El viaje inici¨¢tico de Ferm¨ªn Muguruza al coraz¨®n del M¨¦xico m¨¢gico, poeta y guerrillero
EL PA?S conversa con el excantante de Kortatu y Negu Gorriak sobre el d¨ªa que conoci¨® al subcomandante Marcos, su fascinaci¨®n por Juan Rulfo y el realismo m¨¢gico o sus recorridos a trav¨¦s de las comunidades que resisten ¡°en la periferia¡±
Es abril de 1996 y Ferm¨ªn Muguruza se aloja en un hotel del Distrito Federal. Su grupo, Negu Gorriak, nacido de las cenizas de Kortatu, la banda vasca que puso la voz a la primera l¨ªnea del frente de la m¨²sica insumisa, est¨¢ realizando una peque?a gira que lo ha llevado a Los ?ngeles y Tijuana. Algo va mal y el concierto en la capital mexicana se cancela. Mientras descansa en la habitaci¨®n, alguien llama a la puerta. Le entrega una carta. Es una invita...
Es abril de 1996 y Ferm¨ªn Muguruza se aloja en un hotel del Distrito Federal. Su grupo, Negu Gorriak, nacido de las cenizas de Kortatu, la banda vasca que puso la voz a la primera l¨ªnea del frente de la m¨²sica insumisa, est¨¢ realizando una peque?a gira que lo ha llevado a Los ?ngeles y Tijuana. Algo va mal y el concierto en la capital mexicana se cancela. Mientras descansa en la habitaci¨®n, alguien llama a la puerta. Le entrega una carta. Es una invitaci¨®n para viajar a Chiapas y conocer al subcomandante Marcos, el rostro encapuchado que lidera al Ej¨¦rcito Zapatista de Liberaci¨®n Nacional (EZLN), aquella guerrilla ind¨ªgena de despose¨ªdos y poetas que cre¨ªan que otro mundo era posible.
Unos d¨ªas despu¨¦s, Muguruza y dos de sus compa?eros cruzan las entra?as de la selva Lacandona en un Land Rover para acudir al encuentro con los alzados, en el que tambi¨¦n participar¨¢ Danielle Miterrand, primera dama francesa entre 1981 y 1995, esposa del expresidente Fran?ois Mitterrand. De regreso en el DF, reciben una citaci¨®n para declarar en comisar¨ªa. No van: tienen un recital que dar. ¡°En la noche se llena todo de polic¨ªas. Al acabar el concierto nos detienen. El bater¨ªa [Mikel Abrego] queda preso cinco d¨ªas, hasta que conseguimos un movimiento de solidaridad enorme. Sale en las noticias de todos lados: ¡®El baterista de Negu Gorriak detenido por apoyar a los zapatistas¡¯¡±, recuerda el m¨²sico.
Casi 30 a?os y una amnist¨ªa presidencial despu¨¦s, es octubre de 2023 y Muguruza aparece en el vest¨ªbulo de un hotel de la Roma con una camiseta negra en la que se lee Class pride (orgullo de clase) y sus caracter¨ªsticos aros bailando en las orejas. Est¨¢ de vuelta en la ciudad para presentar dos pel¨ªculas en el festival independiente Docs MX: Bidasoa 2018-2023, un documental que recupera las historias de 10 migrantes que murieron ahogados al intentar cruzar a nado el r¨ªo Bidasoa ante el cierre de la frontera entre Francia y Espa?a, y Black is Beltza II: Ainhoa, una road movie de animaci¨®n que mapea los ¨²ltimos d¨ªas de la Guerra Fr¨ªa a trav¨¦s de la epidemia de hero¨ªna que diezm¨® a toda una generaci¨®n en el Euskadi de los 80; los movimientos izquierdistas en el L¨ªbano o la retirada sovi¨¦tica de Afganist¨¢n.
Clandestinidad y realismo m¨¢gico
La historia de amor entre Muguruza y M¨¦xico se remonta a muchos a?os atr¨¢s, a una serie de viajes que el m¨²sico realiz¨® en la d¨¦cada de los 90, entre ellos en el que conoci¨® en primera persona el mundo zapatista. Desde entonces, cada nuevo proyecto, cada gira, pasa por aqu¨ª. En una entrevista para Jot Down lleg¨® a decir: ¡°M¨¦xico es claramente el pa¨ªs que m¨¢s me ha impactado. De alguna manera me siento latinoamericano de ritmo vital y, entre todos los pa¨ªses del continente, M¨¦xico es mi pa¨ªs. Hay una pulsi¨®n que me llena de vida¡±.
¡ª?Y c¨®mo recuerda aquel viaje a Chiapas?
¡ªMuy clandestino.
