Sheinbaum, entre multitudes: ¡°Tengo el reconocimiento del pueblo¡±
EL PA?S acompa?a a la candidata presidencial de Morena en un d¨ªa de campa?a, entre fervores que evocan la carrera de su predecesor
Una joven empuja a una se?ora, la se?ora la frena de un codazo. El movimiento es sutil, no las separa ni un cent¨ªmetro. Ambas est¨¢n echadas junto a otra decena de personas sobre la ventanilla trasera de un Volkswagen que avanza lentamente. Dentro del coche, Claudia Sheinbaum intenta ordenarlos. ¡°Deja que me tome con ella y ahora me tomo contigo¡±, dice entre una selfie y otra. Todos quieren una foto con la favorita en las encuestas. O quiz¨¢s solo tocarle la mano. No los detienen los 32 grados que azotan ni el sol que quiebra la tierra del Estado de M¨¦xico. ¡°No te olvides de nosotros¡±, le grita un se?or desde lejos, resignado a no entrar en el ca¨®tico tumulto. Con tono maternal, la candidata previene a quien se acerca demasiado al coche: ¡°Cuidado con la llanta¡±. Es la salida de un mitin en Chalco. El ingreso fueron otros 40 minutos de abrazos, retratos, aut¨®grafos. La gente la zamarrea, la jalonea, alguno le palmea la cara. Ella agradece el cari?o. En una campa?a en la que Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador no est¨¢ presente, aunque su nombre se evoca constantemente, el fen¨®meno Claudia busca ¡ªy parece que encuentra¡ª su propio espacio.
¡°La queremos¡±, vocifera una adolescente. ¡°Yo te quiero m¨¢s¡±, responde ella sonriente. Una vez alejados del sitio, Sheinbaum, de 61 a?os, levanta la ventanilla y se acomoda en el asiento. El coche va completo entre su equipo ¡ªsu chofer y Paulina Silva, una especie de mano derecha¡ª y los reporteros. La candidata tendr¨¢ una hora hasta Texcoco, donde el ciclo de los abrazos comenzar¨¢ otra vez. Y as¨ª, tres o cuatro veces al d¨ªa. No se cansa, dice. ¡°Pura energ¨ªa de la gente¡±. Con una agenda apretada como la que lleva la aspirante presidencial de Morena estos d¨ªas, apenas s¨ª hay tiempo para comer o dormir. Se levanta sobre las seis de la ma?ana con los peri¨®dicos en su tel¨¦fono, hace ejercicio o medita, y luego comienza la intensa jornada que no acabar¨¢ hasta la medianoche. En un vasto pa¨ªs como M¨¦xico, ha encontrado en los largos traslados un momento de serenidad. Incluso para leer alg¨²n libro. Una biograf¨ªa de Benito Ju¨¢rez ahora, y antes de eso, la novela La buena suerte de Rosa Montero.
M¨¦xico elegir¨¢ el pr¨®ximo 2 de junio a su primera mujer presidenta en la historia. De ganar, Sheinbaum ser¨¢ la encargada de enfrentar semejante cometido en un pa¨ªs en el que el machismo est¨¢ enraizado profundamente. Como si el reto fuera menor, tiene adem¨¢s que hacerlo bajo la sombra de un hombre que ha marcado con su presencia cada uno de los d¨ªas de este sexenio. Estos factores mezclados han decantado en ideas mis¨®ginas, desparramadas a diestra y siniestra, que la acusan de ser un t¨ªtere de L¨®pez Obrador. Esto a pesar del fuerte car¨¢cter de la candidata, que muchos que han pasado por su equipo relatan a detalle. ¡°Siempre me burlo y digo: ¡®S¨ª, es que L¨®pez Obrador me dict¨® mi tesis de doctorado¡±, cuenta divertida. Pero los comentarios maliciosos no le afectan, dice. ¡°Yo tengo seguridad en m¨ª misma y tengo reconocimiento del pueblo. Ya lo ir¨¢n viendo en el camino a partir de octubre de 2024¡å.
Quiz¨¢ por la abultada ventaja que le dan las encuestas, o por el temple reposado, la aspirante se muestra muy relajada y sencilla. ¡°La manera en la que somos¡±, comenta, ¡°eso no te lo inventas¡±. ¡°Saber que eres un ciudadano m¨¢s, con mucha responsabilidad, pero al final eres una persona, eso te da mucha cercan¨ªa con la gente¡±. Habla con la misma profundidad y quietud de la importaci¨®n de semillas de flores, como de los efectos del neoliberalismo en M¨¦xico o del destino de las fuerzas armadas. Se toma cada pregunta como si se jugara algo en ella. Y no muestra la man¨ªa, muy com¨²n en la pol¨ªtica, de esquivar las interpelaciones con largas respuestas que no llevan a nada.
