¡®La dichosa palabra¡¯: 20 a?os de literatura en televisi¨®n abierta
El programa cultural sobre libros, lenguaje y el origen de las palabras se transmite en cadena p¨²blica mexicana del Canal 22 de forma ininterrumpida desde 2003
Son una especie de estrellas del rock del mundo de la cultura. Poseen, tras 20 a?os de aparecer en las pantallas de los hogares mexicanos, un nutrido y muy agradecido grupo de admiradores, muchos de ellos que, adem¨¢s, guiados por su influencia, estudiaron Letras, escribieron un libro o se convirtieron en acad¨¦micos. Pablo Boullosa, Laura Garc¨ªa, Eduardo Casar y Germ¨¢n Ortega han llegado a la temporada n¨²mero 20 del programa de televisi¨®n p¨²blica La dichosa palabra, un fen¨®meno ¨²nico en un pa¨ªs como M¨¦xico, en el que las telenovelas o los noticiarios pelean por la atenci¨®n de millones de personas que buscan en la televisi¨®n un momento de sosiego y tranquilidad.
Y como una banda musical, el equipo de La dichosa palabra ha girado por varias ciudades del pa¨ªs, y se han sentado a la mesa durante dos d¨¦cadas para resolver las dudas sobre el lenguaje y el origen de distintas expresiones que usan cotidianamente sus espectadores, vinculados estrechamente con ellos a trav¨¦s de las redes sociales. Un contacto que ha evolucionado de las llamadas telef¨®nicas en el estudio o los correos electr¨®nicos, a los tuits y las publicaciones en redes sociales justo en el momento en que el programa es transmitido en vivo.
El 8 de marzo de 2003, cinco t¨ªmidos conductores reci¨¦n estrenados frente a las c¨¢maras de televisi¨®n inauguraban un programa al que le hab¨ªan precedido dos intentos para lanzar en pantalla una producci¨®n que hablara sobre literatura y cultura. El gimnasio: texto, sudor y p¨¢ginas y La barra de letras fueron los proyectos de Canal 22, impulsados por el entusiasmo del productor cultural Enrique Strauss y encabezados por Pablo Boullosa que, sin embargo, no florecieron para tener continuidad, pero que dieron paso a La dichosa palabra. En aquel primer cap¨ªtulo, los tertulianos, entre los que tambi¨¦n se encontraba Nicol¨¢s Alvarado (quien saldr¨ªa del programa 10 a?os m¨¢s tarde), hablaban de la utilidad de la literatura, el poema m¨¢s famoso del poeta mexicano Manuel Acu?a y el significado de varias expresiones enviadas por los televidentes.
La din¨¢mica del programa, que se mantiene hasta ahora, es que cada uno de los conductores inicia la emisi¨®n con alg¨²n extracto, dicho, o comentario relacionado con la literatura, generalmente es en ese breve espacio en donde son reveladas sus personalidades, su humor y sus gustos. Despu¨¦s, la conversaci¨®n cobra vuelo con la participaci¨®n del p¨²blico, que hace llegar sus dudas sobre el lenguaje y las palabras que usan a diario. Tambi¨¦n se recomiendan libros y obras y se habla much¨ªsimo del origen de las palabras. Siempre hay respuestas por parte de los conductores y siempre esas respuestas terminan conduciendo a los televidentes a un terreno f¨¦rtil y frondoso de m¨¢s obras y, por ende, de m¨¢s dudas. El viaje es siempre placentero y entretenido.
Laura Garc¨ªa, espa?ola nacionalizada mexicana, ten¨ªa 26 a?os en aquella primera transmisi¨®n de 2003, cuando no hab¨ªa tanta claridad en su futuro con respecto a si seguir¨ªa en M¨¦xico o no. Lexic¨®grafa, traductora, editora, escritora, periodista y comunicadora de radio y televisi¨®n, seg¨²n revela una extensa rese?a sobre su experiencia profesional, asegura que no alcanza a¨²n a dimensionar lo que significan las dos d¨¦cadas de distancia de aquel primer programa. ¡°Eran cinco personas que no se conoc¨ªan, que estaban muy ilusionados por empezar, sin ninguna expectativa y sin ninguna dimensi¨®n de a d¨®nde ir¨ªa todo eso. Yo creo que en mi vida no he tenido nada de 20 a?os m¨¢s que La dichosa palabra¡±, cuenta, con la emoci¨®n que persiste en su rostro desde aquella primera emisi¨®n.
