La meretriz de Lavapi¨¦s
Sucede que en Chatbot-AI se inventaron una rese?a de mi novela que nada tiene que ver con la verdad
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La primera novela que escrib¨ª hace poco m¨¢s de dos d¨¦cadas se llama La Emperatriz de Lavapi¨¦s, goza de recurrentes ediciones y un reciente relanzamiento en M¨¦xico donde ¨Cinexplicablemente¡ªhab¨ªa desaparecido de librer¨ªas en a?os recientes; por el contrario, en Espa?a lleva ya unos a?os circulando en edici¨®n conmemorativa de su condici¨®n como Finalista del Primer Premio Internacional de Novela Alfaguara, honrosamente a la sombra de las obras ganadoras de Sergio Ram¨ªrez y Eliseo Alberto. Esta edici¨®n lleva un Ep¨ªlogo titulado ¡°Una alfombra de claveles¡± que narra la aventura, gozos y sincronicidades que acompa?an a una historia quiz¨¢ cursi o simplona que no deja de ser entra?able, as¨ª pasen los a?os.
Esa novela que se resume en el viaje trasatl¨¢ntico ¡ªde regreso a Madrid¡ªde un hombre de 70 a?os nacido en Madrid, con una larga vida como mexicano transterrado por la Guerra Incivil Espa?ola en 1939, ahora en busca de la mujer de su vida: Carmen, mexicana espa?olizada por amor al arte que hab¨ªa desaparecido inexplicablemente de su vida juntos en M¨¦xico. Don Pedro Torres Hinojosa recorre Madrid con epicentro en el barrio de Lavapi¨¦s en busca de esa Carmen que ¨¦l supone se ha convertido en Emperatriz versificada para siempre en un chotis de Agust¨ªn Lara¡ durante su periplo, D. Pedro se acompa?a de fantasmas de la gran literatura, adl¨¢teres de un Madrid que ya no existe y una memorable enso?aci¨®n de escenarios castizos (o no) que enmarcan eso que llaman la loca ilusi¨®n del Amor con may¨²scula.
Mi hermano Nacho conoce la trama, enredo, desenlace y g¨¦nesis de La Emperatriz de Lavapi¨¦s desde sus primeras tintas, pero en una reciente consulta que hizo a la mentada Inteligencia Artificial me ha confiado la descabellada versi¨®n de mi propia novela seg¨²n la intangible e invisible maquinaria oprobiosa y cibern¨¦tica que ahora nos amenaza el alma. Sucede que en Chatbot-AI se inventaron una rese?a de mi novela que nada tiene que ver con la verdad. Seg¨²n el ente amenazante, ¡°la novela La emperatriz de Lavapi¨¦s de Jorge F. Hern¨¢ndez cuenta la historia de Herminia, una mujer que vive en el barrio de Lavapi¨¦s en Madrid. Herminia es una prostituta que, a pesar de las dificultades que enfrenta en su vida cotidiana, siempre mantiene una actitud positiva y lucha por lo que cree que es justo¡±. ?Vaya desliz y atrevimiento! Ahora resulta que Carmen es meretriz y no musa o ilusi¨®n inmarcesible. Me intriga si la maquinaria interna de eso que abrevian como A.I. no sea m¨¢s que una mariguanada de fentanilo electr¨®nico donde los cables se han enloquecido a placer.
En otro p¨¢rrafo o perla infortunada, el pinche Chatbot-AI afirma que ¡°la novela se centra en la vida de Herminia y su relaci¨®n con los personajes que la rodean, como su amigo Rafa, un exfutbolista y el ¡°Fantasma¡±, un ladr¨®n que se ha enamorado de ella. A trav¨¦s de su historia ¡ªprosigue la pinche p¨¢gina mentirosa¡ª la novela tambi¨¦n explora temas m¨¢s amplios como el amor, la amistad, el poder, la pobreza y la corrupci¨®n de la sociedad espa?ola¡±. ?Nom¨¢s eso me faltaba! Encima de que la pinche m¨¢quina no ley¨® mi novela, ahora la resume como un teatro del absurdo entretejido con estulticia y estupidez en transpiraci¨®n de baba loca.
