Kumuuny. Algunas ideas en torno de la idea de comunidad
Ante las situaciones absurdas que enfrentan las democracias liberales, se abren preguntas que permiten pensar en otras posibilidades de organizar la vida en com¨²n
En el contexto actual en el que el modelo de las democracias liberales que funcionan en el marco del estado nacional se desnudan en situaciones absurdas, se abren preguntas que nos permiten comenzar a pensar en otras posibilidades de organizar la tan imprescindible vida en com¨²n. Entre esas diferentes opciones, la idea de comunidad se erige como una de las principales ant¨ªtesis del modelo del estado. En los territorios m¨¢s all¨¢ del estado, la comunidad parece una alternativa deseable. Pero, pocas cosas tan amplias en el campo del significado como el terreno sem¨¢ntico que puede cubrir la palabra ¡°comunidad¡±. Ahora s¨®lo plantear¨¦ algunas inquietudes sobre esta apasionante categor¨ªa. A veces, se utiliza en tantos contextos distintos que parece un concepto que se ha vaciado de tanto usarlo. Una de las categor¨ªas m¨¢s visitadas en la bibliograf¨ªa antropol¨®gica sobre los pueblos de esto que se ha llamado Mesoam¨¦rica es la comunidad. El an¨¢lisis de los pueblos ind¨ªgenas en este lado del mundo ha estado tan atravesada siempre de esa noci¨®n de comunidad que incluso se ha llegado a confundir a tal grado que casi siempre que hablamos de pueblos ind¨ªgenas implicamos que se habla tambi¨¦n de comunidades. Comunidad y pueblo ind¨ªgena se han vuelto indisolubles en algunos contextos pero no siempre puede establecerse esta equivalencia.
Por un lado, encontramos el uso de comunidad para referirse a conjuntos de personas que establecen relaciones con una preocupaci¨®n o un objetivo en com¨²n. A menudo se habla de la comunidad de artistas de la Ciudad de M¨¦xico, la comunidad LGBTTT+ o de la comunidad de m¨²sicos de la misma ciudad. Estas comunidades no comparten un territorio com¨²n ni se rigen bajo estructuras de gobierno centralizadas y sus mecanismos de representaci¨®n son diversos seg¨²n las necesidades u objetivos planteados y bajo figuras oficiales como las asociaciones civiles. Me parece que este uso de comunidad se refiere a la relaci¨®n y al trabajo conjunto que se establece en aras de lograr metas comunes. Dentro de las pol¨ªticas p¨²blicas es posible hallar tambi¨¦n proyectos gubernamentales para desarrollar cultura comunitaria y de alentar la participaci¨®n ciudadana. En este caso, entiendo que es crear lazos entre personas que puedan tener mecanismos de representaci¨®n y coordinaci¨®n para mejorar la vida en com¨²n al amparo de programas institucionales. Este uso de la palabra comunidad me remite a muchas preguntas sobre las semejanzas y diferencias entre la creaci¨®n de colectivos y la creaci¨®n de las comunidades. ?Cu¨¢l ser¨ªa la diferencia entre cultura colectiva y cultura comunitaria? ?Es el estado o el mercado el que puede alentar la creaci¨®n de comunidades?
