Norma Pi?a, presidenta de la Suprema Corte: ¡°Estamos negociando y me voy a dejar la piel para mejorar la reforma judicial¡±
La presidenta de la Suprema Corte de Justicia de M¨¦xico recibe a EL PA?S en su despacho para repasar su a?o y medio en el cargo, la tensa relaci¨®n con el presidente y anunciar que ya trabajan en una respuesta institucional para buscar cambios en la reforma de Morena
Cuando la presidenta de la Suprema Corte mexicana se pone a trabajar en la mesa de su despacho, lo que tiene sobre la cabeza es un retrato en colores chillones de cuatro mujeres tatuadas y tomadas de las manos sobre un fondo morado con lemas feministas. Las cuatro mujeres miran de frente a Benito Ju¨¢rez, el presidente ind¨ªgena que separ¨® a fuego al Estado de la Iglesia y pele¨® contra los franceses. Agenda de g¨¦nero, independencia y una cierta alergia a los c¨®digos del poder, tres de los ingredientes que mejor definen a Norma Pi?a (Ciudad de M¨¦xico, 1960).
Sentada en uno de los sillones chester del despacho, en medio de los dos cuadros que contrastan con la madera noble del reloj de pie o las l¨¢mparas cl¨¢sicas, la ministra presidenta reconoce que nunca ha hablado cara a cara con el presidente Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador. Solo encuentros formales en los eventos de Estado. Pi?a lleg¨® hace a?o y medio al cargo m¨¢s alto de la judicatura, que incluye tambi¨¦n la direcci¨®n del ¨®rgano de gobierno de los jueces, y el camino hasta ahora ha estado repleto de curvas. Desde el inicio, L¨®pez Obrador redobl¨® los ataques contra los jueces, uno de sus adversarios favoritos, a los que suele considerar, sobre todo a los ministros de la Corte, como unos corruptos y unos privilegiados. Y la presi¨®n fue aumentando, con dardos directos a la propia Pi?a, a medida que la Suprema Corte iba tumbando alguna de sus reformas estrella de cara al final del mandato.
El punto de quiebre, seg¨²n cuenta en la primera entrevista que ofrece desde que lleg¨® al cargo, fue el no a que la Guardia Nacional quedar¨¢ bajo mando militar. Eso fue en abril del a?o pasado. ¡°Ah¨ª se rompi¨® toda comunicaci¨®n¡±, afirma en una conversaci¨®n de casi dos horas. La victoria aplastante de Morena y sus aliados en las elecciones de principios de este mes ha abierto otro frente m¨¢s, el m¨¢s grande de todos: la reforma judicial. Su punto m¨¢s pol¨¦mico es el despido de m¨¢s de 1.600 jueces y magistrados, incluida la Corte, para suplantarlos con otros cargos elegidos por voto popular. Pi?a, una veterana curtida en muchos de esos tribunales, con fama de jurista precisa y convicciones fuertes, se muestra optimista con una negociaci¨®n que considera abierta. Anuncia, adem¨¢s, que tiene preparada una respuesta institucional a la pol¨¦mica reforma judicial del presidente, pero que ha calado en el electorado de un pa¨ªs con un ¨ªndice de impunidad de m¨¢s del 90%.
Pregunta ?Qu¨¦ valoraci¨®n hace de este a?o y medio en el cargo? ?C¨®mo se siente?
Respuesta. Ha sido un a?o y medio de claros oscuros. Me gusta mucho un poema de Kipling, que dice que no hay que perder ni la cabeza ni la templanza. Uno no se debe creer todo cuando los elogios o las alabanzas, pero tampoco la derrota cuando a¨²n no existe.