La falsa rese?a concluye que mi novela ¡°est¨¢ escrita en un lenguaje cercano y directo, que refleja la identidad y el lenguaje que se habla en Lavapi¨¦s y se presenta un retrato v¨ªvido y aut¨¦ntico de los diferentes personajes y situaciones que aparecen en la trama. En general, La emperatriz de Lavapi¨¦s es una novela emotiva y realista que ofrece una visi¨®n profunda y compasiva de la vida de los marginados en las grandes ciudades¡±¡???carcajada y aplausos!!!
Eso que llaman ¡°lenguaje que se habla en Lavapi¨¦s¡±, ?ser¨¢ acaso el nuevo dialecto de memes y SMSes o bien, sem¨¢ntica de la Arabia Inaudita de los locutorios clandestinos ubicados en ese barrio querido? Aunque quiz¨¢ parezca buenaondita y progre imaginar que el enamorado de la Meretriz de Lavapi¨¦s sea un okupa grafitero o un rastafari podemita, nada m¨¢s alejado de la vera trama y reales personajes ya inventados previamente en tinta que constan en papel y no en el incierto e ilocalizable et¨¦reo de d¨®nde no pocos asnos y ociosos creen obtener la vera informaci¨®n para sus tareas o grados acad¨¦micos.
Lo lamento por los alumnos que evitan leer y recurren a la maquinaria absolutamente dudosa de la supuesta Inteligencia y Artificial (nunca mejor dicho). Depender de ese artilugio orilla a lo poco que nos queda de intelecto a una pereza ignorante que podr¨ªa llegar a creer que Moby Dick es una enfermedad ven¨¦rea o que la Mona Lisa es una chimpanc¨¦ atropellada en carretera y, ya que se expande la fiabilidad encubierta de miles de alumnos inmunes a los pasos m¨ªnimos de la investigaci¨®n, el cultivo de la duda y el ejercicio de preguntas, hemos de presenciar el crecido imperio de m¨¢s y m¨¢s FakeNews, filfas imperdonables y gazapos digeridos como verdades inapelables.
Si se le pide al chat GPS u otro motor de la mal-llamada Inteligencia Artificial la redacci¨®n en verso libre de una versi¨®n abreviada de La meretriz de Lavapi¨¦s es muy probable que la pantalla del tel¨¦fono, tableta u ordenador se ilumine instant¨¢neamente con una cascada en r¨¢faga de palabras hiladas y verbos calculados por algoritmo que confeccionar¨¢n en segundos una nueva novela, aunque basura, que muy probablemente genere sus propias rese?as favorables, sus et¨¦reos elogios e incluso la reconfortante condici¨®n de no ser finalista de nada o nadie. Incluso, supongo que el destino de la en¨¦sima novela o nivola moldeada por la chispa electr¨®nica de la I.A. tendr¨¢ miles de lectores inexistentes y no pocas regal¨ªas en criptomonedas intransferibles¡ todo lo contrario a la verdadera magia de toda novela de veras: agua salada de lluvia o l¨¢grima, la mirada callada y una yema de dedo que pasa p¨¢gina o subraya un aforismo; rostro de tinta que habla con nubes y una mujer inasible que se pierde en la niebla, la madrug¨¢ de Lavapi¨¦s reci¨¦n llovidas sus calles y ese perro que ladra de lejos; la Luna que brilla como Sol para trasnochados, la m¨²sica en papel callado o el dulce misterio de quien ama para siempre aunque haya mecanismos necios que nos quieran facilitar el milagro de leer sin tener que leer o m¨¢quinas insensibles que nos quieran cambiar la trama de esta bendita literatura que llamamos vida.
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