La encrucijada del ministro Luis Mar¨ªa Aguilar
Un vac¨ªo en la reforma judicial deja en el limbo al togado m¨¢s antiguo de la Suprema Corte, de quien no hay claridad sobre si dejar¨¢ el cargo en un mes o tendr¨¢ que quedarse un a?o m¨¢s
Un nuevo embrollo de la reforma judicial ha aparecido, otra de las costuras en el reverso que dejan ver lo que se confeccion¨® con premura. La pregunta flota en la Suprema Corte de Justicia: ?qu¨¦ pasar¨¢ con el ministro Luis Mar¨ªa Aguilar, el integrante m¨¢s antiguo del Alto Tribunal? El juez, considerado un enemigo por el oficialismo, fue designado por el Senado en 2009, y el pr¨®ximo 30 de noviembre concluye, en teor¨ªa, el periodo de 15 a?os de su nombramiento. Pero la enmienda judicial lo ha puesto en una encrucijada que los propios ministros del Supremo no saben todav¨ªa c¨®mo resolver. ?Terminar¨¢ su encargo el pr¨®ximo mes, con lo que el pleno de la Corte quedar¨ªa incompleto? ?O le har¨¢n quedarse un a?o m¨¢s, como el resto de los togados, a la espera de ser reemplazados por nuevos ministros electos en las urnas, seg¨²n lee el nuevo texto constitucional? El ministro ha manifestado su convicci¨®n de que partir¨¢ el 30 de noviembre, pero la norma vigente es ambigua al respecto.
El galimat¨ªas nace de la propia reforma al Poder Judicial, que plantea que todos los jueces de M¨¦xico, estatales y federales, ser¨¢n electos por voto popular a partir de 2025. El Congreso estableci¨® que los actuales juzgadores pueden participar en la elecci¨®n, con la ventaja de que tendr¨¢n pase directo a la boleta electoral (es decir, no se someter¨¢n al proceso de cribado de los Comit¨¦s de Evaluaci¨®n). Los jueces que decidieran no ir a la elecci¨®n, ten¨ªan que declararlo expresamente mediante una carta enviada al Senado hasta el pasado 30 de octubre. En los hechos, quienes tomaran esa decisi¨®n, renunciar¨ªan a su carrera.
En el caso de la Suprema Corte, ocho de los 11 ministros han entregado su carta de renuncia, entre ellos Aguilar, de 74 a?os. La reforma judicial impuso a los togados una disyuntiva. Si quer¨ªan continuar en el cargo, deb¨ªan someterse a los comicios del pr¨®ximo a?o, en los que, quiz¨¢, resultar¨ªan electos (¡°ratificados¡±, en el lenguaje del oficialismo). En este escenario, aunque conservaran el puesto, perder¨ªan su haber por retiro, un pago vitalicio al que tienen derecho, pero que la enmienda constitucional ha eliminado para los nuevos ministros electos en las urnas. La otra opci¨®n era presentar su renuncia. Aqu¨ª, conservaban su haber por retiro, de manera proporcional al tiempo que hayan estado en el Supremo, pero dimit¨ªan del puesto. Con una curiosa condici¨®n: aunque renunciaran, deb¨ªan quedarse en el cargo todav¨ªa un a?o m¨¢s, a la espera de la elecci¨®n judicial.
Para casi todos los togados no representa mayor problema quedarse a despachar otro a?o entero, pues el periodo de 15 a?os para el que fueron nombrados originalmente a¨²n dista de concluir. Pero el ministro Aguilar est¨¢ a un mes de llegar a ese punto. ?l anot¨® en su carta de dimisi¨®n ante el Senado que estaba ¡°en la inteligencia de entregar el cargo el d¨ªa 30 de noviembre de 2024¡±.
Es donde comienza el problema interpretativo. Los analistas se?alan que, de acuerdo con el texto constitucional, al haber entregado su carta de renuncia, Aguilar ha entrado en el supuesto del resto de sus colegas y tendr¨ªa que despachar un a?o m¨¢s en la Corte. Si se inconforma, deber¨¢ presentar al Senado una nueva renuncia, pero ahora alegando una causa grave, seg¨²n el art¨ªculo 98 de la Constituci¨®n, y quedar¨¢ a discreci¨®n de los legisladores aprobarla o no.
Otro elemento que complica m¨¢s su salida es que la Corte quedar¨ªa integrada por 10 ministros. La reforma judicial no previ¨® un mecanismo para nombrar a un reemplazo temporal. El Senado ha dejado de ser la autoridad que designa a los ministros: ahora lo es la ciudadan¨ªa que vota. Un asesor del Supremo, que ha pedido reservar su nombre, explica que, excepcionalmente, la presidenta Sheinbaum podr¨ªa postular a un candidato, que luego sea avalado por el Senado, para cubrir la vacancia de Aguilar. El asesor explica que se trata del principio de ultractividad de la ley, lo opuesto a la retroactividad, esto es, que una norma extinguida sea aplicable a hechos posteriores aun cuando haya entrado en vigor un nuevo ordenamiento.
