¡®Mientras que el lobo no est¨¢¡¯: las infancias frente a la violencia silenciada
La escritora y activista mexicana Denisse Buend¨ªa hace un retrato doloroso e imprescindible sobre la importancia de las voces de ni?as y ni?os ante las amenazas disfrazadas de familiaridad
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Infancia la forma de las nubes,
papalotes al vac¨ªo
Uno, dos, tres
por todos mis domingos
de f¨²tbol y ritos patriarcales.
Del libro: La infancia es la certeza de las cosas sucias, rotas y muertas, de Denisse Buend¨ªa.
La escritora y activista mexicana Denisse Buend¨ªa (Cuernavaca, Morelos, 44 a?os) encontr¨® en la poes¨ªa una forma de exorcizar sus m¨¢s grandes temores y los dolores propios y compartidos. Tuvo una abuela, una madre y varias t¨ªas que se dedicaron al trabajo dom¨¦stico toda su vida y gracias a los designios de esos destinos, ella pudo conocer desde muy peque?a a otras mujeres que le mostraron una forma revolucionaria de ver y de habitar el mundo, cuando en M¨¦xico todav¨ªa hablar sobre los derechos de las mujeres era escandaloso y poco importante. Es, junto con Alma Karla Sandoval, autora del libro El lobo no est¨¢: Cuento y gu¨ªa para ni?os, ni?as, padres y educadores, con el que trata de prevenir y alertar sobre la figura de las potenciales amenazas dentro de sus n¨²cleos familiares a los que ni?as y ni?os est¨¢n expuestos, sin que sus voces sean todav¨ªa lo suficientemente escuchadas y reconocidas.
En 2007, Buend¨ªa escribi¨® su primer poemario al que titul¨® D¨ªas animales (Universidad de Guanajuato), ¡°en un intento por desprenderse del amor rom¨¢ntico y en el que ya empieza a tratar el tema de la familia, del padre y del abandono¡±. Su abuela y una de sus t¨ªas hab¨ªan trabajado en los hogares de mujeres como Betsie Hollants, una periodista y exmonja belga llegada a Morelos en la d¨¦cada de los sesenta, quien fund¨® en la ciudad de Cuernavaca la primera biblioteca para mujeres hace 52 a?os. La biblioteca llev¨® por nombre Centro de Intercambio y Desarrollo Humano en Am¨¦rica Latina (CIDHAL) y ahora sigue existiendo como una asociaci¨®n civil. Tambi¨¦n convivi¨®, gracias a ese intercambio familiar y laboral, con otros nombres relevantes en el feminismo, tales como Itziar Lozano o a la mexicana Sylvia Marcos. ¡°Yo conviv¨ªa con ellas y ellas me hablaban todo el tiempo de la autonom¨ªa y de otros conceptos sobre el feminismo. Eran muy revolucionarias para su ¨¦poca y para mi comprensi¨®n infantil de ocho o diez a?os. Y ya los 15 a?os comenc¨¦ a ir a CIDHAL como voluntaria con ni?os y ni?as, hu¨¦rfanos del VIH, y desde entonces el tema de la infancia es como una deuda po¨¦tica para m¨ª¡±, cuenta.
En 2019, y tras la publicaci¨®n de Vocabularia y Feministario, Denisse Buend¨ªa retom¨® un concepto que hab¨ªa construido varios a?os antes en su poes¨ªa: el del lobo como la figura que representa m¨¢s claramente ¡°el patriarcado ped¨®filo¡±, el principal agresor de las infancias: ¡°Sabemos que existe el patriarcado y sabemos que la mayor¨ªa es ped¨®filo, pero digamos que como tal no se establece como un concepto que se tiene que abordar. Nos basamos en la ronda infantil de ¡®jugaremos en el bosque, mientras que el lobo no est¨¢ aqu¨ª...¡¯ y la idea principal es se?alar que no hay un perfil homog¨¦neo de un abusador o de un depredador, porque generalmente creemos que un violador o un asesino un feminicida es un ser loco o que perdi¨® la cabeza en alg¨²n momento y no supo lo que hizo, ¡ªpor eso le llamaron crimen pasional, porque era solo un momento de locura¡ª y con el tiempo hemos descubierto que no es solo un momento, que es una cosa sistem¨¢tica que se sostiene con la impunidad del propio Estado frente a estos temas¡±, explica.
