Los ultrarricos r¨ªen m¨¢s fuerte que L¨®pez Obrador

En M¨¦xico, las cosas son m¨¢s caras de lo que deber¨ªan ser. Y no por poco. En mi m¨¢s reciente libro, No es normal, documento c¨®mo la fruta, el pan y los l¨¢cteos tienen sobreprecios de al menos el 91%, las verduras del 29%, las tortillas del 26% y la transportaci¨®n a¨¦rea del 23%. Hay sobreprecios en casi toda la canasta b¨¢sica. Los sobreprecios aumentan la pobreza porque reducen la capacidad de consumo.

Lo peor es que esto no es nuevo. Los tremendos sobreprecios de la canasta b¨¢sica mexicana ya hab¨ªan sido identificados en 2014 por Andr¨¦s Aradillas, profesor investigador de la Universidad Estatal de Pensilvania, y desde 2006 por Carlos Urz¨²a, quien fuera secretario de Hacienda.

Una de las principales razones por las que la econom¨ªa mexicana est¨¢ plagada de sobreprecios es porque, a lo largo de toda la cadena productiva, existen empresas gigantes con cotos de poder, monopolios o poder de mercado que impiden la competencia. Sin competencia las empresas ultrarricas se aprovechan de proveedores y clientes en todo M¨¦xico, reduciendo el poder de consumo de todos y aumentando la pobreza.

Sin embargo, L¨®pez Obrador no parece interesado en erradicar el poder de mercado de las empresas gigantes. En este ensayo muestro por qu¨¦ y hago un llamado a cambiar el rumbo a fin de implementar las ambiciosas reformas de competencia que necesitamos para desmantelar los sobreprecios y abusos que existen en los mercados mexicanos.

Lo que entiende L¨®pez Obrador

Desde su campa?a L¨®pez Obrador sab¨ªa que el poder de mercado exist¨ªa con demasiada frecuencia en M¨¦xico y que deb¨ªa ser eliminado para dar pie a un modelo econ¨®mico m¨¢s justo. De hecho, ¨¦l fue el ¨²nico candidato a la presidencia de M¨¦xico en 2018 que en su plataforma mencionaba la palabra ¡°competencia¡±. La mencionaba como parte de un plan para reducir las comisiones bancarias abusivas que existen en la banca mexicana.

Sin embargo, cuando tom¨® el poder, el tema se olvid¨®. O m¨¢s bien, se trat¨® de resolver de manera errada, sin cambiar la regulaci¨®n y sin el apoyo de la Comisi¨®n Federal de Competencia Econ¨®mica (Cofece). L¨®pez Obrador permiti¨® que los bancos siguieran existiendo con una regulaci¨®n que favorece la concentraci¨®n y, para reducir los costos de bancarizaci¨®n para los m¨¢s pobres, pretendi¨® abrir un banco p¨²blico, el Banco del Bienestar (BB).

Abrir un banco p¨²blico no es malo. De hecho, se ha comprobado que, en otros mercados, la provisi¨®n de bienes privados por medio del Gobierno ha reducido el costo de estos bienes. El problema es que, incluso si funcionara, el BB, solo ampliar¨¢ la oferta bancaria para el sector de menores recursos, pero no lo har¨¢ para las clases medias. No se resolver¨¢ el problema para todos.

M¨¢s a¨²n, la operaci¨®n del BB tiene severas limitaciones. Se cre¨® de un plumazo cambi¨¢ndole el nombre al Banco del Ahorro Nacional y Servicios Financieros (Bansefi) que operaba como una instituci¨®n financiera p¨²blica desde el a?o 2002.

De hecho, el BB no tuvo una sola sucursal operando, que no fuera de Bansefi, hasta septiembre del 2021 cuando se abrieron once nuevas. Adem¨¢s, si bien existen promesas de que pronto habr¨¢ miles m¨¢s, la realidad es que, por falta de dinero, solo ha construido los edificios pero no se les ha equipado para operar. De hecho, recientemente BB cancel¨® la compra y distribuci¨®n de 8.000 cajeros autom¨¢ticos por falta de recursos.

Lo que no entiende L¨®pez Obrador

Lo que L¨®pez Obrador no comprende es que la falta de competencia no solo existe en la banca que atiende a los m¨¢s pobres sino en cada uno de los mercados de la canasta b¨¢sica mexicana. De hecho, al menos el 50% de los productos de la canasta b¨¢sica mexicana tienen sobreprecios de al menos 25%.

Por eso, eliminar los cotos de poder que pululan en M¨¦xico requiere trabajar de la mano con la Cofece y con todos los reguladores p¨²blicos. Establecer una pol¨ªtica de Estado que revise cada uno de los tr¨¢mites que existen a nivel federal y local para abrir y operar empresas, y apoyar la generaci¨®n de empresas en mercados previamente identificados como poco competitivos.

Lamentablemente, L¨®pez Obrador no tiene inter¨¦s en ello por tres razones.

Primero, porque Cofece est¨¢ en contra de su reforma energ¨¦tica. La Comisi¨®n se ha posicionado en contra de ella recomendando al Congreso que no la apruebe porque desincentiva la inversi¨®n y prioriza a la Comisi¨®n Federal de Electricidad (CFE), en vez de la compra de energ¨ªa barata a privados.

