La escritora guerrerense Vanessa Hern¨¢ndez: ¡°Llegu¨¦ tarde a la literatura porque soy de Acapulco y el contexto no es precisamente literario o cultural¡±
La autora de la novela ¡®Las alumbradas¡¯ cuenta c¨®mo su formaci¨®n acad¨¦mica y literaria desde el interior del pa¨ªs construy¨® su visi¨®n narrativa y se nutri¨® de la cultura pop a la que s¨ª tuvo acceso
Para Vanessa Hern¨¢ndez (Guerrero, 41 a?os) todos los escritores y escritoras eran como Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez: nac¨ªan y crec¨ªan as¨ª, con esa solemnidad de las letras impostada en el rostro, como si toda la vida hubieran estado destinados a escribir palabras bellas y elocuentes. En su mente de ni?a la idea siempre le result¨® deseable, pero cuando quiso comenzar a sumergirse en ese universo de historias, descubri¨® que las cosas eran m¨¢s complejas. ¡°Cuando yo quer¨ªa leer hab¨ªa muy pocos espacios en los que pod¨ªa conseguir libros en Acapulco¡±, cuenta. La autora, que ahora presenta su novela Las alumbradas, asegura que pese a que existe un impulso tur¨ªstico en su Estado natal, el contexto cultural no favorece a quienes desean comenzar un camino profesional en ¨¦l, y se ve a s¨ª misma como un ejemplo de eso, adem¨¢s, de varias generaciones que crecieron nutridas de la televisi¨®n mexicana y la cultura popular que ah¨ª se proyectaba: ¡°Yo llegu¨¦ relativamente tarde a la literatura mexicana, porque soy de Acapulco, y porque el contexto no es precisamente literario o cultural¡±, dice.
Hern¨¢ndez ¡ªque estudi¨® dise?o de modas¡ª ha sido reportera de varios peri¨®dicos de la ciudad de Acapulco, incluyendo uno que desapareci¨® hace solo unos a?os. Ha escrito siete novelas (dos de ellas publicadas) y un libro de cuentos. Se siente ¡°c¨®moda¡± al decir que parte de su formaci¨®n literaria tuvo un origen en la televisi¨®n, cuando ve¨ªa las telenovelas mexicanas y descubr¨ªa que la forma en la que se constru¨ªan los personajes era muy similar a lo que ella hac¨ªa cuando jugaba. Escribi¨® su primer libro cuando ten¨ªa 16 a?os, Las alumbradas es su tercera novela, la comenz¨® a los 22, es una historia que hab¨ªa permanecido en su casa de la infancia, en el Estado de Guerrero, hasta que la pandemia le permiti¨® volver, releerla y prepararla para publicaci¨®n.
En 2012 se traslad¨® a Ciudad de M¨¦xico, en donde vive y ha desarrollado la mayor parte de su carrera como escritora: ¡°Empec¨¦ a saber qu¨¦ quer¨ªa aqu¨ª en esta ciudad. Lo que me gustan son historias de mujeres fuertes, de mujeres que se elevan sobre sus circunstancias, que no se limitan, que no necesariamente tienen privilegios. Porque Acapulco, bueno, Guerrero no es un lugar privilegiado. Puede que haya epicentros muy favorecidos, pero en general no lo es¡±, relata. En Las alumbradas deja constancia de eso, cuando una familia conformada por cinco hijas ¡ªlas Fern¨¢ndez¡ª se enfrenta a varias tragedias que van descomponiendo a la familia y hacen que tengan que abandonar la hacienda en la que viven y en donde tambi¨¦n tienen la compa?¨ªa y el soporte de varias mujeres ind¨ªgenas que las han acompa?ado desde peque?as.
La historia de Las alumbradas ¡ªel nombre que tiene la propia hacienda familiar del libro¡ª se desarrolla en un pa¨ªs devastado por la Revoluci¨®n, en un Estado hist¨®ricamente olvidado y alejado de las virtudes y los recursos de la capital. Un sitio en el que todav¨ªa conviv¨ªan en armon¨ªa el pasado y el presente y una extra?a incertidumbre por el futuro. En el relato tambi¨¦n se ven los temas que han atravesado a Vanessa Hern¨¢ndez desde peque?a: las viejas costumbres familiares, los privilegios, como el de tener un hogar aislado de la pobreza y el caos del exterior, y, sobre todo, la ¡°magia¡± con la que, como ella, las hermanas Fern¨¢ndez adoptaron en su vida a trav¨¦s de las ense?anzas y rituales de las mujeres ind¨ªgenas que las curaban de espanto o de alg¨²n otro s¨ªntoma f¨ªsico dif¨ªcil de tratar. ¡°Las hermanas son favorecidas al principio, son privilegiadas, viven en su hacienda, no les pasa absolutamente nada, y cuando se dan cuenta de que esa vida no es la que habita la mayor¨ªa de gente en el pa¨ªs, se dan cuenta de que est¨¢n m¨¢s solas de lo que imaginaban¡±.
Hace apenas tres a?os que la autora comenz¨® de lleno a sumergirse en los libros de autoras mexicanas como Elena Garro o Josefina Vicens, llegar a Ciudad de M¨¦xico le permiti¨® agigantar el espacio creativo y nutrirlo de m¨¢s y nuevos materiales para su escritura. Por eso es que siempre vuelve al origen perif¨¦rico que experiment¨®, cuando solo hab¨ªa dos bibliotecas donde ella pod¨ªa ir y pedir libros prestados: la del Z¨®calo de la ciudad de Acapulco y la biblioteca Parque Papagayo.
Insiste en la idea de que, en un Estado como Guerrero, duramente castigado por una creciente violencia, se vive desde hace tiempo una gran apuesta econ¨®mica hacia el turismo, pero muy pocos incentivos para la cultura o el arte. ¡°Se ha tenido la idea de que en Guerrero el turismo no va por cultura, no como van, por ejemplo, a Oaxaca, que tiene un turismo muy bien formado y muy bien establecido. Pero en Guerrero est¨¢ esa idea de ¡®vamos a la playa a divertirnos¡¯. Tal vez un concepto que se retrata super bien en pel¨ªculas como La risa en vacaciones¡±, dice.
Hace solo unos d¨ªas que su novela Sure?a gan¨® el premio nacional de Narrativa Dolores Castro, en donde centra la tem¨¢tica en el contexto violento de su Estado. Para Hern¨¢ndez todav¨ªa es dif¨ªcil volver a Guerrero, pero se siente optimista al pensar que poco a poco esos recursos, herramientas y visiones que ella no tuvo en la infancia, puedan estar emergiendo. Contin¨²a sent¨¢ndose frente al televisor para ver telenovelas mexicanas, como una forma de continuar fortaleciendo el v¨ªnculo que antes construy¨® con su abuela, y que ahora persiste de vez en cuando con su madre.
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