Aguacates y tr¨¢fico de armas, la combinaci¨®n criminal que asfixia a Michoac¨¢n
Las hect¨¢reas de aguacatales trajeron bonanza a los pobladores, pero en M¨¦xico el dinero siempre atrae la atenci¨®n del crimen organizado
Linda se vio obligada a dejar su hogar en Ixtaro, Michoac¨¢n, en febrero de 2021. Escondida en una camioneta bajo unas cobijas, tom¨® a sus hijos y huy¨® de las amenazas del cartel. Su hermano Willie, un militar retirado, se hab¨ªa enfrentado al grupo que controlaba el pueblo y despu¨¦s de un enfrentamiento, logr¨® herir a algunos y asesinar a otros. Su cuerpo fue hallado con se?ales de tortura a unos kil¨®metros. Pero estos grupos criminales ni perdonan ni olvidan; uno de los heridos buscaba venganza y Linda sab¨ªa que si no escapaba la siguiente ser¨ªa ella. O sus hijos.
La organizaci¨®n criminal Pueblos Unidos hab¨ªa tomado el peque?o pueblo, de tan solo 1.500 habitantes, intentando hacerse con el control de la producci¨®n de aguacate. Naci¨® como un grupo de autodefensa para supuestamente defender a los pobladores de Los Viagras, uno de los grupos armados m¨¢s sanguinarios de Michoac¨¢n. Las altas cuotas que este cartel hab¨ªa impuesto empezaron a ahogar a los productores locales, que ten¨ªan que pagar entre 3.000 y 5.000 pesos por hect¨¢rea (entre 150 y 250 d¨®lares, al cambio de principios de 2021).
En menos de un a?o, Pueblos Unidos arm¨® a los productores aguacateros. El negocio era redondo; ellos mismos vend¨ªan las armas a precios exorbitantes y la gente estaba obligada a comprarlas. ¡°En cada familia m¨ªnimo ten¨ªa que haber un arma¡±, cuenta Linda. A su familia le vendieron un rifle por 100.000 pesos y tuvieron que juntar el dinero entre todos.
Los integrantes de Pueblos Unidos llegaron a Ixtaro present¨¢ndose como campesinos preocupados por la presencia de grupos criminales. Le pidieron a la comunidad que escogiera a alg¨²n l¨ªder o representante para que actuara como intermediario. Pero cuando Los Viagras abandonaron el pueblo, esta nueva organizaci¨®n se hizo con el control de laboratorios, casas y armas. En muy poco tiempo qued¨® claro que eran otra banda delictiva.
El aguacate hab¨ªa llegado tan solo una d¨¦cada atr¨¢s; Ixtaro, como muchos de los pueblos, cultivaba milpas o duraznos. Las hect¨¢reas de aguacatales trajeron bonanza a los pobladores. Las casas de adobe empezaron a ser de ladrillo, las calles se pavimentaron y, en general, hab¨ªa m¨¢s efectivo en circulaci¨®n.
Pero en M¨¦xico el dinero siempre atrae la atenci¨®n del crimen organizado. Extorsiones y secuestros se volvieron rutina en un territorio donde el Cartel Jalisco Nueva Generaci¨®n busca deshacerse de todos los rivales y reinar. Las localidades de P¨¢tzcuaro, Santa Clara del Cobre y Uruapan, todas en Michoac¨¢n, son escenario de disputas entre grupos armados.
¡°Se ha transformado en un negocio mucho m¨¢s complejo¡±, afirma la profesora de la Universidad de Brown Ieva Jusionyte, que plasm¨® a?os de investigaci¨®n sobre tr¨¢fico de armas en su libro Exit Wounds. El tr¨¢fico de drogas requiere de m¨¢s planeaci¨®n y riesgos; poseer armas le da al crimen organizado el poder de extorsionar y secuestrar a campesinos. ¡°Es m¨¢s f¨¢cil ese negocio¡±, agrega nite.
Arriesgarse a no cumplir con los requisitos del cartel tiene consecuencias fatales. Un campesino de Ario de Rosales cuenta que se ha convertido en algo usual encontrar cuerpos en sus tierras. ¡°El segundo cuerpo que encontramos, les digo que ya la cabeza no la ten¨ªa¡±, dice. Y la raz¨®n por la que compran ellos mismos las armas es para no comprometerse con Pueblos Unidos. ¡°Uno quiere deberles lo menos¡ mejor ahorrar¡±, dice.
M¨¦xico actualmente es el mayor exportador de aguacates del mundo, lo que representa un mercado de alrededor de 3.000 millones de d¨®lares, y el Estado de Michoac¨¢n concentra el 75% de la producci¨®n. Es un negocio que no para de crecer; la exportaci¨®n a Estados Unidos pas¨® de 121.600 toneladas m¨¦tricas en 2019 a cerca de 135.000 en 2022. El suculento negocio atrajo as¨ª a los carteles, que a lo largo de los a?os han diversificado sus actividades.
