El dolor de las pacientes del doctor Luj¨¢n
Uno de los ginec¨®logos m¨¢s solicitados de M¨¦xico se enfrenta a la denuncia penal de cuatro mujeres. EL PA?S recorre con una docena de involucrados el caso que ha sacudido la poderosa industria ginecol¨®gica
Las palabras son espasmos. Esta historia est¨¢ incrustada en el dolor. Las mujeres escogen con cuidado c¨®mo describir que creen que fueron drogadas sin su consentimiento para acelerar el nacimiento de sus hijos, que aguantaron retorcidas durante horas las contracciones, que suplicaron por una ces¨¢rea que no lleg¨®, que algunas dieron a luz a beb¨¦s que estaban sanos y nacieron sin vida, tambi¨¦n que el parto las llev¨® a cuidados intensivos, que llevan a?os tratando de sanar. El ginecobstetra Jes¨²s Luj¨¢n est¨¢ denunciado penalmente por cuatro mujeres, y otras 30 forman parte de un colectivo en el que acusan al especialista de malas pr¨¢cticas y negligencia. Su cl¨ªnica, Pronatal, est¨¢ cancelada por la Fiscal¨ªa de Ciudad de M¨¦xico por ¡°indicios que revelan la posible comisi¨®n de un delito¡±. Luj¨¢n rechaza estas acusaciones, dice sentirse incr¨¦dulo por la ¡°campa?a de difamaci¨®n¡± y mantiene que no ha habido errores en sus casi tres d¨¦cadas de carrera como uno de los ginec¨®logos m¨¢s solicitados de M¨¦xico. EL PA?S recorre con los testimonios de ocho mujeres, Luj¨¢n, parteras, m¨¦dicos y abogados el caso que ha sacudido la poderosa industria ginecol¨®gica, en un pa¨ªs donde la violencia obst¨¦trica es el engranaje y el sistema.
Ixchel Cisneros cree que fue la primera. Era julio de 2006. La reportera era joven, iba a tener a su primer hijo, Carlo, y buscaba que fuera de manera natural. La Organizaci¨®n Mundial de la Salud recomienda que los nacimientos por ces¨¢rea no superen el 15%, en M¨¦xico son del 52%. El pa¨ªs es el tercero de la OCDE con mayor n¨²mero de estas intervenciones, la mayor¨ªa programadas e innecesarias. La periodista quer¨ªa salirse de la estad¨ªstica. En un curso de psicoprofilaxis le recomendaron a Luj¨¢n porque ¨¦l s¨ª preparaba lo que llaman ¡°parto humanizado¡±. Despu¨¦s de un d¨ªa con una contracci¨®n constante, Ixchel lleg¨® con nueve cent¨ªmetros de dilataci¨®n al hospital Santa Teresa de Ciudad de M¨¦xico. La periodista entr¨® a una sala color rosa pastel, que ten¨ªa una gran ba?era. Nunca fue monitoreada, tampoco su beb¨¦. Nadie supo que Carlo llevaba m¨¢s de un d¨ªa con sufrimiento fetal.
Cisneros cuenta que los padres de Luj¨¢n hab¨ªan tenido un accidente en Sonora ese mismo d¨ªa y el doctor ten¨ªa prisa. ¡°Me revent¨® la fuente, el parto se aceler¨®. Cuando sacaron a Carlo, recuerdo que estaba como desguazado, sin vida, totalmente morado y no reaccionaba¡±, relata. El neonat¨®logo se llev¨® r¨¢pido al beb¨¦. La reportera sali¨® de la ba?era. ¡°En ese momento Luj¨¢n se fue, con mi hijo al lado, sin saber si estaba vivo o muerto¡±. Carlo estuvo cinco d¨ªas en cuidados intensivos y sobrevivi¨®. Se quedaron con una gran deuda con el hospital, que saldaron con la ayuda de su familia. La periodista dej¨® la consulta de Luj¨¢n tres a?os despu¨¦s cuando este le diagnostic¨® sin pruebas un ovario poliqu¨ªstico que no ten¨ªa. Ya no regres¨® m¨¢s. Tampoco se atrevi¨® a tener a su segundo hijo por parto natural.