Por otro lado, es posible hallar un uso de comunidad definida como un tipo de organizaci¨®n sociopol¨ªtica con estructuras de autogobierno, asamblea como m¨¢ximo ¨®rgano de decisi¨®n y relaci¨®n con un territorio definido que puede encargarse de funciones que, en otros contextos s¨®lo podr¨ªa hacer el estado, como impartir justicia y determinar el disfrute de bienes naturales como el agua adem¨¢s de otros roles ejecutivos para resolver la vida en com¨²n. A este tipo de funcionamiento sociopol¨ªtico, los antrop¨®logos y luchadores Floriberto D¨ªaz y Jaime Luna, mixe y zapoteco respectivamente, llamaron comunalidad. Cada vez que me adentro en el territorio de un pueblo ind¨ªgena hago preguntas que me permitan, de entrada, tener pistas sobre su funcionamiento. La primera pregunta se relaciona con el tipo de relaci¨®n que establecen con las figuras de gobierno del estado. El estado mexicano contempla la existencia de una entidad local como es el municipio, pero, as¨ª como colectivo no es sin¨®nimo de comunidad, el municipio tampoco lo es. En la mayor¨ªa de las entidades federativas, la poblaci¨®n ind¨ªgena que est¨¢ organizada como comunidad, con sus propios sistemas de representaci¨®n pol¨ªtica, se encuentra dentro de municipios cuyas cabeceras municipales y administraci¨®n est¨¢n bajo el control de poblaci¨®n mestiza que elige gobierno por medio de una elecci¨®n en la que contienden distintos partidos pol¨ªticos. En muchos casos, las cabeceras municipales mestizas ejercen relaciones opresivas y racistas con las comunidades ind¨ªgenas encapsuladas dentro de su territorio. El caso del estado de Oaxaca es particular, en muchos casos aunque no siempre, la figura del municipio est¨¢ bajo el control de poblaci¨®n ind¨ªgena y en muchos de estos casos, el municipio funciona bajo el mandato de la comunidad: el ¨®rgano m¨¢ximo de decisi¨®n es una asamblea, la elecci¨®n de autoridades municipales que a su vez son comunitarias se hace sin la participaci¨®n de partidos pol¨ªticos y el cabildo funciona distinto al resto de los municipios del pa¨ªs pues imprime en esta figura una tradici¨®n que la precede como el hecho de que, en muchas comunidades, las funciones en el cabildo no tienen asignado ning¨²n salario. En estos casos, la comunidad precede al municipio. Esta realidad, por supuesto, no est¨¢ exenta de conflictos cuando bajo una misma figura municipal se agrupan m¨¢s de una comunidad ind¨ªgena en la que cada una tiene su propia asamblea y hay que sentar los t¨¦rminos de su participaci¨®n en las din¨¢micas municipales. Una vez que mi primera pregunta me ha dado pistas de la relaci¨®n entre comunidad y municipio, pregunto entonces sobre la tenencia de la tierra. Cuando la tenencia es social, comunal o ejidal, se genera ah¨ª una comunidad agraria con sus ¨®rganos de representaci¨®n que genera una comunidad que puede estar empalmada o no con una comunidad sociopol¨ªtica. Una comunidad sociopol¨ªtica que precede al estado puede tomar la figura de la comunidad agraria para poder organizar su vida en com¨²n. En algunos casos lo que llamo aqu¨ª comunidad sociopol¨ªtica puede empalmarse con una comunidad agraria a tal punto que se vuelva casi indistinguible como sucede en mi comunidad. En otros casos, la figura de la comunidad agraria arropa pr¨¢cticas comunitarias que pueden resistir a la figura de los municipios controlados por mestizos. La tercera pregunta que hago se relaciona con las pr¨¢cticas identitarias, la diferencia en la vestimenta tradicional y lo que el ling¨¹ista Leopoldo Vali?as ha planteado como comunalecto, la variante de lengua que es propia de cada comunidad.
Las respuestas a estas preguntas me permiten tener las primeras pistas para comenzar a leer la situaci¨®n de los pueblos ind¨ªgenas que voy conociendo. Las respuestas son muy distintas entre s¨ª, no todos los pueblos ind¨ªgenas se organizan bajo la figura de la comunidad ni en la actualidad ni hist¨®ricamente, no todas las organizaciones comunitarias se encuentran en pueblos ind¨ªgenas. Las respuestas en las grandes ciudades son m¨¢s sencillas, las estructuras de gobierno se eligen siempre por medio del voto en urnas con la participaci¨®n de partidos pol¨ªticos hasta el nivel municipal, la propiedad de la tierra es privada y la ¨²nica lengua que se habla es el espa?ol. ?C¨®mo podemos, en estos contextos, recrear comunidad?
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