Irene ?lvarez, acad¨¦mica que ha investigado grupos de autodefensa en diferentes regiones de Michoac¨¢n, explica que este Estado es uno de los que lidera la ramificaciones de la delincuencia organizada, y esto se debe en gran medida a la agroindustria. A la enorme producci¨®n de aguacate, de hecho, hoy se le unen las berries o frutos rojos silvestres.
¡°Michoac¨¢n tiene un fen¨®meno de boom de la agroindustria y ese dinero de alguna manera genera din¨¢micas de violencia particulares¡±, asegura ?lvarez. Ixtaro es un ejemplo de estas din¨¢micas. En esta regi¨®n el pago de las cuotas a los c¨¢rteles se instaur¨® mucho despu¨¦s que en otras regiones como Tierra Caliente, entre Guerrero y el Estado de M¨¦xico. La supuesta paz que el pueblo compr¨® al adquirir armas y permitir la entrada de Pueblos Unidos termin¨® en desgracia. Al l¨ªder elegido por la comunidad y a sus hermanos los asesinaron por oponerse a aumentar la siembra de aguacates, argumentando que la escasez de agua terminar¨ªa siendo un problema para todos los productores. Willie, el hermano de Linda, tambi¨¦n muri¨® intentando defenderlos. Sus restos descansan en el pante¨®n del pueblo, donde muchos tienen familiares que se han convertido en parte de las estad¨ªsticas de la guerra contra el narco.
Las armas
El tr¨¢fico de armas que ingresan a M¨¦xico es coordinado por organizaciones criminales que cuentan con miembros en ambos lados de la frontera norte. El proceso inicia con la compra de un arma en Estados Unidos y su registro de manera legal, generalmente a trav¨¦s de prestanombres. Casi siempre, quienes realizan las compras ¡°son ciudadanos estadounidenses¡±, explica Ieva Jusionyte que operan en estados fronterizos como Arizona o Texas. Sin embargo, la Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF por sus siglas en ingl¨¦s) ha rastreado en M¨¦xico armas provenientes de 50 estados.
Los traficantes esperan hasta acumular varias compras para que despu¨¦s otra persona de la misma organizaci¨®n lleve la mercanc¨ªa a un punto en la frontera, donde un tercer integrante se encarga de cruzarlas.
¡°No hay inspecci¨®n del lado mexicano¡± asegura Timothy Sloan, antiguo agregado de la ATF en M¨¦xico, por lo que la cantidad de armas incautadas en la frontera es muy peque?a. Aprovech¨¢ndose de la falta de control por parte de oficiales mexicanos, estas personas a menudo esconden las armas dentro de las puertas de los autos, en tanques de di¨¦sel, o las desarman para dificultar su identificaci¨®n. ¡°Tengo registros de historias, por ejemplo de una persona que pas¨® su arma como una silla para beb¨¦¡±, agrega Irene ?lvarez.
El cruce fronterizo de San Ysidro, en Tijuana, es uno de los m¨¢s utilizados para cruzar armas; aunque las leyes en California son menos laxas, muchas veces los traficantes llevan las armas a este punto por que saben que es muy concurrido.
La operaci¨®n involucra a una cadena de al menos cinco personas, por lo que cuando la mercanc¨ªa llega a M¨¦xico su costo ya ha aumentado tres o cuatro veces. Al igual que las drogas que viajan hacia el norte, a medida que el arma se aleja de la frontera, m¨¢s aumenta su valor. Las ventas se realizan principalmente a trav¨¦s de grupos de whatsapp.
As¨ª lleg¨® a M¨¦xico una de las armas usadas en el crimen que acab¨® en el asesinato de dos ciudadanos estadounidenses en la ciudad fronteriza de Matamoros en marzo de 2023. Secuestrados por una organizaci¨®n criminal, fueron hallados cuatro d¨ªas despu¨¦s. El arma fue rastreada hasta remontar a su compra, realizada por un hombre estadounidense que admiti¨® saber que llegar¨ªa a manos del Cartel del Golfo y recibi¨® 100 d¨®lares por el negocio.
El flujo de armas en M¨¦xico es regulado por los militares, pero la falta de transparencia contribuye a que no se conozca cu¨¢ntas hay realmente. Algunos estiman que circulan unos 15 millones, de las cuales 85% proceden del tr¨¢fico ilegal.