M¨¦xico es el sexto pa¨ªs de la OCDE donde m¨¢s mujeres mueren al dar a luz, 59 de cada 100.000, seis veces m¨¢s que la media de la Organizaci¨®n para la Cooperaci¨®n y el Desarrollo Econ¨®micos. Muchas a consecuencia de malas pr¨¢cticas. La violencia obst¨¦trica no est¨¢ legislada como un delito en el pa¨ªs, pero s¨ª existe la Norma Oficial Mexicana NOM-007-SSA2-2016, que fue creada para que el personal de salud garantice un trato digno durante el embarazo y el parto. Desde que se aprob¨® en el 2016 hasta el 2021, m¨¢s de 2,5 millones de mujeres fueron insultadas, amenazadas, humilladas, les hicieron un tratamiento m¨¦dico sin su autorizaci¨®n, no recibieron atenci¨®n oportuna, se abus¨® en su medicaci¨®n o sufrieron un trato deshumanizado. Seg¨²n los datos del Instituto Nacional de Estad¨ªstica y Geograf¨ªa (INEGI), el 31,4% de las mexicanas ha sufrido violencia obst¨¦trica.
Dos d¨ªas de enero
En dos d¨ªas seguidos de enero de 2009, dos mujeres dieron a luz supervisadas por Jes¨²s Luj¨¢n. Los dos beb¨¦s murieron. Andrea Borbolla, maestra de yoga, lleg¨® recomendada al ginec¨®logo en su primer embarazo. Su experiencia se torci¨® en la semana 16. ¡°Sent¨ªa muy poco movimiento fetal, la panza muy dura¡±, relata, ¡°¨¦l no parec¨ªa muy preocupado porque dec¨ªa que yo era una mujer muy sana¡±. La hija de Andrea, Micaela, naci¨® el 19 de enero con el s¨ªndrome de Edwards, una enfermedad mortal. Ten¨ªa los pulmones sin desarrollar y le tuvieron que hacer una operaci¨®n a coraz¨®n abierto. ¡°Ah¨ª comenz¨® la pesadilla¡±, en una sala de maternidad, tambi¨¦n del hospital Santa Teresa, que Andrea recuerda llena de globos y bombones para otras: ¡°Mientras, t¨² est¨¢s en un crematorio¡±. Su hija falleci¨® el 3 de febrero de 2009.
Andrea Borbolla piensa que la enfermedad de su beb¨¦ pudo haberse previsto si se le hubiera practicado una prueba llamada cu¨¢druple marcador, que se hace en el primer trimestre. ¡°?l estaba viajando en ese momento, entonces yo no me hice ese examen. Despu¨¦s no me indic¨® hac¨¦rmelo porque, b¨¢sicamente, me dijo que yo era muy sana y seguramente todo ven¨ªa perfecto¡±. Preguntado por este peri¨®dico, el doctor Luj¨¢n aduce que fue la misma paciente quien rechaz¨® hacerse esa prueba: ¡°La explicaci¨®n que me dio fue: ¡®Yo me dedico a la salud, soy muy sana, soy joven y s¨¦ que mi beb¨¦ est¨¢ muy bien¡±. El ginec¨®logo apunta que Andrea es la ¨²nica de todas sus pacientes que ha rechazado hacerse el cu¨¢druple marcador.
