La estrategia partidista sobreexpone al Ej¨¦rcito como protagonista de la discusi¨®n pol¨ªtica de M¨¦xico
Un debate maniqueo cierra las salidas a una discusi¨®n sosegada sobre el papel de los militares en el pa¨ªs
Los mexicanos aman a su Ej¨¦rcito, no se necesitan encuestas para determinar eso, pero adem¨¢s las hay, y son inequ¨ªvocas, la inmensa mayor¨ªa conf¨ªa en los militares. Desde bien ni?os, suena en las escuelas el himno patrio al ritmo de trompetas y tambores y los desfiles de las Fuerzas Armadas son un ba?o de multitudes cada a?o. En los recientes discursos pol¨ªticos, sin embargo, se ha extendido la idea de que la oposici¨®n no quiere al Ej¨¦rcito o le falta al respeto al general al mando, Luis Cresencio Sandoval, secretario de Defensa, o a su hom¨®logo en la Marina, Rafael Ojeda. El presidente Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador esgrimi¨® esta semana la ¨²ltima encuesta de percepci¨®n ciudadana de las Fuerzas Armadas y se la lanz¨® a oposici¨®n: ¡°Tengan, para que aprendan, sigan votando en contra de la Marina, sigan votando en contra de la Secretar¨ªa de la Defensa, sigan votando en las C¨¢maras en contra de la Guardia Nacional¡±, dijo. Y aludi¨® a un supuesto trato ¡°grosero¡± de la oposici¨®n con los l¨ªderes de los militares. La estrategia pol¨ªtica parece estar calando: si est¨¢s en contra de las reformas planteadas por el Gobierno, est¨¢s en contra del Ej¨¦rcito. En los tiempos recientes, nunca un partido de izquierda se abraz¨® tanto a los cuerpos militares.
¡°Es un falso debate, no se est¨¢ tratando en estos d¨ªas la confianza en el Ej¨¦rcito, sino la necesidad de consolidar una polic¨ªa nacional, entre otras cosas¡±, dice el l¨ªder de los panistas en el Senado, Julen Rementer¨ªa, quien lamenta el ¡°uso pol¨ªtico¡± que hace Morena del asunto: ¡°Claro que no nos sentimos c¨®modos con eso, ni a gusto, ni lo aceptamos. El Ej¨¦rcito tiene un amplio respaldo. Todav¨ªa. Es el presidente el que lo est¨¢ poniendo en riesgo constantemente y llevando al debate eso de que la oposici¨®n est¨¢ en contra de los militares¡±, dice el senador. Y a?ade: ¡°El debate constante da?a al Ej¨¦rcito, llevamos un mes hablando de eso, no es nada bueno, [los militares] deber¨ªan estar ajeno a esas discusiones, no ser protagonistas constantes, pero ah¨ª los meten¡±.
La sobreexposici¨®n en la vida pol¨ªtica, luego p¨²blica, que est¨¢ viviendo la Instituci¨®n Armada no les parece saludable a muchos. ¡°El Ej¨¦rcito se ha convertido en una pieza m¨¢s del ajedrez que pueden mover los actores pol¨ªticos, se ha vuelto maleable por la buena fama que tiene entre la opini¨®n p¨²blica, es ahora una moneda con la que se puede negociar¡±, explica la polit¨®loga Teresa Mart¨ªnez Trujillo, investigadora del Tecnol¨®gico de Monterrey. ¡°Para el Ej¨¦rcito supondr¨¢ un costo estar todo el tiempo en el ojo del hurac¨¢n. Antes, los desmanes de los militares se entend¨ªan como casos individuales, una manzana podrida, pero la sobreexposici¨®n puede vulnerar la imagen de toda la Instituci¨®n y luego habr¨¢ que ver qu¨¦ pasa en los siguientes gobiernos¡±, cuestiona Mart¨ªnez Trujillo. Recuerda que en tiempos de Calder¨®n ya se criticaba la presencia constante de los militares en algunos territorios ¡°y eso que el presidente entonces siempre dec¨ªa que era ¡°temporal y subsidiaria¡±. La investigadora pone de ejemplo los m¨²ltiples anuncios en los aeropuertos en los que se publicita el desempe?o de la Marina en la vigilancia y protecci¨®n del delito y la seguridad aeroportuarios. ¡°Eso puede tener una cara B¡±, piensa.
