M¨¢s de 100.000 fotos alteradas con IA para fines sexuales: ocho alumnas del IPN se enfrentan a la normalizaci¨®n de la violencia digital en M¨¦xico
Las v¨ªctimas denuncian que el estudiante Diego ¡°N¡±, presunto autor del contenido, ten¨ªa adem¨¢s en una tablet 20.000 videos modificados de ellas y otras compa?eras del Polit¨¦cnico que se comercializaban y difund¨ªan a trav¨¦s de grupos en Telegram
Ocho estudiantes vestidas de negro, protegiendo su rostro con pa?oletas color violeta ¡ªen las que se pod¨ªa leer la leyenda ¡°#LeyOlimpia¡±¡ª, con gafas de sol oscuras, con el apoyo y protecci¨®n de al menos un centenar de otras compa?eras, protestaban el pasado lunes fuera de la entrada principal del Instituto Polit¨¦cnico Nacional de Ciudad de M¨¦xico. Con altavoz en mano proclamaban lo siguiente: ¡°A todos los agresores sexuales de las universidades, a todos los que est¨¢n en esos grupos donde se intercambian contenidos sexuales: Ya no les tenemos miedo vamos a luchar por nuestra justicia. Ni porno, ni venganza. Queremos estar seguras tambi¨¦n en internet¡±.
Los reclamos de las ocho alumnas se remontan al 6 y 7 de octubre, cuando presentaron una denuncia contra el estudiante de la Escuela Superior de Comercio y Administraci¨®n Diego ¡°N¡±, quien presuntamente habr¨ªa tomado fotos de las redes sociales personales de sus compa?eras y otras alumnas y las habr¨ªa alterado con inteligencia artificial con fines sexuales para venderlas a trav¨¦s de Internet. Envalentonadas y con el esp¨ªritu en alto, este grupo de mujeres daba a conocer que el v¨ªa crucis que inici¨® hace casi dos semanas iba a seguir su curso, porque era importante sentar un precedente.
¡°Seguimos con fuerza, porque el IPN [Instituto Polit¨¦cnico Nacional] nos hizo compa?eras de escuela, pero la vida nos hizo hermanas de ?ucha. Nos intentaron hacer creer que esta violencia no era real, pero decidimos hablar con fuerza porque e? amor entre mujeres salva. No se confundan. Esta violencia s¨ª est¨¢ penada en la Ley Olimpia. No es un juego y el miedo cambiar¨¢ de bando¡±, afirmaba una de las denunciantes.
Las j¨®venes, seg¨²n dieron a conocer, al momento de denunciar al acusado carecieron de una atenci¨®n con perspectiva de g¨¦nero. Adem¨¢s, afirman que hubo omisiones e irregularidades en la atenci¨®n psicol¨®gica inicial, aparte de las faltas a ra¨ªz de una ¡°interpretaci¨®n legal¡± que dejaron en libertad a Diego ¡°N¡±, a pesar de que se encontr¨® al estudiante en ese momento con un dispositivo que conten¨ªa aproximadamente 20.000 im¨¢genes alteradas.
A ra¨ªz de los reclamos de la comunidad femenina universitaria del IPN y de las mismas afectadas, la Fiscal¨ªa General de Ciudad de M¨¦xico tuvo que resarcir sus equivocaciones y volvi¨® a citar a las j¨®venes dentro de la Coordinaci¨®n General de Investigaci¨®n de Delitos de G¨¦nero y Atenci¨®n a V¨ªctimas junto con el ¨¢rea jur¨ªdica general del Polit¨¦cnico.
Se Ilev¨® a cabo una reuni¨®n el 12 de octubre en las instalaciones de la Fiscal¨ªa de Investigaci¨®n de Delitos Sexuales. Fruto de este encuentro, esta dependencia instruy¨® otorgar las medidas de protecci¨®n para cada una de ellas. Tambi¨¦n se hizo la solicitud a la Polic¨ªa de Investigaci¨®n, en el ¨¢rea cient¨ªfica, de realizar una exhaustiva revisi¨®n de im¨¢genes que se encuentren en los dispositivos m¨®viles del investigado, ya que la tableta digital qued¨® en custodia de prueba.
Entonces la realidad se torn¨® m¨¢s oscura. A partir de esta nueva investigaci¨®n, las fotograf¨ªas que se encontraron en el dispositivo que presuntamente pertenec¨ªa a Diego ¡°N¡±, no eran 20.000, sino 166.000 en total. Tambi¨¦n se hallaron 20.000 videos y compilaciones de fotograf¨ªas reales y alteradas de las que al menos 40% son de alumnas del IPN, las cuales oscilan entre las edades de 17 a 25 a?os.
