Las pensiones saltan a la campa?a electoral sin un debate p¨²blico e informado entre la ciudadan¨ªa

Las personas mayores de 65 a?os representan ahora el 7,9% de la poblaci¨®n mexicana, pero en 2030 sobrepasar¨¢n el 10% y a la mitad del siglo ya ser¨¢n 26,7 millones, seg¨²n las previsiones del Consejo Nacional de la Poblaci¨®n, es decir, el 18% de la pir¨¢mide. En pa¨ªses de poblaci¨®n envejecida saben bien lo que eso significa para la conversaci¨®n p¨²blica y pol¨ªtica: las pensiones de jubilaci¨®n ocupar¨¢n buena parte de ella y ser¨¢n motivo de grilla si no se alcanzan consensos partidistas. De las medidas que el presidente L¨®pez Obrador present¨® en febrero para su posterior aprobaci¨®n en las C¨¢maras, solo una ver¨¢ la luz antes de las elecciones del 5 de junio, las pensiones de los mayores, cuyo fondo econ¨®mico acaba de ser aprobado por los diputados y con probabilidad de repetir resultado en el Senado. En plena campa?a electoral, el debate ofrece ya esl¨®ganes f¨¢ciles que tratan de rentabilizar unos y otros.

Para la oposici¨®n, que ya ha anunciado un recurso de inconstitucionalidad, el Gobierno trata de robar los ahorros de los mayores de 70 a?os. As¨ª lo ha dicho la candidata panista X¨®chitl G¨¢lvez. ¡°Es posible que esas personas [que no han reclamado ese dinero] sean migrantes, o desconocen que lo tienen o, si han fallecido, sus familias deber¨ªan tener acceso a ese dinero¡±, ha se?alado. L¨®pez Obrador, desde su conferencia, se ha congratulado del tr¨¢mite aprobatorio en la C¨¢mara de Diputados: ¡°Es un asunto para beneficiar a millones de trabajadores, esta reforma corrige un agravio causado en el periodo neoliberal, cuando se modific¨® la Constituci¨®n para que los trabajadores no recibieran completo su sueldo al jubilarse¡±.

Entre esos dos discursos anda el juego cuando todav¨ªa la poblaci¨®n no tiene elementos de juicio para determinar los beneficios o perjuicios de modificar el sistema y muchos ciudadanos tan siquiera se identifican con la palabra pensi¨®n, puesto que las primeras que se universalizaron, en la Ciudad de M¨¦xico durante el gobierno de L¨®pez Obrador en los primeros cinco a?os del siglo, se dieron en llamar programas sociales, el principal de los cuales fueron aquellas transferencias econ¨®micas para la jubilaci¨®n. ¡°Las campa?as debaten sobre expectativas y no sobre realidades y con un sistema tan opaco como el actual, es dif¨ªcil que el ciudadano tenga la informaci¨®n suficiente para decidir a qui¨¦n votar a partir de esto¡±, dice Carlos Brown Sol¨¢, director de Conocimiento y Justicia Fiscal en Oxfam M¨¦xico, quien enumera muchas de las zonas oscuras que todav¨ªa persisten en la gesti¨®n de esos ahorros. Sostiene, adem¨¢s, que las prestaciones por jubilaci¨®n han afectado a poca gente hasta ahora, que es cuando el envejecimiento de la poblaci¨®n en M¨¦xico, m¨¢s acelerado que en el resto de Am¨¦rica Latina, situar¨¢ el foco en este asunto. ¡°Solo se est¨¢ abriendo la caja de Pandora, pero ser¨¢ cuando verdaderamente afecte al bolsillo de la gente, cuando el debate se cruzar¨¢ definitivamente con la necesidad de una reforma fiscal que garantice los recursos. Entonces s¨ª calar¨¢ en la conversaci¨®n p¨²blica y estar¨¢ verdaderamente atravesado por la pol¨ªtica¡±, dice. ¡°No es casual que ya las pensiones y los cuidados empiecen a ser objeto de las campa?as electorales y pronto lo ser¨¢n de Estado, es por el envejecimiento¡±.

