La vida sin interdicci¨®n: la batalla legal por la independencia de las personas con discapacidad
Morena propone en el Congreso de la Ciudad de M¨¦xico una ley para eliminar la medida, considerada inconstitucional por organizaciones civiles, que incapacita a los miembros del colectivo a tomar sus propias decisiones
Ricardo Adair Coronel fue testigo y part¨ªcipe. ?l estaba all¨ª cuando, el pasado 16 de febrero en el Congreso del antiguo Distrito Federal, la diputada de Morena Marisela Z¨²?iga present¨® una propuesta de ley para acabar con el estado de interdicci¨®n: una figura legal que identifica como menores de edad a ojos de la justicia a las personas con discapacidad f¨ªsica o intelectual que ¡°no puedan valerse por s¨ª mismas¡±. ¡°Fue padre, un momento hist¨®rico, el primer paso. El objetivo es que de la Ciudad de M¨¦xico se llegue al Senado para que sea ley a nivel nacional¡±, dice el joven, diagnosticado con grado uno de autismo, una tarde soleada de febrero a la salida del trabajo.
Adair Coronel (34 a?os) sabe algo de momentos hist¨®ricos. En 2013 consigui¨® una sentencia de la Suprema Corte de Justicia de la Naci¨®n (SCJN) que anul¨® su interdicci¨®n. Fue el primer fallo en la historia de M¨¦xico que lo lograba, el que comenz¨® a abrir grietas en el anquilosado sistema legal. En 2016 la medida fue ratificada por otro tribunal. Aquellas decisiones judiciales le permitieron empezar a vivir su vida sin interdicci¨®n. ¡°Puedo tomar mis propias decisiones, hacer cosas que la ley me imped¨ªa hacer y tengo m¨¢s oportunidades que antes¡±, cuenta, aunque reconoce que, en su caso, la diferencia no ha sido tan grande porque su familia siempre le ayud¨® a elegir su camino.
La propuesta de ley, que se apoya tambi¨¦n en una sentencia de la SCJN que declar¨® el estado de interdicci¨®n inconstitucional en 2021, ¡°es un gran paso como sociedad y colectivo, es el principio de un camino que esperemos que sea corto y se apruebe a nivel nacional¡±, se?ala el joven. ¡°Es una deuda hist¨®rica¡±, concede Marisela Z¨²?iga, diputada y presidenta de la Comisi¨®n de Derechos Humanos de la Ciudad de M¨¦xico. ¡°Tenemos muchas deudas hist¨®ricas con relaci¨®n a los derechos humanos. En el sector de las mujeres, los ni?os, las personas mayores, los migrantes, las personas con discapacidad¡ Tenemos que escuchar a la ciudadan¨ªa y levantar la voz¡±, a?ade.
El d¨ªa que la ley fue propuesta ¡°en el Congreso and¨¢bamos de fiesta¡±, celebra la diputada. ¡°La recibieron muy bien los distintos grupos parlamentarios, ese d¨ªa tuvimos much¨ªsimas actividades, llevamos a cabo una conferencia donde estuvieron muchos de los que participaron en la iniciativa. No es una cuesti¨®n de un solo grupo, ha ca¨ªdo bien¡±, mantiene Z¨²?iga. ¡°Cada uno mencionaba su punto de vista, mencionaba barreras a las que se enfrenta, la necesidad de proteger a las personas que necesitan m¨¢s apoyo...¡±, retoma Adair Coronel.