El mundo de Lola se par¨® cuando oy¨® el crujido hace 14 a?os. Su beb¨¦, que estaba ¡°excepcional¡± una semana antes de nacer, seg¨²n un ultrasonido 3D al que ha tenido acceso este peri¨®dico, tra¨ªa una vuelta de cord¨®n. Lola eligi¨® estar en un hospital, el Santa Teresa, por si necesitaba una ces¨¢rea. Su doctora, Gloria Rivas, le dijo que all¨ª en caso de emergencia las atender¨ªa Luj¨¢n. El 20 de enero de 2009, recuerda empujar durante horas. ¡°Me fui cansando cada vez m¨¢s, el beb¨¦ no avanzaba. Era obvio que ah¨ª estaba la vuelta de cord¨®n. Yo dec¨ªa ¡®?d¨®nde est¨¢ el doctor?, necesito que me hagan una ces¨¢rea¡¯. ¡®El doctor ahorita viene, est¨¢ atendiendo otro parto¡¯. Estuvimos horas en las que el doctor no llegaba¡±, narra la mujer, que tiene ahora 52 a?os. Vieron en el monitor que su beb¨¦ sufr¨ªa. Hab¨ªa que sacarlo. ¡°Nadie me ayud¨® ah¨ª¡±, dice cansada.
Luj¨¢n apareci¨® y el ni?o estaba ya encajado en el conducto, por lo que no fue posible hacer una ces¨¢rea. ¡°Me pusieron en una silla que es como una taza de ba?o. Y ah¨ª el doctor Luj¨¢n me empuj¨® la panza, lo que ahora s¨¦ que se llama una maniobra Kristeller y s¨¦ que est¨¢ prohibida. En esos empujones, yo sent¨ª un crujir dentro de mi ser. Supuse que era el cuello o la cabeza de mi beb¨¦. Ese crujir no fue m¨ªo¡±. La volvieron a tumbar, le hicieron una episiotom¨ªa, una corte en la vagina para ampliar el canal de parto, y sacaron al beb¨¦. El ni?o nunca llor¨®. Se lo llevaron y Lola se qued¨® sola. Ten¨ªa los ojos inyectados en sangre, la piel de la cara morada del esfuerzo de los empujones, un desgarro vaginal: ¡°Sent¨ªa que me estaba desangrando¡±. A los seis d¨ªas, su beb¨¦ falleci¨® de hipoxia y da?o neurol¨®gico.
Preguntado por EL PA?S, Luj¨¢n se?ala que Lola no era su paciente y que recibi¨® una llamada de emergencia de Gloria Rivas cuando estaba dando un curso: necesitaban una ces¨¢rea y ¨¦l asegura que lleg¨® de inmediato al hospital. Niega que realizara la maniobra de Kristeller. Rivas cuenta que primero le avis¨® a Luj¨¢n que todav¨ªa ten¨ªa tiempo para dar su curso, pero cuando el trabajo de parto se aceler¨® y la frecuencia card¨ªaca del beb¨¦ empez¨® a bajar, se preocup¨® y llam¨® al doctor para que llegara a hacer una ces¨¢rea. Cuando este lleg¨®, en 20 minutos, ya no fue posible, por lo que Luj¨¢n hizo la maniobra de Kristeller para que el ni?o naciera. ¡°Yo no s¨¦ en qu¨¦ momento la situaci¨®n se agrav¨®, no s¨¦ si soy responsable de la muerte del beb¨¦, me disculp¨¦ con la familia. Ellos pod¨ªan haberme demandado a m¨ª, porque yo no hago ces¨¢reas y el doctor no estaba ah¨ª en el momento de la complicaci¨®n¡±.
Ni Andrea Borbolla ni Lola decidieron emprender acciones legales contra el ginec¨®logo ni nadie de sus equipos: ¡°Solo quer¨ªa irme a mi casa a llorar¡±.
