Eme Malafe, m¨²sico: ¡°M¨¦xico se ha convertido en el barrio del mundo¡±
Rapero, reguetonero, cantante de salsa y corridos, Mart¨ªn Aldana acumula millones de reproducciones en sus v¨ªdeos en YouTube. Criado en los barrios humildes del centro de la capital, reivindica el verso violento como expresi¨®n de los que nacieron sin nada
En este mismo instante, Eme Malafe, rapero, reguetonero, cantante de corridos y salsas, parece habitar el mundo tocado por la gracia de la inspiraci¨®n y la certeza, consciente de entender lo que antes se le escapaba. Su discurso desborda gram¨¢tica y vocabulario: asume d¨®nde est¨¢, qu¨¦ quiere decir y hacer. Salido de las colonias humildes del centro de Ciudad de M¨¦xico, su m¨²sica, enraizada en la violencia que vio al crecer, hace vibrar a millones con un mensaje deliberadamente ...
En este mismo instante, Eme Malafe, rapero, reguetonero, cantante de corridos y salsas, parece habitar el mundo tocado por la gracia de la inspiraci¨®n y la certeza, consciente de entender lo que antes se le escapaba. Su discurso desborda gram¨¢tica y vocabulario: asume d¨®nde est¨¢, qu¨¦ quiere decir y hacer. Salido de las colonias humildes del centro de Ciudad de M¨¦xico, su m¨²sica, enraizada en la violencia que vio al crecer, hace vibrar a millones con un mensaje deliberadamente ambiguo: ¡°Amo y odio al barrio¡±.
Malafe es el nombre art¨ªstico de Mart¨ªn Aldana, que cumple 30 en marzo. Hace un a?o y medio le dieron tres balazos entre el cuello y el hombro izquierdo. Casi muere. Pas¨® los meses siguientes en blanco, lejos de la pluma y el cuaderno, envuelto en el miedo y los deseos de venganza, la paranoia. Al final, exorciz¨® todo aquello en una canci¨®n de nueve minutos que va del rap a la m¨²sica banda. En vez de tomar las armas, sac¨® los versos en represalia. La Danza del Diablo ha sido uno de sus mayores ¨¦xitos hasta ahora.
Toma un capuchino, Malafe, a la sombra de una cafeter¨ªa en Coyoac¨¢n. La charla rodea constantemente esa certeza que le invade, la idea de que la representaci¨®n art¨ªstica de la violencia es un veh¨ªculo para la fantas¨ªa y el exorcismo, no un est¨ªmulo para convertir a generaciones de j¨®venes en narcotraficantes. ¡°Siempre lo digo, t¨² ve a cualquier vato que va con su carro, escuchando un corrido y, en ese momento, ¨¦l se siente un narco. ??l es aquel que trafica kilos y lo va cantando! Te vuelve a mirar mal por la calle, jaja. Pero acaba la rola y la vida sigue, tiene que llegar a su trabajo y mantener a su familia¡±, argumenta.
Es la pol¨¦mica de la temporada en M¨¦xico y en buena parte del mundo hispano interesado en la m¨²sica y las expresiones culturales: ?qu¨¦ tan aceptables son letras como las que cantan Malafe o Peso Pluma, trufadas de historias de hombres armados que van a matar a otros hombres armados? Para Malafe, la cr¨ªtica es puro desconocimiento. Para muestra, una frase de otro de sus ¨¦xitos, Ah¨ª Nac¨ª: ¡°La m¨²sica siempre ha sido eso, un grito de un chingo de gente¡±.
La charla dura algo m¨¢s de dos horas, quince p¨¢ginas de transcripci¨®n. Lo siguiente es un resumen discrecional de lo compartido, sorprendente, a veces, iluminador la mayor parte del tiempo, como cuando dice que ¡°M¨¦xico se ha convertido en el barrio del mundo¡±. Una infecci¨®n por culpa de un perro muerto y un plomazo a un amigo por unas motos malhabidas mueven las alas de la mariposa del destino. Todo lo que pasa despu¨¦s es historia. Eme Malafe la cuenta.
