La estrategia pol¨ªtica que us¨® Corea del Sur para conquistar M¨¦xico con sus telenovelas
Los K dramas se impulsaron desde las embajadas, pero las j¨®venes tambi¨¦n ven en ellos una masculinidad distinta (y enga?osa) de la que exudan los culebrones latinoamericanos
Un hombre fornido, de camisa abierta en el pecho, sudoroso, bronceado y, ojal¨¢, subido en un caballo parece ser el mejor resumen del gal¨¢n de telenovela mexicana. Ese hombre enamorado de una jovencita que no le corresponde por su clase social, que busca conquistarla en medio de escenas de cachetadas y sexo febril encarna, a grandes rasgos, la trama del g¨¦nero que, seg¨²n Carlos Monsiv¨¢is, ayud¨® a construir la identidad mexicana. Sin embargo, en las novelas que Corea del Sur lleva exportando por d¨¦cadas a M¨¦xico y que fueron el motor de la creaci¨®n de verdaderas armadas de seguidores en este pa¨ªs, las cosas parecen radicalmente distintas. ?C¨®mo es entonces posible que un pa¨ªs tan lejano haya logrado la conquista de la meca de las telenovelas?
La ola coreana o Hallyu -como se ha popularizado en diferentes latitudes- ha conseguido efectivamente que Corea del Sur se meta en el coraz¨®n de millones de j¨®venes y de familias en todo el mundo con productos de entretenimiento: melodramas y canciones pegajosas de pop a las que ha bautizado con una k, k de K pop y de K dramas. Para noviembre de 2021, Netflix hab¨ªa lanzado m¨¢s de 80 pel¨ªculas y series de origen surcoreano desde que abri¨® su servicio a ese pa¨ªs en 2016 y ten¨ªa tres producciones de este origen como las m¨¢s vistas en el mundo. Esta conquista, imparable por m¨¢s de una d¨¦cada, ha sido posible gracias a una cuidadosa pol¨ªtica de Estado.
¡°Todo este fen¨®meno hace parte de una pol¨ªtica cultural de Corea del Sur que empieza en 1997, con el colapso de su econom¨ªa. Ellos se ven en la necesidad de reestructurarse y se dan cuenta de que las industrias culturales se alimentan de capital humano y eso es algo que como pa¨ªs, les sobra¡±, explica Nayelli L¨®pez, mexicana que, despu¨¦s de vivir 11 a?os en Corea, se uni¨® al Programa Universitario de estudios sobre Asia y ?frica, de la UNAM.
Los coreanos, bajo el mandato de crear productos que les permitieran abrirse al mundo y hacer una verdadera conquista simb¨®lica, crearon una versi¨®n suave, mucho m¨¢s corta y estilizada del melodrama tradicional y lo probaron en China. El fen¨®meno enloqueci¨®, seg¨²n cuenta L¨®pez, sobre todo a las mujeres de una cierta edad que vieron en la nueva representaci¨®n del hombre coreano y sus formas de amar una raz¨®n para perder la cabeza.
Luego, vendr¨ªa Jap¨®n, pa¨ªs con el que, por el contrario, Corea no ten¨ªa buenas relaciones por la ocupaci¨®n que hab¨ªa vivido entre 1910 y 1945. Uno de los K dramas m¨¢s emblem¨¢ticos, Sonata de invierno, enamor¨® a las japonesas con su nueva versi¨®n del romance y cambi¨® la percepci¨®n que se ten¨ªa de ellos en este pa¨ªs. De su mano, lleg¨® la apertura de nuevas relaciones diplom¨¢ticas, nuevos mercados y una avalancha de turismo de japoneses a Corea del Sur que para el 2004 ya hab¨ªa crecido un 35,5%, especialmente en lugares en donde se hab¨ªa grabado la novela.
El ¨¦xito estaba probado. El gobierno coreano, en un plan ambicioso, dispuso de todas las embajadas con las que contaba en el mundo para propagar sus productos y, con ellos, una nueva imagen de pa¨ªs. M¨¦xico ser¨ªa, por su volumen de audiencia, el primero en ser conquistado en el mercado en espa?ol.
¡°El consumo cultural de los productos coreanos en M¨¦xico empieza en 2002, cuando llegan las primeras telenovelas al canal 34, un canal abierto en el Estado de M¨¦xico, que por entonces gobernaba Enrique Pe?a Nieto. Los coreanos ofrecieron contenido gratis, que se emiti¨® un poco de relleno. Pero justo cuando eso empieza, abren el espectro de transmisi¨®n del canal a Puebla, Hidalgo, Michoac¨¢n,y como para entonces poca gente ten¨ªa dinero para pagar la televisi¨®n por cable, muchas mujeres y jovencitas que estaban en casa se enganchan con estos nuevos dramas¡±, explica L¨®pez.
La llegada del K drama a M¨¦xico cont¨® con otros factores locales que ayudaron a su propagaci¨®n. ¡°En M¨¦xico ya hab¨ªa un nicho de j¨®venes que consum¨ªan productos de la cultura popular del este asi¨¢tico, sobre todo manga, anime e incluso el J Pop, as¨ª que hab¨ªa un campo f¨¦rtil para que pudiera emerger este otro grupo identitario¡±, explica Dinorah Contreras, maestra en estudios culturales y parte del C¨ªrculo Mexicano de Estudios Coreanos (CEMEC), quien en sus ¨¦pocas de preparatoria fue seguidora fiel de estas novelas y sus bandas sonoras. ¡°Desde mi experiencia como consumidora de K dramas, los j¨®venes que se decantaron por estos productos culturales ten¨ªan una inconformidad con lo que se produc¨ªa en el entretenimiento mexicano de la ¨¦poca. Hab¨ªa una cr¨ªtica muy fuerte a los poder¨ªos de los grandes canales, est¨¢bamos cansados de las mismas historias y narrativas¡±.
