Muy lejos de casa: el drama de los ni?os y las ni?as migrantes que atraviesan M¨¦xico
Miles de familias de Am¨¦rica Latina se ven obligadas a salir de sus hogares a causa de la pobreza, la violencia y los efectos del cambio clim¨¢tico rumbo a Estados Unidos. De los m¨¢s de 828.000 migrantes que han atravesado M¨¦xico de manera irregular en lo que va de a?o, 97.000 son ni?os, ni?as y adolescentes
Dafne quiere ser chef y Roberto, futbolista. A Emiliano le gustan las galletas y los pasteles. Desire¨¦ echa de menos a su conejito, Copito, y Marco espera que en su nueva escuela haya muchos parques para poder jugar. Los sue?os de los ni?os y las ni?as migrantes que atraviesan M¨¦xico no caben en una maleta, aunque muchas veces eso sea lo ¨²nico que cargan rumbo a Estados Unidos. M¨¦xico es la ¨²ltima casilla de una larga carrera de obst¨¢culos que empez¨® hace meses o a?os en Venezuela, Centroam¨¦rica o incluso m¨¢s lejos. Atravesarlo expone a las familias a la violencia, los secuestros y las extorsiones tanto del crimen organizado, como de las autoridades. Un viaje traum¨¢tico con secuelas f¨ªsicas y psicol¨®gicas de las que no se habla tanto, y que, sin embargo, deja una huella profunda.
Millones de ni?as, ni?os y adolescentes de Am¨¦rica Latina se ven obligados cada a?o a salir de sus hogares a causa de la pobreza, la violencia y los efectos del cambio clim¨¢tico en una crisis humanitaria a escala regional. Hace cinco a?os, la mayor¨ªa de personas que migraba hacia el norte eran hombres j¨®venes en busca de trabajo. Ahora, el movimiento de personas ha cambiado y cada vez m¨¢s familias abandonan sus pa¨ªses en busca de mejores oportunidades. De los m¨¢s de 828.000 migrantes que han atravesado M¨¦xico de manera irregular en lo que va de a?o, ¡ªm¨¢s del doble que en 2023¡ª unos 97.000 son ni?os, ni?as y adolescentes, seg¨²n datos oficiales. Muchos de ellos emigran solos.
Desire¨¦ era muy peque?a cuando dej¨® Venezuela. En sus cortos siete a?os de vida, ha atravesado siete pa¨ªses a pie hasta llegar a M¨¦xico. Ella y su madre vivieron un tiempo en Per¨², pero despu¨¦s la familia decidi¨® pedir asilo en Estados Unidos. Para llegar hasta el norte, tuvieron que cruzar la peligrosa selva del Dari¨¦n, entre Colombia y Panam¨¢. Despu¨¦s, Costa Rica, Nicaragua, Honduras y Guatemala. Al llegar a M¨¦xico, cerca de Tapachula, su madre cuenta que casi fueron secuestradas por el crimen organizado. Sin apenas dinero ni contactos, se unieron a una caravana de personas y atravesaron parte del pa¨ªs a lomos de La Bestia, un tren de mercanc¨ªas en el que muchos migrantes han resultado heridos o han muerto tratando de subir en marcha. ¡°El tren va muy r¨¢pido, tiene ruedas y es muy grande¡±, dice Desire¨¦. ¡°Mi mami le pag¨® a un se?or para poder montarnos y cuando arranc¨® era de noche y hac¨ªa mucho fr¨ªo; casi me caigo porque no te puedes agarrar. Lo malo es que llega hasta un punto y luego te deja¡±, dice la ni?a.