Esta posici¨®n ideol¨®gica es imposible de cambiar por Morena ya que el proceso de selecci¨®n de consejeros est¨¢ completamente blindado ante los deseos del Ejecutivo y prioriza, por medio de sus requisitos de conocimiento, a un tipo de persona que muy probablemente reprobar¨ªa la reforma energ¨¦tica por principio.

Segundo, L¨®pez Obrador concibe a la Cofece como un organismo caro e inefectivo. Los consejeros se ampararon para poder tener sueldos m¨¢s altos que el presidente y, a pesar de ello, la realidad es que en muchos casos no han sido tan efectivos.

Por ejemplo, en casos paradigm¨¢ticos la Cofece ha implementado sanciones extremadamente peque?as ante colusiones de mercado escandalosas, ha afectado a los trabajadores sin darse cuenta por algunas de sus resoluciones y aun cuando sanciona a privados, ¨¦stos se amparan y llevan a juicio las multas. As¨ª, el 20% de los casos termina en amparo y en general, el 46% de las multas impuestas por la Cofece no se cobran por revisi¨®n judicial o nulidad.

Finalmente, el presidente no piensa que la competencia pueda tener un impacto real en el bienestar de las personas. De hecho, su Gobierno ha tomado decisiones que probablemente conducen a mayor concentraci¨®n. Tal es el caso de la adjudicaci¨®n directa a Banco Azteca de la gesti¨®n del pago de los principales programas sociales con un presupuesto de m¨¢s de 12.000 millones de d¨®lares. El tema es tan sensible que cuando la entonces comisionada presidenta de la Cofece, Alejandra Palacios, critic¨® la medida fue denunciada por los abogados de la compa?¨ªa.

As¨ª, L¨®pez Obrador ha dejado a la Cofece ac¨¦fala y operando a medio vapor, es decir, con solo cuatro de siete consejeros por el simple hecho de que el Ejecutivo se ha negado a seleccionarlos. L¨®pez Obrador ha dicho que no hay prisa por hacerlo y los senadores de Morena simplemente no han asistido a las sesiones donde se deber¨ªa aprobar el dictamen de elegibilidad de los comisionados. Al respecto, la Cofece ya interpuso una queja ante la Suprema Corte de Justicia, pero el caso sigue sin resolverse.

Las consecuencias

L¨®pez Obrador piensa que al afectar a la Cofece afecta los intereses de las ¨¦lites econ¨®micas y las hace sufrir. En realidad, las beneficia.

Sin consejeros, la Cofece no puede separar empresas que tengan dominancia de mercado y en caso de que faltara el titular de la autoridad investigadora, o quisiera remover al actual, no podr¨ªa hacerlo. Pero a¨²n, la Comisi¨®n no puede cambiar su regulaci¨®n interna, ni realizar investigaciones sobre barreras a la competencia.

Quienes m¨¢s ganan sin una Cofece funcional son los ultrarricos, los due?os de empresas con poder de mercado que le cobran sobreprecios a todos los mexicanos.

Y no ganan poco. Una de las formas de medir el poder de mercado es ver qu¨¦ tan altos son los m¨¢rgenes de ganancia (markup) de las empresas. Si ¨¦stos son demasiado altos, ello puede ser evidencia de que las empresas est¨¢n imponiendo sobreprecios por falta de competencia.

En M¨¦xico los markups son asombrosamente altos. Entre 1980 y 2015, los m¨¢rgenes de ganancia promedio de las empresas mexicanas que cotizan en bolsa han sido 26 puntos porcentuales superiores que los de empresas similares en el resto del mundo. Incluso para el est¨¢ndar latinoamericano, M¨¦xico tiene markups alt¨ªsimos. El margen promedio de los pa¨ªses latinoamericanos es de 50% y el de M¨¦xico de 55%.

La situaci¨®n es tan grave que se estima que, de eliminarse el poder de mercado que pulula en m¨²ltiples industrias, el mexicano promedio aumentar¨ªa en 8,4% su poder de consumo, debido a que m¨²ltiples bienes de la canasta b¨¢sica bajar¨ªan de precio. Esto significar¨ªa poder sacar de la pobreza a 3,8 millones de mexicanos, la mayor reducci¨®n en el n¨²mero de pobres que se ha tenido desde que existen datos comparables, es decir desde 2006.

Es imperante que el Gobierno mexicano comprenda que una pol¨ªtica de competencia puede ser muy efectiva como pol¨ªtica social. L¨®pez Obrador debe dejar de jugar a las vencidas con la Cofece y en vez de ello, otorgarle las herramientas necesarias para que mejore su actuar.

Ello requerir¨¢ cambios legales, pero sobre todo que la pol¨ªtica de competencia se convierta en una meta institucional en cada ¨¢rea del Gobierno.

La Cofece no puede sola. Su agenda debe ser abrazada por cada una de las instituciones de Gobierno con la finalidad de reducir el costo de la canasta b¨¢sica y empoderar al trabajador para que pueda ofrecer sus servicios en un mercado competitivo.

La competencia por s¨ª sola no crear¨¢ desarrollo social, pero sin ella ser¨¢ muy dif¨ªcil alcanzarlo.

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