Justamente, grandes producciones del drama coreano como Todo sobre Eva, Escalera al Cielo y Sonata de Invierno, estaban hechas de forma m¨¢s corta, es decir, el desenlace era m¨¢s r¨¢pido que en los culebrones latinoamericanos y adem¨¢s ten¨ªan unas emociones muy sutiles que creaban un enganche diferente y especial en las audiencias. ¡°A diferencia del drama mexicano, que lo lleva todo al l¨ªmite de la violencia y el sexo, las narrativas de lo coreano tiene mucho cuidado en las emociones y crean una experiencia de la emoci¨®n dosificada¡±, explica Gabriela Poox, doctora en Antropolog¨ªa Social y cofundadora del CMEC.
Ante este contexto, a principios de los a?os 2000, la embajada coreana en M¨¦xico dio un nuevo paso: promover la formaci¨®n de clubes de fans. ¡°?Te gustan las series coreanas y tienes tu actor favorito? Inscribe tu fan club en la embajada y el d¨ªa del cumplea?os del actor, te podemos dar fondos para que le celebres su cumplea?os¡±. As¨ª, con estas din¨¢micas promocionales, se empiezan a crear y dispersar los clubes de seguidores, porque muchos chavitos con dificultades para estudiar y trabajar se dan cuenta que daban dinero por esto y empiezan a celebrar el d¨ªa del K pop y el d¨ªa para conmemorar a un actor, o a un ¨ªdolo. Aparece incluso un sistema de competencia entre los clubes que amplifica y expande a¨²n m¨¢s el consumo de estos dramas y sus bandas¡±, asegura L¨®pez.
Aunque ya han pasado unas d¨¦cadas desde estas primeras incursiones, los dramas coreanos y las bandas de K pop siguen siendo consumidos por millones de j¨®venes en todo M¨¦xico. Andrea Ju¨¢rez, estudiante de pregrado en Comunicaci¨®n de la Universidad Aut¨®noma Metropolitana, hace justamente su tesis de grado sobre el fen¨®meno coreano en M¨¦xico. Ella, como fan devota del g¨¦nero desde que ten¨ªa 13 a?os, tiene ideas muy claras sobre por qu¨¦ su generaci¨®n sigue sintiendo una gran atracci¨®n por dicho productos. ¡°Los protagonistas de los dramas o los ¨ªdolos de las bandas de K pop son chicos que cuidan m¨¢s c¨®mo se ven, c¨®mo se peinan y se visten, eso significa una ruptura en la concepci¨®n de la masculinidad. Como chica, siempre me han dado est¨ªmulos para verme arreglada, para cuidar de mis formas de vestir, pero digo ?por qu¨¦ solo nosotras y ellos no? Los protagonistas de los productos coreanos se cuidan m¨¢s y eso los hace parecer m¨¢s accesibles, con m¨¢s capacidad de cuidado y, sobre todo, alejados de esos rasgos de masculinidad t¨®xica con las que muchas no resonamos. A m¨ª me gustaba un tipo de masculinidad que no es la convencional, m¨¢s bien es comprensiva, sensible, es m¨¢s real. Lo otro lo siento como una actuaci¨®n¡±.
Andrea asegura que hay, adem¨¢s, una mayor curiosidad por toda Corea y unas ganas cada vez m¨¢s crecientes de viajar a conocer su cultura. ¡°S¨ª, quiero conocer Corea del Sur. Tengo inter¨¦s por comprobar si lo que ves en la tele es as¨ª, si los chicos son as¨ª, verificar si es real la forma en la que se narra esa sociedad¡±. El deseo de esta estudiante no est¨¢ separado de una tendencia mundial. Para 2019, antes de la pandemia, Corea del Sur recibi¨® a 17,5 millones de turistas de todo el mundo. Mientras que para 1997, antes de toda la pol¨ªtica cultural, recib¨ªa escasamente 3 millones.
Justamente, son esas caracter¨ªsticas de los dramas perfectos coreanos, que muestran una sociedad tecnol¨®gica, robotizada, urbana, muy delgada, de gran arraigo familiar, en donde los mayores tienen mucha relevancia y en la que los j¨®venes tienen que ser exitosos y productivos muy tempranamente, por las que muchas estudiosas de estos productos llaman a una mirada m¨¢s cr¨ªtica sobre lo que ha vendido Corea del Sur de s¨ª misma.
¡°S¨ª, es verdad que hay una inclinaci¨®n por una masculinidad m¨¢s suave, aunque sabemos que no necesariamente representa la que existe en Corea del Sur. Aunque hay un trato diferente al hombre, detr¨¢s, se refleja la misma relaci¨®n de poder. Sigue siendo el protector, el que no expresa sus emociones, el que se mantiene fr¨ªo, un Don Juan que busca una mujer buena que los redima y que lo haga salir de la estructura t¨®xica que maneja¡±, explica, por su parte. Gabriela Poox, del CMEC.
En los K dramas hay una narrativa muy cuidada y agenciada de la realidad de Corea, porque sus tramas y narrativas siguen siendo estrictamente vigiladas por un gobierno empe?ado en convertirse en una potencia global cultural, pero Corea del Sur, como su cine ha mostrado, es mucho m¨¢s amplia, compleja, problem¨¢tica, diversa, parad¨®jica de lo que cualquier novela o banda construida de pop pueda retratar. As¨ª como M¨¦xico no solo es como lo pintan en las novelas, tampoco lo es Corea Sur, aunque millones de seguidores solo tengan los K dramas para hacerse una idea de ella.
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