La joven ind¨ªgena Aurelia Garc¨ªa Cruce?o es liberada despu¨¦s de tres a?os en prisi¨®n tras un aborto involuntario
La jueza encargada del caso ha liberado a la mujer de 23 a?os por la inconsistencia de las pruebas presentadas por la Fiscal¨ªa General del Estado de Guerrero
Con una sonrisa tan grande como la injusticia que se cometi¨® contra ella, Aurelia Garc¨ªa Cruce?o ha salido de la c¨¢rcel de Iguala (Guerrero), este martes por la noche, despu¨¦s de tres a?os encerrada. La jueza del caso ha considerado que las pruebas que hab¨ªa contra ella no eran suficientes para demostrar que la joven hubiese asesinado a su hijo. Cuando la joven ten¨ªa 20 a?os, la Fiscal¨ªa General del Estado la acus¨® de ¡°homicidio en raz¨®n de parentesco¡± tras sufrir un aborto involuntario en el que perdi¨® tanta sangre que casi pierde tambi¨¦n la vida. Las mujeres ind¨ªgenas son especialmente vulnerables en estos casos debido a la barrera del idioma, la falta de int¨¦rpretes y las artima?as de las Fiscal¨ªas. Estas instituciones utilizan otros delitos, como el de omisi¨®n de cuidados o el de infanticidio, para encarcelar a las mujeres tras un aborto involuntario, hecho que fue despenalizado por la Suprema Corte de Justicia de la Naci¨®n (SCJN) el a?o pasado.
Las pruebas m¨¦dicas que se esgrimieron en su contra eran insostenibles, los testigos cambiaban su testimonio con cada declaraci¨®n y la primera parte del proceso estaba plagada de irregularidades: la hicieron firmar su culpabilidad mientras estaba aturdida y esposada a la cama de un hospital en Iguala, y no ten¨ªa conocimiento alguno del espa?ol, el idioma que hablaban los abogados que deb¨ªan defenderla y que acabaron siendo los art¨ªfices de su encarcelamiento. Viv¨ªa en Iguala con su t¨ªa porque, unos meses antes, huy¨® de su pueblo, Xochicalco, cuando empez¨® a sospechar que el hombre de 50 a?os que hab¨ªa estado abusando de ella la hab¨ªa dejado embarazada.
¡°La jueza la acaba de liberar. Fue sentencia absolutoria¡±. Esas son las palabras que escribi¨® por la noche a este peri¨®dico Ver¨®nica Garz¨®n, abogada de Aurelia y activista en la organizaci¨®n Instituto Mexicano de Derechos Humanos y Democracia (IMDHD), que decidi¨® involucrarse en este caso cuando vieron las irregularidades que metieron a la joven en la c¨¢rcel. ¡°Much¨ªsimas gracias por vuestro esfuerzo y les deseo lo mejor¡±, dec¨ªa la joven al salir de la c¨¢rcel, seg¨²n recogi¨® el canal de televisi¨®n Fuerza Informativa Azteca. ¡°En estos tres a?os en la prisi¨®n aprend¨ª a hablar espa?ol. Ahora quiero estudiar y lograr mis sue?os¡±, aseguraba convencida. Quiere estudiar para ser maestra biling¨¹e y dar clases a ni?os ind¨ªgenas que hablen su lengua, el n¨¢huatl.
Aurelia Garc¨ªa Cruce?o empez¨® a sufrir abusos sexuales a los 19 a?os en Xochicalco, la comunidad ind¨ªgena del Estado de Guerrero a la que pertenec¨ªa. El agresor, un polic¨ªa 30 a?os mayor que ella, la viol¨® en repetidas ocasiones. La joven termin¨® por quedarse embarazada, pero nunca denunci¨® los hechos por temor al castigo que su familia y su comunidad pudieran imponerle por tener un hijo fuera del matrimonio. Para escapar de aquella realidad ennegrecida, en junio de 2019 huy¨® a Iguala, una ciudad del mismo Estado, donde se refugi¨® en casa de su t¨ªa, seg¨²n el relato que enviaron al juzgado seis organizaciones internacionales para la defensa de los derechos humanos.