La Carta Magna se?ala que en la Corte se requiere de ocho votos para aprobar controversias constitucionales y acciones de inconstitucionalidad. La cifra de ocho es la mayor¨ªa calificada en un pleno de 11 integrantes. La reforma judicial asent¨® que, cuando el pleno se integre, en 2025, por nueve ministros, la mayor¨ªa calificada ser¨¢ de seis votos. No hay nada se?alado para un pleno de 10. No obstante, el asesor consultado explica que podr¨ªa no haber conflicto en las votaciones sucesivas porque la presidenta del Supremo, Norma Pi?a, tiene voto de calidad para los desempates y para alcanzar la mayor¨ªa calificada con siete votos.
Los deseos de Aguilar
Un ministro consultado directamente por EL PA?S sobre qu¨¦ pasar¨¢ con Aguilar ¡ªsi se marchar¨¢ en un mes o se quedar¨¢ otro a?o¡ª reconoce que los togados a¨²n no lo tienen claro. Por su parte, el asesor, que trabaja en la ponencia de otro ministro, se?ala que ¡°hay mucha discusi¨®n interna¡±. Considera que Aguilar ¡°tendr¨ªa que quedarse un a?o m¨¢s¡±, aunque reconoce que hay una enorme ambig¨¹edad en la norma aprobada.
El abogado constitucionalista Javier Mart¨ªn-Reyes opina que a Aguilar se le deber¨ªa respetar su renuncia con efectos al pr¨®ximo 30 de noviembre. ¡°El problema es que el r¨¦gimen transitorio [de la reforma] es deficiente en t¨¦rminos t¨¦cnicos. Esta era una situaci¨®n absolutamente previsible. Y como no dice nada y no es aplicable a su caso, ¨¦l se puede ir, ni siquiera es que tengan que dejarle irse¡±.
Este diario se ha comunicado a la oficina de Aguilar en la Suprema Corte de Justicia para solicitar al ministro un comentario sobre su futuro, pero la solicitud no fue respondida. En una entrevista con Milenio este jueves, el togado ha mostrado su convicci¨®n de que se despedir¨¢ del Supremo en un mes. ¡°Voy a retirarme porque termino mi periodo como ministro¡±, ha defendido.
El camino del togado
Cuando el entonces ministro Arturo Zald¨ªvar, un aliado del oficialismo, entreg¨® su carta de renuncia para integrarse a la campa?a presidencial de Claudia Sheinbaum, no hubo mayor problema en la C¨¢mara alta: se aprob¨® en breve. En 2019, el Senado aval¨® tambi¨¦n la renuncia del ministro Eduardo Medina Mora, allegado al PRI, que estaba siendo investigado por el Ejecutivo de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador por posibles actos de corrupci¨®n. El ministro Aguilar camina en suelo pantanoso y, a decir de Mart¨ªn-Reyes, su destino depender¨¢ del humor del partido gobernante. ¡°Pol¨ªticamente todo puede ocurrir¡±, resume. El asesor del Supremo secunda: ¡°La pregunta es si Morena quiere a Aguilar en la Corte m¨¢s tiempo o que se vaya¡±.
El ministro, que fue postulado al cargo en 2009 por el presidente Felipe Calder¨®n (PAN), se convirti¨® en el centro de las cr¨ªticas desde la Administraci¨®n de L¨®pez Obrador y de Morena. El exmandatario acusaba a Aguilar de retrasar intencionalmente la dictaminaci¨®n de un caso que permitir¨ªa al Gobierno cobrar a Grupo Salinas, emporio del magnate Ricardo Salinas Pliego, un adeudo fiscal millonario. En respuesta, el Ejecutivo denunci¨® al ministro ante el pleno de la Corte para que se indagara si hab¨ªa incurrido en alguna falta. Tiempo atr¨¢s, Morena ya hab¨ªa presentado una solicitud de juicio pol¨ªtico contra Aguilar y otros tres ministros, acus¨¢ndolos de ganar un sueldo mayor que el del presidente. L¨®pez Obrador ha tachado a Aguilar de ¡°deshonesto¡± y ¡°conservador¡±. El ministro no ha sido tampoco un simpatizante de las pol¨ªticas del mandatario a la luz de sus sentencias.
Aguilar fue presidente de la Suprema Corte en 2015, a mitad del sexenio de Enrique Pe?a Nieto (PRI), desde donde tuvo una relaci¨®n muy cercana con la c¨²pula pol¨ªtica. En 2019, Aguilar estuvo presente en la boda de la hija de Juan Collado, conocido como El abogado del poder. La foto de aquella boda sacudi¨® la pol¨ªtica mexicana. No fue el ¨²nico magistrado y la imagen de esa convivencia con los altos pol¨ªticos del PRI, incluido el entonces presidente, puso en duda la independencia del Poder Judicial. Muchos de aquellos asistentes est¨¢n en prisi¨®n, fuera del partido o fuera del pa¨ªs. Las miradas est¨¢n puestas ahora en el ministro Aguilar.
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