El pasado mi¨¦rcoles, se desencaden¨® en el Senado el en¨¦simo debate sobre el Ej¨¦rcito y las funciones que les est¨¢ asignando el Gobierno, as¨ª como la opacidad para rendir cuentas de esta instituci¨®n h¨ªbrida, mitad pol¨ªtica, mitad militar, habida cuenta de que el secretario de Defensa es en M¨¦xico, por tradici¨®n, un general. Y por tradici¨®n, los generales no comparecen ante la soberan¨ªa popular. La discusi¨®n qued¨® ahogada bajo par¨¢metros maniqueos: si pides la comparecencia p¨²blica de Luis Cresencio Sandoval est¨¢s en contra del Ej¨¦rcito. Pero nada se habl¨®, ni se habla, de si ha llegado el momento de que el secretario de Defensa o de la Marina sean civiles. ¡°No tendr¨ªamos inconveniente¡±, dice Rementer¨ªa, preguntado por ello. ¡°Pero ser¨ªa un acto de ilusi¨®n, si [en Morena] no est¨¢n dispuestos tan siquiera a que la polic¨ªa sea un cuerpo civil. Por nuestra parte no habr¨ªa problemas para ello, creo, no lo hemos debatido internamente. Pero, en todo caso, no ser¨¢ realizable a corto plazo¡±, opina.
M¨¦xico en una rara avis en este asunto. Ya es caso extra?o en toda Am¨¦rica Latina, tambi¨¦n en el resto del continente, o en Europa, que un militar se encargue de la pol¨ªtica de Defensa de un pa¨ªs. Pero el desgaste que puede sufrir la Instituci¨®n, envuelta en la pelea pol¨ªtica, sugiere la pertinencia de un debate sobre esta condici¨®n anfibia del secretario de Defensa. ¡°Yo creo que tenemos que avanzar hacia eso¡±, reconoce la senadora morenista Imelda Castro, ¡°pero no hay que olvidar que el jefe de las Fuerzas Armadas es un civil, el presidente de la Rep¨²blica¡±, dice. Preguntada por la supuesta ¡°falta de respeto¡± a los militares que estos d¨ªas se ha lanzado contra la oposici¨®n como ariete pol¨ªtico, Castro templa: ¡°Yo no creo que les falten al respeto, no, quiz¨¢ hubo algunas expresiones, en el Congreso, alg¨²n ataque verbal, pero en el Senado se ha sido muy respetuoso. Respetamos a la oposici¨®n, tienen derecho a su libertad de expresi¨®n¡±, dice.
L¨®pez Obrador no fue tan medido: ¡°La militarizaci¨®n, dicen los conservadores hip¨®critas. ?Qui¨¦nes militarizaron el pa¨ªs? Ellos eran los que permit¨ªan la tortura, las masacres, el ¡®m¨¢talos en caliente¡¯, y ahora, como buenos hip¨®critas, se convierten en paladines de los derechos humanos¡±, dijo el jueves.
En parte, alud¨ªa a la sesi¨®n del Senado el d¨ªa anterior, donde los representantes de la oposici¨®n lamentaron que el general Sandoval no compareciera para dar cuentas de la gesti¨®n del Ej¨¦rcito y del esc¨¢ndalo de los Papeles de la Sedena, la filtraci¨®n de correos electr¨®nicos por parte de un grupo de hackers. Sandoval asisti¨®, pero no habl¨®, como le reclamaban. ¡°No est¨¢n entendiendo sus papeles, no entienden que est¨¢n en una democracia donde el Poder Legislativo debe ser el par¨¢metro de la rendici¨®n de cuentas¡±, explica la doctora M¨®nica Serrano, investigadora del Colegio de M¨¦xico. Sit¨²a el punto de partida de esta discusi¨®n en lo que llam¨® la Transici¨®n mexicana, cuando el PRI, despu¨¦s de d¨¦cadas de poder absoluto, perdi¨® en las urnas. ¡°La mesa estaba puesta para que se hubiera discutido entonces una agenda de democratizaci¨®n del control y la subordinaci¨®n de los militares al mando civil. Algo as¨ª ocurri¨® en Espa?a, por ejemplo, donde se consider¨® una agenda urgente. En M¨¦xico se sigue entendiendo que se pueden presentar ante el Legislativo y no comparecer¡±, critica Serrano.
Este jueves, en el Senado, los priistas alertaron al Ej¨¦rcito, a cuyo general recibieron con cordialidad, de que estaban siendo sobreexpuestos en la vida p¨²blica por el Gobierno; los del Grupo plural tambi¨¦n alabaron a la Instituci¨®n militar, pero reclamaron rendici¨®n de cuentas; y el senador de Movimiento Ciudadano Clemente Casta?eda dej¨® claro que ¡°criticar la militarizaci¨®n del pa¨ªs no significa estar contra el Ej¨¦rcito. Es un debate falso¡±, advirti¨®.
Pero la jugada pol¨ªtica parece jugosa. Presentarse como amigo del Ej¨¦rcito es rentable en M¨¦xico. Enorme comunicador, L¨®pez Obrador primero repiti¨® que el Ej¨¦rcito era ¡°el pueblo uniformado¡± y despu¨¦s se abraz¨® a la Instituci¨®n armada, luego al pueblo, frente a la oposici¨®n. En ellos ha depositado buena parte de su pol¨ªtica nacional, confiriendo a la Secretar¨ªa de Defensa, de paso, un enorme poder presupuestario. Los responsables militares callan. Pero la Instituci¨®n est¨¢ en boca de todos los pol¨ªticos.
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