De vuelta a abril del 96. Despu¨¦s de recibir aquella misteriosa carta en el hotel, Muguruza toma un avi¨®n a Tuxtla Guti¨¦rrez. De ah¨ª, un autob¨²s a San Crist¨®bal de las Casas. Los encapuchados citan a los miembros de Negu Gorriak en la plaza central de la ciudad. ¡°Llegamos al Hotel Quijote, dejamos las cosas y nos vamos a la placita. Todo muy m¨¢gico, casi como un cuento de Juan Rulfo¡±. Mientras toman un caf¨¦, se acercan dos ni?os en bicicleta. ¡°Les est¨¢n esperando, les invitan a un caf¨¦ ah¨ª¡±. Los m¨²sicos siguen a los ni?os hasta una casa donde aguarda el enlace zapatista. ¡°Ah¨ª nos explican c¨®mo vamos a hacer al d¨ªa siguiente para poder llegar hasta la selva. Nos dicen d¨®nde podemos alquilar un coche y nos preparan todo. Me tir¨¦ conduciendo 12 horas hasta llegar a La Realidad [una comunidad del EZLN]¡±, narra con gusto, como quien cuenta una historia de aventuras.
Por La Realidad primero aparece Danielle Miterrand. Despu¨¦s, miles de zapatistas, ¡°ya con los paliacates y todo, gritando ¡®?El pueblo unido jam¨¢s ser¨¢ vencido!¡¯¡±. Por la tarde empieza a sonar una canci¨®n. Es la se?al de que llegan ¡°los alzados¡±, con el subcomandante Marcos al frente. ¡°Nos reunimos con ¨¦l y Mitterrand. Al acabar hay un concierto de los zapatistas, todos encapuchados tocando las guitarras, toda la gente bailando¡±, r¨ªe.
Durante el encuentro, hay una an¨¦cdota que a Muguruza, irredento independentista vasco, le gusta evocar: ¡°La asistenta de Miterrand me pregunt¨® si yo era vasco espa?ol o vasco franc¨¦s. Yo respond¨ª: ¡®vasco¡¯¡±. A Marcos el episodio se le graba en la memoria. Tiempo despu¨¦s, en uno de sus famosos comunicados ¡ªmitad pol¨ªticos, mitad po¨¦ticos¡ª, lo recuerda: ¡°Y no s¨¦ si por ah¨ª anda el Ferm¨ªn Muguruza, pero yo me acuerdo que una vez que estuvo por ac¨¢ le preguntaron de d¨®nde era y ¨¦l dijo que ¡®vasco¡¯, y que le vuelven a preguntar: ¡®?vasco de Espa?a o vasco de Francia?¡¯ Y el Ferm¨ªn ni se inmut¨® cuando respondi¨® ¡®Vasco del Pa¨ªs Vasco¡¯ [sic]¡±.
Despu¨¦s de aquel episodio selv¨¢tico y surrealista, el m¨²sico mantuvo la relaci¨®n con los guerrilleros durante un tiempo, ¡°ya sobre todo epistolar¡±. Con su discogr¨¢fica, Gora Herria, edit¨® recopilatorios y discos en apoyo al EZLN. ¡°El levantamiento zapatista ten¨ªa tanta poes¨ªa, tanta literatura, tanto realismo m¨¢gico. Hasta Octavio Paz, que era el establishment, reconoci¨® que el subcomandante Marcos a nivel literario tiene unos grandes recursos. Como la invenci¨®n de Durito, ese escarabajo que siempre le critica. Estamos hablando de una revoluci¨®n po¨¦tica que nos lleva a aquella otra revoluci¨®n de poetas que se hizo en el a?o 36 [durante la Guerra Civil espa?ola] con la generaci¨®n del 27 en las barricadas¡±, dice.
Rulfo, Mar¨ªa Sabina y un rumor desde el sur
Todo empez¨® unos a?os antes, en 1992, durante la primera gira mexicana de Negu Gorriak. ¡°Yo conoc¨ªa Cuba antes, pero no conoc¨ªa Latinoam¨¦rica. Ten¨ªa una gran fascinaci¨®n por toda la literatura del realismo m¨¢gico: Juan Rulfo, Las Memorias del fuego de Eduardo Galeano, Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez y Macondo, Borges¡ Est¨¢bamos muy influenciados por el tema mexicano: Rulfo era algo especial, Negu Gorriak lo sampleamos con el ¡®Diles que no me maten¡¯ [uno de los cuentos recogidos en El llano en llamas]. No podemos olvidarnos que M¨¦xico tiene su propia revoluci¨®n antes que la sovi¨¦tica; fue base log¨ªstica para la revoluci¨®n cubana, los sandinistas; acogi¨® a toda la gente del Estado Espa?ol, a los vascos¡ Los supermercados se llaman Aurrera [Adelante, en euskera], eso lo hacen los comunistas y anarquistas que vienen de la Guerra Civil [espa?ola] para tener tiendas para la gente m¨¢s humilde¡±.
