El sue?o espacial mexicano viaja en cinco robots de camino a la Luna
Los dispositivos del proyecto Colmena, a cargo de la UNAM y la Agencia Espacial Mexicana, van a bordo de la nave Peregrino 1, que sufre una fuga de combustible que amenaza la misi¨®n
En estos momentos, cinco microrrobots mexicanos est¨¢n en direcci¨®n a la Luna. Van a bordo de la nave Peregrino 1, que despeg¨® en la madrugada del lunes desde Cabo Ca?averal, en Florida (Estados Unidos), y deber¨ªa llegar al sat¨¦lite en unas seis semanas. Aunque el despegue fue un ¨¦xito, el m¨®dulo tiene una fuga de combustible que pone en grave riesgo la misi¨®n, que es la primera iniciativa privada a la Luna. Tambi¨¦n es la primera vez que M¨¦xico participa en una expedici¨®n hacia este astro. A cargo est¨¢n la UNAM y la Agencia Espacial Mexicana, que han llamado al proyecto Colmena, en honor a estos peque?os robots preparados para trabajar en equipo, como un enjambre. Entre los cinco no superan los 300 gramos. Ahora, el sue?o espacial mexicano viaja envuelto en un paquete de galletas.
La pr¨®xima carrera espacial ya ha empezado. Los pa¨ªses ya no quieren solo poner un pie en la Luna, sino colocar las bases para sacar provecho de sus materiales y asentar las primeras colonias. Y de ah¨ª preparar el salto a Marte para dentro de unos 20 a?os. El plan es gigante. Hace d¨¦cadas que Gobiernos como el estadounidense o el ruso apostaron por el universo, despu¨¦s sigui¨® China ¡ªque ya ha alunizado tres veces en los ¨²ltimos 10 a?os¡ª y la India. En una industria extremadamente competitiva, en la que tambi¨¦n juegan la Agencia Espacial Europea y la japonesa, M¨¦xico trata de encontrar su hueco. No es f¨¢cil con tantos a?os de desventaja. Tratando de abrir una brecha, nace el proyecto Colmena.
El investigador Gustavo Medina, responsable del Laboratorio de Instrumentaci¨®n Espacial, del Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM, y jefe de la misi¨®n, cree haber encontrado el nicho en lo peque?o. Ya hay otros construyendo los grandes robots, los grandes veh¨ªculos, pero M¨¦xico est¨¢ especializ¨¢ndose en la nanotecnolog¨ªa que permite crear muchos robots: diminutos pero eficientes. Mientras otros se fijan en los leones o los elefantes, M¨¦xico est¨¢ apostando por las abejas. ¡°Seres simples que juntos consiguen hacer grandes cosas, porque son muchos y saben cooperar¡±, explica Medina, ¡°en vez de mandar una gran m¨¢quina para extraer un mineral, que cuesta car¨ªsima y si se rompe se perdi¨® todo, puedo mandar 100.000 robots chiquititos, que si muere uno no pasa nada. El proyecto puede resistir. Esa es la filosof¨ªa¡±.
As¨ª se empez¨® a plantear la misi¨®n Colmena en 2015, cuando M¨¦xico present¨® su proyecto a la empresa Astrobotic, que es la creadora de Peregrino 1 y la que, patrocinada por la NASA, est¨¢ a cargo del viaje. La compa?¨ªa seleccion¨® la idea de la UNAM para la primera misi¨®n comercial a la Luna de la historia, junto a otras 19 que vienen de la NASA, Alemania, Jap¨®n o Reino Unido. ¡°Vamos hermanados con los grandes pa¨ªses¡±, ha se?alado el director de la Agencia Espacial Mexicana, Salvador Landeros, que considera el proyecto como ¡°algo hist¨®rico¡±. Tambi¨¦n van a bordo de la nave una c¨¢psula del tiempo con mensajes de 80.000 ni?os de todo el mundo y las cenizas del creador de Star Trek, Gene Roddenberry, del escritor de ciencia ficci¨®n Arthur C. Clarke y de tres presidentes de Estados Unidos: George Washington, Dwight D. Eisenhower y John F. Kennedy.
Con sensores y aletas: dise?ados para sobrevivir
El proyecto mexicano ha contado con un presupuesto de 13 millones de pesos (unos 770.000 d¨®lares), provenientes a partes iguales de la Agencia Espacial Mexicana y del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnolog¨ªa. Seis millones se han dedicado a la creaci¨®n de los robots, en la que han participado 250 alumnos de la UNAM, de ingenier¨ªa, pero tambi¨¦n de matem¨¢ticas, f¨ªsica o qu¨ªmica, arte y derecho; los otros siete millones han sido para el lanzamiento con Peregrino.