¡°Estamos rotas por este recorrido agotador de iniciar un proceso de justicia, cuando eres mujer en un pa¨ªs feminicida y machista. Tuvimos que ver nuestras fotos, las de nuestras amigas, m¨¢s de 20.000 videos de compa?eras que ni siquiera saben que estaban en esa tableta digital. Fue horrible ver c¨®mo la ?legada de la tecnolog¨ªa en manos de los hombres y de la industria de la explotaci¨®n sexual destruye la vida de las mujeres¡±, expres¨® una de las j¨®venes.
Leslie Jim¨¦nez, coordinadora de proyectos en Impunidad Cero, advierte que los problemas en este tipo de casos de violencia digital surgen desde la denuncia, ya que no hay una articulaci¨®n entre la polic¨ªa cibern¨¦tica y las fiscal¨ªas. Las denuncias no son recibidas en cualquier agencia, tiene que ser en una especializada, que en este caso es la de delitos sexuales. Una de las m¨¢s recientes, creada en mayo, fue la de Investigaci¨®n de Delitos Sexuales Cometidos en Agravio de Estudiantes de Educaci¨®n Media Superior y Superior.
¡°Todav¨ªa tienen como un tema de organizaci¨®n interna para la ubicaci¨®n de estas unidades. Eso tambi¨¦n implica otro traslado, otro aspecto de revictimizaci¨®n. Puedes denunciar en l¨ªnea, sin embargo, la denuncia no te implica que haya un seguimiento en l¨ªnea total. O sea, t¨² denuncias en l¨ªnea y tienes que ir despu¨¦s dentro de unos diez d¨ªas a una de estas agencias¡±, explica Jim¨¦nez.
La Fiscal¨ªa vincul¨® a proceso a 2.458 personas por delitos relacionados con violencia de g¨¦nero desde el 1 de enero hasta el 15 de diciembre de de 2022. Del total de las detenciones, 40 personas fueron aprehendidas por el delito contra la intimidad sexual.
Otro obst¨¢culo que detecta la especialista en este tipo de casos, es que el Ministerio P¨²blico de Ciudad de M¨¦xico no sabe c¨®mo requerir algo a Facebook o, en todo caso, a Meta. ¡°Otro tema de comunicaci¨®n que tambi¨¦n se presenta es que los operadores, ll¨¢mese polic¨ªas de investigaci¨®n, no saben, a veces, c¨®mo son las plataformas. Qu¨¦ es Instagram, no saben qu¨¦ es una mensajer¨ªa de Telegram o un Dropbox, o sea, eso tambi¨¦n es una dificultad, comprender la naturaleza de d¨®nde est¨¢ contenido el material¡±, agrega Jim¨¦nez.
Las j¨®venes, que forman parte de la Asamblea Digital de Justicia del IPN, informaron tambi¨¦n que se han documentado los testimonios de otras compa?eras ,que han decidido mantener sus perfiles an¨®nimos por miedo a represalias, que han indicado que fueron convocadas para ¡°entrar al negocio¡±, el mismo que implicaba producir fotograf¨ªas ¨ªntimas y convertirlas en prostituci¨®n digital o conseguir fotos de otras alumnas pera editarlas. Las funciones de este trabajo inclu¨ªa la organizaci¨®n de carpetas por carreras y generaciones desde el a?o 2016. Las estudiantes afectadas afirman que se tienen registros de que esta organizaci¨®n de venta y reproducci¨®n de contenidos ¨ªntimos no consensuados, que operaba a trav¨¦s del servicio de mensajer¨ªa instant¨¢nea Telegram, existe dentro del IPN desde hace al menos seis a?os.
¡°Existen pruebas de conversaciones entre alumnos que compraban y ofertaban estos contenidos, por lo que se?alamos que Diego ¡°N¡± no actuaba solo. Hay dentro de nuestros salones, pasillos, ba?os, y en la comunidad estudiantil, la organizaci¨®n patriarcal de alumnos hombres que se intercambian y comercializan estas fotograf¨ªas, le ponen precios a nuestros cuerpos y nos ven como objetos sexuales¡±, precisa una de las v¨ªctimas.
Seg¨²n el Informe Violencia Digital. Un estudio de los perfiles de agresores y sobrevivientes de violencia sexual digital, 72,3% de las v¨ªctimas de agresores sexuales tienen escolaridad universitaria, de las cuales 48,7% son estudiantes. Desde enero de 2020, se reform¨® el C¨®digo Penal y la Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia en Ciudad de M¨¦xico, en lo que se ha conocido como la Ley Olimpia, para admitir como delito la difusi¨®n de im¨¢genes de contenido sexual sin el consentimiento de la implicada. Olimpia Coral Melo, creadora e impulsora de la ley, afirma que se trata del caso m¨¢s ic¨®nico documentado sobre violencia digital con inteligencia artificial hacia mujeres universitarias, que tiene que ver con mercados de explotaci¨®n sexual y sobre difusi¨®n y producci¨®n de contenidos.
