Alejandro Moreno, el anacr¨®nico caudillo del PRI que quiere ser presidente de la Rep¨²blica
Alito, como le llaman, se forj¨® un personaje para escalar en la pol¨ªtica con tanta audacia como traiciones
Creci¨® como un muchacho bravuc¨®n y pendenciero y as¨ª fueron sus primeros pasos en la pol¨ªtica: amenazante y a los pu?os. Le recuerdan acatando ¨®rdenes e imponiendo su ley en la Universidad de Campeche, rodeado de una mara de j¨®venes que vapulearon al rector. Despu¨¦s de la haza?a llegaron los premios. La carrera pol¨ªtica de Alejandro Moreno subi¨® como la espuma a base de favores recompensados a los que ¨¦l incorporaba sus buenas dosis de audacia y traici¨®n. Los escalones le alzaron a diputado, senador, gobernador en su tierra y presidente nacional del PRI. Hoy sigue de jefe en un partido que se deshace como un azucarillo en el caf¨¦, al que se aferra porque todav¨ªa no ha cumplido su sue?o, llegar a presidente de la Rep¨²blica, algo que se antoja cada d¨ªa m¨¢s complicado. Pero Alito, como le conoce todo el mundo, no desiste: la perseverancia y el trabajo incansable son algunas de sus virtudes. Y cuesta encontrar a alguien que cite alguna m¨¢s.
De Alejandro Moreno C¨¢rdenas (San Francisco de Campeche, 49 a?os) se puede escribir un libro voluminoso, pero habr¨ªa que indagar en una infancia semioculta en su curr¨ªculo y quiz¨¢ tambi¨¦n en su cabeza. Cuentan que nunca super¨® los or¨ªgenes humildes de su familia y que su adolescencia y juventud las pas¨® tratando de fabricar un personaje de clase alta a costa de cualquier sacrificio por m¨¢s ¨ªntimo que fuera. De esos principios nace su af¨¢n por poseer y mostrar lo que posee, una colecci¨®n de autom¨®viles, motos, relojes y casas. ¡°Tiene un trastorno de la personalidad, aires de grandeza, no soporta que nadie le opaque, est¨¢ fuera de la realidad¡±, dice Rosita Santana, una periodista de Campeche que se las vio con ¨¦l en varias ocasiones y necesit¨® la protecci¨®n de su revista, Proceso, para no perder su trabajo. ¡°En una ocasi¨®n me dijo esta frase, textual: ¡®De m¨ª han dicho de todo, que soy corrupto, que soy mayate [gigol¨®], pero conmigo sucede como con el sol, que es hermoso, pero al mediod¨ªa nadie soporta su brillo¡±.
Pero el brillo se est¨¢ apagando y los rayos van quemando todo a su paso. Bajo su mandato, que ahora trata de prolongar hasta 2032 retorciendo los procesos legales, el PRI ha perdido todo lo que pod¨ªa perder: los territorios que anta?o fueron del tricolor, incluido el Estado de M¨¦xico, incluido su propio Estado, Campeche, que gobern¨® con mano firme y medidas estramb¨®ticas; las ¨²ltimas elecciones, que han dejado su bancada en los huesos, tanto en el Senado como en la C¨¢mara de Diputados; millones de militantes, de base y de renombre, han tomado otros rumbos. En estas ¨²ltimas semanas, en que el partido es apenas un club privado, seg¨²n dicen p¨²blicamente algunos de los que a¨²n militan, muchos amenazan tambi¨¦n con irse. Como un tibur¨®n de Wall Street que lo ha tenido todo y cae estrepitosamente, Alito se agarra a la dirigencia de un partido agotado para salvarse. Pero salvarse ?de qu¨¦?