Los nombres de los ni?os y ni?as de este reportaje han sido cambiados por seguridad, pese a contar con el permiso de sus familias para entrevistarlos. Muchos tuvieron que dejar sus casas a causa de la violencia. EL PA?S, con el apoyo de Save the Children, les propone dibujar c¨®mo esperan que sea su vida en Estados Unidos. Imaginan una casa, a su familia unida de nuevo, comida rica y muchas cosas con las que poder jugar. ¡°A m¨ª me gustar¨ªa que la vida sea mejor all¨¢, que no sean tan caras las cosas y que el dinero s¨ª alcance para comprar¡±, dice Desire¨¦. Desde Chiapas, en la frontera con Guatemala, hasta Ciudad Ju¨¢rez, frente al muro con Estados Unidos, las familias recorren m¨¢s de 3.000 kil¨®metros solo para atravesar M¨¦xico. Llegar hasta all¨ª tambi¨¦n se ha convertido en una carrera contra el tiempo. La amenaza de Donald Trump, que aspira a ser de nuevo presidente en Estados Unidos, ha acelerado el paso de miles de personas para pedir asilo antes de las elecciones, el pr¨®ximo 5 de noviembre.
Desire¨¦, 7 a?os, Venezuela
El origen y la edad de estos ni?os son mucho m¨¢s variados que hace d¨¦cadas, alcanzando m¨¢ximos hist¨®ricos. ¡°Hemos visto un aumento de la ni?ez de Venezuela, Ecuador, Colombia, Nicaragua y Hait¨ª. Son de todas las edades, desde reci¨¦n nacidos hasta adolescentes. Tambi¨¦n han aumentado los que vienen de Honduras y El Salvador¡±, explica Ivonne Piedras, directora de Comunicaci¨®n y Campa?as de Save the Children M¨¦xico. Cada vez los ni?os migran m¨¢s y son m¨¢s peque?os. Cerca del 90%, seg¨²n Unicef, tienen menos de 11 a?os. En 2022, al menos 92 de ellos murieron o desaparecieron mientras atravesaban la regi¨®n, m¨¢s que en cualquier otro a?o desde 2014, aunque las organizaciones humanitarias calculan que la cifra podr¨ªa ser mayor. A los peligros del viaje se suman los riesgos a la salud: enfermedades gastrointestinales, deshidrataci¨®n, desnutrici¨®n, heridas en los pies, dengue y enfermedades respiratorias. A medida que la ruta avanza, la situaci¨®n se complica por la falta de acceso a la atenci¨®n m¨¦dica.
Marco tiene 10 a?os y vivi¨® toda su vida en un pueblo de Chiapas, un Estado relativamente tranquilo hasta que estall¨® la guerra entre carteles por el control del territorio. Como consecuencia, miles de personas, entre las que se encuentran ¨¦l y su familia, tuvieron que huir. Entre 2008 y 2023, unas 392.000 personas abandonaron sus casas como consecuencia de la violencia en M¨¦xico, seg¨²n el Centro de Monitoreo de Desplazamientos Internos (IDMC, por sus siglas en ingl¨¦s). El pa¨ªs se ha convertido en emisor, receptor y en lugar de tr¨¢nsito para los migrantes, hasta el punto de que un tercio de las personas que piden asilo en Estados Unidos es de origen mexicano.
¡°No s¨¦ por qu¨¦ nos fuimos. Solo lo saben mi mam¨¢ y mi abuela. Un d¨ªa me dijeron que ¨ªbamos de visita a Estados Unidos a ver a mi pap¨¢ y me puse muy contento¡±, cuenta Marco. La familia lleva ocho meses esperando una cita a trav¨¦s de la aplicaci¨®n CBP One, del control de Fronteras y Aduanas de Estados Unidos, para optar a una visa humanitaria. ¡°Cuando vea a mi pap¨¢, me gustar¨ªa platicar con ¨¦l y jugar basketball¡±, dice el ni?o. El n¨²mero de desplazados internos, incluidos ni?os, ni?as y adolescentes que intentan llegar a Estados Unidos, ha ido en aumento de manera exponencial cada a?o desde 2020.
