La ofrenda literaria de Coral Bracho a Sor Juana In¨¦s de la Cruz
La escritora mexicana, ganadora del Premio FIL de Literatura 2023, entrega su obra al Fondo de Poetas Mexicanas de la Universidad del Claustro, en Ciudad de M¨¦xico
Coral Bracho lee con pausa. Su voz suave acaricia las paredes de la Biblioteca Sor Juana y embelesa a los asistentes que este martes han llegado para presenciar la entrega de su obra literaria al Fondo de Poetas Mexicanas que alberga la Universidad del Claustro, en Ciudad de M¨¦xico. Lee poemas cortos, escritos muchas veces, como ella dice, con apremio, pero que retratan la forma en que ella ve la vida, sus maravillas, los dolores que produce y hasta sus injusticias. Estos poemas forman parte de la colecci¨®n que entrega al fondo, una donaci¨®n llena de simbolismo, porque este acopio po¨¦tico pretende reunir, bajo el brazo de la gran creadora del virreinato, la obra de varias generaciones de literatas que en muchos casos son poco conocidas o de plano no han acaparado los reflectores como lo han hecho sus pares masculinos. ¡°Es maravilloso, porque preserva la memoria de las mujeres¡±, afirma Bracho en una pausa de la lectura de sus poemas.
La poeta lee con timidez, como si la inhibiera estar frente a un p¨²blico que le muestra veneraci¨®n. Sabido es que no le gustan las entrevistas, las fotograf¨ªas o la exposici¨®n excesiva, a pesar que desde el pasado oto?o ha estado en el ojo de periodistas tras ganar el Premio FIL de Literatura 2023, uno de los m¨¢ximos galardones literarios del habla en espa?ol. Bracho se encorva en su silla, con el libro en su regazo, y lee: ¡°El instante en que el perro adiestrado ataca / a la fr¨¢gil, azorada mujer / con el ni?o en brazos / es el instante en el que todo cambia. / Desde los ojos inyectados del perro / el mundo mira¡±. Sus poemas tambi¨¦n hablan de su infancia, de aquel d¨ªa que a los cinco a?os, cuando viv¨ªa en Zacatecas, su padre, ingeniero, la llev¨® a una mina. No era bien visto que mujeres entraran a esos lugares oscuros y peligrosos, pero para Bracho fue una experiencia sensorial impactante, que deb¨ªa recoger en un poema. ¡°En su mirada, en su luz envolvente, el calor del ¨¢mbar. / Me alza en los brazos. Se acerca. / Nuestra sombra si inclina hacia la orilla. Me baja. / Me da la mano. / Todo el descenso es un gozo callado, / una tibieza oscura, / una encendida plenitud¡±.
Y lee tambi¨¦n los poemas escritos durante el tiempo que pas¨® con su madre, que padec¨ªa de Alzheimer, una enfermedad que la atrap¨® como en una telara?a, una experiencia que la marc¨® y que la llev¨® a investigar sobre ese mal. ¡°Es muy dif¨ªcil aceptar que una persona brillante empiece a perder ese brillo¡±, dice la poeta antes de leer una de sus creaciones relacionadas con esa etapa de su vida. Recuerda que su madre, que amaba a los p¨¢jaros, al perderse su mente en ese t¨²nel de la enfermedad, se maravillaba al ver un ave, como si la mirara por primera vez. ¡°Es el desmoronamiento de la realidad¡±, dice. Y lee: ¡°Como un oleaje en el fulgor del aire, la m¨²sica entraba en ti. / R¨¢fagas de r¨ªos lev¨ªsimos se extend¨ªan en tu cuerpo; / y tus brazos y tus pies se encend¨ªan en su calma brotante, su movimiento. / ?Qu¨¦ hermoso! exclamaste de pronto. / y sin mirar, sin entender, te volviste hacia aquel oscuro, / y ya implacable, silencio¡±.
Los poemas resuenan en este espacio lleno de libros, que desde este martes alberga la obra de Bracho, al menos ocho t¨ªtulos (editados por Ediciones Era), que recogen gran parte del trabajo literario de esta mujer que ha asegurado que ¡°la poes¨ªa nos hace ver la vida como algo deslumbrante, intenso y vital¡±. Desde la Universidad del Claustro de Sor Juana las acad¨¦micas sonr¨ªen con deleite al recibir ese tesoro po¨¦tico, que ahora estar¨¢ disponible a todos los visitantes de la biblioteca universitaria, un proyecto que pretende convertirse en el archivo que guardar¨¢ a las m¨¢s destacadas poetas del M¨¦xico actual. Hasta ahora re¨²ne la obra de al menos 20 creadoras, pero sus guardianas esperan que el patrimonio crezca. Y para eso est¨¢ aqu¨ª hoy la poeta Bracho, para celebrar que en lo que fueron los aposentos de la llamada ¡°d¨¦cima musa¡± se conservar¨¢ para la posteridad la obra de las autoras mexicanas. ¡°En la poes¨ªa de Coral Bracho todo ya ocurri¨® y sin embargo sigue siendo presente, nuevo, enigm¨¢tico¡±, dice Roc¨ªo Cer¨®n, titular de la C¨¢tedra Elsa Cross, que dio pie a este fondo. Cross, poeta, ensayista y traductora, es una de las grandes voces de la literatura mexicana. ¡°La tensi¨®n en sus poemas est¨¢ construida por una equilibrada combinatoria entre la mirada de asombro de quien ve las cosas por vez primera y de quien regresa a ellas desde la madurez del paso del tiempo¡±, afirma Cer¨®n.
Esa capacidad de asombro ha cautivado a lectoras j¨®venes como Patricia Ruiz, estudiante de la Facultad de Literatura del Claustro, que no ha dudado ni un segundo para plantarse a escuchar a Bracho. La joven lleva el poemario Debe ser un malentendido, con la esperanza de que la autora se lo autograf¨ªe. ¡°Es una poes¨ªa muy fluida, que tiene mucho significado detr¨¢s de ella. Es muy hermosa, me gusta mucho su obra¡±, dice Ruiz, de 20 a?os. ¡°Su poes¨ªa es bastante relevante para m¨ª, ha sido un gran aporte a mi vida, porque me ha permitido mejorar mi escritura y la manera como veo las cosas dentro de m¨ª. Es muy f¨¢cil conectar con ella, cuando la leo siento bastante empat¨ªa¡±, explica la estudiante. Son las lectoras j¨®venes a las que el trabajo de Bracho deslumbra e inspira. Ruiz y otras compa?eras se sientan al rededor de la autora, atentas a su suave voz, a esa m¨²sica que es su poes¨ªa y que ella ha dicho que es ¡°una forma de expresi¨®n que va tan al fondo de las cosas, de los sentimientos¡±. Poes¨ªa que desde hoy es una ofrenda para Sor Juana, esa poeta que, afirma, ¡°admira, respeta y disfruta¡±.
Suscr¨ªbase aqu¨ª a la newsletter de EL PA?S M¨¦xico y reciba todas las claves informativas de la actualidad de este pa¨ªs
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.