Una d¨¦cada de aprendizajes
El joven llega a la entrevista unos minutos despu¨¦s de salir de su trabajo como auxiliar en la biblioteca privada del Museo Soumaya, un puesto que consigui¨® un a?o despu¨¦s de la sentencia de la SCJN. A su empleo acude en transporte p¨²blico desde su casa en Iztapalapa, aunque le gustar¨ªa aprender a conducir. Viste pulcramente con zapatos, pantalones negros, una camisa a rayas que asoma por el cuello de pico de un jersey rojo y unas gafas de sol. En 2013, en un reportaje de EL PA?S, aseguraba que se sent¨ªa contento y optimista ante su futuro. Ahora, hace balance de la d¨¦cada transcurrida desde entonces:
¡ªHe ido avanzando personal y profesionalmente, siempre me enfoco en aprender. Mi plan de vida es ser independiente, tener mi propio espacio, tener habilidades para resolver las cosas con los menores apoyos posibles. Ahora me gusta mi trabajo, pero m¨¢s adelante quiz¨¢ quiera hacer otras cosas.
Despu¨¦s del fallo hist¨®rico, Adair Coronel consigui¨® independizarse y vivi¨® un tiempo en un departamento con otros j¨®venes con discapacidad como parte de un ¡°programa de vida independiente¡±. Se repart¨ªan las tareas del hogar: cocinar, limpiar o ir a la compra. En el d¨ªa a d¨ªa les ayudaba un ¡°facilitador¡±, una persona que les asesoraba en lo que necesitaban. Tambi¨¦n pod¨ªa acompa?arles en el ocio: visitaban las casas de otros j¨®venes miembros del mismo programa de vivienda, iban al cine, a dar un paseo, a tomar un caf¨¦.
El joven estuvo siete a?os en la casa, hasta que lleg¨® la pandemia de coronavirus y decidi¨® volver un tiempo con sus padres, donde a¨²n reside, aunque planea volver a independizarse cuando tenga la oportunidad. Dice que le gustar¨ªa volver a vivir solo o con una pareja. Desde el 2013 ha cultivado una vena activista a fuerza de experiencia y de la exposici¨®n medi¨¢tica. Se ha convertido en un s¨ªmbolo del movimiento que busca abolir la interdicci¨®n: ¡°Es un liderazgo, un legado, algo que dejar como ejemplo. Buscamos lograr un cambio. Me he familiarizado y me he integrado m¨¢s con colectivos como Decidir Es Mi Derecho [que movilizaron y ayudaron a redactar la propuesta de ley] para que se apruebe la reforma¡±. Como parte de su militancia, pero tambi¨¦n de su ocio, mont¨® un grupo de teatro amateur con otros j¨®venes con autismo. Esperan poder estrenar su primera obra, Cuento de navidad, de Charles Dickens, el pr¨®ximo diciembre.
¡°M¨¦xico va a pasitos muy cortos¡±
La vida sigue sin ser f¨¢cil para ¨¦l. ¡°No nos brindan apoyos al 100%. Por ejemplo, los doctores, ejecutivos en bancos, agentes de seguridad en lugares p¨²blicos... no est¨¢n tan capacitados, hace falta m¨¢s sensibilizaci¨®n para que seamos m¨¢s emp¨¢ticos y comprensivos¡±. Al nacer, a Adair Coronel le dieron un diagn¨®stico err¨®neo. A su madre, Leticia Robles Garc¨ªa (64 a?os), le dijeron que el ni?o ten¨ªa un retraso mental leve. Con los a?os han ido variando, hasta que hace poco les aseguraron que el joven vive con un grado uno de autismo. ¡°Nos dijeron que lo trat¨¢ramos como a un extranjero que carece de sentido com¨²n. Desde que naci¨® le estamos estimulando para que adquiera m¨¢s habilidades. Le anticipamos para distintas actividades, hay terapias individuales y grupales, platicamos mucho. ?l me va comentando y yo le doy opciones: plan A, plan B, y ¨¦l decide¡±, narra Robles Garc¨ªa.