P. ?Cu¨¢l ha sido el momento m¨¢s dif¨ªcil y el de mayor satisfacci¨®n?
R. Es un orgullo para m¨ª ser presidenta de la Suprema Corte, a la vez que una gran responsabilidad. Porque se trata de representar a todo un poder de la Uni¨®n. La unidad de los jueces, de los magistrados, el poder reivindicar la independencia judicial, su autonom¨ªa, eso ha sido un orgullo para m¨ª. Y de los dif¨ªciles, cuando te pueden achacar que no has tenido ciertas habilidades pol¨ªticas para hacer un di¨¢logo. Pero yo soy juez constitucional y en el manejo del Poder Judicial como tal, te debes asegurar de ciertas cuestiones que deben regir a todo el pueblo. Es decir, la autonom¨ªa, la independencia, actuar conforme a la Constituci¨®n y conforme a nuestros propios valores y principios.
P. Como representante de uno de esos los tres poderes, ?ha sentido una cierta soledad institucional en alguna ocasi¨®n? ?Se ha sentido sola?
R. Tengo m¨¢s de 35 a?os trabajando en esta instituci¨®n. Entonces, la instituci¨®n en la que pertenezco nunca me ha sentido sola. Ni por mis compa?eros ministros, ni por mis compa?eros jueces y magistrados, ni por el personal. Soledad, no. S¨ª me he tenido que enfrentar, por ejemplo, a cuestiones machistas. Desde que te digan se?ora y no te digan ministra presidenta, por ejemplo. Es un claro ejemplo del machismo. O que si llegu¨¦ yo, fue porque otro me puso o no se meti¨®.
P. El presidente hizo unas declaraciones en ese sentido. ?Ha sentido machismo en la relaci¨®n institucional?
R. No conozco realmente al presidente en un plano que yo te pudiera decir si es machista o no es machista. S¨ª lo he sentido por parte de diferentes actores. He aprendido que tienes que tratar diferente, porque a ti te ven diferente. Muchas de las autoridades en M¨¦xico no est¨¢n acostumbrados a dialogar con una mujer en un plano de igualdad. No saben c¨®mo tratarte, no saben c¨®mo platicar contigo. A pesar de eso, no se compara con la violencia que se da a diario con adolescentes, con ni?as, con mujeres.
P. ?Cu¨¢ndo fue la ¨²ltima vez que habl¨® directamente con el presidente?
R. El 13 de febrero del a?o pasado. El acto de la marcha de la lealtad. Esa fue la ¨²ltima invitaci¨®n.
P. ?C¨®mo fue esa esa ¨²ltima conversaci¨®n? ?Fue una pl¨¢tica formal?
R. Nunca hemos conversado.
P. ?Nunca han conversado?
R. No.
P. ?Porque usted no ha querido o porque no ha querido el presidente?
R. Porque ¨¦l no ha querido. Pero no lo considero una cuesti¨®n personal. Tampoco ha querido conversar con la oposici¨®n del Legislativo. No lo siento personal.
P. ?Pero existe alg¨²n tipo de relaci¨®n institucional?
R. No con el presidente. Pero hay otras v¨ªas, todas epistolares, todas por oficio. Por ejemplo, con el procurador general o con la secretaria de Gobernaci¨®n. La comunicaci¨®n que he tenido con miembros del gabinete del Ejecutivo ha sido a trav¨¦s de oficios. Y muy bien.
P. ?Si volviera atr¨¢s hubiera hecho algo diferente para intentar salir de este bloqueo?
R. Yo creo que no. Porque yo s¨ª he hecho p¨²blico que debemos dialogar. Sin embargo, a ra¨ªz de ciertas declaraciones del presidente, cuando dijo que no le tomaran el tel¨¦fono a los ministros en general, ¨¦l ah¨ª como superior de la estructura del Ejecutivo est¨¢ siendo muy claro. Quiero decir, la ruptura parti¨® del Ejecutivo hacia ac¨¢.