¡ªAhora que estuvo de gira por el pa¨ªs, ?qu¨¦ fue lo que m¨¢s le sorprendi¨® de todo lo que vio?
¡ªEl cari?o del pueblo de M¨¦xico al presidente. Uno lo puede ver en las encuestas, pero hay un cari?o enorme por el momento hist¨®rico que estamos viviendo. S¨ª, hay problemas, no todo se puede resolver en seis a?os, y m¨¢s despu¨¦s de 36 a?os de abandono. Pero en el norte, en el sur, es un cari?o enorme.
¡ª?Y lo que m¨¢s le preocup¨®?
¡ªLa sequ¨ªa, porque no es una sola soluci¨®n. Es una soluci¨®n social, pol¨ªtica, legislativa, y al mismo tiempo t¨¦cnica. Atender la escasez del agua en el pa¨ªs es algo que nos va a ocupar una buena parte del tiempo. Y la otra parte sigue siendo la seguridad, aunque hay que decir que hay zonas del pa¨ªs donde se reconoce que es un problema m¨¢s grave, y zonas donde no tanto. Y la pobreza. Evidentemente se ha reducido, pero nuestro fin ¨²ltimo es que la gente viva bien en M¨¦xico.
En una explicaci¨®n marat¨®nica de su posible Gobierno, detalla que tendr¨¢ tres ejes nuevos que la diferenciar¨¢n de la Administraci¨®n actual. Apostar¨¢ por la transici¨®n energ¨¦tica, por el medio ambiente y por los derechos de las mujeres. Mantendr¨¢ la pol¨ªtica de austeridad para quienes trabajan en la funci¨®n p¨²blica, pero no escatimar¨¢ en aquello que afecte al Estado del bienestar. ¡°La mayor parte de los recursos debe destinarse a la gente¡±, dice y se?ala que se usar¨¢ para salud, educaci¨®n y vivienda principalmente. Al ej¨¦rcito, que ha ganado mucho terreno en este sexenio, lo dejar¨¢ donde est¨¢. Pero reforzar¨¢ tambi¨¦n las otras instituciones p¨²blicas. Elegir¨¢ a los miembros de su Gabinete con un triple criterio a cumplir: honestidad, conocimiento y convicci¨®n de servicio p¨²blico. Y mantendr¨¢ su palabra de incluir a todos los exaspirantes a la presidencia del partido en la pr¨®xima Administraci¨®n. Incluso a Marcelo Ebrard, que cuando perdi¨® la interna dijo que no se someter¨ªa a ella, amenaz¨® con dejar la formaci¨®n y acab¨® sum¨¢ndose.
¡°La palomilla¡±, como le llama a su equipo de gira ¡ªuna expresi¨®n para referirse a un grupo de amigos¡ª, ha llegado a Texcoco. All¨ª tendr¨¢ un masivo mitin, que quedar¨¢ registrado por la c¨¢mara de Epigmenio Ibarra. Todo suceder¨¢ bajo el ojo de un teniente coronel que envi¨® el ej¨¦rcito para cuidar a la candidata a cada paso. La sequ¨ªa de la que hablaba hasta hace poco tambi¨¦n est¨¢ all¨ª. Un polvo amarillento asfixia el aire tras su paso y el de un centenar de personas que han ido a verla. Una locutora desorientada la presentar¨¢ como una mujer chingona, justo la palabra que ha elegido como eslogan su rival, X¨®chitl G¨¢lvez. Pero nada le quitar¨¢ la alivianada sonrisa. A diferencia de L¨®pez Obrador, la heredera del movimiento no arrastra la pesada mochila de las viejas rencillas. Su m¨¢s acotada trayectoria pol¨ªtica, que naci¨® despu¨¦s de muchos a?os dedicados a la ciencia y a la investigaci¨®n acad¨¦mica ¡ªes doctora en Ingenier¨ªa Energ¨¦tica¡ª, le dan una ligereza diferente.
El d¨ªa de m¨ªtines y fervores acabar¨¢ varios kil¨®metros m¨¢s lejos, en Tlaxcala. En cada uno de los eventos mencionar¨¢ como promesa una beca para las mujeres mayores de 60 a?os. Luego, se tomar¨¢ unos minutos para explicar a la gente por qu¨¦ ese dinero ir¨¢ para ellas, y no para ellos. ¡°?Qui¨¦nes somos las que principalmente cuidamos de los hijos? ?Qui¨¦nes somos las que mantenemos el hogar limpio y cuidado? ?Qui¨¦n reconoce ese trabajo?¡±. Sacar¨¢ su lado docente para dar una lecci¨®n b¨¢sica de feminismo. ¡°Como va a llegar una mujer presidenta por primera vez, vamos a reconocer el trabajo de las mujeres mexicanas¡±, dice ante el aplauso, m¨¢s de ellas, que de ellos.
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