Marco, 10 a?os, M¨¦xico
Tambi¨¦n huyen de la violencia Dafne, su hermana Andrea y sus t¨ªos. Salieron de Guerrero hace 10 meses amenazados por el narco. ¡°Tengo temor de que nos devuelvan¡±, dice a sus 12 a?os. ¡°Ten¨ªamos una fruter¨ªa y nos ped¨ªan que pag¨¢ramos una cuota o, si no, nos iban a matar o a violar y por eso es que nos vinimos para ac¨¢¡±, asegura. Las bandas organizadas y los carteles de la droga tambi¨¦n extorsionan y secuestran a los migrantes cuando atraviesan el pa¨ªs. Muchos ni?os y ni?as cuentan haber sido secuestrados y metidos en ¡°jaulas¡± junto a sus padres hasta pagar un dinero. Adem¨¢s de las extorsiones y los secuestros, las organizaciones tambi¨¦n trafican con los peque?os con fines de explotaci¨®n laboral o sexual y los utilizan como mulas para el contrabando de droga. ¡°Lo que m¨¢s me ha sorprendido del viaje es la crueldad del ser humano¡±, dice Dafne con rotundidad. Lo que ha visto y vivido a sus 12 a?os la ha obligado a crecer demasiado r¨¢pido.
Su objetivo ahora es llegar a Florida, donde viven sus padres. El d¨ªa del encuentro con este diario, ella y su familia est¨¢n a punto de acudir a la cita con las autoridades migratorias en El Paso, Texas. Despu¨¦s de muchos meses, por fin llega el proceso para reencontrarse con su familia al otro lado. ¡°Pienso que de tantas cosas que me han pasado y que he vivido, ahora me toca vivir cosas buenas. Siento que despu¨¦s del sufrimiento tiene que haber una recompensa¡±, dice sonriente.
Dafne, 12 a?os, M¨¦xico
¡°Para m¨ª lo m¨¢s dif¨ªcil fue dejar atr¨¢s a mis amigos y vivir con tantas personas¡±. Roberto tiene ocho a?os y lleg¨® de El Salvador a M¨¦xico hace unos meses. Ahora vive en un albergue y aunque ya ha hecho amigos nuevos, dice que extra?a a los amigos ¡°de toda la vida¡±. No todo es malo en su nuevo refugio. Le gustan mucho unas bolitas de papa con queso que sirven en la cena, jugar con otros ni?os y los tacos. ¡°Aqu¨ª tienen m¨¢s carne que en El Salvador¡±, asegura. Aunque m¨¢s all¨¢ de los tacos y las bolitas de papa, lo que m¨¢s le gusta a Roberto es el f¨²tbol y Lionel Messi. ¡°De mayor quiero ir a Miami y jugar en el equipo de Messi o en el Manchester City¡±, dice. No es de extra?ar que durante el taller que acaba de tener, haya dibujado al jugador argentino.
La tristeza es una de las emociones m¨¢s comunes entre los ni?os migrantes. Tristeza por estar lejos de casa, tristeza por abandonar a la familia, tristeza por apartarse de todo lo que hab¨ªan conocido hasta ahora. ¡°Vemos muchos ni?os con da?os psicol¨®gicos, emocionales y cognitivos¡±, se?ala Piedras. El espectro es muy amplio y cada uno somatiza el viaje de manera diferente. Las organizaciones tratan de trabajar con ellos la contenci¨®n emocional, el aprendizaje y la atenci¨®n a sus derechos, gracias al apoyo del Consorcio de Ayuda Humanitaria, financiado por la Uni¨®n Europea. El grupo de organizaciones est¨¢ formado por el Consejo Dan¨¦s para los Refugiados, Plan Internacional, HIAS M¨¦xico, Save the Children y M¨¦dicos del Mundo. Juntos dan atenci¨®n a ni?as, ni?os, mujeres supervivientes de violencia de g¨¦nero y poblaci¨®n LGTB+.
