La erradicaci¨®n de la violencia obst¨¦trica comienza por admitir que existe
El concepto hace referencia a pr¨¢cticas inconvenientes e improcedentes, abusivas o irrespetuosas que interfieren con el proceso de parto y afectan a nivel psicol¨®gico y f¨ªsico a la madre o al beb¨¦
La certeza de la violencia obst¨¦trica queda patente en el Informe de la Relatora de la Organizaci¨®n de las Naciones Unidas (ONU) y en posicionamientos de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS). Este concepto se adjudica a pr¨¢cticas inconvenientes e improcedentes, abusivas o irrespetuosas que interfieren con el proceso de parto y afectan a nivel psicol¨®gico y f¨ªsico a la madre y al beb¨¦. Adem¨¢s, la OMS ha condenado todo este tipo de acciones y actitudes y las define como una forma de ¡°violencia ejercida por profesionales de la salud hacia mujeres embarazadas en el parto y puerperio¡±. Del mismo modo, este organismo ha reconocido que la violencia obst¨¦trica viola el derecho de atenci¨®n respetuosa a la mujer y pone en riesgo su derecho a la vida, integridad f¨ªsica, salud y a no ser discriminada.
Estas praxis constituyen un problema de Estado y salud p¨²blica en diversos pa¨ªses del mundo, entre ellos, Espa?a. En el libro El concepto violencia obst¨¦trica y el debate actual sobre la atenci¨®n al nacimiento (Tecnos), de Josefina Goberna-Tricas y Margarita Boladeras, se abordan conductas de un modo claro que permiten crear el escenario que trae consigo este crudo t¨¦rmino. Desde el Observatorio de la Violencia Obst¨¦trica se rescata la idea de la VO como ¡°un trato jer¨¢rquico deshumanizador, en un abuso de medicalizaci¨®n y patologizaci¨®n de los procesos naturales, trayendo consigo p¨¦rdida de autonom¨ªa y capacidad de decidir libremente¡±.
Con la llegada de la nueva ley del aborto
En la semana mundial del parto respetado, el proyecto de reforma de la Ley Org¨¢nica 2/2010, de 3 de marzo, de Salud Sexual y Reproductiva y de Interrupci¨®n Voluntaria del Embarazo, aprobado el pasado 17 de mayo, expone cambios en lo que respecta al embarazo, aborto o educaci¨®n sexual. Este proyecto de ley, impulsado por el Ministerio de Igualdad, recoge violencias contra la mujer como el aborto o la anticoncepci¨®n forzosa. La ministra de Igualdad, Irene Montero, ha se?alado recientemente que, en cuanto al aprendizaje en sexualidad, es necesario un ¡°acompa?amiento especializado¡± e ¡°impulsarse buenas pr¨¢cticas en consultas ginecol¨®gicas y atenci¨®n al parto¡±, evitando pr¨¢cticas no necesarias, invasivas y que no hayan obtenido consentimiento de la mujer.
Aunque en el texto no se refleja el t¨¦rmino ¡°violencia obst¨¦trica¡± como tal, s¨ª se disponen pol¨ªticas que tengan como objeto prevenir la mala praxis, como pueden ser ces¨¢reas o episiotom¨ªas innecesarias. Tambi¨¦n se promociona la formaci¨®n de profesionales en centros m¨¦dicos, profesores en educaci¨®n sexual y un protocolo com¨²n a los centros p¨²blicos para cumplir con convenientes actuaciones.
¡°En Espa?a todav¨ªa existe recelo a la hora de admitir la existencia de la violencia obst¨¦trica. No obstante, esto no quiere decir que sea un fen¨®meno inexistente. Como se?ala la Ley de Autonom¨ªa del Paciente, las mujeres deben ser informadas sobre los procedimientos m¨¦dicos y deben ser ellas las que decidan sobre los mismos¡±, explica Alicia M. Dahlander Acosta, psic¨®loga y m¨¢ster en Sexolog¨ªa. ¡°Los profesionales han de actualizar sus conocimientos y pr¨¢cticas m¨¦dicas en pro de un aumento de la calidad de las intervenciones¡±, prosigue la experta, ¡°y las mujeres debemos tener la certeza de que el sistema de salud va a responder de la mejor manera frente a nuestras necesidades y, para ello, es fundamental que esto sea recogido en el marco legal espa?ol. Y la violencia obst¨¦trica existe y perjudica a centenares de mujeres a diario en nuestro pa¨ªs¡±.
Por su parte, Marta ?balos Calvo, psic¨®loga sanitaria y sex¨®loga, deja patente que las cifras sobre violencia obst¨¦trica, seg¨²n el Observatorio de la Violencia Obst¨¦trica en su informe de noviembre de 2016, son alarmantes. Un 50,7% de las mujeres no fue informada del tipo de intervenci¨®n en su parto y con un 50,1% se actu¨® sin su consentimiento. Incluso un 32,5% de profesionales critic¨® las expresiones de dolor y gritos de las pacientes. ¡°Cabe destacar las posibles secuelas derivadas de la violencia obst¨¦trica, donde un tercio de las mujeres (30,5%) comunic¨® la necesidad de ayuda psicol¨®gica¡±, valora la cofundadora del proyecto Sexualidad ConSentimiento.