Para los conductores y espectadores, parte de la armon¨ªa y el ¨¦xito que ha sostenido al proyecto est¨¢ en que no se trata solo de ver y escuchar personas que lo sepan todo, sino que cada uno de ellos sea especialista en algo y que a la hora de sentarse ante las c¨¢maras el conocimiento reunido ayude a tener una visi¨®n muy extensa y rica de casi cualquier tema que se les consulta. Pero, adem¨¢s, Pablo Boullosa, el l¨ªder del grupo, asegura que se trata tambi¨¦n del trabajo de quienes apuestan por proyectos como este. ¡°Con frecuencia la gente piensa que qu¨¦ gran m¨¦rito nuestro es cumplir 20 a?os, pero el m¨¦rito ha sido de todos los directores y funcionarios que han palomeado el programa. La duraci¨®n de una producci¨®n en televisi¨®n depende de que la gente que toma las decisiones importantes siga apoy¨¢ndolo. No solo es un m¨¦rito de nosotros, es el fruto del esfuerzo colectivo¡±.
Al director del Canal 22, Armando Casas P¨¦rez, se le puede ver por los pasillos del foro de televisi¨®n tomando fotos o grabando videos. A la distancia se intuye su profesi¨®n y su m¨¢s grande pasi¨®n: es cineasta, director de pel¨ªculas como Un mundo raro (2001), Malacopa (2018) o Familia Gnag (2014). Mientras la emisi¨®n en vivo transcurre, ¨¦l hace tomas desde distintos ¨¢ngulos con su tel¨¦fono m¨®vil, o se para frente a la gr¨²a que sostiene una c¨¢mara lista para enfocar a uno de los conductores. Para Casas, director del canal p¨²blico desde 2019, el ¨¦xito de esta producci¨®n es la sencillez: ¡°Estamos en una tertulia con gente agradable que no se comporta como los sabiondos que dan lecciones; son gente que duda tambi¨¦n y que ha adquirido conocimientos que ahora comparte¡±, dice.
En el a?o 2021 La dichosa palabra logr¨® el n¨²mero de audiencia m¨¢s grande en el Canal 22: m¨¢s de 10 millones de personas lo vieron. Y en promedio, seg¨²n los registros, unas 69.000 ven cada programa de la nueva temporada. El canal, que depende de la Secretar¨ªa de Cultura de M¨¦xico, fue fundado en 1982 y el 23 de junio de 1993 empez¨® las transmisiones de una oferta cultural que le ha llevado a convertirse en un referente en contenidos en Iberoam¨¦rica, con producciones como La oveja el¨¦ctrica, un programa de televisi¨®n sobre ciencia, o el m¨ªtico Tratos y Retratos, conducido por la periodista y presentadora Silvia Lemus y al que la Unesco ha reconocido como ¡°patrimonio documental mundial¡± por la riqueza de testimonios y voces que ha logrado reunir en tres d¨¦cadas de existencia.
El escritor mexicano Eduardo Casar acababa de cumplir 50 a?os cuando empez¨® el programa. Recuerda con humor aquellas primeras reuniones en las que, cuenta, estaban m¨¢s preocupados de c¨®mo iba a salir la transmisi¨®n que de lo que estaban diciendo. Hace solo unas semanas que Casar ha sido parte del grupo de acad¨¦micos que ha evaluado una tesis de grado. Al terminar la prueba, la madre del concursante, un joven que present¨® un trabajo sobre el escritor uruguayo Eduardo Galeano, le mostr¨® su agradecimiento y admiraci¨®n y le cont¨® que su hijo hab¨ªa decidido estudiar Letras gracias al programa.
No son pocos los ejemplos de personas que siguieron maravilladas los pasos y el legado del programa. Durante estos 20 a?os, varias generaciones de estudiantes y de personas de todas las edades y profesiones hicieron eco de lo aprendido y se encaminaron a llevar a cabo proyectos personales y profesionales en torno a la literatura.
Germ¨¢n Ortega estudi¨® varias cosas antes de saber que la vida le ten¨ªa preparado convertirse en un conductor de televisi¨®n. Ha dado clases toda su vida y su formaci¨®n va de estudiar Biolog¨ªa, Antropolog¨ªa, Ciencias Sociales y hasta dar c¨¢tedra sobre Historia de las religiones. ¡°Antes, cada s¨¢bado, yo sent¨ªa como si fuera una especie de examen profesional. Pero luego empez¨® a fluir m¨¢s. Y as¨ª se nos pasaron 20 a?os. El proyecto ha tenido mucho que ver con el sentido mismo de mi vida. La felicidad tiene que ver con el fluir, con vivir algo que ni te das cuenta de que requiri¨® tanto tiempo porque lo has pasado muy bien¡±, recuerda.