El lobo no est¨¢: Cuento y gu¨ªa para ni?os, ni?as, padres y educadores pas¨® previamente por varias sesiones en escuelas p¨²blicas y privadas, con padres de familia, ni?os y ni?as, educadores y comunidad educativa incluida, para saber c¨®mo acoplar la informaci¨®n que iban recibiendo para que los contenidos de los cuentos del libro resultaran ¨²tiles y comprensibles para todos. ¡°En este manual planteamos que no hay una sola forma de ser lobo, que un lobo puede estar m¨¢s cerca de nosotros y que los abusadores y los lobos identifican un abandono en las infancias y en nombre del amor y del resguardo comenten esas violencias. Porque hay lobos que abusan sexualmente desde la violencia, pero hay lobos que construyen su territorio para el abuso, se ganan la confianza de los peque?os y es por lo mismo, que pocas veces le preguntamos a las infancias c¨®mo se sienten y por qu¨¦ se sienten de tales formas¡±.
Seg¨²n el razonamiento de Buend¨ªa, los ¡°lobos¡± o potenciales agresores de las infancias identifican los puntos vulnerables de sus v¨ªctimas y a partir de ah¨ª act¨²an. El silencio familiar es uno de los aspectos m¨¢s poderosos para construir estas violencias, un acuerdo invisible que se establece al interior del n¨²cleo familiar en el que se decide colectivamente no hablar de eso. ¡°La confianza es un factor principal. No le ense?amos a los ni?os a decir que no. Y en la vida de los adultos la obediencia es la principal herramienta de sobrevivencia en las infancias, entonces se les decimos: ¡®t¨² no preguntes y haz lo que te digo¡¯. Y eso invalida su capacidad de decisi¨®n. Es importante hablar de esto porque le va la vida en ello a las infancias, y no quiero decir que las asesinen, pero no podemos perpetuar ni seguir permitiendo que el abuso sexual dentro de las familias sea algo que pasa y de lo que no se habla¡±.
El peligroso espejismo de la familia como lugar seguro
El poemario La infancia es la certeza de las cosas sucias, rotas y muertas abre con el texto titulado ¡®Taxonom¨ªa¡¯, un retrato familiar sobre algunos de los silencios que se pactan en el seno del hogar: ¡°Creo que ese poema rompe la imagen tradicional y romantizada de la familia como refugio y como lugar seguro, y tambi¨¦n nos puede dar la intuici¨®n de que la familia puede ser el lugar m¨¢s oscuro y m¨¢s inseguro que puedes tocar¡±. ¡°El v¨ªnculo sagrado¡±, como lo nombra Buend¨ªa, habla tambi¨¦n de c¨®mo se orilla a las infancias a hacer todo lo que los adultos de su confianza les piden sin cuestionar ni darles herramientas de autocuidado que los coloque en sitios de mayor seguridad.
En M¨¦xico, poco m¨¢s de una cuarta parte de la poblaci¨®n ¡ªcasi 32 millones, seg¨²n el Inegi¡ª est¨¢ conformada por ni?os y ni?as de hasta 14 a?os de edad. Pese a que constituyen un porcentaje relevante dentro del grueso de la poblaci¨®n nacional, son los m¨¢s vulnerables, los m¨¢s empobrecidos y a los que menos se les escucha. Estos datos los conoce bien Buend¨ªa, ha compartido gran parte de su experiencia laboral y personal con ni?os y ni?as en orfandad, en vulnerabilidad, y est¨¢ segura de que hace falta que este mundo ¡°adultocentrista¡± comience a reinventarse y a escuchar verdaderamente las voces que construyen futuro desde muy peque?os: ¡°Yo veo en las infancias mucha resiliencia, muchas herramientas que construyen ellas y ellos para sobrevivir: el juego, la imaginaci¨®n, la fantas¨ªa. He visto muchas personas que se apasionan y se entregan al acompa?amiento delas infancias. Pero tambi¨¦n creo que nos hacen falta programas sociales, financiamiento y presupuesto para atenderlas, porque a medida que podamos atender a las infancias se pueden reducir las brechas de desigualdad y las expresiones de violencia cuando seamos j¨®venes y adultos¡±.
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