M¨¢s all¨¢ de Padilla: el futuro de la UdeG y la FIL
M¨¢s all¨¢ del an¨¢lisis que se haga sobre los claroscuros de su figura, es necesario pensar en lo que vamos a hacer con las instituciones educativas y culturales que leg¨®
La muerte de Ra¨²l Padilla L¨®pez significa el final de un largo y muy complejo periodo en la vida cultural y pol¨ªtica de Jalisco, y a¨²n de M¨¦xico entero. El ex rector de la Universidad de Guadalajara, jefe del grupo pol¨ªtico articulado en torno a la instituci¨®n desde los a?os ochenta del siglo pasado, fue un hombre de contrastes profundos (como ya cont¨® Salvador Camarena en este mismo diario), pero que dej¨® un legado p¨²blico en el que se destacan ciertos puntos valiosos cuyo futuro urge considerar.
El modelo de Universidad aut¨®noma y extendida a todo Jalisco, en vez de sometida al gobierno y centralizada en la capital (que es imperfecto y est¨¢ a¨²n en construcci¨®n, pero es muy superior al que le precedi¨®) y la creaci¨®n y administraci¨®n de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (que es, fuera de toda duda, la m¨¢s importante de su tipo en nuestro idioma y una de las mayores del mundo y tambi¨¦n, sosteniblemente, el proyecto de difusi¨®n cultural m¨¢s longevo y transcendental de este pa¨ªs) fueron logros de Padilla, que no solo preconiz¨® y llev¨® a la realidad, sino que defendi¨® a costa de lo que fuera. M¨¢s all¨¢ del an¨¢lisis que se haga sobre los claroscuros de su figura y la impresi¨®n personal que haya dejado en cada cual, es necesario pensar en lo que, como pa¨ªs, vamos a hacer con las instituciones educativas y culturales que leg¨® y que, d¨ªa por d¨ªa y a?o por a?o, benefician a cientos de miles (por no decir millones) de personas.
Los forcejeos por venir en el interior de la UdeG son previsibles. Tambi¨¦n, y mucho m¨¢s acaso, son predecibles los intentos que sobrevendr¨¢n desde el exterior para llenar el vac¨ªo de poder o, incluso, para menguar o destruir ese legado. Detractores de la autonom¨ªa de la UdeG, de la FIL y del resto de los proyectos que Padilla articul¨® sobran. Est¨¢n en el Gobierno federal y estatal, en la pol¨ªtica y la cultura, en los medios y quiz¨¢ (un poco escondidos, eso s¨ª) hasta en las oficinas de la Universidad.
El odio pol¨ªtico que despert¨® y despierta a¨²n el poder construido por Padilla (bien argumentado en algunos casos, pero inercial e injustificado en otros, en especial en el de aquellos que no hicieron nada perdurable por la educaci¨®n y la cultura en su ¡°turno al bat¡±) es muy capaz de cegar. Existe gente razonable que, de pronto, por simple odio, es capaz de jurar que a la FIL (que cada a?o presenta a cientos y cientos de autores de decenas de geograf¨ªas, culturas e idiomas) ¡°solo vienen los cuatro gatos de siempre¡±. Gente que desear¨ªa que en vez de FIL no hubiera nada o, apenas una explanada rellena con libros de saldo, espacio para el trueque de sorgo por fanzines y algunas charlas partidistas al sol. O que ser¨ªa preferible que la red universitaria de la UdeG fuera desmantelada y se impusieran en su lugar escuelitas t¨¦cnicas moleras a cargo del gobierno (esto, de hecho, se intent¨® en Jalisco en tiempos del panismo). Sobra, en fin, quien querr¨ªa llevarse entre las patas el trabajo de miles de personas y el beneficio de millones, con tal de ver si consigue borrar el nombre de quien encabez¨® los proyectos.
Es imposible saber, a estas alturas, qu¨¦ suceder¨¢ con el futuro de la Universidad y la FIL. Es decir, si los herederos pol¨ªticos de Padilla podr¨¢n mantener su legado o ser¨¢n desplazados por nuevos intereses y hegemon¨ªas. Esto, en cierto sentido, es lo de menos. Lo crucial es saber si, como pa¨ªs, vamos a aceptar que en nombre de la venganza nos quiten logros y espacios colectivos y p¨²blicos que trascendieron, desde hace mucho, las contradicciones y las luces y oscuridades de quien los impuls¨®. Ra¨²l Padilla se fue, pero una UdeG y una FIL saneadas y fuertes seguir¨¢n siendo indispensables.
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