Durante estas dos d¨¦cadas el programa ha pasado por la producci¨®n de cinco personas, todas ellas han aportado una est¨¦tica distinta, han sorteado las novedades o los retos de las ¨¦pocas que les ha tocado vivir, pero la esencia ha quedado casi intacta en los cuatro conductores que se convirtieron en parte de una familia dichosa a la que muchos recib¨ªan cada semana en sus hogares. La ¨²ltima de esas personas es el productor Javier Pimentel, a la cabeza del programa desde el inicio de este a?o. ?l tambi¨¦n cumple 20 a?os trabajando en Canal 22. ¡°Este programa es el buque insignia del canal, es un verdadero privilegio y una alegr¨ªa porque independientemente de mi trabajo soy fan, lo conozco bien, y he visto c¨®mo ha cambiado a lo largo de los a?os¡±, cuenta.
El paso de Nicol¨¢s Alvarado en La dichosa palabra dur¨® una d¨¦cada. Relata que durante los primeros episodios Froyl¨¢n L¨®pez Narv¨¢ez, acad¨¦mico, periodista y promotor cultural, habl¨® con el equipo para recomendarles que se relajaran un poco y se divirtieran con humor al contar cosas que ellos dominaban sin ninguna duda. ¡°Fueron 10 a?os muy gozosos y muy cansados. Fue el primer compromiso cotidiano que tuve¡±. A partir de entonces, Alvarado comenz¨® una carrera en medios de comunicaci¨®n promoviendo la cultura. ¡°Tras 10 a?os yo ten¨ªa muchos proyectos y mucho trabajo. La dichosa ya me hab¨ªa dado todo lo que pod¨ªa darme y yo ya le hab¨ªa dado lo poco que pod¨ªa ofrecerle¡±, dice.
Boullosa, el hermano mayor y l¨ªder de este programa, se dice profundamente agradecido porque es el p¨²blico y el Canal 22 dos de los pilares que los han mantenido ah¨ª. Cuando se le cuestiona sobre su papel en la promoci¨®n de nuevas ideas, el escritor es determinante: ¡°Yo nunca he querido hacer un programa para la gente que ya lee o que ya ama la cultura; yo no quiero entretener a esas personas, lo que yo quisiera lograr es llegar a quienes est¨¢n en esa frontera, a quienes no han tenido la suerte de nacer en una familia de lectores, a m¨ª me interesa salir a seducir a esas personas. Eso es lo que realmente quiero y eso es lo que me gustar¨ªa creer que hacemos¡±.
La dicha y el eco de las palabras
Alejandro Tulio Carbonell tiene 35 a?os y es originario del Estado de Hidalgo. Habla de Eduardo, de Pablo, de Laura y de Germ¨¢n como si fueran integrantes de su familia o sus amigos m¨¢s cercanos. Resalta eso, la sensaci¨®n de cercan¨ªa que le transmiten desde los 16 a?os, cuando sintoniz¨® por primera vez el programa.
¡°Sab¨ªa que en el Canal 22 encontrar¨ªa algo que pudiera gustarme, y as¨ª fue. Empezaron a hacer un juego de palabras, me gust¨® mucho y los empec¨¦ a seguir¡±, cuenta. Tulio Carbonell se convirti¨® en profesor en ense?anza media y superior y est¨¢ esperando terminar de escribir su libro para poder hacerlo llegar a manos de los conductores. ¡°Soy escritor amateur y si tom¨¦ esa decisi¨®n fue precisamente por ellos. Fue un impulso¡±. Adem¨¢s, recuerda con entusiasmo el d¨ªa en que pudo conocerlos en una feria del libro a la que asistieron en su ciudad.
El primer cap¨ªtulo del 8 de marzo de 2003 terminaba con Eduardo Casar diciendo: ¡°Esperamos que esto sea el inicio de una larga conversaci¨®n¡±; la charla entre La dichosa palabra y sus millones de espectadores se ha alargado durante 20 a?os y, probablemente, la conversaci¨®n contin¨²e durante muchos a?os m¨¢s. Como una larga amistad entre personas que se conocen y que disfrutan compartir y descifrar el mundo que les rodea a trav¨¦s del encuentro.
Suscr¨ªbase aqu¨ª a la newsletter de EL PA?S M¨¦xico y reciba todas las claves informativas de la actualidad de este pa¨ªs
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.