Pregunta. Te recibiste hace poco de abogado.
Respuesta. Bueno, ya tiene un ratito, como cuatro a?os.
P. ?C¨®mo decidiste estudiar Derecho?
R. Cuando no sab¨ªa qu¨¦ estudiar¡ Yo quer¨ªa estudiar Medicina. Quer¨ªa ser cirujano, me mamaba un chingo el pedo de la cirug¨ªa pl¨¢stica. Mi jefecita iba a hacer limpieza a una casa, donde ten¨ªan una pinche pantallota¡ Yo todav¨ªa estaba morrito, me llevaba con ella y me acuerdo de que sal¨ªan estos programas de Discovery Channel, de cirug¨ªas, y me mamaba un chingo ver eso. ?Me mamaba! Me volv¨ªa loco. Pero todo vali¨® verga en la prepa, me empez¨® a ir muy mal, agarr¨¦ el desmadre. Entonces, cuando sal¨ª de la prepa y ped¨ª Medicina, pues no me la dieron. Me mandaron a Veterinaria.
P. No, pues no es lo mismo
R. Jaja, no, para nada. Entonces realmente fui a hacer desmadre ah¨ª a Veterinaria.
P. ?Cu¨¢nto aguantaste ah¨ª?
R. Como tres, cuatro meses¡ Y verga, que me da una infecci¨®n bien culera. Es que claro, todos empezamos a agarrar un chingo de confianza. Ah¨ª, en Cuautitl¨¢n Izcalli, donde era Veterinaria, hab¨ªa un crematorio de perros. Y ya estando all¨¢, nos mandaban por nuestro perro.
P. ?Para diseccionar, clase de anatom¨ªa y as¨ª?
R. S¨ª, s¨ª. Entonces escog¨ªas tu perro muerto, le dabas un chesquito al g¨¹ey de los crematorios para que te diera un perro chido, porque uno chico no sirve mucho, uno viejo tampoco. Tienes que tener uno grande y nuevo. Entonces, ya, poco a poco, de ir, agarrabas confianza. Ya com¨ªamos ah¨ª en el laboratorio. El perro estaba abierto ah¨ª en la mesa y t¨² con tu s¨¢ndwich, g¨¹ey. Y a la verga que me cae una infecci¨®n bien culera. Todo esto se me llen¨® de bolas [se refiere a los labios]. Adelgac¨¦ un chingo, no pod¨ªa comer, dej¨¦ de ir a la escuela¡ Y ya no volv¨ª a ir.
P. Pero, ?supiste qu¨¦ fue lo de la infecci¨®n?
R. No, pues un bicho.
P. Un bicho de perro muerto.
R. Jaja, s¨ª, as¨ª.
P. Y entonces dejaste la escuela.
R. S¨ª, entonces fue, ¡®verga, ?qu¨¦ voy a hacer con mi vida?¡¯, porque a la par estaba haciendo puras mamadas, cosas que no deb¨ªa.
P. ?Como qu¨¦?
R. Andaba de c¨¢bula, andaba de cabr¨®n ah¨ª en la calle. Delinquiendo, haciendo dinero¡ Y, pues s¨ª, en ese entonces agarraron a uno de mis amigos y a otro lo mataron. Y me cay¨® el 20.
Eme Malafe pas¨® la enfermedad, aunque la calle le retuvo. Tambi¨¦n las aulas. Dej¨® la escuela de Veterinaria y entr¨® a la de Derecho, en la Facultad de Estudios Superiores de Arag¨®n, parte de la UNAM. Acab¨® por graduarse, luego estudi¨® un diplomado en Derecho Penal y Juicios Orales y m¨¢s tarde, ya en la sede central de la universidad, una especialidad en Derecho Empresarial. Pero antes de todo esto, sus ¡°mamadas¡± le mandaron un rato al exilio.
