La 4T y el extractivismo discursivo. Konka¡¯ak
La potencia expresiva de los discursos que emanan de los movimientos sociales puede ser tan grande que desde el poder siempre se ha tratado de neutralizarlos
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?Puedes utilizar la palabra ¡°solidaridad¡± sin pensar en Carlos Salinas de Gortari? Los discursos son fundamentales para los movimientos pol¨ªticos. Las palabras, las frases, los tejidos discursivos se vuelven tan protag¨®nicos en las campa?as que hace falta escarbar en ellos para develar las verdaderas intenciones de los pol¨ªticos que las pronuncian. Las diferentes opciones pol¨ªticas que pugnan por el poder del Estado se diferencian tambi¨¦n en cuanto al universo l¨¦xico y discursivo que crean y comparten con sus seguidores. La elecci¨®n de las frases de campa?a y la elaboraci¨®n de un entramado sem¨¢ntico suele ser una de las tareas fundamentales durante el periodo que precede a las elecciones y tambi¨¦n durante un gobierno. En este proceso, muchas palabras han sido ¡°capturadas¡± por la narrativa oficial y despu¨¦s resulta dif¨ªcil utilizarlas despojadas de las connotaciones que han adquirido en boca de los pol¨ªticos.
Esto me sucede a menudo con la palabra ¡°solidaridad¡± que fue utilizada para nombrar una serie de programas gubernamentales creados en 1998 durante el sexenio de Carlos Salinas de Gortari. ?C¨®mo volver a utilizar esta palabra en nuestros procesos autogestivos sin hacer referencia a sus connotaciones oficialistas? ?C¨®mo desprenderle el tufo salinista que desprende la palabra ¡°solidaridad¡± y que la hace poco popular ahora entre los movimientos sociales? Supongo que el paso del tiempo nos devolver¨¢ esta palabra ya libre de sus referencias oficialistas. La frase ¡°Por el bien de todos, primero los pobres¡± que el actual presidente de M¨¦xico, Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, enarbol¨® desde su campa?a en 2006 ha sido fundamental para resumir, al menos como intenci¨®n, sus posturas ideol¨®gicas sobre la pol¨ªtica social. Esa frase se encuentra ligada a ¨¦l en el sistema discursivo de la pol¨ªtica mexicana.
De lado de los movimientos sociales, la confecci¨®n de discursos, frases y palabras se constituyen tambi¨¦n en una especie de soundtrack ling¨¹¨ªstico que acompa?a y da contenido sem¨¢ntico a cada una de las luchas. Hay frases y consignas muy antiguas que pasan de una generaci¨®n a otra, incluso cuando son lejanas al contexto que las cre¨®, se siguen utilizando por la fuerza expresiva con la que articulan ciertas ideas o anhelos. La frase ¡°Lucha, lucha, lucha, no dejes de luchar, por un Gobierno obrero, campesino y popular¡± se escuchaba desde principios del siglo XX en las movilizaciones obreras, despu¨¦s L¨®pez Obrador ha contado que en las manifestaciones de su juventud tambi¨¦n gritaban esta consigna y en la actualidad en las manifestaciones sociales y en las marchas, en donde aprend¨ª esta frase, sigue en plena vigencia aunque quienes la enuncien est¨¦n lejos del contexto que las cre¨®.
La potencia expresiva de los discursos, las frases y las palabras que emanan de los movimientos sociales y de resistencia pueden ser tan grande y tener tal capacidad de convocatoria que desde el poder siempre se ha tratado de neutralizarlas utilizando distintos mecanismos: una implica construir un universo discursivo contrario para hacer contrapeso y la otra implica ¡°capturar¡± la palabra para intentar diluirla en el uso desde el poder.
Esta segunda opci¨®n es la que Enrique Pe?a Nieto intent¨® ejecutar cuando, ante nuestros o¨ªdos indignados, pronunci¨® la frase ¡°Todos somos Ayotzinapa¡± que hab¨ªa surgido de las protestas por la desaparici¨®n de 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural Ra¨²l Isidro Burgos. Pe?a Nieto intent¨® transformar el grito de ¡°Todos somos Ayotzinapa¡±, que surgi¨® dentro de una contundente protesta contra su Gobierno, en ¡°un llamado a seguir transformando a M¨¦xico¡±, dijo adem¨¢s que ¡°el grito de ¡®Todos somos Ayotzinapa¡¯ es ejemplo de que somos una naci¨®n que se une y se solidariza, en momentos de dificultad¡±. Esta explicaci¨®n muestra su intento por darle a la frase que surgi¨® de las protestas contra su persona un sentido distinto en el que ¨¦l mismo estaba incluido; se trat¨® pues de un intento de desligar las palabras del contexto en el que nacieron. La indignaci¨®n no se hizo esperar y en la disputa por la frase, miles de voces le aclararon que no, que Pe?a Nieto no era Ayotzinapa, que ese ¡°todos somos¡± lo exclu¨ªa, que c¨®mo se atrev¨ªa a enunciar esa frase.
