L¨®pez Obrador se abraza a la buena imagen del Ej¨¦rcito
El presidente apoya en los militares sus grandes proyectos y recibe a cambio funcionalidad, lealtad y poco ruido
El matrimonio entre el Ej¨¦rcito mexicano y el Gobierno de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, o su Cuarta Transformaci¨®n, est¨¢ consumado. A los numerosos encargos que el primero ha destinado a las Fuerzas Armadas, el jefe de los uniformados ha respondido con un s¨ª quiero y convocado a todos al banquete. Luis Cresencio Sandoval, el secretario de Defensa, lanz¨® recientemente un mensaje de apoyo incondicional a la llamada Cuarta Transformaci¨®n: ¡°Como mexicanos es necesario estar unidos en el proyecto de naci¨®n que est¨¢ en marcha. Lejos de las diferencias de pensamiento que pudieran existir nos une la historia¡±. No son pocos quienes han visto en esta arenga una peligrosa injerencia de lo militar en lo civil. Y otros muchos lamentan que sea el Ej¨¦rcito, o la Marina, quienes se encarguen de tareas como la construcci¨®n de un aeropuerto, del trayecto del Tren Maya, de la distribuci¨®n de medicamentos o las obras de un banco p¨²blico. Y a¨²n m¨¢s gente se pregunta por qu¨¦. Cu¨¢les son las razones que animan al presidente a confiar a las Fuerzas Armadas tareas propias de la administraci¨®n pol¨ªtica. El mandatario no se ha explicado, apenas deja entrever que le gu¨ªa la convicci¨®n en la honestidad de los militares. ?Es raz¨®n suficiente? ?Quiere eso decir que no conf¨ªa en el resto de la poblaci¨®n, empresarios, constructores, organismos p¨²blicos, funcionarios?
El Ej¨¦rcito goza de una consideraci¨®n social muy alta en M¨¦xico. A pesar de sus desmanes cuando ha hecho uso de la fuerza socavando los derechos humanos, a la poblaci¨®n le pesa m¨¢s en su imaginario las ayudas que presta cuando la naturaleza se pone brava: huracanes, terremotos, inundaciones. ¡°Esta reputaci¨®n es una constante en los ¨²ltimos 25 a?os. No solo son los primeros que llegan a las tareas de salvamento, hay misiones de car¨¢cter sanitario, incluso cortan el pelo a los lugare?os en algunas zonas¡±, dice el responsable de la empresa de investigaci¨®n y opini¨®n Parametr¨ªa, Francisco Abundis. Por tanto, el analista descarta que L¨®pez Obrador trate de rescatar el buen nombre del Ej¨¦rcito, quiz¨¢ desprestigiado por sus implicaciones con el narco y las matanzas asociadas a sus balas. No, m¨¢s bien ser¨ªa al contrario. Puede que el mandatario se arrime a ellos por el prestigio de la instituci¨®n armada.
Como ocurre normalmente con el presidente hay que leer entre l¨ªneas y aventurar una interpretaci¨®n. El pasado mi¨¦rcoles, en la fiesta de celebraci¨®n de su tercer a?o de mandato, con el Z¨®calo abarrotado de seguidores, L¨®pez Obrador asoci¨® a los soldados con su palabra fetiche: el pueblo. ¡°Ellos tambi¨¦n son el pueblo¡±, dijo. Y es cierto que la composici¨®n demogr¨¢fica de las tropas proviene de las clases humildes. Por tanto, alejadas de esas ¨¦lites que el dirigente siempre pone en el lado de las cr¨ªticas m¨¢s amargas: los acad¨¦micos, los corruptos de cuello blanco, las clases acomodadas. La ecuaci¨®n est¨¢ hecha: ¡°Primero los pobres¡±.
En M¨¦xico hay 214.596 militares y sus desfiles son seguidos con devoci¨®n en las fiestas de guardar. Lejos de la historia de golpismo que lastra a la instituci¨®n en Latinoam¨¦rica o Espa?a, por ejemplo, en el pa¨ªs norteamericano los tiempos contempor¨¢neos situaron a los acuartelados al lado de las revoluciones contra los dictadores desde tiempos de Porfirio D¨ªaz y la derrota del general Victoriano Huerta. Y muchos de los presidentes han ostentado el cargo de general, aunque no tuvieran una formaci¨®n militar como tal, sino que hicieron su carrera en las tropas revolucionarias. Esto fue as¨ª hasta la llegada al poder de Miguel Alem¨¢n en 1946, el primer civil. La relaci¨®n el Ej¨¦rcito con la pol¨ªtica ¡°siempre ha tenido en M¨¦xico reglas no escritas, por ejemplo que el titular de Defensa en el Gobierno siempre sea un general en activo, algo que contraviene incluso a la Constituci¨®n que obliga a dejar el puesto seis meses antes¡±, explica Alejandro Mart¨ªnez Serrano, maestro en Administraci¨®n Militar para la Seguridad y Defensa Nacionales.