R. Cuando entr¨¦ a la universidad, conoc¨ª a una morra que su pap¨¢ ten¨ªa una empresa de anuncios publicitarios, estos tubos de los espectaculares. Le dije que si sal¨ªa alguna chambita que me hablara. Y me jal¨®. Y en una de esas chambas me di cuenta de que ten¨ªan una m¨¢quina, que la pon¨ªan en el tubo y grababa todo el n¨²mero de la licencia, el permiso y as¨ª. Le pon¨ªan una plaquita y mil mamadas. Cuando vi esa m¨¢quina, dije, ¡®no mames¡¯. Antes ya hab¨ªa hecho esa pendejada de robar motos, pero cuando vi eso, lleg¨® el momento lobo de Wall Street.
P. A ver expl¨ªcame, ?qu¨¦ entendiste?
R. Cuando nosotros and¨¢bamos en lo de las motos, sab¨ªas que muchos que las compraban era para doblarlas, cambiarles el n¨²mero de serie. Pero nosotros no hac¨ªamos eso, nada m¨¢s nos las llev¨¢bamos. Entonces cuando vi esa m¨¢quina¡ Sab¨ªa que los que doblaban usaban ¨¢cido o as¨ª. Pero con esa m¨¢quina, dije, ¡®le damos vuelta a la industria¡¯. [Esa m¨¢quina les permitir¨ªa fabricar plaquitas id¨¦nticas a las oficiales con n¨²meros de serie falsos]. La m¨¢quina costaba unos 250.000 pesos. Obviamente, no los ten¨ªamos, pero cuando nos ponemos la metita de que, los tenemos que alcanzar, pues ya te imaginar¨¢s. Salir a hacer pendejadas casi diarias, hasta que lo juntamos. La pedimos y mi vida cambi¨® completamente. De pasar de ir en metro a la universidad, llegaba en un Volvo.
P. Y ustedes, ?segu¨ªan robando las motos o ya nada m¨¢s usaban la maquinita?
R. La maquinita. Fue una combinaci¨®n de la calle y la escuela. Y nuestra vida en dos o tres meses, fue como¡ De repente, no s¨¦, yo en mi casa ten¨ªa 600.000 o 700.000 pesos. Y decia, ¡®?verga, verga, soy due?o del puto mundo! Pero por ah¨ª de s¨¦ptimo u octavo semestre, todo se fue a la verga. Obviamente, ya hab¨ªa investigaciones, eran muchas motos las que doblamos. Era mucho el varo que hab¨ªamos generado.
P. Ten¨ªan una empresa.
R. Ten¨ªamos a alguien para las facturas, otro doblando todo el pedo, dos que nos tra¨ªan las motos [ellos dejaron de robar, pero contrataron a gente que lo hac¨ªa por ellos]. Y empezamos a hacer ruido.
P. Al final os agarraron.
R. Ah¨ª te va. Se salieron estos dos vatos [los que robaban] a traerse algo [motos] y los empiezan a perseguir [polic¨ªas]. En este corretiza, este g¨¹ey, en vez de darse, saca la pistola y empieza a tirar a los polic¨ªas. Los polic¨ªas le tiran y lo matan. El otro se escapa, pero lo agarran como a los dos, tres d¨ªas. Entonces cuando lo agarran fue as¨ª de, ¡®verga, verga, algo no est¨¢ bien¡¯. Yo empec¨¦ a malvibrarme bien cabr¨®n. Y justo, mi otro carnal fue por la ma?ana y verga, que cay¨® un operativo ah¨ª en el cant¨®n [su oficina]. Estaban las motos, las m¨¢quinas, la computadora¡ Y fue as¨ª de ?verga, verga, verga! Ese d¨ªa estaba en la universidad y estaba psicosead¨ªsimo. Esa noche le dije a mi morra, ¡®oye, v¨¢monos a la verga, paso por ti, ag¨¢rrate lo que puedas y v¨¢monos. Y dijo, ¡®va¡¯. Nos fuimos a vivir a Playa del Carmen. Llevaba la lana y vivimos un a?o.
