La serie de los Legionarios de Cristo que buscaba limpiar la imagen de Marcial Maciel pero nunca vio la luz
El periodista Emiliano Ruiz Parra accede a una producci¨®n que mostraba en 2002 al sacerdote pederasta como alguien ¡°maravilloso¡± y ¡°compasivo¡±, mientras acumulaba denuncias de abusos sexuales
La congregaci¨®n de los Legionarios de Cristo intent¨® limpiar la imagen de su fundador, Marcial Maciel, acusado en m¨²ltiples veces de pedofilia, con una serie de televisi¨®n que al final nunca vio la luz. As¨ª lo cuenta el periodista Emiliano Ruiz Parra en una investigaci¨®n publicada en la revista Gatopardo. En unos 19 cap¨ªtulos de aproximadamente 20 minutos, la orden religiosa realiz¨® una producci¨®n para mostrar una imagen de Maciel, como un sacerdote ¡°maravilloso¡± y ¡°compasivo¡±. Las grabaciones se llevaron a cabo a inicios de este siglo, por el a?o 2002, cuando el l¨ªder de la Legi¨®n acumulaba denuncias por abuso sexual. La producci¨®n nunca fue difundida, porque la congregaci¨®n opt¨® por ¡°dar un giro y pasar de la defensa a ultranza a deslindarse¡± de su propio fundador, comenta Ruiz Parra.
La producci¨®n televisiva hab¨ªa surgido en varias conversaciones que hab¨ªa tenido el reportero con sus fuentes. Pero un d¨ªa, una de esas personas finalmente le dio las transcripciones de los cap¨ªtulos. Eran siete apartados, seis de ellos dedicados a la historia de Maciel y la Legi¨®n, que iban desde Cotija, el municipio de Michoac¨¢n donde naci¨® el fundador, a su establecimiento en Roma. El ¨²ltimo se llamaba Un d¨ªa en la vida, y mostraba al sacerdote por aquellos a?os, viviendo en la sede romana de la Congregaci¨®n, y se le ense?a como ¡°un hombre de oraci¨®n y trabajo¡±. Se trata, cuenta Ruiz Parra, de una producci¨®n profesional, ¡°grabada con mucho dinero¡±, m¨¢s de una c¨¢mara, en varias locaciones que incluyen ciudades de M¨¦xico, Espa?a e Italia.
La serie fue realizada por Apostolate Resource Center (ARC) y dirigida por David Murray, autor adem¨¢s del libro Fundaci¨®n, historia y actualidad de la Legi¨®n de Cristo. ¡°Fue su ¨²ltimo intento de hacer un relato oficial diciendo que Maciel era un santo¡±, dice el reportero y escritor, que cuenta que pudo ver algunos de los cap¨ªtulos grabados. Parte de la serie fue narrada por Evaristo Sada, uno de los miembros hist¨®ricos m¨¢s cercanos a Maciel y por las im¨¢genes circulan varios nombres que integraban la c¨²pula de la orden en aquel entonces, como Luis Garza Medina, el gran arquitecto de las finanzas legionarias, o Rafael Moreno, secretario particular de Maciel.
¡°A m¨ª me parece un caso muy interesante el de Rafael Moreno, porque ¨¦l dice a c¨¢mara en la serie: ¡®Lo m¨¢s dif¨ªcil de mi vida es darme cuenta de lo pecador que soy y convivir la mayor parte del d¨ªa con una persona tan extraordinaria¡±, cuenta Ruiz Parra, ¡°y luego nos enteramos por [la filtraci¨®n de datos conocida como] Vatileaks, que mientras dec¨ªa esto estaba buscando en el Vaticano quien le escuche para dar una declaraci¨®n de los delitos de Maciel¡±. Esa misma filtraci¨®n revel¨® tambi¨¦n que Moreno se encontraba entre los nombres de la extensa lista de v¨ªctimas de los abusos del fundador.
Cuando se grab¨® la serie, hab¨ªan pasado unos 50 a?os de la primera investigaci¨®n por pedofilia que realiz¨® el Vaticano contra el sacerdote, que concluy¨® en nada. Hab¨ªan pasado tambi¨¦n unos cinco a?os de que ocho exlegionarios denunciaran p¨²blicamente a Maciel por abuso sexual. Para inicios de este siglo, la imagen de la congregaci¨®n estaba manchada, y barajaron la idea de limpiarla con un ¡°relato propagand¨ªstico¡± en el que vend¨ªan a Maciel como ¡°la gran bendici¨®n¡±. ¡°Todos estaban de acuerdo en defender a Maciel¡±, dice el reportero. Finalmente, los Legionarios decidieron alejarse de Maciel, decir que desconoc¨ªan ¡°la doble vida¡± de su fundador, y rechazar el encubrimiento. Una versi¨®n insostenible para las v¨ªctimas, que denunciaron que operaba bajo el resguardo de no solo la elite cat¨®lica, sino pol¨ªtica.
Los Legionarios se codearon durante a?os con pol¨ªticos y famosos. Entre las figuras que aparecen o son nombrados en la serie televisiva est¨¢n el magnate mexicano Emilio Azc¨¢rraga Vidaurreta, fundador de Telesistema Mexicano, la empresa fundadora de Televisa, de quien se dice que se recibi¨® un donativo. O Alberto Mart¨ªn-Artajo, el ministro de Exteriores durante el franquismo, sobre quien se comenta que le da becas a Maciel para que lleve a sus seminaristas al seminario jesuita de Comillas. Tambi¨¦n aparecen d¨¢ndole la mano los cardenales de Juan Pablo II, entre quienes destacan el exsecretario de Estado de la Santa Sede Angelo Sodano, acusado de encubrir los abusos sexuales dentro de la Iglesia, o el cardenal Giovanni Battista Re, a¨²n en activo.
Pese a que las denuncias se acumulaban y el tema se volv¨ªa un asunto espinoso en el Vaticano, la c¨²pula religiosa opt¨® durante a?os por encubrir a Maciel y proteger a la orden, que para ese entonces era una de las m¨¢s ricas del mundo cat¨®lico. La producci¨®n, explica el autor de la investigaci¨®n, ¡°es la prueba de esa complicidad¡± entre las m¨¢s altas esferas de la Iglesia y el sacerdote mexicano. ¡°Hay una escena rocambolesca en que Maciel explica los dulces t¨ªpicos de Michoac¨¢n [su lugar de origen]¡±, comenta Ruiz Parra. Es ¡°un esfuerzo de humanizar¡± al l¨ªder de la congregaci¨®n y ¡°de borrar sus cr¨ªmenes¡±.
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