Marina vs. Luj¨¢n y otros
Marina ¡ªnombre ficticio¡ª es la ¨²nica paciente que demand¨® y gan¨® al doctor. Esta productora de obras teatrales entr¨® a tener a su beb¨¦ en el hospital Santa Teresa el 5 de febrero de 2009 y sali¨® del ABC despu¨¦s de 23 d¨ªas en terapia intensiva, con un derrame en el cerebro y la columna vertebral, en silla de ruedas, sin poder caminar y orinando por una sonda. Los magistrados del Tribunal Superior de Justicia de Ciudad de M¨¦xico reconocieron la responsabilidad de su m¨¦dico tratante, Jes¨²s Luj¨¢n, en las negligencias m¨¦dicas que llevaron a Marina casi a perder la vida.
El 3 de febrero, un estudio revel¨® que Marina ten¨ªa la presio?n muy alta, protei?nas en la orina, hinchazo?n en las piernas y una subida muy r¨¢pida de peso. Ella estaba preocupada, pero Luj¨¢n le coment¨® que eran s¨ªntomas normales en esa fase final del embarazo. ¡°Me entere? m¨¢s tarde que estas eran claras sen?ales de preeclampsia¡±. Dos d¨ªas despu¨¦s la despert¨® un dolor atroz cerca de las costillas: ¡°Tan agudo, tan constante, que ya no podi?a estar de pie¡±. Su madre la encontr¨® tirada en el suelo de la regadera. Tuvo que ser ingresada.
En el Santa Teresa todo se precipit¨®: el dolor no cesaba, la enfermera advert¨ªa de que la paciente ten¨ªa la presi¨®n alt¨ªsima, Luj¨¢n no llegaba, Marina pidi¨® la epidural para el parto pero no hab¨ªa anestesi¨®logo, cuando este lleg¨® y le inyect¨® sin hacer ninguna medici¨®n, el beb¨¦ ya estaba naciendo y la anestesia le provoc¨® un derrame. ¡°Luj¨¢n lleg¨® solo a cachar a la beb¨¦, a cobrar sus honorarios¡±, recuerda. En la sala de recuperaci¨®n, Marina no dejaba de sangrar: ¡°La enfermera me apretaba el est¨®mago y solo sal¨ªa sangre¡±. Pas¨® la noche y le diagnosticaron el s¨ªndrome de Hellp. El hospital no ten¨ªa un cuarto para cuidados intensivos, tampoco ten¨ªa plaquetas para ayudarla: ¡°Luj¨¢n se deslind¨® diciendo que ya estaba en manos del intesivista¡±.
La familia de Marina consigui¨® bajo su responsabilidad trasladarla al centro m¨¦dico ABC, donde lleg¨® al borde de un paro card¨ªaco. Ten¨ªa neumon¨ªa y ataques epil¨¦pticos, su sistema estaba colapsando. Le salvaron la vida. Cuando le dieron el alta ¡ªa la que siguieron 15 meses de rehabilitaci¨®n¡ª, Marina decidi¨® demandar por la v¨ªa civil. Gan¨® ocho a?os m¨¢s tarde, despu¨¦s de un largo recorrido judicial, contra Luj¨¢n, el hospital Santa Teresa, el anestesi¨®logo y el intensivista por la ¡°negligente atenci¨®n¡±. Se llev¨® un mill¨®n de pesos, menos de 60.000 d¨®lares. ¡°Nunca lo hice por el dinero, lo hice por sentar un precedente¡±.
A preguntas de este peri¨®dico, Luj¨¢n se?ala que el parto de Marina ¡°no tuvo ninguna complicaci¨®n¡± y que no fue hasta muchas horas despu¨¦s que su situaci¨®n m¨¦dica empeor¨®: ¡°Ella pas¨® a recuperaci¨®n con los signos vitales bien, estable¡±. Pero Marina tuvo una hemorragia en el ¨²tero justo despu¨¦s de dar a luz. Luj¨¢n aduce que ¡°el Tribunal considera que la atenci¨®n no obst¨¦trica, no la m¨ªa, sino que la atenci¨®n del equipo para la terapia intensiva tuvo un retraso¡±. La sentencia del Tribunal Superior de Justicia afirma que a la mujer no se le hicieron los estudios necesarios para evitar las consecuencias que tuvo la administraci¨®n de la epidural. Tambi¨¦n se?ala directamente a Luj¨¢n y a los otros dos codemandados ¡°por no haber actuado con la debida diligencia¡± y ¡°no haber actuado conforme a la lex artis me?dica y en cumplimiento de las Normas Oficiales aplicables¡±.