Justo antes de irse, Malafe hab¨ªa grabado su primera canci¨®n. El idilio con la escritura hab¨ªa empezado a?os antes, en la escuela preparatoria, un gusto callado, escondido, un gusto de closet. M¨¢s adelante contar¨¢ que cuando un primo suyo le cont¨® que era homosexual y le habl¨® de su experiencia, ¨¦l se sinti¨® identificado. Pero bueno, la canci¨®n grabada, Pa correr nacimos, compartida a dos o tres colegas antes de su exilio forzado, le sorprendi¨® a su vuelta.
R. Fue de esos momentos cat¨¢rticos de tu vida, hermano. Recuerdo que entr¨¢bamos de vuelta a la ciudad, ¨ªbamos por La Merced, el mercado de Sonora. Volteo y oigo que en un puesto est¨¢n poniendo mi rola, en los discos pirata. Y yo, ?no mames, esa es mi rola, est¨¢ sonando, verga, qu¨¦ puto loco a la verga! Y m¨¢s adelante, en el Sonora, otro puestecito de discos y lo mismo. Y yo, ?no mames, qu¨¦ est¨¢ pasando!
P. De esa ¨¦poca, supongo, es tambi¨¦n otra canci¨®n tuya, Mi barrio, de las m¨¢s escuchadas.
R. Ah, s¨ª, a ese tema le fue bien chido.
P. Tiene una frase que me gusta: ¡°?De qu¨¦ quieren que hable si esto es lo que se vive a diario, chingao?¡±.
R. Es que es gracioso ahora... Ver a qu¨¦ grado ha llegado lo que hicimos entonces. Cuando salimos era un chingo de represi¨®n, mi m¨²sica me la criticaban un vergo, de a madres. Por ejemplo, la de Pa correr nacimos se hizo viralcilla porque sali¨® en las noticias. Eso le ayud¨®, pero hablaban mal de ella, porque dec¨ªan, ¡®no que estos g¨¹eyes roc¨ªan extintores, roban gasoliner¨ªas¡¯. Entonces era cr¨ªtica tras critica, tras cr¨ªtica. A cualquier lado que lleg¨¢bamos, nos hac¨ªan un feo. La neta no nos ve¨ªan chido.
Despu¨¦s hice una rola que se llama Criminal, que trajo todav¨ªa m¨¢s pedos, amenazas de muerte, cosas bien locas. Estuvo cabr¨®n, nos ve¨ªan mal y lo entiendo. Porque habl¨¢bamos desde el punto de vista de, ¡®estamos orgullosos de lo que somos¡¯. Y me val¨ªa verga, si tengo que correr con las consecuencias, que corran, el que la voy a pagar soy yo, a la verga. Era as¨ª nuestro discurso. La polic¨ªa no nos quer¨ªa ni verga. Me paraban y si sab¨ªan qui¨¦n era me daban una verguiza.
P. Qu¨¦ curioso. Ese trato empieza cuando hab¨ªa terminado ese negocio de ustedes con las motos dobladas.
R. Exacto, cuando ya me estaba empezando a dedicar yo a algo chido. Y sientes algo¡ ?Has visto esta escena de un vato que tiene esta pelea con Dios, de ¡®oye, ?por qu¨¦ me mandaste esto?¡¯ Pues as¨ª, ?por qu¨¦ ahorita que estoy haciendo cosas chidas me va tan de la verga, y las amenazas, y una verguiza de los polic¨ªas? No estoy haciendo nada malo, pero es de lo ¨²nico de lo que s¨¦ hablar.
P. Hay otra canci¨®n, posterior, que se llama Qui¨¦n. El video justo empieza con un tramo del noticiero estelar de Televisa, hablando de una convocatoria a una rodada de motociclistas que hiciste¡ Y parece que la canci¨®n es una respuesta. Hay una parte en que cantas: ¡°Llega Malafe, toda mi banda, mi gente malandra¡±.
