El fot¨®grafo de los olvidados H¨¦ctor Garc¨ªa se apodera del centro de la capital
La Secretar¨ªa de Cultura presenta nueve exposiciones en distintos puntos de la ciudad en honor al cronista gr¨¢fico del siglo XX por el centenario de su nacimiento
El escritor Carlos Monsiv¨¢is lo bautiz¨® como Fot¨®grafo de la Ciudad y razones no le faltaron. Nadie recorri¨® y retrat¨® las calles de la capital mexicana como el fotoperiodista H¨¦ctor Garc¨ªa (Ciudad de M¨¦xico, 1923-2012) salvo, quiz¨¢, el propio Monsiv¨¢is. Todo queda entre cronistas. Garc¨ªa fue testigo de las grandes transformaciones que vivi¨® el M¨¦xico posrevolucionario durante el siglo XX y, c¨¢mara en mano, dej¨® constancia de ellas para la posteridad. Bueno, la posteridad ya ha llegado: este a?o se cumple un centenario de su nacimiento, y la Secretar¨ªa de Cultura federal, junto a la fundaci¨®n que administra la familia del fot¨®grafo y el Gobierno local, ha recuperado su obra en un despliegue de nueve exposiciones por diferentes puntos de la capital.
¡°H¨¦ctor anduvo por todos lados, as¨ª que su obra tiene que estar tambi¨¦n por todos lados¡±, ha justificado la subsecretaria de Desarrollo Cultural, Marina N¨²?ez, durante la presentaci¨®n. ¡°Hay un ¨¦nfasis claro en el centro hist¨®rico para que el ciudadano pueda recorrerlo a pata de perro como ¨¦l lo hizo¡±, ha ahondado su hijo mayor, H¨¦ctor Garc¨ªa, en alusi¨®n al apodo que le puso la madre al fot¨®grafo, que creci¨® en el c¨¦ntrico barrio de La Candelaria de los Patos. Desde ah¨ª se movi¨® inquieto hacia todos los puntos de la ciudad, que desde finales de agosto albergar¨¢n su obra en un recorrido particular formado por el Museo del Estanquillo, la Galer¨ªa Abierta de las Rejas de Chapultepec, el Complejo Cultural de Los Pinos, el MUNAL, la LMI Gallery, el Centro de la Imagen, la Fundaci¨®n Mar¨ªa y H¨¦ctor Garc¨ªa, el Museo de la Ciudad de M¨¦xico y el Instituto Guim?raes Rosa, en orden de apertura.
¡°Los que vean estas im¨¢genes por primera vez no conocer¨¢n los hechos que les dieron origen¡±, ha reflexionado Garc¨ªa hijo. ¡°Esto, m¨¢s que de nostalgia, me llena de emoci¨®n. Significa que su obra, con toda su contundencia, tiene la oportunidad de ser descubierta con nuevos ojos¡±, ha manifestado con orgullo. La primera exposici¨®n abrir¨¢ sus puertas el 19 de agosto y se ir¨¢n sucediendo en cascada a pocos d¨ªas de distancia hasta completar la panor¨¢mica urbana entre finales de septiembre y principios de octubre.
Cada una de ellas contendr¨¢ una selecci¨®n de fotograf¨ªas en torno a una tem¨¢tica distinta, pero todas tendr¨¢n la ciudad como eje vertebrador: los espectros de luz que deja la ciudad con el paso de las horas y a sus principales pobladores; la transformaci¨®n de la capital en metr¨®poli, con sus cambios en las v¨ªas de comunicaci¨®n, las relaciones sociales y los oficios; la famosa estatua de Carlos IV, conocida como El Caballito; y lo m¨¢s importante: los ciudadanos y las luchas sociales que colmaron el siglo pasado, como el levantamiento de los ferrocarrileros en 1958. Esos movimientos contra los abusos del poder fueron la principal preocupaci¨®n del fot¨®grafo.
Los ojos de H¨¦ctor Garc¨ªa se posaron sobre los grandes protagonistas de la cultura y la pol¨ªtica de su tiempo, pero nada atrap¨® su mirada como las caras an¨®nimas de la gente corriente. A prop¨®sito de ello, su hijo mayor ha recordado una entrevista que realiz¨® su padre en 1974 para Mundo M¨¦dico: ¡°En ella contaba que todo su contexto social fue el de la pel¨ªcula Los olvidados, de Luis Bu?uel. ?l nunca olvid¨® los or¨ªgenes y su lealtad estuvo siempre con los olvidados del progreso¡±.
Su padre desarroll¨® una sensibilidad especial para retratar a los despose¨ªdos porque sus ra¨ªces estaban ah¨ª, en los m¨¢rgenes. Vivi¨® con toda clase de privaciones y, antes que como fot¨®grafo, conquist¨® las calles palmo a palmo como vendedor de chicles cuando era ni?o. El tiempo y el trabajo le dieron la vuelta a su destino y se hizo con el Premio Nacional de Periodismo en tres ocasiones, entre otros reconocimientos. ¡°?l nos ense?¨® que el periodismo, cuando se hace con el coraz¨®n, est¨¢ a la altura de cualquier manifestaci¨®n art¨ªstica¡±, ha puesto en valor H¨¦ctor Garc¨ªa.
Su acervo cuenta con 2.000 impresiones y m¨¢s de un mill¨®n y medio de negativos, de los que menos del 10% est¨¢n digitalizados. Lo custodia su mujer desde hace m¨¢s de cinco d¨¦cadas, quien tambi¨¦n trabaj¨® en su laboratorio en las labores de revelado. Hace 20 a?os que no se expone su obra en el Centro de la Imagen y, cuando se hizo por ¨²ltima vez, se le dedic¨® un n¨²mero de la revista Luna C¨®rnea que se reeditar¨¢ para esta ocasi¨®n con nuevas fotos y textos actualizados.
La recuperaci¨®n del legado fotogr¨¢fico de H¨¦ctor Garc¨ªa se suma a la del reportero capitalino Enrique Metinides, expuesta desde este mes en honor al primer aniversario de su muerte. ¡°H¨¦ctor Garc¨ªa est¨¢ en una l¨ªnea muy similar a la de Metinides¡±, ha comparado Marina N¨²?ez. Ah¨ª donde se produjeron grandes transformaciones, estuvieron ellos para contarlas. ¡°No se puede pensar en la memoria de la ciudad sin H¨¦ctor Garc¨ªa, pero tampoco de otros movimientos fuera de la ciudad. Estuvo en comunidades ind¨ªgenas, en la reconstrucci¨®n de varias capitales que ahora son centrales¡±, ha mencionado.
Su sentido del humor, su picaresca y su capacidad para contar historias con intensidad y emoci¨®n, en palabras de su hijo, vuelven a poblar la capital para recordar a los que vivieron antes en una ciudad que es y ya no es la misma. ¡°Este pa¨ªs sigue en deuda con sus olvidados¡±, ha cerrado Garc¨ªa. La memoria viva del fot¨®grafo los devuelve al centro y ofrece una nueva oportunidad de saldar esa deuda.
Suscr¨ªbase aqu¨ª a la newsletter de EL PA?S M¨¦xico y reciba todas las claves informativas de la actualidad de este pa¨ªs
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.