Cuatro meses despu¨¦s, el 2 de octubre de 2019, estaba sola en casa cuando empez¨® a tener fuertes dolores en el vientre y a sangrar, hasta que tuvo un aborto involuntario sobre la cama donde dorm¨ªa habitualmente. Su t¨ªa regres¨® a casa, vio el feto y la cantidad de sangre que hab¨ªa perdido Aurelia y llam¨® a la ambulancia. Los servicios de emergencia la llevaron al hospital para atenderla cuando estaba a punto de tener una ¡°choque hipovol¨¦mico¡± debido a la falta de sangre en su cuerpo. Cuando se despierta, Aurelia est¨¢ esposada a la cama y acusada por el delito de ¡°homicidio en raz¨®n de parentesco¡±, es decir, por matar a su hijo. Poco despu¨¦s la trasladan a una c¨¢rcel en Iguala, donde lleva tres a?os encerrada.
Este es un caso cortado por m¨²ltiples violaciones a sus derechos humanos. En el hospital, el personal m¨¦dico la preguntaba sin cesar: ¡°?Qu¨¦ le hiciste al beb¨¦?, ?Por qu¨¦ lo mataste?¡±, cuando ni siquiera ella sab¨ªa lo que la hab¨ªa pasado. Despu¨¦s, los abogados que deb¨ªan defenderla la enga?aron para que aceptara ir a prisi¨®n durante 13 a?os, insistiendo en que, si no, acabar¨ªa pasando 50 a?os en la c¨¢rcel. Todas estas conversaciones se realizaron en espa?ol. Aurelia Garc¨ªa nunca cont¨® con int¨¦rprete que tradujera lo que dec¨ªan los abogados a su lengua materna, ¡°por lo que ella nunca entendi¨® cabalmente lo que estaba aceptando¡±, dice el informe de las organizaciones de derechos humanos.
Aunque la Suprema Corte de M¨¦xico despenaliz¨® el aborto en septiembre del a?o pasado, las fiscal¨ªas de los diferentes estados siguen encontrando maneras para penalizar esta pr¨¢ctica. Ver¨®nica Cruz, directora de la organizaci¨®n feminista Las Libres, calcula que hay unas 200 mujeres en la c¨¢rcel por delitos relacionados con el aborto. ¡°Son mujeres que tuvieron partos espont¨¢neos, abortos prematuros o emergencias obst¨¦tricas¡±, aseguraba en una entrevista con EFE. Estas mujeres no son condenadas por aborto, sino por otros delitos como homicidio en raz¨®n de parentesco (como el caso de Aurelia), omisi¨®n de cuidados o infanticidio.
Despu¨¦s de haber sido sentenciada, el Instituto Mexicano de Derechos Humanos y Democracia (IMDHD) apel¨® la condena. Se determin¨® que, en efecto, hubo violaciones al debido proceso y se repiti¨® el juicio. Aurelia Garc¨ªa fue ¡°forzada a aceptar su responsabilidad¡± porque nunca se le explic¨® ¡°en su idioma, de manera clara y sin tecnicismos, las consecuencias¡± de aquello a lo que estaba accediendo¡±, explica el texto. La c¨¢rcel en la que est¨¢ recluida no cuenta con int¨¦rpretes contratados, por lo que las comunicaciones como el personal son en espa?ol en vez de en n¨¢huatl, su lengua materna. Al principio, a la joven le fue muy complicado comprender sus derechos y su situaci¨®n jur¨ªdica en general.
Aurelia ha tenido que aprender espa?ol en la c¨¢rcel, durante los tres a?os que ha pasado all¨ª. Cuando firm¨® los documentos que la condenaron durante estos tres a?os no sab¨ªa lo que estaba firmando, como muchas otras personas de comunidades ind¨ªgenas. La Comisi¨®n Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Ind¨ªgenas ha contabilizado m¨¢s de 8.400 presos en el sistema penitenciario nacional (96% son hombres). Muchos de ellos est¨¢n internados sin conocer sus derechos o el delito del que se les acusa, y tambi¨¦n est¨¢n privados de un int¨¦rprete que les pueda ayudar a entender su situaci¨®n, seg¨²n denuncia la Comisi¨®n Nacional de los Derechos Humanos.
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