R. ?Sabes qu¨¦ pasaba en ese momento? Nos dimos cuenta del poder que daba enorgullecernos de donde ven¨ªamos¡ Siempre nos hab¨ªamos sentido menos y ahora sal¨ªamos y presum¨ªamos del lugar que hab¨ªamos escondido. En la prepa, en la universidad, cuando me preguntaban de d¨®nde era, siempre dec¨ªa otro lugar. Porque cuando se perd¨ªa algo, si sab¨ªan de donde eras, luego luego volv¨ªan a verte. Entonces, llega este cambio de, ¡®oigan banda, si¨¦ntanse bien orgullosos, crecimos aqu¨ª, lo maleao que estamos es una educaci¨®n que no cualquiera tiene el privilegio de tener. Usted es de barrio y eso no es menos, es m¨¢s, es ser m¨¢s aferrado, echarle m¨¢s huevos¡¯. Y exacto, mi banda malandra. Todo mi p¨²blico, bueno, no quiero generalizar, pero la mayor¨ªa es gente que ha hecho algo malo, o le han hecho, o tiene un familiar que¡
P. La violencia alrededor.
R. Aj¨¢. Pues es que, ?estamos en la Ciudad de M¨¦xico! Es lo que se vive.
P. En esta otra canci¨®n tuya, Ah¨ª Nac¨ª, tienes esta frase: ¡°La m¨²sica siempre ha sido eso, un grito de un chingo de gente¡±
R. S¨ª, dije, a la verga, no voy a dejar de hablar de esas tem¨¢ticas. Un morro de 13 o 14 a?os que tiene ese sentimiento de ¡®verga g¨¹ey, mi jefa gana 400 varos a la semana y yo con un robo me traigo 2.000 o 3.000. A la verga¡¯. Un morro de esos, cuando escucha estas rolas, se motivan a decir, ¡®s¨ª voy a salir y, adem¨¢s, me siento orgulloso de este pedo. Y, mientras lo canto, mientras canto todo esto, lo saco¡¯.
P. Como exorcizar la rabia.
R. Aj¨¢. Bien chido. Como la ¨²ltima rodada que tuvimos. Se juntaron 120.000 motos entre Eje Central y Eje 3 y no hubo un solo incidente. Ni uno. [Esta quedada ocurri¨® en julio del a?o pasado]. Y banda malandra, que dec¨ªamos hace rato. Ni un puto incidente. Una catarsis, porque sacamos todo, a la verga, lo gritamos, nos sentimos malandros en ese momento, ¨¦ramos los villanos del cuento. Lo sacamos ah¨ª y v¨¢monos a seguir con la vida.
P. Luego viene la colaboraci¨®n con C-Kan. Y precisamente noto un tono m¨¢s reflexivo, m¨¢s de mirar para atr¨¢s. En ese sentido y en otros, me recuerda a la que sac¨® Residente, Ren¨¦, en la que cuenta su vida, su infancia¡
R. Donde llora. En el video llora. Avanza en el campo de b¨¦isbol y llora.
P. S¨ª, esa.
R. S¨ª¡ Ya me daba cuenta de que detr¨¢s de todo este orgullo que te platico hab¨ªa un dolor. Demuestras orgullo del barrio, pero si realmente vas a lo que est¨¢s sintiendo, hasta el fondo, te van a hacer caca. Siempre fuerte, siempre orgulloso, pero, ?a qui¨¦n le dices c¨®mo te cagaba que gritar¨¢n a tu mam¨¢? ?A qui¨¦n le dices que le tienes un pinche rencor de mierda a los g¨¹eyes de la camioneta blanca que se llevaron a los puesteros? Esas son las que te guardas y no las puedes sacar.
P. No puedes mostrar debilidad.
R. Lo sacas como rabia, pero adentro es dolor. Un dolor de chal¨¦, ?por qu¨¦ me toco vivir aqu¨ª?
P. Igual por eso la colaboraci¨®n con C-Kan es importante: es la primera vez que te permites hablar as¨ª.
R. S¨ª, todo ha sido un proceso. La misma mente va cambiando. En esa rola hay una frase que dice, ¡®amo y odio al barrio, tal vez nadie lo entienda¡¯. Y es eso. Amo un vergo la parte cultural, folkl¨®rica, ese carnalismo con los morrillos en la calle, que andan todos mugrosos, pero que luego la mam¨¢ de cualquiera te invita a un taquito, ese carnalismo que existe hasta los 10 o 12, que luego se pierde a la verga. Porque de ah¨ª hacia delante es siempre querer volver a esa lealtad, volver a lo que ya no existe.