¡°Creo que L¨®pez Obrador, cr¨ªtico con las Fuerzas Armadas cuando estaba en la oposici¨®n, lo que ve en ellas ahora es funcionalidad y lealtad¡±, es decir, el personal que le sacar¨¢ adelante sus proyectos sin problemas a?adidos. Con disciplina y en silencio. Es ¡°una lealtad pagada¡±, porque ellos reciben beneficios, dice Mart¨ªnez Serrano, que es profesor en la UNAM de Relaciones Internacionales y en la Universidad de Negocios ISEC. ¡°La alta jerarqu¨ªa recibe beneficios y la tropa no est¨¢ mal pagada, alrededor de 12.000 pesos al mes. As¨ª que, aunque es profesi¨®n de riesgo, tambi¨¦n es una salida laboral y de su entorno social¡±, sigue Mart¨ªnez.
El presidente, algunas veces predecible, se mantiene oscuro en esta relaci¨®n con el Ej¨¦rcito despu¨¦s de que, en sus tiempos de l¨ªder opositor, prometi¨® devolverlo a los cuarteles y que hoy levanta cr¨ªticas entre la gente de izquierdas, es decir, sus propias huestes. ¡°No podemos m¨¢s que especular sobre qu¨¦ le anima para confiar tantas funciones a los militares¡±, empieza Teresa Mart¨ªnez Trujillo, investigadora de la Escuela de Ciencias Sociales del Tecnol¨®gico de Monterrey. ¡°Pero creo que est¨¢ utilizando la misma l¨®gica pol¨ªtica de siempre: ellos son el pueblo uniformado por contraposici¨®n a las ¨¦lites a las que ataca. De esta forma desv¨ªa la mirada hacia otras narrativas, porque no es verdad que el Ej¨¦rcito tenga una honestidad probada y tambi¨¦n ha habido siempre ¨¦lites militares¡±.
A juicio de esta profesora, tambi¨¦n investigadora en M¨¦xico Eval¨²a, una explicaci¨®n al uso de las fuerzas armadas en tantos proyectos civiles es que ¡°al presidente le resultan eficientes. L¨®pez Obrador ha desmantelado instituciones civiles que descansaban en expertos y eso ha causado estragos en ciertas burocracias, un hueco que ahora vendr¨ªa a llenar el Ej¨¦rcito¡±. Pura log¨ªstica, como la distribuci¨®n de medicamentos, en manos de las farmac¨¦uticas primero, que el presidente desbarat¨® para entregar esta encomienda a una empresa p¨²blica. Pero los medicamentos no llegaban. Ahora ser¨¢n los militares los encargados, como ya hacen con las vacunas contra la covid. ¡°Se queda con quienes le son leales, lo que no quieren decir que sean muy eficientes¡±, a?ade Mart¨ªnez Trujillo. ¡°El Ej¨¦rcito puede no saber c¨®mo hacer un aeropuerto, pero lo har¨¢n¡±.
El sexenio tiene varias obras p¨²blicas como s¨ªmbolo y han de acabarse sin interferencias. Y sin ruido. ¡°El Ej¨¦rcito es una corporaci¨®n con intereses y lo que le hab¨ªa distinguido en el ¨²ltimo per¨ªodo del M¨¦xico contempor¨¢neo era precisamente la reducci¨®n de su espacio¡±, se?ala Humberto Beck, profesor del Colegio de M¨¦xico. Ahora el presidente ¡°est¨¢ intensificando el romance con las Fuerzas Armadas¡±. ?Por qu¨¦ lo hace? En su opini¨®n, porque ¡°encontr¨® en el Ej¨¦rcito una herramienta perfecta que ¨¦l puede utilizar para cualquier fin que se proponga, salt¨¢ndose deliberaciones, discusiones¡± y tr¨¢mites burocr¨¢ticos. El decreto publicado hace dos semanas con el que el Gobierno blinda sus grandes proyectos de infraestructura como el Tren Maya o el aeropuerto internacional Felipe ?ngeles declar¨¢ndolos asunto de seguridad nacional e inter¨¦s p¨²blico responde abiertamente a ese inter¨¦s, evitar obst¨¢culos y trabas administrativas, reconoci¨® el presidente durante una ma?anera.
