Vuelta al centralismo pol¨ªtico: el INE propone tres debates presidenciales en Ciudad de M¨¦xico

El Instituto Nacional Electoral (INE) ha propuesto que los aspirantes presidenciales participen en tres debates en distintas sedes de Ciudad de M¨¦xico. La Comisi¨®n Temporal de Debates del INE ha aprobado un acuerdo ¡ªque a¨²n debe ser votado por el Consejo General¡ª en el que se establece que los encuentros se llevar¨¢n a cabo el 7 de abril, el 28 de abril y el 19 de mayo. A los ejercicios est¨¢n convocados Claudia Sheinbaum, abanderada de la coalici¨®n Sigamos Haciendo Historia (Morena, PVEM y PT); X¨®chitl G¨¢lvez, de Fuerza y Coraz¨®n por M¨¦xico (PAN, PRI y PRD), y Jorge ?lvarez M¨¢ynez, de Movimiento Ciudadano (MC).

Solo el segundo y el tercer debate son de asistencia obligatoria para los aspirantes presidenciales. Por lo mismo, esos deben ser transmitidos forzosamente por los concesionarios de radio y televisi¨®n, es decir, las empresas p¨²blicas y privadas que explotan el espectro radioel¨¦ctrico, propiedad del Estado mexicano. El acuerdo plantea que el primer debate se realice en la sede del INE, en la alcald¨ªa Tlalpan. El segundo, en los Estudios Churubusco, en Coyoac¨¢n. El tercero, en el Centro Cultural Universitario Tlatelolco, en Cuauht¨¦moc.

El primer encuentro llevar¨¢ por t¨ªtulo La sociedad que queremos y versar¨¢ sobre educaci¨®n y salud; transparencia y combate a la corrupci¨®n, y no discriminaci¨®n, grupos vulnerables y violencia machista. Conforme al formato aprobado, all¨ª los participantes deber¨¢n responder a preguntas de la ciudadan¨ªa enviadas a trav¨¦s de redes sociales y plataformas digitales. El segundo debate, La ruta hacia el desarrollo de M¨¦xico, se centrar¨¢ en crecimiento econ¨®mico, empleo e inflaci¨®n; infraestructura y desarrollo; pobreza y desigualdad, y cambio clim¨¢tico y desarrollo sustentable. All¨ª se permitir¨¢ al p¨²blico presente en el plat¨® cuestionar a los aspirantes presidenciales.

El tercer encuentro, Democracia y gobierno: di¨¢logos constructivos, abordar¨¢ la pol¨ªtica social; inseguridad y crimen organizado; migraci¨®n y pol¨ªtica exterior, y democracia, pluralismo y divisi¨®n de poderes. En este debate no habr¨¢ p¨²blico y no se recoger¨¢n preguntas de la gente. Se buscar¨¢ el cara a cara entre los participantes, a fin de ¡°privilegiar la interacci¨®n entre las candidaturas, adema?s de mostrar a las y los electores la capacidad de respuesta y templanza de las personas debatientes al momento de ser cuestionadas directamente¡±, ha indicado el INE.

Se ha incluido un criterio de ¡°regionalizaci¨®n¡±, con el que se busca que los aspirantes aterricen sus propuestas y respuestas en los problemas particulares de los 32 Estados de M¨¦xico. Con este formato, el INE pretende dar la vuelta al hecho de que los tres debates se realizar¨¢n en la capital del pa¨ªs. Durante d¨¦cadas, los Estados y provincias han criticado el excesivo centralismo pol¨ªtico y de la toma de decisiones desde Ciudad de M¨¦xico. El centralismo es un fen¨®meno que se ha forjado de la mano de otro rasgo de la cultura pol¨ªtica mexicana: el presidencialismo.

Los nuevos tiempos hab¨ªan venido con un esfuerzo de descentralizar la pol¨ªtica y dar cabida en igualdad de condiciones a los problemas regionales. En la elecci¨®n presidencial de 2018, el INE organiz¨® debates en Tijuana, Baja California; M¨¦rida, Yucat¨¢n, as¨ª como en la capital. El programa aprobado para la elecci¨®n de este a?o supone un paso hacia atr¨¢s.

La tradici¨®n de los debates presidenciales lleg¨® a M¨¦xico en 1994, de la mano de la creaci¨®n del Instituto Federal Electoral (IFE), ancestro del actual INE. La fractura del poder hegem¨®nico del PRI coincid¨ªa con el inicio de la apertura democr¨¢tica. La oposici¨®n consigui¨® arrebatar al Gobierno el control del colegio electoral, tras las sospechas de fraude en los comicios de 1988 (la ignominiosa ca¨ªda del sistema). Los mexicanos exig¨ªan elecciones m¨¢s libres y confiables. La del 94 dio aliento a la idea de que el pa¨ªs enfilaba por ese camino.

El formato de los debates ha ido cambiando con la ¨¦poca; ha ido de lo acartonado a lo flexible; de lo mesurado a lo excesivo. En el debate de 1994 participaron Ernesto Zedillo, abanderado del PRI; Cuauht¨¦moc C¨¢rdenas, del PRD, y Diego Fern¨¢ndez, del PAN. En los debates del 2000, el candidato panista, Vicente Fox, acapar¨® las noticias por sus dotes de histri¨®n ranchero y malhablado. En 2006, el abanderado perredista, Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, falt¨® a un debate; la decisi¨®n le cost¨® cara, pues sus contrincantes pidieron que su asiento se dejara vac¨ªo, para remarcar su ausencia. En 2012, en una decisi¨®n muy criticada, el IFE contrat¨® edecanes con vestidos ajustados para asistir a los candidatos. En 2018, el formato se prest¨® para las propuestas disparatadas y los desplazamientos de los participantes en el plat¨®. Es memorable el momento en que el candidato panista, Ricardo Anaya, se aproxim¨® demasiado al aspirante de Morena, L¨®pez Obrador, y este escondi¨® su cartera, abonando a su discurso de que los pol¨ªticos del ¡°PRIAN¡± son ladrones.

Este a?o, la proximidad de los debates ha avivado la campa?a presidencial y ha provocado intercambios entre las candidatas punteras de la contienda. X¨®chitl G¨¢lvez ret¨® a Sheinbaum a presentarse a los debates si L¨®pez Obrador ¡°le daba permiso¡± (no obstante que dos de los tres debates son obligatorios). Sheinbaum replic¨® que no hac¨ªa falta pedir autorizaci¨®n para ir a los encuentros. El dirigente nacional de Morena, Mario Delgado, abon¨® a los cruces. Dijo, ir¨®nico, que su partido iba a cerciorarse de que no se permitiera el uso de teleprompter en los debates, un dardo a la candidata opositora, que ha tenido que echar mano de ese recurso en varios de sus m¨ªtines.

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