P. Dices en esa canci¨®n tambi¨¦n: ¡°Siempre a donde voy llevo al barrio presente conmigo, pero el barrio tambi¨¦n te come¡±.
R. Es esa dicotom¨ªa, transitar un lugar donde sabes que te puede cargar la verga. Traes un chingo de experiencias de ah¨ª, le agradezco a la vida haberme puesto ah¨ª, porque por eso puedo escribir, pero tambi¨¦n es chale, ?por qu¨¦ tuve que ver eso, por qu¨¦ tuvieron que matar a tal?¡ Creces con unas carencias mentales muy culeras, de tener que tragarte las cosas. De tener que ocultarle a tu valedor lo que escribes, algo tan normal.
S¨ª, esa rola lo recoge muy bien: estoy orgulloso, pero tambi¨¦n est¨¢ de la verga. La gente ve tu presente y piensa que siempre has sido as¨ª. Pero no. Estaba este amigo, que era el hijo del que ten¨ªa un puntito [de venta de droga] ah¨ª en el barrio. Entonces ¨¦l era el primero que trajo buenos tenis, andaba bien vestido, el primero en tener una motoneta... Pero mataron a su pap¨¢ y todo se empez¨® a ir a la verga. La ¨²ltima vez que lo vi¡ A la verga, el vato era callejero, callejero, no te reconoce ni en verga, con una de esas placas de mugre bajo los ojos, su hermano creo que andaba en el reclusorio¡
Lo que se vuelve tan cabr¨®n es de que, ?a cu¨¢ntos cent¨ªmetros estuve de que mi vida as¨ª acabara? ?A cu¨¢nto estuve? En alg¨²n momento algo pas¨®, se dividi¨® el camino. Porque tuvimos la misma infancia, fuimos a las mismas escuelas, robamos a las mismas edades¡ Hay veces en que no entiendo en qu¨¦ momento llegu¨¦ aqu¨ª.
Cuando me balacearon, g¨¹ey, me qued¨® mucho el pedo de¡ Tengo mucho este sue?o de que pienso que ya me mor¨ª. Estoy despierto, ah¨ª, en mi sill¨®n, y me quedo pensando, ¡®verga a lo mejor s¨ª me mor¨ª y esto ya es la parte chida, lo que hubiera querido vivir¡¯. No terminas de creer que te est¨¢ pasando algo chido, porque est¨¢s acostumbrado a que te pasen cosas malas.
P. Cuando te atacaron, ?qu¨¦ sentiste? [El ataque fue en mayo de 2022, en su barrio, la colonia Morelos. Malafe narra toda su lucha mental posterior en La Danza del Diablo].
R. Bueno, se siente el pinche vergazo, ?verdad? Jaja.
P. ?Y el miedo cuando lleg¨®?
R. No¡ Fue uno de los procesos m¨¢s ojetes de mi vida. Como a los tres, cuatro d¨ªas, fue que ped¨ª que me acompa?ara alg¨²n psic¨®logo. Se supone que solo vendr¨ªa dos o tres veces, y yo dije que no, que pag¨¢bamos, pero que fuera diario. Un miedo culer¨ªsimo. Me despertaba y dec¨ªa, ¡®no, creo que est¨¢n matando a mi mam¨¢¡¯. Bien loco. El pedo f¨ªsico se fue as¨ª r¨¢pido, pero lo que te queda en la cabeza¡ Ha sido un proceso chido de aprendizaje con la psic¨®loga, que me ha ayudado much¨ªsimo a transitarlo, pero la espinita del miedo, los corajes, esas heridas mentales quedan.
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