¡°Nos toman como referentes. Nos importa mucho que las pr¨®ximas generaciones no vuelvan a pasar por lo que pasamos, [M¨¦xico] va a pasitos muy cortos¡±, protesta Robles Garc¨ªa. ¡°Casi siempre tenemos que acompa?arlo nosotros, casi nunca hay personas que les ayuden a hacer sus tr¨¢mites. Cuando uno no est¨¦, ?qu¨¦ va a pasar?¡±, cuestiona la mujer. Carlos R¨ªos, director asociado de Derechos de las Personas con Discapacidad en la ONG Human Rights Watch (HRW), coincide: ¡°M¨¦xico experimenta un retraso importante. Per¨² tiene una de las legislaciones m¨¢s avanzadas del mundo en t¨¦rminos de capacidad jur¨ªdica. En M¨¦xico a¨²n permanece el modelo de sustituci¨®n de voluntad, a pesar de que la Suprema Corte fall¨® que la interdicci¨®n es inconstitucional y contraria a los derechos humanos¡±.
R¨ªos ilustra la importancia de abolir el estado de interdicci¨®n: ¡°La capacidad jur¨ªdica es el derecho umbral, es la puerta de entrada a muchos otros derechos. Todos los derechos civiles y pol¨ªticos pasan por tener capacidad jur¨ªdica. En Chihuahua, por ejemplo, para darte una pensi¨®n te exigen la incapacitaci¨®n, eso significa b¨¢sicamente la muerte civil. Una persona que requiere de esta pensi¨®n para poder sobrevivir tiene que buscar ante la autoridad judicial que otra persona la sustituya en los dominios de su vida: no puede contraer matrimonio, ni heredar bienes¡±.
La abolici¨®n de la interdicci¨®n, sin embargo, tiene tambi¨¦n sus zonas grises. El propio Adair Coronel reconoce que hay casos en los que la figura s¨ª puede ser ¨²til. Se ha dado cuenta por su abuela, que sufre demencia, y para la que tomar decisiones por s¨ª sola puede llegar a ser un riesgo. ¡°Tambi¨¦n hay un tema en aquellos casos en que no se puede conocer por ning¨²n medio cu¨¢l es la voluntad de preferencias de una persona: gente en coma, por ejemplo. Para eso se necesita un procedimiento espec¨ªfico que actualmente se est¨¢ discutiendo en un comit¨¦ del Senado y la C¨¢mara de Diputados¡±, sostiene R¨ªos.
Para Adair Coronel, todo es una cuesti¨®n de tener el mayor acceso posible a la informaci¨®n sobre las opciones legales que existen. Conocer para poder decidir. ¡°Me han preguntado por mi experiencia, sobre todo familias que analizan si quieren la interdicci¨®n para sus hijos. He dado testimonios tambi¨¦n en medios y colectivos. Les digo que conozcan a sus hijos, sus habilidades, que conozcan la Convenci¨®n de Personas con Discapacidad [de las Naciones Unidas], vean los pros y los contras de la interdicci¨®n. Nosotros primero como familia pens¨¢bamos que era buena idea hasta que conocimos el proceso¡±, dice.
El camino que debe seguir la propuesta de ley, que HRW ha calificado como hist¨®rica, todav¨ªa ser¨¢ largo y complejo. Primero, tiene que ser discutida por la Comisi¨®n de Derechos Humanos y la Comisi¨®n de Procuraci¨®n y Administraci¨®n de Justicia. Si estos ¨®rganos fallan a su favor, la propuesta pasa al pleno, donde se realiza la ¨²ltima votaci¨®n. Para que se apruebe necesita de una mayor¨ªa simple: el 50% de los diputados m¨¢s uno. En el caso del Congreso capitalino esto significa que puede salir con 34 votos a favor (de 66 esca?os). ¡°Los procesos legislativos son un poquito largos, pero estamos buscando al Congreso Federal porque est¨¢n trabajando en una reforma del c¨®digo civil para que de una vez podamos avanzar en el tema de manera conjunta¡±, apunta Z¨²?iga.
Mientras tanto, Adair y el resto de integrantes del colectivo Decidir Es Mi Derecho contin¨²an su cruzada. El objetivo: eliminar de una vez la infame pregunta que cualquier persona con discapacidad ha sufrido alguna vez en un lugar p¨²blico: ¡°?Qui¨¦n viene con usted?¡±.
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