La Suprema Corte nos hizo justicia: ?En M¨¦xico es inconstitucional criminalizar el aborto!
Solo en cuatro de las 32 entidades federativas podemos interrumpir el embarazo, y una vez que el legislativo de Coahuila modifique el C¨®digo Penal ya ser¨¢n cinco. Pero la lucha sigue
Escasos tres minutos dur¨® la votaci¨®n por la cual, luego de dos d¨ªas de an¨¢lisis, la Suprema Corte de Justicia de la Naci¨®n (SCJN) tom¨® la decisi¨®n de declarar la inconstitucionalidad del art¨ªculo 196 del C¨®digo Penal de Coahuila, que establece pena de prisi¨®n ¡°a la mujer que voluntariamente practique su aborto o a la persona que la hiciera abortar¡±. Esos tres minutos condensaron una exigencia generacional de feministas, que demandamos que se garantice nuestro derecho y el de las personas gestantes a decidir sobre nuestro cuerpo y nuestra sexualidad. La sentencia de las y los ministros, adoptada por unanimidad de diez votos, es trascendente por varios aspectos.
Primero, obliga a todos y todas las juezas del pa¨ªs a aplicar el control difuso de constitucionalidad en materia de libertad sexual y reproductiva, es decir, est¨¢n obligadas a no criminalizar a las mujeres y personas gestantes que hayan decidido abortar. Segundo, el alcance de la sentencia se extiende a una porci¨®n del art¨ªculo 198 del C¨®digo Penal de Coahuila, de tal forma que ahora garantiza que las personas sean asistidas por personal sanitario en un aborto voluntario. M¨¢s a¨²n, extiende la inconstitucionalidad a ¡°porciones¡± del art¨ªculo 199 ¡°que criminalizaban el aborto y limitaban a 12 semanas la posibilidad de abortar en caso de violaci¨®n, inseminaci¨®n o implantaci¨®n artificial¡±.
Garantizar el acceso a servicios de aborto legales y seguros, as¨ª como atenci¨®n posterior para todas las mujeres y personas gestantes sin discriminaci¨®n, es fundamental para garantizar nuestros derechos, entre ellos el derecho al ejercicio de nuestra libertad sexual, a la salud, a la vida, a la integridad f¨ªsica y mental, a decidir si deseamos tener hijos y cu¨¢ndo, lo cual incluye el n¨²mero de hijos y el espaciamiento entre sus nacimientos.
Es de destacar que las discusiones de los y las magistradas estuvieron permeadas por la perspectiva de g¨¦nero y el enfoque de derechos humanos, como lo demuestra el hecho de que hayan utilizado el t¨¦rmino ¡°personas gestantes¡±. Es decir, la sentencia se hizo desde una perspectiva amplia y garantista, que incluye los derechos humanos de diversas identidades de g¨¦nero, como las personas trans que tienen capacidad de gestar. Hablamos tambi¨¦n de una sentencia que enfatiza est¨¢ndares de salud sexual y reproductiva y que, por la forma en que se llev¨® a cabo el an¨¢lisis, apunta a desterrar tambi¨¦n la criminalizaci¨®n y el estigma que pesa sobre las personas que ejercemos libremente nuestra sexualidad y podemos interrumpir nuestros embarazos.
La decisi¨®n de la SCJN es un parteaguas en la lucha que hemos librado las mujeres por hacer valer nuestros derechos sexuales y reproductivos en M¨¦xico y esperamos que tenga un impacto importante, principalmente en las personas que enfrentan situaciones espec¨ªficas de desigualdad que han obstaculizado su acceso a un aborto libre y seguro. Pero la lucha sigue.
No olvidemos que solo en cuatro de las 32 entidades federativas (Ciudad de M¨¦xico, Oaxaca, Hidalgo y Veracruz) podemos interrumpir el embarazo o podemos practicarnos un aborto hasta las 12 semanas de gestaci¨®n. Una vez que el legislativo de Coahuila modifique el C¨®digo Penal para adecuarlo a la sentencia de la SCJN ya ser¨¢n cinco. En el resto de las entidades federativas el derecho al aborto est¨¢ restringido a causales espec¨ªficas. En este sentido, debemos estar atentas a que la sentencia dictada por la SCJN se aplique en toda su amplitud, de tal forma que el reconocimiento del derecho al aborto se extienda en todo el territorio federal.
?Por fin la Suprema Corte nos hace justicia! Este pr¨®ximo 28S ser¨¢ un d¨ªa de celebraci¨®n, inundaremos de nuevo las calles de la Ciudad de M¨¦xico de verde al ritmo de la consigna: ?Ni del Estado, ni de la iglesia, ni del marido, ni del patr¨®n; mi cuerpo es m¨ªo y solo m¨ªo y solo m¨ªa la decisi¨®n!
*Edith Olivares Ferreto es directora ejecutiva de Amnist¨ªa Internacional M¨¦xico.
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