Este mecanismo, que podr¨ªamos llamar, extractivismo discursivo desde el poder, tambi¨¦n se ha hallado muy presente dentro del Gobierno de la Cuarta Transformaci¨®n que ha tomado frases del movimiento social en resistencia para su uso en contextos oficiales. La frase ¡°mandar obedeciendo¡± ha sido utilizada en diversos momentos por el Ej¨¦rcito Zapatista de Liberaci¨®n Nacional como una declaraci¨®n de principios sobre todo en cuanto a la creaci¨®n de las Juntas de Buen Gobierno en sus estructuras organizativas llamadas Caracoles. Desde febrero de 1994, se deline¨® por medio de esta frase unos principios de filosof¨ªa pol¨ªtica: ¡°As¨ª naci¨® nuestra fuerza en la monta?a, el que manda obedece si es verdadero, el que obedece manda por el coraz¨®n com¨²n de los hombres y mujeres verdaderos¡±.
El ingenioso ox¨ªmoron ¡°mandar obedeciendo¡± evidencia una ¨¦tica de Gobierno que tambi¨¦n se ha hecho eco en los movimientos cercanos al neozapatismo que, como sabemos, no es en absoluto santo de devoci¨®n de la actual izquierda en el poder. Mientras que la Cuarta Transformaci¨®n, en franca hostilidad, acusa al EZLN de hacerle el juego a la derecha, de ser una iniciativa del expresidente Salinas de Gortari o de oponerse al progreso por estar en desacuerdo con la construcci¨®n del Tren Maya, no tiene mayor empacho en utilizar la frase zapatista ¡°Mandar obedeciendo¡± en muchos contextos e incluso en actos de campa?a. El propio L¨®pez Obrador la ha utilizado en m¨²ltiples ocasiones, desde el informe de sus primeros 100 d¨ªas de Gobierno hasta hace unos d¨ªas cuando recomend¨® a los gobernadores de la llamada Alianza Federalista que apliquen el ¡°mandar obedeciendo¡±.
Otro caso interesante de extractivismo discursivo sucedi¨® el pasado 8 de marzo durante las manifestaciones por el D¨ªa Internacional de la Mujer cuando mujeres polic¨ªas se unieron a la marcha al grito de ¡°Polic¨ªa presente, se une al contingente¡±. Este acto fue muy celebrado por feministas afines a la Cuarta Tranformaci¨®n; sin embargo, por las entrevistas que se hicieron despu¨¦s a los mandos de las corporaci¨®n policiaca, nos dimos cuenta que no se trataba de una manifestaci¨®n espont¨¢nea de las mujeres polic¨ªas, m¨¢s bien, fue una acci¨®n planificada por la cadena de mando que se apropi¨® de una frase propia de las protestas y manifestaciones sociales a las cu¨¢les la polic¨ªa ha reprimido hist¨®ricamente.
Hace unas semanas, en el perfil de redes sociales de una conocida diputada del partido Morena, le¨ª una frase que acompa?aba una de sus im¨¢genes: ¡°Hasta que la dignidad se haga costumbre¡± se le¨ªa en pie de foto. Esta hist¨®rica frase fue acu?ada y enunciada por primera vez por Estela Hern¨¢ndez, una mujer ind¨ªgena h?¨¢h?¨², durante el acto mediante el cual el Gobierno de M¨¦xico, en 2017, pidi¨® una disculpa oficial a tres mujeres h?¨¢h?¨², Jacinta, Teresa y Alberta, por encarcelarlas, atormentarlas y acusarlas de haber secuestrado a tres agentes de la entonces Procuradur¨ªa General de la Rep¨²blica, un secuestro que nunca cometieron.
Esta frase, ¡°Hasta que la dignidad se haga costumbre¡± ha sido apropiada por una buena parte del movimiento ind¨ªgena y otros movimientos sociales, as¨ª que con sorpresa le¨ª su uso como parte de actividades de promoci¨®n de una diputada federal y con indignaci¨®n la he escuchado en otros actos y discursos de campa?a. No se me mal entienda, no creo en prohibir el uso de estas frases que se han vuelto de propiedad colectiva, pero creo que es importante transparentar el proceso mediante el cual, desde el poder del Estado, se sigue oprimiendo a movimientos en resistencia mientras que al mismo tiempo se apoderan de frases, palabras y discursos surgidos en esos movimientos.
En el mismo discurso en el que Estela Hern¨¢ndez utiliz¨® la frase ¡°Hasta que la dignidad se haga costumbre¡±, tambi¨¦n us¨® otra que caus¨® mucha indignaci¨®n en ciertos sectores que no se hab¨ªan indignado igual con la violaci¨®n a los derechos humanos que hab¨ªan sufrido las mujeres h?¨¢h?¨²: ¡°Hoy nos chingamos al Estado¡±, dijo Estela tambi¨¦n. Al parecer no hay visos de que esa tambi¨¦n poderosa frase est¨¦ en v¨ªas de ser apropiada por el oficialismo de la Cuarta Transformaci¨®n. ?Por qu¨¦ ser¨¢?
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