La FIL pone una vela al libro y otra al bal¨®n

El estand m¨¢s peque?o, la pantalla m¨¢s grande. As¨ª es la presencia de Amazon en la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara (M¨¦xico), que el s¨¢bado abri¨® sus puertas a lo grande tras un 2020 estrictamente virtual por la pandemia y un 2021 al 50% de aforo por precauci¨®n. A lo grande en la FIL significa que en los pr¨®ximos nueve d¨ªas, el recinto de la Expo de Zapopan (la Ifema local) espera a los 800.000 visitantes de los a?os normales. Si pensamos que la ¨²ltima Feria del Libro de Fr¨¢ncfort, la mayor del mundo, recibi¨® hace dos meses 73.500 (eso s¨ª, durante cinco d¨ªas), nos haremos una idea de la mastod¨®ntica dimensi¨®n popular de la cita mexicana.

La FIL mide 43.000 metros cuadrados, es decir, como seis campos de f¨²tbol. La equivalencia no es balad¨ª, y menos este a?o. A la una de la tarde, minutos despu¨¦s del solemn¨ªsimo acto inaugural, la pantalla de Amazon conect¨® con Qatar para retransmitir el partido entre Argentina y M¨¦xico (2-0). Sabemos que Jeff Bezos quiere comprar los Washington Commanders, un equipo de f¨²tbol americano, pero su empresa se jacta de darle al cliente lo que pide. Y el s¨¢bado ped¨ªa bal¨®n. Como atrezo colgaban del techo r¨¦plicas gigantes de varios libros. Los de moda, por supuesto: El se?or de los anillos, Cien a?os de soledad y ¨Dmilagros del dios del f¨²tbol, es decir, de Maradona¨D la edici¨®n de la editorial Herder de El hombre en busca de sentido, el ensayo escrito por Viktor Frankl tras su paso por Auschwitz. Los hinchas de la psicolog¨ªa comenzaron a buscarlo masivamente en internet despu¨¦s de que Luis Enrique, el seleccionador espa?ol, declarase que hab¨ªa sido una lectura decisiva para ¨¦l.

Amazon manda en el mundo del libro, pero en la FIL se refugia, discretamente, en un pasillo lateral. Quien ostenta el poder no necesita hacer ostentaci¨®n. A unos metros del pabell¨®n del pa¨ªs invitado, el emirato ¨¢rabe de Sharjah, el protagonismo se lo llevan los estands de Planeta y Penguin Random House, verdaderos condominios flanqueados por Fondo de Cultura Econ¨®mica, el gigante de la edici¨®n p¨²blica, y Sexto Piso, el gigante de los peque?os: su espacio da cobijo a 30 sellos independientes de Am¨¦rica y Espa?a (de Tumbona a Min¨²scula pasando por Astiberri o Godot).

Si Penguin presume de contar ¨Da medias con Siruela¨D, con la edici¨®n de bolsillo del t¨ªtulo m¨¢s citado en la inauguraci¨®n ¨DEl infinito en un junco, de Irene Vallejo¨D, Planeta aprovecha una curiosa excepci¨®n mexicana. En 2006 compr¨® la editorial Diana, cuyo cat¨¢logo tiene su propio dios: Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez. Por eso, y para celebrar los 40 a?os de la concesi¨®n del Nobel al autor colombiano, ha colmado sus estanter¨ªas de reediciones y mariposas amarillas mientras se dispone a llenar la piel de los visitantes de calcoman¨ªas con el famoso lepid¨®ptero. En el resto del mundo hispano, los derechos de esos mismos libros pertenecen a su gran rival: la multinacional del ping¨¹ino. No se hab¨ªa visto nada parecido desde que Di St¨¦fano fich¨® a la vez por el Bar?a y por el Real Madrid.

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