Seg¨²n Laura Ros¨®n Matilla, matrona especialista en preparaci¨®n integral al nacimiento, esta pr¨¢ctica sigue siendo tan poco abordada y visibilizada a nivel social e institucional ¡°fundamentalmente porque las v¨ªctimas son mujeres¡±. Para la profesional todav¨ªa existen especialistas que se sienten amenazados o juzgados (en lo que respecta a su profesi¨®n y sus conocimientos) cuando una mujer les comunica por escrito a trav¨¦s de un plan de parto su declaraci¨®n de intenciones o c¨®mo les gustar¨ªa que se desarrollara todo su proceso. ¡°La violencia obst¨¦trica no es tanto una t¨¦cnica en s¨ª, sino el no informar, vejar o menospreciar (incluso infantilizar) a una mujer en uno de los momentos m¨¢s vulnerables de su vida¡±, termina Ros¨®n.
La opini¨®n de los ginec¨®logos y obstetras
La Sociedad Espa?ola de Ginecolog¨ªa y Obstetricia (SEGO), en un comunicado en 2021, desvelaba su postura: ¡°Nos parece inapropiado, tendencioso e injusto el t¨¦rmino violencia obst¨¦trica por su significado jur¨ªdico doloso, como intenci¨®n de causar da?o, ¨¢nimo de lesionar, empleo de fuerza o amenazas, tipificable penalmente, que debemos rechazar por completo. No debe confundirse en modo alguno la praxis inadecuada con las expectativas de parto no cumplidas. Sin embargo, es un t¨¦rmino que ha permitido poner de manifiesto las experiencias desagradables de muchas mujeres y posicionarlo en el debate p¨²blico¡±.
Pero, por otro lado, se compromet¨ªa a mejorar. ¡°La SEGO considera que la buena praxis debe basarse en la formaci¨®n de los profesionales en competencias t¨¦cnicas y de comunicaci¨®n, en la informaci¨®n a las pacientes y en la documentaci¨®n de la historia cl¨ªnica. La evoluci¨®n de la asistencia obst¨¦trica ha sufrido importantes cambios que reflejan su adaptaci¨®n a las evidencias cient¨ªficas y a los cambios sociales y culturales de nuestra sociedad. Existe un margen de mejora para continuar la adaptaci¨®n a un nuevo escenario asistencial, desde el punto de vista conceptual y cient¨ªfico, ya iniciada en los ¨²ltimos a?os, para determinadas pr¨¢cticas obst¨¦tricas¡±, informaban. Y a?ad¨ªan: ¡°La SEGO [...] considera relevante escuchar a las mujeres y a sus parejas, e incorporar su participaci¨®n en las pol¨ªticas de salud, establecer puntos de reflexi¨®n y de intercambio, reclamar medios suficientes a la administraci¨®n sanitaria y a las entidades aseguradoras, y denunciar sus carencias, para proporcionar una atenci¨®n respetuosa con la maternidad...¡±.
Una opini¨®n que concuerda con la de Sof¨ªa Fournier Fisas, ginec¨®loga y autora del libro Voy a ser mam¨¢ ?Y ahora qu¨¦? (Planeta). Esta experta admite que pueden existir casos puntuales donde algo falle, pero que, en general, a los obstetras de su generaci¨®n se les ha formado en una filosof¨ªa de respeto bidireccional m¨¦dico-paciente, donde el facultativo no se ensalza como una figura superior. ¡°Las complicaciones existen. Sin embargo, en la actualidad, lo que se pretende es remitir la medicalizaci¨®n excesiva de a?os pasados¡±, refiere la m¨¦dica.
La experta a?ade que no hay que eludir el perfil del paciente, que, en ocasiones por su edad avanzada o patolog¨ªa m¨¦dica base, puede no alcanzar ese tan ansiado parto idealizado. Adem¨¢s, subraya que su pretensi¨®n es que el d¨ªa del parto para la mujer se convierta en un d¨ªa especial, emotivo y feliz y que recuerde con alegr¨ªa: ¡°Me parece bien que el t¨¦rmino violencia obst¨¦trica no se incluya en la nueva ley del aborto porque lo que no queremos ning¨²n profesional que nos dedicamos a tratar con mujeres embarazadas y que van a dar a luz es que no escape la confianza entre ambas partes y que exista un ambiente sereno donde impere el di¨¢logo constante¡±.
¡°Los profesionales en ginecolog¨ªa y obstetricia estamos en desacuerdo con que la mujer llegue al centro m¨¦dico con prejuicios y se demonicen las salas de parto. El hecho de que llegue con miedos e inseguridades, poniendo de primeras en cuestionamiento lo que va a suceder, evita que el profesional trabaje c¨®modo y bien¡±, concluye la doctora Fournier.
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