona sur del Estado de M¨¦xico es una zona caliente, muy pegada a Guerrero y Michoac¨¢n que, desgraciadamente, ha invadido mucho la delincuencia y que no podemos llegar all¨¢ porque corren peligro nuestros choferes. La zona sur del Estado de M¨¦xico es una zona agr¨ªcola muy buena, y es de las zonas m¨¢s productivas, y tenemos algunos donadores ah¨ª, pero intentamos ya no traer ese producto por el riesgo¡±, reconoce el directivo.
Canul Ju¨¢rez admite que debido a la pandemia tuvimos muchas solicitudes de gente que se qued¨® sin trabajo, gente que en un momento dado tuvo que cerrar su negocio y que nos est¨¢n solicitando, desgraciadamente, por la falta de alimento, no hemos podido incrementarlo, tenemos el mismo promedio de 2021 a 2022. En un c¨¢lculo r¨¢pido, el directivo estima que en esta zona hay unas 4.000 familias a las que no han podido llegar.
Mariana Jim¨¦nez, directora de Alianzas Estrat¨¦gicas e Inversi¨®n Social de la Red de Bancos de Alimentos de M¨¦xico (Red BAMX) admite que existe un enorme reto log¨ªstico para llevar a los rincones m¨¢s alejados las frutas, hortalizas, pan, leche y dem¨¢s productos. ¡°El alimento est¨¢ ah¨ª, hay m¨¢s de 23 millones de alimentos que se est¨¢n perdiendo y desperdiciando cada a?o en nuestro pa¨ªs, eso es lo que hay para que nosotros podamos rescatarlo, sin embargo, nuestros bancos de alimentos no cuentan con la suficiente capacidad log¨ªstica para ir y acopiar todos esos alimentos. Obviamente, esto implica un costo log¨ªstico importante, un costo operativo que hoy en d¨ªa con el alza de los combustibles se incrementa much¨ªsimo m¨¢s¡±, asevera.
Desconocimiento. Esa palabra resuena en Jim¨¦nez cuando se le cuestiona sobre el por qu¨¦ en M¨¦xico se dejan pudrir y tirar, m¨¢s de 20 millones de alimentos si hay m¨¢s de 20 millones de bocas que pueden ser alimentadas. La directiva es directa cuando se?ala que a¨²n se ignora en el pa¨ªs el impacto econ¨®mico, social, medioambiental, econ¨®mico y el beneficio fiscal que obtienen las empresas al convertirse en donatarias.
Con una inflaci¨®n desbocada y el conflicto ruso en Ucrania sin vistas para terminar como tel¨®n de fondo, la directora reconoce que se avizora un horizonte complejo y plagado de dificultades. ¡°Hoy tenemos un problema de disponibilidad, el problema son los precios de los alimentos b¨¢sicos por la inflaci¨®n y por el conflicto armado (de Rusia en Ucrania), si esta situaci¨®n no se revierte vamos a tener un problema de acceso, ya despu¨¦s no va a haber alimento. Nosotros con todos los esfuerzos que hacemos, con los 54 bancos de alimentos apenas estamos atendiendo al 6% de la poblaci¨®n que vive en inseguridad alimentaria, son m¨¢s o menos unos dos millones de mexicanos¡±, dice.
Aunque Jim¨¦nez precisa que hasta el momento la inflaci¨®n no ha impactado sobre los precios de los productos que el Banco de Alimentos se ve obligado a comprar, la directora no descarta la revisi¨®n de la cuota que cobran por despensa para contrarrestar el alza de precios. ¡°Hemos percibido un incremento en los precios de los alimentos b¨¢sicos: frijol, az¨²car, aceite, pasta. Va dependiendo de los meses, del Estado. Para asegurar la sostenibilidad de la causa y de su operaci¨®n s¨ª se tendr¨ªa que revisar (la cuota), sin embargo, tambi¨¦n estamos detonando estrategias para diversificar nuestras fuentes de ingresos econ¨®micos y de donativos de especie¡±, concluye.
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