En aquel primer tour, tocaron con Caf¨¦ Tacvba, Los Fabulosos Cadillacs o Tijuana No!, el grupo en el que empez¨® su carrera Julieta Venegas. ¡°El impacto de la fuerza que hab¨ªa aqu¨ª me conmueve, me transforma incluso. Entonces le comento a mi compa?era que hay que venir aqu¨ª y conocer este pa¨ªs¡±. En 1993, despu¨¦s de la grabaci¨®n y la gira del disco Borreroak Baditu Milaka Aurpegi (El verdugo tiene mil caras) volvi¨® durante dos meses con la idea de recorrerlo ¡°de arriba a abajo¡±: ¡°Quer¨ªa entrar en el M¨¦xico profundo, el que est¨¢ en la periferia, en los lugares a los que la gente no llegaba, los que nos cuenta Rulfo en sus libros¡±.
Muguruza hab¨ªa escuchado las leyendas sobre Mar¨ªa Sabina, aquella curandera mazateca casi mitol¨®gica, de la que se contaba que recib¨ªa las visitas de personajes ilustres de la borrachera psicod¨¦lica de los 60¡äs como Bob Dylan, John Lennon o Jim Morrison. ¡°Quer¨ªa conocer a los huicholes en Real de Catorce, conocer tambi¨¦n el M¨¦xico m¨¢gico. Estuve con do?a Julieta Casimiro, la siguiente gran chamana. Yo soy 100% ateo, vengo de un mundo mucho m¨¢s pragm¨¢tico: el anarcocomunismo, las luchas callejeras, pero me interesaba probar la experiencia extrasensorial con los hongos alucin¨®genos, sentir que pisas la tierra y sientes que eres parte, como me ocurri¨® esa vez¡±.
Su viaje por comunidades y pueblos lo llev¨® hasta Guerrero. All¨ª estaba cuando en diciembre de 1993 un rumor empez¨® a extenderse: un movimiento armado sin rostro definido empezaba a tomar formar en el sur. ¡°Yo pensaba que eso hab¨ªa desaparecido ya completamente de Latinoam¨¦rica. Y de repente, a la semana de volver [a Euskadi], el 1 de enero de 1994, est¨¢ el levantamiento zapatista. Cuando llegas a casa y te sientes tan mexicano como me siento yo ¡ªy me siento hoy en d¨ªa¡ª y ves que al lado tuyo acaba de haber un levantamiento, eso te est¨¢ interpelando directamente¡±.
El zapatismo sacudi¨® M¨¦xico, su pol¨ªtica y su cultura, pero no se qued¨® entre sus fronteras. Influy¨® a toda una generaci¨®n de movimientos sociales y culturales, a grupos internacionales como Rage Against the Machine, que vieron en los guerrilleros de Chiapas un soplo de esperanza a la globalizaci¨®n. Muguruza, tras la separaci¨®n de Negu Gorriak, sigui¨® con miles de proyectos musicales y audiovisuales, siempre desde una militancia internacionalista: su vida es un mapa de conflictos y resistencias, de Sudam¨¦rica a Palestina, del S¨¢hara al Kurdist¨¢n. M¨¦xico ha sido un punto rojo constante en esa particular cartograf¨ªa: no ha dejado de venir; de tocar en el ya desaparecido Alicia ¡ªdonde homenajearon por primera vez a su hermano ??igo, cofundador de Kortatu y Negu Gorriak, tras su muerte¡ª; de dejarse influir por los sonidos e ideas que cruzan el pa¨ªs; de alimentar la fusi¨®n entre dos mundos tan distintos y tan unidos como Euskadi y M¨¦xico. ?Un ejemplo?: ¡°El mismo Pancho Villa: su abuela era vasca y le cantaba nanas en euskera¡±.
'Bidasoa 2018-2023'
El documental se ha estrenado este 20 de octubre en las salas espa?olas. Antes, solo se hab¨ªa proyectado en el Festival de San Sebasti¨¢n y en Docs MX. Muguruza trabaj¨® en el proyecto mientras presentaba la segunda parte de 'Black is Beltza'. A pesar de lo apretado de su agenda, la historia de los 10 migrantes ahogados en el Bidasoa llam¨® a su puerta con fuerza. Muguruza sab¨ªa que ten¨ªa que hacer esa pel¨ªcula, que le hablaba a un nivel personal por la cercan¨ªa entre el r¨ªo y su hogar. Se rode¨® de m¨²sicos del Bidasoa para componer la banda sonora, de activistas y personas que hab¨ªan trabajado con los migrantes fallecidos para recomponer su historia. ¡°Me interesa la humanizaci¨®n de los conflictos, por eso han sido muy importantes todas las conversaciones que he tenido para hacer este documental. Todos me han subrayado la idea de humanizar la tragedia, buscar los nombres y apellidos, por qu¨¦ salieron, sus sue?os, qu¨¦ relaci¨®n ten¨ªan. Esa humanizaci¨®n es la que m¨¢s me late. Ponemos sobre la mesa otra vez la solidaridad, el abrazo¡±, dice.
Suscr¨ªbase aqu¨ª a la newsletter de EL PA?S M¨¦xico y reciba todas las claves informativas de la actualidad de este pa¨ªs