Mesulid de 100 miligramos
Mariana Campos estaba en la fase final de su embarazo cuando se detect¨® una inflamaci¨®n por hemorroides. Su doctor, Luj¨¢n, le recet¨® por tel¨¦fono una pomada, un supositorio y unas pastillas. El dolor aument¨® y el 30 de diciembre, Campos volvi¨® a llamarlo. Le contest¨® su ayudante, Arlet Rojas, quien le dijo que el doctor le indicaba una tableta de 100 miligramos de Mesulid cada ocho horas y que acudiera a una revisi¨®n. Ya en la cl¨ªnica, Campos se?ala que volvi¨® a encontrarse solo con su asistente, quien tras una exploraci¨®n, agarr¨® el talonario de Luj¨¢n, firm¨® por ¨¦l y le dio la receta de los medicamentos que ya le hab¨ªan prescrito por tel¨¦fono. El 2 de enero, su hija, In¨¦s, dej¨® de moverse.
Llam¨® r¨¢pido a Luj¨¢n, quien le recomend¨® reposo. A las 19.00 horas, Mariana entr¨® en el hospital Santa Teresa, donde durante dos horas solo recibi¨® suero glucosado. El ginec¨®loco le hizo una ces¨¢rea a las 21.10. Una hora y 10 minutos despu¨¦s, In¨¦s hab¨ªa fallecido. En el diagn¨®stico el m¨¦dico pediatra anot¨® como causa de la muerte: estado de shock cardiog¨¦nico, arritmia cardiaca y depresi¨®n neonatal. ¡°La ni?a estaba a punto de morir, necesitaba una ces¨¢rea de emergencia y no un suero, se perdieron dos horas¡±, se?ala Mariana. ¡°En mi casa viv¨ª lo peor, me dio estr¨¦s postraum¨¢tico, no pod¨ªa salir, ten¨ªa ataques nerviosos. Dos semanas despu¨¦s de su muerte sent¨ª que pod¨ªa empezar a respirar y me puse a tratar de ver qu¨¦ hab¨ªa pasado. Ah¨ª me di cuenta de lo del medicamento¡±.
El Mesulid es un f¨¢rmaco contraindicado para mujeres embarazadas porque tiene el riesgo de cerrar la abertura entre dos de los vasos sangu¨ªneos que se conectan con el coraz¨®n. Mariana lo tom¨® durante tres d¨ªas, tres veces al d¨ªa. Casi dos a?os despu¨¦s demand¨® a Luj¨¢n y su asistente. Una juez civil le dio la raz¨®n, tambi¨¦n el Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal tras la apelaci¨®n de los m¨¦dicos. Los m¨¦dicos se volvieron a amparar y el caso lleg¨® a la Suprema Corte de Justicia, donde la primera sala sentenci¨® ¡ªcon dos de cinco votos en contra¡ª que no se pod¨ªa comprobar la autenticidad de la principal prueba de Mariana, la receta del medicamento, puesto que la firma que hab¨ªa ah¨ª no pertenec¨ªa a Luj¨¢n, quien adem¨¢s demostr¨® que estaba fuera de Ciudad de M¨¦xico. Campos present¨® en 2021 su caso ante la Comisi¨®n Interamericana de Derechos Humanos y sigue esperando. En 2023 ampli¨® informaci¨®n. Sigue esperando. ¡°Es un dolor siempre en ti, siempre, da igual que pasen los a?os¡±.