P. ?No se arrepiente de haber movido m¨¢s fichas?
R. S¨ª se ha buscado un acercamiento. Nosotros s¨ª hemos entablado comunicaci¨®n oficial con diversas dependencias. Por ejemplo, ha habido mucho dialogo con el Legislativo, con todos los partidos, para el cabildeo del presupuesto. O con la Secretar¨ªa de Gobernaci¨®n por el tema de los fideicomisos. Y con el mismo Ejecutivo, yo directamente no, pero s¨ª hay ministros y ministras que se han acercado. E incluso han replanteado el di¨¢logo.
P. Si el presidente hubiera tenido otra actitud, ?hubiera sido posible un acercamiento cara a cara?
R. S¨ª, creo que s¨ª. Pero lo digo tal cual, yo no estoy cerrada al di¨¢logo. Y no me tomo como algo personal las referencias que normalmente hace de mi persona.
P. La relaci¨®n es un poco como de guerra fr¨ªa, ?no?
R. La Corte no est¨¢ en guerra porque la guerra es de dos. La Corte resuelve, no hace declaraciones que impliquen un conflicto directo con el Ejecutivo. La Corte no est¨¢ en guerra.
P. ?Cree que si hubiera tomado m¨¢s la iniciativa podr¨ªa haber cambiado algo?
R. Yo creo que no. Hay diferentes tipos de personas. Los jueces, normalmente, estamos acostumbrados, aunque suena terreno com¨²n, a la soledad del escritorio del despacho. Hay otras personas que les gusta m¨¢s salir y hablar. Pero como jueces, yo creo que no. Yo creo que he salido en los momentos que ten¨ªa que salir. Si hubiera buscado un protagonismo, entonces s¨ª hubiera generado m¨¢s conflicto.
P. ?La l¨®gica ha sido no caer en provocaciones?
R. Si cada vez que nos atacan, que nos provocan, yo saliera, pues esto ser¨ªa ya un desastre.
P. ?Cu¨¢l dir¨ªa que fue el punto de inflexi¨®n?
R. El 13 de febrero, la ¨²ltima invitaci¨®n, todo iba muy bien. Estuvimos muy bien. Pero ven¨ªa el caso de la Guardia Nacional. El presidente dijo que mand¨® llamar a los ministros que ¨¦l hab¨ªa postulado. Seg¨²n tengo entendido, los ministros fueron y no s¨¦ qu¨¦ platicaron. Despu¨¦s vino ya la votaci¨®n de la Guardia Nacional y el pleno declar¨® inconstitucional que estuviera bajo mando militar. Ah¨ª se rompi¨®. Se rompi¨® toda comunicaci¨®n.
P. Este jueves en su intervenci¨®n en el Congreso dijo que a¨²n no hab¨ªa que dar nada por hecho con la reforma judicial. ?Tienen margen de maniobra?
R. Yo creo que s¨ª. De hecho hoy [viernes] la declaraci¨®n del presidente fue diferente. Hoy dijo que estaba de acuerdo con la gradualidad, siempre y cuando esto no planteara una dilaci¨®n.
P. ?Cree que la apuesta del Ejecutivo es forzar su renuncia y la del resto de ministros a cambio de negociar m¨¢s aspectos?
R. No s¨¦. Pero yo me voy a dejar la piel por mejorar la reforma. Ya estamos negociando. Estamos trabajando en nuestra propia propuesta.
P. ?Ya tienen una propuesta concreta en respuesta a esta reforma?
R. S¨ª. Tenemos dos. Hay una propuesta integral a todo el sistema de Justicia que estamos trabajando desde hace meses. Porque el problema real radica en todo el sistema de Justicia, no solo en los tribunales. Y tenemos otra propuesta concreta a lo que presenta el Ejecutivo sobre la reforma judicial. Vamos a tener una postura institucional que voy a consensuar tanto en la Corte como en el Consejo de la Judicatura con ministros y consejeros.