La p¨¦rdida de Campeche en las elecciones de 2021 fueron un punto y aparte que anunciaba los peores tiempos para el dirigente. La entrada de Morena en la gubernatura, bajo la batuta de Layda Sansores, destap¨® con se?ales de venganza a?eja el bote de la basura. Las causas judiciales, por sobornos, corrupci¨®n, fraude, empresas fantasma, compraventas il¨ªcitas y qui¨¦n sabe cu¨¢ntas cosas m¨¢s, fueron acorralando al l¨ªder nacional. Cada paso que ha dado en pol¨ªtica desde entonces se interpreta como un salvavidas personal, lo mismo sus alianzas con los adversarios pol¨ªticos que las traiciones a estos mismos para estar a bien con quienes gobiernan: se trata de escapar de la justicia y ¨¦l sabe qui¨¦n le puede hacer da?o. Moreno se ha asegurado un asiento en el Senado en estos comicios, otra salvaguarda contra las causas abiertas en la Fiscal¨ªa. Pero el mal est¨¢ hecho. En el Gobierno de Sansores han salido a la luz conversaciones grabadas que pueden no servir como pruebas judiciales, pero muestran a un personaje que se revuelve como un toro contra la adversidad: ¡°Vamos a cogernos a los empresarios con una reforma¡±, ¡°Que meta [el Gobierno] al bote al PAN, al PRD, pero que no se meta con nosotros¡±. O esta otra: ¡°A los periodistas no hay que matarlos a balazos, hay que matarlos de hambre¡±.
Cuando Alito lleg¨® al poder en Campeche en 2015, comenz¨® a comprar medios de comunicaci¨®n, hasta cinco lleg¨® a tener y a¨²n posee, a su nombre o al de otros, aseguran. Pero no era suficiente. El hostigamiento p¨²blico y privado contra los pocos que se mantuvieron independientes fue constante. ¡°De aqu¨ª salieron los esc¨¢ndalos de la Casa Blanca, los vuelos privados de Alito con dinero de su gobierno, el desastre en los hospitales, el tr¨¢fico de medicinas, las extorsiones o la matanza de perros callejeros¡±, relata Miguel Villarino, uno de los que aguant¨® el acoso. Le cost¨® caro. A Villarino trataron de comprarle con dinero por ceder en sus cr¨ªticas, pero acab¨® en la c¨¢rcel casi dos meses. A Rosita Santana trataron de apartarla del periodismo. ¡°Pidieron mi cabeza tres veces, pero Proceso no quiso concederla¡±, dice por tel¨¦fono. Ambos conocen bien la trayectoria de Moreno y algunas de las an¨¦cdotas que aqu¨ª se cuentan son de su boca. Otras no, la mayor¨ªa de quienes han hablado para este art¨ªculo muestran su temor y prefieren el anonimato.
Moreno ha ido regando de enemigos su camino. Es natural, dice el coordinador de los senadores priistas, Manuel A?orve: ¡°Cuando escalas a los niveles que ¨¦l ha escalado siempre tienes cr¨ªticos, pero ¨¦l es firme y conserva much¨ªsimos amigos que lo defienden y lo admiran¡±. Este peri¨®dico ha tratado de hablar con varios de ellos, afines a su gesti¨®n, pero no han contestado o no han querido participar. A?orve, s¨ª. Lo conoce desde hace tiempo y ahora manifiesta su ¡°cercan¨ªa¡± al l¨ªder. Afirma que Alito vive las 24 horas del d¨ªa inmerso en la pol¨ªtica, que duerme poco y ara?a horas a la madrugada para leer, algunas menos para jugar al p¨¢del, que le gustaba el boxeo de joven y que es hombre de buen comer. Nada de rencores y enorme habilidad para descifrar a quien tiene enfrente, dice el senador. Nadie puede negarle la astucia a Alito, la mejor cualidad del zorro y la que distingue a no pocos pol¨ªticos que triunfan.
A?orve asegura tambi¨¦n que es un ¡°amigo leal, un hombre claro y transparente, directo, que no usa intermediarios para decir las cosas, de car¨¢cter y compromiso, que sabe escuchar y solo usa la confrontaci¨®n cuando ha agotado todos los recursos de la negociaci¨®n¡±. Y a?ade: ¡°Tiene una gran capacidad de resistencia, por menos de lo que le han hecho a ¨¦l, otros habr¨ªan salido ya corriendo de M¨¦xico¡±. El propio Moreno denunci¨® en Suiza, en una cumbre de l¨ªderes socialistas, a la que pertenece el PRI, las ¡°persecuciones¡± que estaba sufriendo por parte del Gobierno de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, dijo. ¡°Amenazas y espionaje¡±. Otros dir¨ªan, dicen, que esas son sus especialidades.
