?Por qu¨¦ L¨®pez Obrador es imbatible? Hasta ahora
Mientras los cr¨ªticos del presidente se regodean con la ¨²ltima ocurrencia que, a su juicio, demuestra la ignorancia o mala fe del mandatario, este teje un entramado de alianzas con poderes f¨¢cticos que van fortaleciendo su posici¨®n
Los muchos cr¨ªticos del Gobierno de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador asumen que su mayor, si no es que ¨²nica, fortaleza reside en los niveles de aprobaci¨®n que sostiene tras a?o y medio en el poder. La estrategia para derrotar al presidente mexicano, o al menos neutralizarlo, asumen en estos c¨ªrculos, pasa entonces por minar esta fuente de apoyo mediante la exhibici¨®n de la pobreza intelectual y ejecutiva que atribuyen al presidente y la ineficacia de su Gobierno. Bajo esta l¨®gica, por m¨¢s argumentos populistas que difunda el soberano, la ausencia de resultados y la inoperancia terminar¨¢n por ahogar las expectativas y debilitar el apoyo de las masas.
Sin embargo, las cosas no son tan sencillas. Es cierto que los niveles de aprobaci¨®n han ido descendiendo a¨²n cuando se mantengan por encima del 60% (en su m¨¢ximo rozaron un 80%). Sin duda el ejercicio del poder desgasta la imagen. Pero h¨¢bilmente aprovechado el ejercicio del poder, como todo m¨²sculo, tambi¨¦n se expande. Y es eso lo que ha venido haciendo L¨®pez Obrador. Mientras sus cr¨ªticos se regodean con la ¨²ltima ocurrencia o declaraci¨®n que, a su juicio, demuestra la ignorancia o mala fe del mandatario, este teje un entramado de alianzas con poderes f¨¢cticos que poco a poco van fortaleciendo su posici¨®n y dotando de botones y palancas a la cabina de mando desde la que pilotea al pa¨ªs. Los adversarios creen que van ganando la narrativa ante la opini¨®n p¨²blica, algo que incluso estar¨ªa en discusi¨®n, pero de lo que no hay duda es que el presidente est¨¢ venciendo en lo que concierne a la correlaci¨®n de fuerzas. V¨¦ase si no.
Las Fuerzas Armadas. A lo largo de muchas d¨¦cadas, en M¨¦xico el Ej¨¦rcito ha sido leal al poder Ejecutivo, sin importar el partido o la persona que lo ejerce. Sin embargo en el caso de L¨®pez Obrador la relaci¨®n va m¨¢s all¨¢ de una lealtad institucional. Las coincidencias est¨¢n a la vista: origen social y geogr¨¢fico, ideolog¨ªa y hasta giros del lenguaje son compartidos con el grueso de los soldados y sus oficiales. Las fuerzas armadas coinciden plenamente con la visi¨®n del presidente porque en muchos sentidos tambi¨¦n es la suya. Un acendrado nacionalismo, una perspectiva estatista de los asuntos p¨²blicos, una obsesi¨®n por la historia patria, una atenci¨®n may¨²scula a lo qu¨¦ pasa m¨¢s all¨¢ de las ciudades, un contacto permanente con el pueblo y sus tradiciones. En muchos sentidos el presidente, es ¡°su presidente¡± por vez primera en muchos sexenios. Consecuentemente, los militares han terminado por convertirse en su brazo derecho, el sector que goza de su confianza para ocuparse de todo aquello que no puede fallar, tr¨¢tese de la construcci¨®n de sucursales bancarias, aeropuerto o tren, o de la distribuci¨®n de medicinas, libros de texto y dinero de los programas sociales, administraci¨®n de aduanas y puertos o limpieza del sargazo en las playas. Adem¨¢s, claro, de la seguridad p¨²blica, incluyendo el control de la Guardia Nacional.
