?Poco hombre!

¡°?Poco hombre! ?Poco hombre!¡± Las cornamentas de los venados resonaron fuerte en el Congreso de la Ciudad de M¨¦xico, donde dos de ellos se enfrentaron este jueves por una tonter¨ªa que, despu¨¦s de los insultos y la tremenda patada, ya no viene al caso. Jes¨²s Sesma, de los Verdes, y Jorge Gavi?o, del PRD. Qu¨¦ espect¨¢culo cavernario. ¡°Poco hombre¡±, le dijo el primero al segundo repetidas veces.

?Qu¨¦ querr¨¢ decir eso? El diccionario no lo aclara. ?Ser¨¢ un hombre peque?o, bajito, joven? Poco hombre. ?Cu¨¢ndo se es mucho hombre, hombre completo, hombre con may¨²sculas, hombre ¨²nicamente?

Jes¨²s Sesma, el que dio la patada, se grab¨® despu¨¦s ante un ¨¢rbol de Navidad con todo y sus bolas y dio una lecci¨®n magistral a M¨¦xico y el mundo entero. Poco hombre significa, seg¨²n vino a decir el diputado, el que no tiene palabra. Porque, escuchen bien y aprendan, ¡°hay tres cosas sagradas en todo ser humano, primero la palabra, que siempre debe cumplir¡±. La palabra dada, la del honor. Esa era una atribuci¨®n que siempre tuvieron los hombres, por los siglos de los siglos. De nada val¨ªa la de una mujer, ni ante un tribunal, ni ante el mismo rey Salom¨®n que amenazaba con filetear a un ni?o que reclamaban dos supuestas madres. A la que se desdijo de la palabra para salvar al beb¨¦ la recompensaron con la entrega del ni?o. A la que opt¨® por mantener su palabra aun a costa de la vida del ni?o, la castigaron sin ¨¦l. ?Parece justo, sabio? Pues no. Ya lo explic¨® la enorme fil¨®sofa feminista Celia Amor¨®s. Se sentaban as¨ª las bases te¨®ricas con las que se aleccionaba al pueblo: la mujer no tiene palabra, no debe tenerla. Solo el hombre y su palabra ser¨¢ ¡°sagrada¡±, como dice Sesma.

La explicaci¨®n de la fil¨®sofa es m¨¢s comprensible si se pone en la misma encrucijada a un hombre. Amor¨®s cita estos dos ejemplos hist¨®ricos: Guzm¨¢n el Bueno, en la llamada reconquista espa?ola, antes de ceder ante sus enemigos de guerra, permite que sacrifiquen a su hijo tomado como reh¨¦n. O el general franquista Jos¨¦ Moscard¨® en la contienda civil espa?ola, que se neg¨® a rendir el Alc¨¢zar de Toledo, donde se hab¨ªa atrincherado, a sabiendas de que matar¨ªan a su hijo por ello. Pues hale, no se hable m¨¢s, ya tenemos dos h¨¦roes para la historia. Se puede a?adir otro, de vuelta a la Biblia: el enorme sacrificio de Abraham, a punto de acuchillar a su hijo para demostrarle a Dios que ¨¦l no era un poco hombre, que ten¨ªa palabra. Otro h¨¦roe para los anales. Sigan y sumen cuantos quieran.

Pero hete aqu¨ª que Gavi?o incumpli¨® el primer mandamiento de la varon¨ªa. As¨ª que no solo es un poco hombre, sino ¡°un puto, un maric¨®n, un machito¡± y no s¨¦ cu¨¢ntas cosas m¨¢s le dijo Sesma en aquellos pasillos de la soberan¨ªa popular. De haber sido una mujer la que fall¨® en la palabra dada, seguro que Sesma habr¨ªa pensado con desprecio: ¡®qu¨¦ se puede esperar¡¯. Y puede que no la hubiera emprendido a patadas con ella. Puede. (Por cierto, las otras dos cosas que debe tener todo ser humano, seg¨²n el catecismo de Sesma son, de nuevo, tonter¨ªas que no vienen al caso).

Todos los adjetivos que us¨® el diputado de los Verdes est¨¢n recogidos inequ¨ªvocamente en el cat¨¢logo de insultos machistas, patriarcales, testoster¨®nicos, por tanto, repugnantes. Esa es la cosa y no otra: dos machos pele¨¢ndose porque uno le apoy¨® el d¨ªa anterior en el Congreso con su voto y el otro no correspondi¨® al d¨ªa siguiente con lo prometido.

Da miedo pensar en c¨®mo se comportar¨¢ en su d¨ªa a d¨ªa Sesma, que se dice en su perfil de Twitter ¡°orgulloso padre de familia. Amante de la vida y del medio ambiente¡±. Porque toda la vergonzosa bronca ten¨ªa como tel¨®n de fondo una ley de bienestar animal, para m¨¢s chiste.

De todos es sabido que el machismo es tan enemigo de las mujeres como de los animales. De siempre, y a¨²n hoy, los mis¨®ginos han usado el maltrato animal y hasta la muerte de los animalitos para causar sufrimiento a la mujer. C¨®mo no, si hasta matan a sus hijos con el mismo objetivo.

No es compatible, pues, el machismo con la defensa de nada. Ni de los animales ni de las plantas. Porque eso es una enfermedad que hay que curarse antes de plantarse a dar lecciones y patadas en un Congreso.

Que s¨ª, que s¨ª, que luego se disculparon, que ya.

Gavi?o: ¡°Pido disculpas por los insultos, pero la defensa de los animales es una causa con la que estoy comprometido y no permitir¨¦ intimidaciones de nadie¡±. Pues nada, al pante¨®n de los h¨¦roes.

Sesma: ¡°Le respond¨ª con una patada y ese es el hecho por el cual me arrepiento mucho¡±, pero ¡°el que no se enoja acepta lo inaceptable y tolera lo intolerable¡±. Mejor la patada, entonces. Qu¨¦ mucho hombre.

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