En la pared pueden verse cientos de mensajes y trabajos que han ido haciendo estos meses. ¡°Perd¨ª un amigo, pero gan¨¦ bonitos recuerdos y un par de lentes¡±, se lee en un dibujo. ¡°Perd¨ª salir de mi pa¨ªs, pero gan¨¦ llegar a un pa¨ªs mejor¡±, pone en otro. ¡°Vemos ni?os y ni?as hiperactivos, muy agresivos y enojados o, por el contrario, ni?os muy t¨ªmidos que no quieren hablar, que tienen pesadillas, que se orinan en la noche o que tienen dolores sin relaci¨®n con un padecimiento de salud¡±, agrega la especialista. La violencia intrafamiliar es otro de los traumas que atraviesan. ¡°Trabajamos con los padres para canalizar el desahogo emocional porque vemos mucha agresi¨®n y rega?o a sus hijos. Tambi¨¦n atendemos casos de abuso sexual que suceden en la ruta. En otras ocasiones, son los ni?os los que presencian el abuso de sus madres o las familias son amenazadas con violar a los hijos si no acceden a las extorsiones¡±, explican desde Save the Children.
Roberto, 8 a?os, El Salvador
Otro de los graves problemas que afrontan es el rezago educativo debido al largo viaje. Muchos de ellos, sin embargo, sue?an con tener una escuela o con estudiar una carrera cuando sean grandes. Emiliano tiene 13 a?os y tiene claro que lo primero que har¨¢ cuando cruce a Estados Unidos ser¨¢ probar las famosas galletas Crumbl cookies, con m¨¢s de seis millones de seguidores. ¡°Quiero ser un pastelero que haga pasteles con dibujos comestibles¡±, dice con entusiasmo. ¡°Me gustar¨ªa ir a la escuela, tener un cuarto con luces led y una tele grande¡±. A la pregunta de cu¨¢l es el objeto m¨¢s importante que lleva consigo, no duda: su tel¨¦fono celular. En ¨¦l hace lo que cualquier chico de su edad: juega videojuegos, dibuja y ve videos, aunque no puede tener redes sociales ¡°por seguridad¡±. Emiliano y su familia tambi¨¦n est¨¢n huyendo. ¡°Me han contado que en Estados Unidos puedes jugar sin peligro, que puedes hacer muchos amigos y que no hay violencia¡±, asegura.
Desde las organizaciones humanitarias urgen reforzar los mecanismos y las rutas seguras para proteger a los ni?os migrantes y a sus familias. ¡°En la medida en que los Gobiernos impidan estas pol¨ªticas y solo traten de contener la migraci¨®n, los ni?os se ver¨¢n obligados a migrar cada vez por rutas m¨¢s inseguras. Como consecuencia, veremos mas ni?os violentados y viviendo abusos¡±, se?ala Piedras.
Emiliano, 13 a?os, M¨¦xico
Al final del camino los sue?os de los ni?os y ni?as migrantes se topan con la realidad. Atraviesan selvas, r¨ªos y desiertos, pero el horizonte siempre est¨¢ un poco m¨¢s lejos. La idea de una vida al otro lado, sin embargo, los empuja a seguir adelante pese a todo lo que cargan sobre los hombros. ¡°Mi sue?o es estar ahorrando con mi mam¨¢, comprar una casa y ah¨ª vamos a estar viviendo, mientras ahorramos m¨¢s dinero¡±, dice Roberto. ¡°Yo lo que vi de Estados Unidos se ve¨ªa bien bonito¡±, agrega Desire¨¦. ¡°Se ve¨ªan las casas y los hoteles muy altos. Aunque de este lado hab¨ªa una puerta roja con cables y muchas camionetas de migraci¨®n para detener a las personas¡±, recuerda. Tambi¨¦n sue?a con una casa propia y alg¨²n d¨ªa con ser ¡°pintora, doctora, basquetbolista y hacer pizzas¡±, su comida favorita. Todav¨ªa no sabe cu¨¢l ser¨¢ su camino. Quiz¨¢, cuando sea mayor, pueda decidirlo.