Las abejas no llegaron a la Luna
Una aver¨ªa en la nave espacial donde viajaban los microrrobots del proyecto mexicano Colmena obliga a desintegrarla
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La nave espacial Peregrino no ha conseguido llegar a la Luna y tampoco volver¨¢ de vuelta a la Tierra. QEPD. Cuando ya hab¨ªa viajado 375.000 kil¨®metros, el 80% de su recorrido, una fuga de combustible ha abortado la misi¨®n estadounidense y el aparato ser¨¢ desintegrado contra el escudo terrestre por encima de Australia, para no dejar m¨¢s basura all¨¢ arriba. Nadie se espante, no hay peligro, dicen los expertos, pero con el proyecto fallido se pierden algunos de los experimentos cient¨ªficos que se alojaban all¨ª y los restos mortales a bordo de los expresidentes Washington, Eisenhower y Kennedy volver¨¢n de nuevo al polvo, esta vez espacial. No hay que desazonarse, Elon Musk lo hace mucho peor. Y los chinos e indios mucho mejor, dicho sea de paso. Estados Unidos est¨¢ de capa ca¨ªda en la carrera lunar.
?Por qu¨¦, lectores, esta nota aqu¨ª y ahora? Porque en la nave que despeg¨® el 8 de enero desde Cabo Ca?averal viajaban tambi¨¦n cinco microrrobots mexicanos, 300 gramos en total, proyecto Colmena le llamaban, y esa es la gracia: se trataba de ver c¨®mo aguantan esas peque?as abejas en el espacio, algo que hasta ahora no hab¨ªa ocurrido, los dem¨¢s se han dedicado a los robots adultos. El asunto, l¨®gicamente, supone un disgusto para la UNAM y la Agencia Espacial Mexicana, encargados del experimento. Es una l¨¢stima, pero la carrera mundial al sat¨¦lite tiene pr¨®ximos despegues programados, a ver si en uno de ellos hay suerte para proseguir el experimento. El aparato llevaba tambi¨¦n 80.000 mensajes de ni?os de todo el mundo que no llegar¨¢n. El espacio, ni?os, a veces se porta tan mal como la Tierra.
La exploraci¨®n de la Luna y de Marte no es solo cosa de aventureros, como se ve, sino de ciencia, por tanto, de utilidad para todos nosotros. En el caso de M¨¦xico, se pretend¨ªa, adem¨¢s, entender c¨®mo se comporta el regolito, esa capa de material que cubre la Luna, y aquellos otros gr¨¢nulos que flotan a unos 20 o 30 cent¨ªmetros de su superficie. Quer¨ªan ver si en ese h¨¢bitat funcionan las telecomunicaciones, algo que no se ha medido antes. Toda frustraci¨®n tiene su aprendizaje. En este caso, los cient¨ªficos est¨¢n satisfechos por haber comprobado ,al menos, que los microrrobots aguantan el despegue y el viaje en cohete, y se han podido comunicar con ellos desde el espacio. No todo se ha perdido, pues.
?¡°Es un poco irreal hablar de fracasos cuando est¨¢s haciendo algo tan innovador y tan de largo alcance, lo que tienes son fallas y lo importante no es caerse, es levantarse¡±, declar¨® d¨ªas antes el jefe de la misi¨®n mexicana, Gustavo Medina. ¡°Ya estamos construyendo la segunda misi¨®n¡±. Quiz¨¢ ser¨ªa conveniente para el siguiente viaje comprar boletos en China o la India, porque ellos s¨ª est¨¢n teniendo ¨¦xito. EE UU no deja huella en la Luna desde hace cinco d¨¦cadas y los rusos estrellaron su nave hace unos meses. China, sin embargo, ha aterrizado ya tres aparatos y la India acaba de conseguirlo. De Elon Musk mejor ni hablar.
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