Hacer pol¨ªtica, ser mujer. Lo que ellos no entienden
L¨®pez Obrador dice querer que Claudia Sheinbaum sea la candidata a la presidencia en 2024, pero sus acciones pavimentan la llegada de Marcelo Ebrard
La apuesta que Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador est¨¢ jugando con Claudia Sheinbaum es doblemente arriesgada: supone que puede exponerla a las luchas internas de su partido en 2023 y que, al crispar de dedos de una encuesta de selecci¨®n nacional de candidato, la jefa de Gobierno ser¨¢ capaz de reunificar el apoyo de todos los votantes para convertirse, en tan solo unos meses, en la ¨²nica depositaria del legado de L¨®pez Obrador.
Esta apuesta es errada porque ignora los riesgos que supone hacer pol¨ªtica como mujer. Ser precandidata mujer no es similar a ser cualquier precandidato.
Amplia investigaci¨®n ha demostrado que el camino de las mujeres al poder es un campo minado; una trayectoria mucho m¨¢s dif¨ªcil y peligrosa que para los hombres. Es por ello que, cuando en verdad se est¨¢ comprometido con tener un liderazgo femenino, se deben crear mecanismos de arropo particularmente s¨®lidos.
El trabajo de la escritora Rayne Fisher-Quann ha mostrado c¨®mo, en sociedades machistas, el ciclo de vida de una mujer poderosa es corto, cruel y bien conocido. La mujer en cuesti¨®n comienza con un periodo de alt¨ªsima atenci¨®n medi¨¢tica que gusta a la gente. Sin embargo, r¨¢pidamente esto tiende a terminar. La mujer comete un error sencillo, una nimiedad como no vestirse acorde a un evento o un desacierto como dar una declaraci¨®n inadecuada.
En ese momento comienza lo que la autora llama la ¡°mujerizaci¨®n¡±, una forma de apedreamiento p¨²blico moderno. El desliz de la mujer da rienda suelta al machismo y a la misoginia que yac¨ªan expectantes ante su error. La tormenta se desata con una ira desenfrenada, y con ello surgen reacciones desmedidas y desproporcionadas al error que cometi¨® la mujer. Su ca¨ªda en popularidad es estrepitosa. Y as¨ª, con la ¡°mujerizaci¨®n¡± de las mujeres en el poder, se cierra un ciclo que termina por reivindicar el sesgo subconsciente que la sociedad ten¨ªa en contra de las mujeres poderosas desde un inicio.
La sociedad mexicana tiene un fuerte sesgo inconsciente en contra de las mujeres poderosas y, por tanto, es muy susceptible a este ciclo. De acuerdo con el ?ndice de Normas Sociales de G¨¦nero de las Naciones Unidas, el 90% de los mexicanos tienen sesgos negativos en contra de las mujeres y el 57% los tienen, espec¨ªficamente, en contra de las mujeres en la pol¨ªtica. Esto es un sesgo profundo y mucho m¨¢s alto que pa¨ªses latinoamericanos como Argentina, Brasil o Colombia. En M¨¦xico, en p¨²blico, la mayor¨ªa dice que votar¨ªa por una mujer, pero en su interior piensan otra cosa.
Sheinbaum est¨¢ transitando un camino altamente peligroso. Y L¨®pez Obrador lo est¨¢ haciendo mucho m¨¢s peligroso al exponerla a una campa?a larga y confrontacional, plagada de divisiones dentro de su propio partido y de choques con la autoridad electoral. El presidente no parece comprender que el juego preelectoral que ¨¦l mismo ha dise?ado tiene los dados cargados en contra de su candidata.
Con Sheinbaum, L¨®pez Obrador est¨¢ siendo un pol¨ªtico hombre incapaz de comprender los retos que enfrentan las pol¨ªticas mujeres. Es decir, est¨¢ siendo un hombre normal cuando la situaci¨®n requiere un hombre extraordinario.
No basta con que L¨®pez Obrador le levante la mano en p¨²blico a Sheinbaum y diga ¡°es ella¡±. No basta con que los diputados de Morena paguen espectaculares de #EsClaudia. Sin una estrategia dise?ada estrat¨¦gicamente para proteger la mayor vulnerabilidad que tiene la jefa de Gobierno de la Ciudad de M¨¦xico ¡ªque en un pa¨ªs machista como M¨¦xico es el simple hecho de ser mujer ¡ª la exposici¨®n medi¨¢tica es contraproducente.
Los datos ya muestran el desgaste innecesario al que se est¨¢ sometiendo a Sheinbaum. Hasta abril del 2021, gozaba de una aprobaci¨®n del 71% en la Ciudad de M¨¦xico ¡ªmayor que la aprobaci¨®n de L¨®pez Obrador a nivel federal (63%) ¡ª. La larga precampa?a ha terminado con esta ventaja y la ha llevado a solo el 47%.
Como cualquier mujer en un pa¨ªs machista, Sheinbaum tiene una popularidad m¨¢s fr¨¢gil. A diferencia de L¨®pez Obrador, los esc¨¢ndalos son demoledores con ella. La ca¨ªda de la l¨ªnea 12 del metro ocasion¨® una ca¨ªda en su aprobaci¨®n de 22 puntos en solo un mes. En cambio, el esc¨¢ndalo m¨¢s grande que ha tenido L¨®pez Obrador, el Culiacanazo, solo le quit¨® solo dos puntos al presidente.
La dureza con la que se eval¨²a a Sheinbaum no existe, ni para L¨®pez Obrador, ni para otros hombres. El mismo Marcelo Ebrard no sufre lo mismo. Cuando la l¨ªnea 12 cay¨®, la opini¨®n favorable de Ebrard se desplom¨® 12 puntos por debajo de la de Sheinbaum, pero en tan solo cuatro meses se repuso. Hoy Ebrard est¨¢ al frente de las preferencias de acuerdo con encuestas de El Financiero.
Sin embargo, L¨®pez Obrador no parece comprender que necesita una estrategia distinta para apoyar a Sheinbaum si de verdad la estima. Dejarla al frente de una contienda electoral que durar¨¢ tres a?os es un desatino, un riesgo innecesario y una falta burda de comprensi¨®n sobre lo que significa ser mujer en la pol¨ªtica.
Al paso actual, Sheinbaum llegar¨¢ a la contienda con la aprobaci¨®n que Pe?a Nieto ten¨ªa luego de dos a?os de haber gobernado (38%). Tan solo en el ¨²ltimo a?o, la aprobaci¨®n de la jefa de Gobierno ha ca¨ªdo en 9 puntos.
Hasta ahora, Sheinbaum todav¨ªa no ha cometido un error que permita su ¡°mujerizaci¨®n¡±, pero al nivel de exposici¨®n actual no cabe duda de que lo habr¨¢. Para ser mujer y estar en campa?a tres a?os no basta ser una buena candidata, se debe ser perfecta. No tengo duda de que el mismo L¨®pez Obrador no hubiera podido estar en campa?a 18 a?os y llegara a la presidencia si hubiera sido mujer. El machismo lo habr¨ªa ahogado.
Si L¨®pez Obrador de verdad cree que su candidata es Sheinbaum debe sacarla del fuego. Tenerla al frente no es un acto democr¨¢tico, es ser candil de la calle y obscuridad para su candidata.
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