Si Alito se siente tan hostigado puede darse por bueno el rumor que circula de que duerme con la luz encendida y un guardaespaldas dentro del cuarto. Pero no es prudente atender a los rumores, que en el caso de Moreno se hilan como cerezas. Un par de fuentes han confirmado que ten¨ªa a su servicio a dos personas enanas cuando era gobernador, el que le llevaba los documentos y el que hac¨ªa de mesero. Una tercera a?adir¨¢ despu¨¦s que los disfrazaba de duendes en Navidad. Y otra asegura que se re¨ªa con las visitas al respecto de estos empleados: ¡°Mira, al estilo de la edad media¡±. Esto ¨²ltimo lo asegura un priista que lo conoce muy de cerca.
Moreno ha tenido tres matrimonios, pero su relaci¨®n con las mujeres tampoco despierta entusiasmo entre quienes lo conocen, por decirlo suavemente. De la vida privada del dirigente, como de su infancia, se sabe poco. Pero de la p¨²blica s¨ª. Desde aquel ¡°chamaco incontrolable¡± que ped¨ªa trabajo en la universidad para poder estudiar. Otro cap¨ªtulo nebuloso. Moreno es licenciado en Derecho, seg¨²n su curr¨ªculo p¨²blico. No lo es, aunque as¨ª ha aparecido a veces en sus documentos oficiales, por la Universidad de Campeche, donde se hizo pol¨ªtico a base de disturbios agresivos, a las ¨®rdenes del gobernador de entonces, Antonio Gonz¨¢lez Curi, su mentor, el que le conoce al dedillo, pero que no quiere hablar de ¨¦l, ya no guardan las mejores relaciones. Es otro de los enemigos que dej¨® en su trayectoria. El t¨ªtulo, en realidad, lo obtuvo en la Ren¨¦ Descartes, un centro universitario de Campeche que, dicen, recibi¨® a cambio una buena donaci¨®n cuando sali¨® egresado. Tambi¨¦n la hemeroteca sabe de sus dos partidas de nacimiento, una primera, la de siempre, y una segunda que le permiti¨® la edad reglamentaria para presentarse a gobernador.
A quienes sostienen que el dirigente representa al ¡°PRI m¨¢s cavernario¡±, el de la corrupci¨®n y los moches a los periodistas, las humillaciones y las extorsiones para financiar las campa?as, a?aden otros: ¡°Es como uno de los caudillos mexicanos del siglo XIX, un general dispuesto a cualquier cosa con tal de llegar al poder y no soltarlo¡± y eso empez¨® cuando era l¨ªder de las juventudes revolucionarias del partido, afirman. Aurelio Nu?o, que fue secretario de Educaci¨®n con el PRI, y quien ha manifestado sus discrepancias con la actual dirigencia, sostiene que Alito ¡°no tiene ni le interesa tener una visi¨®n de pa¨ªs, no tiene una orientaci¨®n ideol¨®gica y no ha buscado hacer una carrera pol¨ªtica por tener unos principios, sino para enriquecerse¡±, algo que reafirman quienes lo califican de personaje ¡°acomplejado y siniestro¡±. Nadie ahorra en calificativos. Incluso los que defienden que es ¡°un muchacho muy audaz, trabajador, incansable y verticalista¡±, como lo hace un exdirigente priista que no quiere ser identificado, afirman a rengl¨®n seguido, que ¡°en ¨¦l aplica lo de ¡®si no est¨¢s conmigo, est¨¢s contra m¨ª¡¯. Est¨¢ todo el tiempo pendiente: desayuna, come y cena pol¨ªtica. Es muy pragm¨¢tico y calculador, pero no muy ideol¨®gico¡±.
En una cosa coinciden todos: quiere ser presidente de la Rep¨²blica y har¨¢ lo que haga falta para ello, aunque no le alcance. ¡°Todav¨ªa no ha llegado a un punto l¨ªmite, pero puede llegar¡±, afirma una fuente bien informada. Cu¨¢l sea ese l¨ªmite no se sabe, pero las ¨²ltimas se?ales del l¨ªder indican que no est¨¢ dispuesto a dejar el barco. Trabaj¨® mucho y con astucia hasta olvidarse de aquel muchacho humilde que ten¨ªa poco para tirar ahora la toalla sin haber conseguido su sue?o.
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