¡°Viendo el informe [Violencia Digital] nos damos cuenta de que efectivamente las mayores v¨ªctimas de violencia sexual digital en M¨¦xico son mujeres universitarias, perpetuadas por sus mismos compa?eros universitarios. La profesionalizaci¨®n y automatizaci¨®n que facilita hoy la inteligencia artificial nos muestra que para los nuevos tipos de violaci¨®n contra las mujeres no es necesario ya tener el cuerpo f¨ªsico o una fotograf¨ªa real a trav¨¦s de la vivencia de la sexualidad digital para explotarte y mercantilizar nuestros cuerpos digitalmente¡±, explica Melo.
Melo, quien es tambi¨¦n fundadora del Frente Nacional para la Sororidad y Defensoras Digitales, explica que la Ley Olimpia s¨ª aplica para este caso, porque se contempla contenidos reales o manipulados, como con inteligencia artificial, que adem¨¢s incluye la producci¨®n y no se limita solo a la difusi¨®n, al menos en el caso de Ciudad de M¨¦xico. La ¨²nica excepci¨®n a este apartado se da en Puebla, que en su C¨®digo Penal solo contempla la difusi¨®n y no as¨ª la creaci¨®n. Actualmente son 29 las entidades federativas que han realizado reformas legislativas encaminadas a reconocer la violencia digital y sancionar los delitos que violen la intimidad sexual de las personas a trav¨¦s de medios digitales. Los tres Estados que no lo contemplan en sus C¨®digos Penales son Morelos, Nayarit y Tabasco.
¡°De nada nos servir¨ªa capacitar con perspectiva de g¨¦nero a los funcionarios encargados de aprobaci¨®n de administraci¨®n de Justicia si el reto principal es la inacci¨®n de las plataformas digitales. Porque la programaci¨®n con la que se est¨¢ haciendo las inteligencias artificiales es una extensi¨®n de la programaci¨®n sist¨¦mica de una violencia cultural, pol¨ªtica, machista, sexual, de una hipersexualizaci¨®n de nuestros cuerpos con una romantizaci¨®n de la industria de explotaci¨®n sexual, hoy agravada y perpetuada a trav¨¦s de las tecnolog¨ªas en la que, por desgracia, no se ha tenido los avances principalmente debido a un algoritmo patriarcal. A lo mejor carecemos de formaci¨®n t¨¦cnica digital, pero no deber¨ªamos de carecer de humanidad para no caer en la revictimizaci¨®n a las mujeres¡±, complementa Melo.
La protesta y lo medi¨¢tico del caso ha sido fundamental, seg¨²n las especialistas y las mismas afectadas, para sentar un precedente, considerando que lo sucedido en el IPN es otra vulneraci¨®n m¨¢s de las que se han registrado recientemente relacionadas con violencia digital. Hace menos de una semana, en la Preparatoria de la Universidad Popular Aut¨®noma del Estado de Puebla (UPAEP), campus Santiago, al menos cuatro estudiantes fueron acusados de ejercer acoso y violencia digital en contra de diversas alumnas de esta instituci¨®n. Dos de ellos fueron expulsados tras la manifestaci¨®n realizada por un poco m¨¢s de 50 alumnas.
El pasado a?o sucedi¨® tambi¨¦n en Yucat¨¢n, donde alumnos de la Universidad An¨¢huac Mayab, en M¨¦rida, difund¨ªan contenido ¨ªntimo de sus compa?eras sin consentimiento. De igual modo utilizaban Telegram, donde un grupo nombrado ¡°Zorritas de la UAM¡± estaba conformado por m¨¢s de 1.000 hombres y fue denunciado a trav¨¦s de distintas plataformas. En el caso del IPN, tras varios d¨ªas de presi¨®n de las estudiantes, esta instituci¨®n dictamin¨®, ¡°por unanimidad¡±, la baja definitiva de Diego ¡°N¡±, acusado por violencia digital contra sus compa?eras, mientras que el proceso legal permanece en la Fiscal¨ªa.
¡°Queremos vivir nuestra etapa de universitarias contando an¨¦cdotas del Poli. Quer¨ªamos vivir nuestros 18, 19, 20 y 21 a?os pensando solo en aprobar nuestras materias y vivir nuestra juventud, pero tuvimos que pasar dos madrugadas enteras haciendo denuncias, siete d¨ªas con ansiedad, miedo por las represalias y decenas de horas siendo se?aladas, adem¨¢s de todo lo que en este proceso falta. Pero seguimos a pesar de las horas, los ojos cansados y el cora?¨®n roto. Hoy fueron nuestras fotos editadas con inteIigencia artificial. Hoy fueron nuestros cuerpos digitalizados, manipulados, pero Ilamamos a la reflexi¨®n por las mujeres que s¨ª han sido difundidas desde sus propias identidades y cuerpos, porque esto es violencia digital y es real¡±, finaliza una de las v¨ªctimas.
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