El t¨¦ y los mi¨¦rcoles
En 2019, Jes¨²s Luj¨¢n ya era uno de los ginec¨®logos m¨¢s solicitados de M¨¦xico. Su cl¨ªnica, Pronatal, se hab¨ªa ampliado y ahora estaba en Santa Fe, una de las zonas m¨¢s exclusivas y caras de Ciudad de M¨¦xico, hab¨ªa fundado un hospital, abierto un laboratorio de fertilidad y ten¨ªa lista de espera para todas aquellas que buscaban un parto humanizado. Luj¨¢n era la estrella. Liora Anderman lleg¨® a una revisi¨®n un mi¨¦rcoles a las siete de la ma?ana. Le dieron unas gotas, un t¨¦ con az¨²car org¨¢nico y le hicieron un ultrasonido vaginal. ¡°Yo no ten¨ªa ni un s¨ªntoma de nada. Pero ellos me dijeron: ¡®V¨¢yase a pasear a Santa Fe, desayune con calma y si por ah¨ª de las 12 siente ya contracciones fuertes, regresa¡¯. Y yo dije: este es profeta o c¨®mo sabe¡±.
A medio d¨ªa Liora estaba de vuelta en la cl¨ªnica con contracciones intensas y dos cent¨ªmetros de dilataci¨®n. 12 horas despu¨¦s llevaba seis cent¨ªmetros, dos tactos vaginales, y Luj¨¢n no hab¨ªa aparecido. Cuenta que se quej¨® y que entonces el ginec¨®logo apareci¨® para preguntar qu¨¦ hab¨ªa pasado en ese tiempo. Le informaron de que el beb¨¦ estaba sufriendo, le estaba bajando la frecuencia card¨ªaca y decidieron hacerle una ces¨¢rea. ¡°Me amarraron las manos. Fue una sensaci¨®n de total vulnerabilidad. No lo puedo olvidar¡±.
Liora tuvo depresi¨®n posparto: ¡°Sent¨ªa que algo m¨¢s pas¨® ese d¨ªa¡±. El equipo de Pronatal le diagnostic¨® trombofilia y esplenomegalia transitoria (agrandamiento del bazo). Ella decidi¨® consultar con otro doctor, que rechaz¨® ese dictamen. Liora ya no regres¨® a su cl¨ªnica, pero fue a otra con una persona que trabaj¨® durante m¨¢s de un a?o con Luj¨¢n. ¡°Me dijo que era posible que ¨¦l me indujera el parto. Ella hab¨ªa visto c¨®mo su equipo muele misoprostol para ponerlo en un gel, tambi¨¦n que hay ribotril ¡ªun ansiol¨ªtico¡ª en las gotas y prostaglandina en el t¨¦, que en el medio se lo conoce como el rey de las inducciones. Ah¨ª toda la historia cambi¨® para m¨ª¡±.
EL PA?S ha hablado con una doula (partera) que coincidi¨® en unos 15 partos de Luj¨¢n, de 2013 hasta 2020. La mujer decidi¨® ocultar su identidad por temor a las consecuencias laborales. ¡°Todos mis partos con ¨¦l empezaron a ser iguales: a todas les daba t¨¦, a todas las citaba en mi¨¦rcoles, siempre los beb¨¦s estaban mal acomodados, la situaci¨®n se volv¨ªa una emergencia, y ¨¦l entraba a salvar las cosas. Las doulas empezamos a darnos cuenta de ese patr¨®n constante. Yo hace m¨¢s de tres a?os que no trabajo con ¨¦l despu¨¦s de un parto lleno de mentiras y enredos, porque no quer¨ªa ser m¨¢s veces c¨®mplice de esto. Yo no puedo confrontarlo, pero puedo elegir no trabajar con ¨¦l¡±.