Estados Unidos. No hay un presidente mexicano en la historia reciente que haya tenido la relaci¨®n que L¨®pez Obrador ha cultivado con la Casa Blanca. Y trat¨¢ndose de Donald Trump, no es poca cosa. Si al menos ha servido para evitar las represalias que se supon¨ªan inminentes, dada la hostilidad del neoyorquino, lo que ha conseguido el tabasque?o es significativo. Est¨¢n lejos los tiempos en que se dec¨ªa que Washington impon¨ªa candidatos y vetaba decisiones de pol¨ªtica interna de su vecino del sur, pero nunca m¨¢s cierto que ahora el viejo refr¨¢n de que un catarro en Estados Unidos provoca neumon¨ªa en M¨¦xico. El di¨¢logo abierto que sostienen ambos presidentes y algunas exhibiciones de apoyo mutuo, han convertido al factor ¡°yanqui¡±, contra todo pron¨®stico, en un frente favorable para el supuesto presidente de izquierda que tendr¨ªa que haber sido satanizado por Estados Unidos.
C¨²pula empresarial. Contra lo que se piensa, L¨®pez Obrador se ha cuidado de mantener una relaci¨®n amistosa con las grandes fortunas del pa¨ªs. Si bien con los organismos empresariales ha mantenido una relaci¨®n fluctuante, sobre todo por su renuencia a apoyar a la iniciativa privada en los paquetes de reactivaci¨®n econ¨®mica tras la pandemia, su relaci¨®n con Carlos Slim, Salinas Pliego y similares ha sido regular y constante. En su Consejo Asesor Empresarial no est¨¢n los representantes oficiales de los organismos empresariales sino los que verdaderamente pesan en la Bolsa Mexicana de Valores. Parad¨®jicamente, incluso, la relaci¨®n con los due?os del dinero en su conjunto podr¨ªa ser m¨¢s favorable que la de sus antecesores. Los presidentes del pa¨ªs sol¨ªan tener sus favoritos, los llamados empresarios del sexenio; un par de constructoras, amigos favorecidos, compadres vinculados al poder. No es el caso de L¨®pez Obrador. Ha abierto el juego de los proyectos ambiciosos al mejor postor y al parecer sin cargar los dados, como antes se hac¨ªa. Algo que los grandes capitales le est¨¢n reconociendo.
Gobernadores de oposici¨®n. No en todos los casos, pero en algunos que se antojaban poco probables, el presidente ha logrado desarrollar una relaci¨®n de empat¨ªa o hacer causa com¨²n con gobernadores de partidos rivales y, en esa medida, debilitado los intentos de formar un s¨®lido club de mandatarios de oposici¨®n. Los titulares de Oaxaca o Hidalgo, de filiaci¨®n priista, parecer¨ªan pertenecer a Morena e incluso los m¨¢s enconados en sus cr¨ªticas, como los de Guanajuato o Jalisco, han reculado ante las propuestas del presidente.
Otros frentes le son aun m¨¢s favorables, pese a que los l¨ªmites de este texto impidan abordarlos. En el poder legislativo ha obtenido las mayor¨ªas que necesita y en el sector obrero la dif¨ªcil aristocracia sindical, dolor de cabeza de otros presidentes, act¨²a con timidez dada la popularidad de L¨®pez Obrador entre sus bases.
En suma, los cr¨ªticos del presidente han asumido err¨®neamente que su fortaleza reside en una narrativa demag¨®gica que genera el apoyo de los sectores populares. Act¨²an como si se tratase de un fen¨®meno moment¨¢neo: un l¨ªder carism¨¢tico y un oc¨¦ano de personas enga?adas. Bajo ese supuesto, piensan que bastar¨¢ con denunciar el fracaso de sus pol¨ªticas para pinchar la burbuja gracias a la que el tabasque?o se ha encaramado al poder. No es as¨ª. Para efectos pr¨¢cticos, el presidente no ha hecho m¨¢s que consolidarse a lo largo de los meses, m¨¢s all¨¢ de los niveles de aprobaci¨®n. En t¨¦rminos de correlaci¨®n de fuerzas, hoy por hoy no hay oposici¨®n real o alg¨²n contra peso enfrente de su Gobierno. Por m¨¢s que las columnas pol¨ªticas o los hashtags de las redes sociales se solacen con el ¨²ltimo meme de un desliz presidencial, este cada vez est¨¢ m¨¢s blindado.
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