P. ?Qu¨¦ cambiar¨ªa de la reforma actual?
R. Como juzgadora, tengo muchas preocupaciones. Porque, quitando a todos los jueces y magistrados y poniendo a otros por voto popular, no se va a evitar la corrupci¨®n, la impunidad. Si fuera as¨ª, ?d¨®nde hay que firmar? Luego hay temas de derechos laborales. Y como juzgadora me preocupa que se crea un tribunal de disciplina. No estoy en contra de que se cree un tribunal de disciplina, pero s¨ª tenemos que cuidar mucho c¨®mo va a ser la conformaci¨®n de ese tribunal y las causas que van a dar lugar a las responsabilidades. Porque como est¨¢ conformado ahorita, hablan de inter¨¦s p¨²blico. Hablan, por ejemplo, del juez como un presunto encubridor de delincuentes. Realmente, taxativamente, es muy riesgoso para los juzgadores y para la independencia judicial. Los juzgadores van a estar m¨¢s preocupados en que sus decisiones sean populares, para no caer en este tipo de responsabilidades, que en impartir justicia. Y abarca hasta a los ministros. Adem¨¢s dice que las decisiones de ese tribunal son inatacables, y esto es violatorio totalmente de principios convencionales, tiene que establecerse un recurso efectivo.
P. ?Hay alg¨²n punto de la reforma con el que est¨¦ de acuerdo?
R. Hay coincidencias, por ejemplo, la separaci¨®n del la Corte y el Consejo. Esto viene tambi¨¦n de criterios comparados. Deben de estar separados el Tribunal Constitucional del ¨®rgano de Administraci¨®n. Traemos una recomendaci¨®n de la relator¨ªa de la ONU en esa l¨ªnea y es de 2011. Nadie est¨¢ inventando el hilo negro.
P. H¨¢bleme un poco m¨¢s de la otra propuesta en la que trabajan, la de una reforma integral al sistema de Justicia.
R. Normalmente tomamos que la justicia va mal por los jueces. Pero la justicia empieza desde el polic¨ªa, desde el fiscal. Son muchas cadenitas. Empezamos a hacer estos encuentros nacionales para una agenda de seguridad y justicia en febrero. Y han sido impresionantes. El encuentro parti¨® de diferentes ejes y se invitaron a polic¨ªas, fiscales, jueces locales, jueces federales. Fueron tambi¨¦n ministros, madres buscadoras, estudiantes, profesores. Lo que tenemos ya perfectamente documentado es que a la poblaci¨®n en general lo que les preocupa es la cuesti¨®n de la procuraci¨®n de justicia. Cuando se dice ¡°vemos el derecho muy lejos¡±, ¡°vemos el derecho que no habla¡±, que ¡°no hay justicia¡±. Pero la justicia empieza antes de los jueces. Desde el fiscal que no intervino bien su carpeta. Es todo el sistema de Justicia.
P. ?C¨®mo es su relaci¨®n con Arturo Zald¨ªvar (expresidente de la Corte)? La ha acusado de tener un odio personal contra ¨¦l.
R. No tengo ninguna relaci¨®n con Zald¨ªvar desde que se retir¨® de su cargo de ministro. Y tampoco tengo ning¨²n tipo de odio. ?l es buen orador, es un hombre inteligente pero tenemos visiones diferentes de c¨®mo ejercer el cargo.
P. El presidente repite mucho que con Zald¨ªvar trabajaba mejor y que le instaba a llamar a jueces ante un caso importante, algo que luego el exministro ha matizado ?Usted alguna vez recibi¨® estas llamadas?
R. Jam¨¢s. Y tengo 36 a?os de carrera. Jam¨¢s recib¨ª una llamada de nadie.
P. ?C¨®mo interpreta esas llamadas?
R. Cualquier llamada de un ministro hacia jueces o magistrados implica una interferencia en la autonom¨ªa e independencia de los propios jueces. Aun as¨ª, es una pr¨¢ctica muy com¨²n. Hay una estructura que permite eso. Pero yo nunca lo hice y no lo voy a hacer ahora.
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