La clausura
Karen estaba agotada. Ten¨ªa 35 a?os, llevaba cuatro tratando de quedarse embarazada y hab¨ªa tenido tres p¨¦rdidas. As¨ª lleg¨® a Luj¨¢n: ¡°Emocionalmente desgastada¡±. Cuando se qued¨® embarazada, de forma natural, en febrero de 2020, el equipo del ginec¨®logo le detect¨® trombofilia. ¡°Me mandaron a poner un medicamento anticoagulante todo el embarazo. No sabes c¨®mo duele. Yo no tengo fotos bonitas de mi embarazo porque mi panza era un moret¨®n¡±, dice por tel¨¦fono. En la semana 39, dice, tuvo varias consultas con Luj¨¢n. El lunes le pusieron un gel en las mu?ecas, el mi¨¦rcoles le dijeron que ¡°era el d¨ªa¡±: ¡°Yo no hab¨ªa tenido ni una contracci¨®n, pero ellos dec¨ªan que estaba list¨ªsima. Me dieron unas gotas bajo la lengua para que me las pusiera cada 15 minutos. Eran las ocho de la ma?ana. Despu¨¦s, todo sali¨® muy mal¡±.
De repente llegaron las contracciones. ¡°Sent¨ª que me part¨ªa en dos, no puedo ni nombrar el dolor, berreaba, era un dolor de que me estaba partiendo las espalda. Empec¨¦ a vomitar dur¨ªsimo. Ped¨ª que me anestesiaran, pero no pod¨ªa subirme a la camilla, no pod¨ªa controlar mi cuerpo del dolor¡±. A las cinco de la tarde lleg¨® Luj¨¢n. ¡°Me hizo un tacto y me dijo que ten¨ªa solo cinco cent¨ªmetros de dilataci¨®n¡±. Karen termin¨® en una ces¨¢rea de emergencia. Se salvaron ella y el beb¨¦. A la semana siguiente, su doula le dijo que probablemente le hab¨ªan inducido el parto. ¡°Vi a Luj¨¢n y me descompuse. Ten¨ªa m¨¢s estructuradas las dudas, quer¨ªa saber qu¨¦ era lo que hab¨ªa pasado. Su explicaci¨®n fue que se me infart¨® la placenta. En realidad: abusaron de m¨ª, de mi confianza y de mi salud¡±.
Luj¨¢n tiene una restricci¨®n judicial que le impide hablar de los cuatro casos que est¨¢ investigando la Fiscal¨ªa de Ciudad de M¨¦xico. La dependencia hizo un cateo en Pronatal en diciembre de 2023 y la cl¨ªnica permanece cerrada desde entonces, mientras contin¨²a la etapa de investigaci¨®n. Pero el doctor asegur¨® a este peri¨®dico que ¨¦l nunca ha inducido un parto sin el consentimiento de la paciente, que no ha dado medicamentos que aceleren el parto ni en t¨¦, ni en gotas, ni en gel, ni de ninguna manera. Tambi¨¦n se?al¨®, en una larga entrevista, que ¨¦l no est¨¢ saturado de trabajo ¡ªcomo sintieron algunas de las mujeres de este reportaje¡ª, que a lo largo de su carrera ha participado en unos 10 partos al mes y que siguen manteniendo ¨¦l y su equipo una atenci¨®n personalizada con las pacientes. El ginec¨®logo celebr¨® en 2020 que hab¨ªa participado en 5.000 nacimientos, un n¨²mero que no se puede alcanzar con solo 10 nacimientos al mes durante 16 a?os de trabajo. Luj¨¢n vendi¨® el hospital que ¨¦l hab¨ªa fundado, Bit¨¦ M¨¦dica, a la aseguradora brit¨¢nica Bupa, por 350 millones de pesos el a?o pasado. Esa maniobra econ¨®mica, cree, est¨¢ detr¨¢s del testimonio de algunas de sus pacientes. Para ellas solo estaba el dolor y ahora, quiz¨¢s, la justicia.
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