Lisa S¨¢nchez, directora ejecutiva de M¨¦xico Unido contra la Delincuencia (MUCD), explica que desde 2017 el Gobierno tiene la obligaci¨®n, a trav¨¦s de la Secretar¨ªa de Seguridad y Protecci¨®n Ciudadana, de elaborar un Registro Nacional de Armas Municiones. ¡°Y ese registro o no se ha hecho o si ya se hizo, no es p¨²blico¡±, afirma. S¨¢nchez sostiene que as¨ª se genera un vac¨ªo para cuantificar el mercado de armas, incluyendo un registro de armas desviadas a mercados il¨ªcitos. ¡°?Qu¨¦ pasa con aquellas armas, por ejemplo, que se pierden o son robadas?¡±, cuestiona la experta.
El Ej¨¦rcito mexicano asegur¨® en junio que a lo largo del sexenio decomis¨® m¨¢s de 39.000 armas ilegales. El Gobierno de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador present¨® una demanda penal contra 11 armer¨ªas de Massachusetts que fue desestimada, pero recurri¨® la decisi¨®n. La Secretar¨ªa de Relaciones Exteriores interpuso despu¨¦s otra acci¨®n legal, de car¨¢cter civil, en Arizona, pendiente de resoluci¨®n.
En cualquier caso, el problema, m¨¢s all¨¢ de cu¨¢ntas armas haya, es el tipo de armas. ¡°En esta guerra [contra el narco] hay una carrera armament¨ªstica¡±. explica Irene ?lvarez. El calibre de estas armas que circulan dentro del pa¨ªs es tambi¨¦n un factor que preocupa a las autoridades, ya que en muchas ocasiones incluso los polic¨ªas municipales est¨¢n menos armados que estos grupos. ¡°La capacidad de hacer da?o ahorita es completamente grandilocuente¡±.
Barretts calibre 50, AR-15¡äs, drones y equipo t¨¢ctico est¨¢ convirtiendo regiones enteras de M¨¦xico en pueblos fantasma. ¡°Nada te hace querer huir de tu hogar tanto como un arma apunt¨¢ndote¡±, dice Ieva Jusionyte, profesora de la Universidad de Brown. ¡°El flujo de armas y la proliferaci¨®n de ellas en M¨¦xico est¨¢ definitivamente asociado al desplazamiento forzado¡±, contin¨²a Jusionyte. As¨ª es como Linda tuvo tiempo para juntar apenas una muda de ropa y huir de su hogar junto a su familia.
Mexicanos en la frontera
En la frontera entre M¨¦xico y Estados Unidos hay miles de historias de mexicanos desplazados que se diluyen entre venezolanos, nicarag¨¹enses, haitianos, afganos¡ En solo unos d¨ªas en Tijuana una decena de mujeres comparti¨® sus historias de violencia, extorsi¨®n y secuestro. ¡°As¨ª como a Estados Unidos le preocupan las muertes por sobredosis de fentanilo, en M¨¦xico nos preocupan las vidas que se pierden por homicidios, por armas de fuego que llegan al pa¨ªs de forma ilegal¡±, explica Cecilia Farf¨¢n, jefa de investigaci¨®n en programas de seguridad en la Universidad de California San Diego.
Una mujer de Michoac¨¢n cuenta que seis d¨ªas atr¨¢s mataron a su hija de cinco balazos en la esquina de su casa. No tuvo ni siquiera tiempo de enterrarla; se subi¨® a un cami¨®n con sus dos hijos rumbo a Tijuana. Lisa S¨¢nchez, de MUCD, dice que las estad¨ªsticas demuestran c¨®mo las armas han afectado a las comunidades. ¡°Siete de cada diez muertes violentas de mujeres se llevan a cabo con armas de fuego¡±, dice S¨¢nchez, en el a?o 2000 eran s¨®lo tres de cada 10.
Otra mujer de Michoac¨¢n nos cuenta de los videos que le env¨ªa su expareja portando un arma larga donde le dice que ya la tiene identificada. La amenaza con descuartizar a su hijo y despu¨¦s a ella. Otra de Guanajuato estuvo casi un mes secuestrada y tuvo que huir con su hermana y sus dos hijas. Otra m¨¢s de Ixtapa, en Guerrero, puso una denuncia despu¨¦s de que no alcanz¨® a pagar las cuotas de su taquer¨ªa.
Michoac¨¢n es un Estado que tiene una relaci¨®n muy estrecha con Estados Unidos; no solo por el aguacate, sino tambi¨¦n por un flujo migratorio de d¨¦cadas. Tan solo en 2022, las remesas llegaron a 5.000 millones de d¨®lares. Pero las din¨¢micas migratorias est¨¢n cambiando. Ya no son personas en busca de una mejor vida, son familias enteras desplazadas por violencia. Linda, por ejemplo, viaj¨® con 25 familiares. Y el problema, al final, son siempre las armas. ¡°En la medida en que tienes m¨¢s personas que est¨¢n armadas y que tienen esta capacidad de fuego importante, (...) esto lo que permite es que diferentes grupos justamente si quieren desplazar a personas de una zona, lo puedan hacer con la amenaza de violencia¡±, concluye Farf¨¢n.
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