Lo que no quiere decir que no haya sido batalla pol¨ªtica hasta ahora. Recuerda la analista econ¨®mica Viri R¨ªos que ya cuando se hizo la reforma de 1997, que dej¨® atr¨¢s ¡°la generosa aportaci¨®n que hac¨ªa el Estado para las pensiones¡± y se cambi¨® por el sistema de ahorro individualizado conocido como Afores, la izquierda hizo de aquello una de sus banderas m¨¢s cr¨ªticas. ¡°Fue incluso la ra¨ªz de la fractura del priismo y del surgimiento del PRD. Calder¨®n vino a copiar despu¨¦s el sistema implantado por L¨®pez Obrador en la Ciudad de M¨¦xico, pero sin atribuir la idea a la izquierda¡±, explica R¨ªos. El resultado de todo aquello, sin embargo, fue que a pocos les alcanzaba con lo recibido ¡°y casi nadie ten¨ªa Afores, porque muy poca poblaci¨®n trabajaba en un r¨¦gimen formal y gran parte de ella entraba y sal¨ªa de la formalidad¡±. ¡°De ah¨ª el esc¨¢ndalo actual¡±, a?ade R¨ªos, al darse cuenta de que no les llega, que los ahorros con aquellos sueldos no eran muy altos. ¡°La cr¨ªtica a las Afores y al salario m¨ªnimo fueron siempre dos causas de la izquierda¡±, a?ade la analista.

Brown Sol¨¢ dice que la opacidad sobre c¨®mo se gestionan las Afores es una fuente de las mentiras que ya se escuchan en esta campa?a. Por ejemplo, ¡°cuando el presidente dice que se est¨¢ revirtiendo el modelo de 1997. No es verdad, solo se propone que los trabajadores cobren el 100% del sueldo que recib¨ªan antes de jubilarse¡±, dice. R¨ªos niega que el plan gubernamental sea robar el dinero acumulado que nadie ha reclamado. ¡°L¨®pez Obrador aument¨® las contribuciones de los empresarios en los ahorros del trabajador y elev¨® notablemente la cantidad que recib¨ªan del Estado al inicio de este mandato. Ahora quieren algo m¨¢s ambicioso, pero el asunto se est¨¢ tergiversando debido al ambiente electoral¡±, apunta. ¡°De lo que se trata es de guardar esos fondos en las arcas p¨²blicas para no pagar comisiones a los bancos y beneficiarse de las tasas de inter¨¦s. Lo veo bien¡±, opina.

Como se dec¨ªa, las pensiones se relacionan con las clases medias y medias altas, los profesionales asalariados y son estos, probablemente, los que teman mayormente que se meta la mano en la bolsa, algo que podr¨ªa rentabilizar la derecha en su discurso electoral. ¡°La tradicional desconfianza hacia los gobiernos es algo que cala fuerte entre la gente¡±, dice R¨ªos, y esa es la raz¨®n de que, a su parecer, ¡°la oposici¨®n est¨¦ jugando a la descalificaci¨®n a base de mentir diciendo que les van a robar los ahorros¡±. Y cree que ese discurso est¨¢ teniendo efectos electorales. ¡°Hay ancianos en la calle que se preguntan si es verdad que les van a robar su dinero¡±, explica.

En febrero, cuando el presidente present¨® el paquete de reformas que concluir¨ªan su mandato, se le acus¨® de estar haciendo electoralismo con ellas, de llevarlas al debate p¨²blico para beneficio electoral de su partido y su sucesora, Claudia Sheinbaum, porque buena parte de ellas, como ahora se ve, solo alcanzar¨ªan la conversaci¨®n p¨²blica, pero no su debate y votaci¨®n en las C¨¢maras. Las pensiones s¨ª parecen estar completando este tr¨¢mite, pero con ellas puede ocurrir como con otras medidas estrella, eso, que se estrellen en la Suprema Corte. A pesar de todo, es posible que la candidatura oficialista pueda tambi¨¦n sacar partido a este nuevo encontronazo pol¨ªtico que se resuelve en la campa?a con un binomio simple: roban o favorecen a los trabajadores. De cualquier modo, el envejecimiento de la poblaci¨®n est¨¢ trayendo a la preocupaci¨®n p¨²blica nuevos viejos asuntos que requerir¨¢n debates m¨¢s sosegados cuando pase el 2 de junio. ¡°Por ahora¡±, como dice el experto de Oxfam consultado, el asunto ¡°solo se sumar¨¢ al ruido de las propuestas electorales¡±.

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