Colmena est¨¢ compuesto por cinco robots de 12 cent¨ªmetros de di¨¢metro y 56 gramos cada uno. Tienen ruedas y una especie de aletas. Viven de la energ¨ªa que consiguen de sus paneles solares, que son flexibles para aguantar la vibraci¨®n que lleva aparejada el ser lanzados en un cohete especial. Tambi¨¦n cuentan con sensores, microprocesadores, inteligencia para navegar aut¨®nomamente y radares para desplazarse y comunicarse con los otros robots. Nunca dispositivos tan peque?os han operado en el espacio, dice Medina con orgullo. ¡°Est¨¢n dise?ados para aprender cu¨¢les son los desaf¨ªos de hacer una cosa tan chiquitita y sofisticada y que eso viaje por el espacio y sobreviva, llegue a la Luna y sobreviva¡±.
La Luna es un entorno muy agresivo, con cambios dr¨¢sticos de temperatura, radiaci¨®n, polvo lunar, impactos de material interplanetario. Entonces, el primer objetivo de los robots es revisar qu¨¦ estrategias de dise?o s¨ª sirven para sobrevivir e identificar problemas que sus creadores todav¨ªa no han imaginado, ¡°pero que ciertamente existen¡±, apunta el responsable de Colmena. Su segunda meta es cient¨ªfica: entender c¨®mo se comporta el regolito, sus caracter¨ªsticas, tambi¨¦n tratar de aprender sobre esa capa de granos m¨¢s peque?os, que flotan a unos 20 o 30 cent¨ªmetros de la superficie de la Luna, observar c¨®mo funcionan ah¨ª las telecomunicaciones o ¡°propiedades que nunca han sido medidas¡±.
Una catapulta espacial
Su peque?o tama?o abre adem¨¢s much¨ªsimas preguntas. ¡°No es lo mismo que pise la superficie de la Luna un humano o un rover, cuando el polvo se compacta, que si sos tan livianito, cuando el polvo se comporta diferente, como una especie de fluido¡±, se?ala Medina, que explica que por esa raz¨®n los robots cuentan con unas paletas para ¡°navegar¡±, adem¨¢s de unas ruedas de cuatro cent¨ªmetros. El desplazamiento sobre el sat¨¦lite era la ¨²ltima fase de la misi¨®n. Antes, los robots deb¨ªan sobrevivir al lanzamiento y tambi¨¦n al alunizaje. Para eso viajaban envueltos, realmente, en una especie de paquete de galletas, explica Medina, junto a un m¨®dulo de despliegue y telecomunicaciones ¡ªllamado TTDM¡ª, que tiene varias funciones. Sirve para recibir la informaci¨®n que los robots recopilan en la Luna, mientras ¨¦l permanece en la nave, hacer la conexi¨®n y poder transferir a la Tierra los datos del enjambre; y sirve, adem¨¢s, como catapulta.
Lo dice Medina y se r¨ªe: ¡°Si les funcion¨® a los romanos, ?por qu¨¦ a nosotros no?¡±. Cuando la nave llega a la Luna no hay nada para bajar a los robots, as¨ª que el m¨®dulo se convierte en la primera catapulta espacial y los arroja a unos 10 o 15 metros de distancia. Es importante que lleguen lejos porque funcionan con energ¨ªa solar y quedar a la sombra del aparato es lo mismo que una sentencia de muerte. ¡°Pueden caer panza arriba o panza abajo, por eso traen paneles solares en los dos lados¡±, explica el investigador. Despu¨¦s tienen que ¡°formar un sistema de coordenadas para que sepan donde est¨¢n sus compa?eros: eso lo tienen que hacer aut¨®nomamente, porque nosotros no sabemos d¨®nde van a caer¡±.
Ese hubiera sido el plan. Sin embargo, un incidente durante la propulsi¨®n de la nave provoc¨® una p¨¦rdida cr¨ªtica de combustible, lo que hace muy dif¨ªcil que Peregrine pueda llegar a la Luna. En su ¨²ltimo comunicado, la empresa Astrobotic identifica una fuga que va a provocar que dentro de 40 horas el m¨®dulo se quede sin energ¨ªa. Peregrine funciona con energ¨ªa solar, pero necesita de combustible para mantener a la nave en una direcci¨®n estable que apunte hacia el sol. ¡°En este momento, el objetivo es acercar Peregrino tanto como sea posible a la distancia lunar antes de que pierda la capacidad de mantener su posici¨®n¡±, ha se?alado la compa?¨ªa.
Medina, en su conversaci¨®n con EL PA?S, ya contempla la opci¨®n de que sus cinco robots no aterricen a la Luna. ¡°Si no llegan la misi¨®n ya fue un ¨¦xito, desde el momento en que se pudo poner arriba del cohete¡±, se?ala. ¡°Es un poco irreal hablar de fracasos cuando est¨¢s haciendo algo tan innovador y tan a largo alcance, lo que tienes son fallas y lo importante no es caerse, es levantarse. Ya estamos construyendo la segunda misi¨®n¡±.
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