L¨®pez Obrador parece dividir al Ej¨¦rcito en dos mitades, la luminosa y la oscura. ¡°La palabra militarizaci¨®n sirve para definir a un Ej¨¦rcito que reprime a la poblaci¨®n, pero cuando se trata de obras civiles no es militarizaci¨®n. Ese es el lado luminoso. Cada mandatario asume uno de esos lados. Este presidente se coloca del lado luminoso¡±, explica Mart¨ªnez Trujillo. ¡°Es una l¨®gica por decreto: el Ej¨¦rcito ya no asesina, no viola, porque yo di la orden de que eso no ocurra, parece decir el presidente. Ya no hay balazos¡±.
Alejandro Hope, analista de seguridad, opina que el presidente ¡°ve a las Fuerzas Armadas como un baluarte de su legado m¨¢s all¨¢ de 2024¡å. Por esta raz¨®n, ha redoblado una apuesta por los uniformados, y ¡°trata de justificarse ante una parte de su electorado que ve con recelo a los militares¡±, intentando echar por tierra esas barreras que los separan de la sociedad. ¡°?l plantea un juego sem¨¢ntico. Es decir, defiende que esto no es militarizaci¨®n porque los militares son buenos, en cambio s¨ª es militarizaci¨®n cuando los militares son malos. Nos dice que las fuerzas armadas son pueblo y aliadas de la transformaci¨®n¡±, contin¨²a este exfuncionario del Centro de Investigaci¨®n y Seguridad Nacional (CISEN), organismo federal de inteligencia disuelto por el presidente hace tres a?os. De ah¨ª que el mandatario vea necesario tambi¨¦n modificar sus atribuciones, facultades como la gesti¨®n de obras estrat¨¦gicas y ¡°tramos completos de la administraci¨®n p¨²blica¡±. Si el prop¨®sito inicial puede ser positivo porque inaugura funciones civiles no relacionadas con el uso de la fuerza, a posteriori tiene un efecto bumer¨¢n, ya que en la pr¨¢ctica supone una enorme cesi¨®n de poderes.
Los militares pueden asomar una cara u otra, seg¨²n d¨®nde les pongan, defiende el profesor Mart¨ªnez Serrano. ¡°Si los quieres impecables no se les puede meter en tareas de seguridad ni cuestiones que pueda ocasionar episodios de corrupci¨®n¡±, dice. En efecto, muchos militares en retiro se encargan de dirigir la polic¨ªa en numerosas ciudades y la corrupci¨®n es rampante. Por otro lado, tambi¨¦n les han salpicado, como a medio pa¨ªs, asuntos de corrupci¨®n en el propio seno de la instituci¨®n. ¡°El problema es que faltan controles civiles, el Ej¨¦rcito es como una caja negra de la que nadie sabe, sin visibilidad. Si apenas la hay en otros ¨¢mbitos, en lo militar, menos¡±, se?ala la investigadora Mart¨ªnez Trujillo. Y el decreto gubernamental no viene m¨¢s que a a?adir oscuridad al desarrollo de las obras p¨²blicas. O, como dice Mart¨ªnez Serrano, ¡°si no hay supervisi¨®n, hasta el m¨¢s justo peca¡±, a?ade Mart¨ªnez Serrano.
M¨¦xico es ¡°de los poqu¨ªsimos pa¨ªses del mundo en el que las Fuerzas Armadas tienen dos carteras en el Gobierno, una para el Ej¨¦rcito de Tierra y otra para la Marina¡±, se?ala Mart¨ªnez Serrano. Eso es algo que se decidi¨® en 1939 ¡°para no poner todos los huevos en la misma canasta¡±, prosigue. ¡°No es novedoso el recurso al Ej¨¦rcito en esta Administraci¨®n. Muchos otros presidentes antes los tuvieron en sus gabinetes. Porque tenerlos al lado es la forma de tenerlos de su lado¡±, dice. Y nunca se sabe con los militares. Ejemplos de su voracidad pol¨ªtica y de poder hay por cientos en otros tantos pa¨ªses. ¡°Fox incluso nombr¨® como procurador general [fiscal] a Macedo de la Concha, un militar¡±. As¨ª que, con motivos o sin ellos, la tradici¨®n contin¨²a.
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