El poema repetido: La encrucijada de L¨®pez Obrador y L¨¢zaro C¨¢rdenas
En el pasado, C¨¢rdenas debat¨ªa el primer dedazo del PRI moderno (entonces PRM) entre un general af¨ªn a su ideolog¨ªa y otro m¨¢s centrista y ahora, L¨®pez Obrador busca a un sucesor dentro de las filas de Morena con las mismas divisiones
M¨¦xico se encuentra en una encrucijada familiar; un presente con sabor a pasado. No hay nada nuevo en este fen¨®meno, como los alumnos de la historia bien se?alar¨¢n. Basta con mirar al ayer para entender al ahora. Como dec¨ªa Mark Twain, ¡°la historia nunca se repite, pero a veces rima¡±. Y en M¨¦xico¡ªdonde la espiral del tiempo gusta de los paralelos¡ªse vive un poema cuyos versos algo nos pueden ense?ar. Uno que pone, en la misma encrucijada, al m¨ªtico general L¨¢zaro C¨¢rdenas con el actual presidente L¨®pez Obrador. Su destino marcado por el venirse de una elecci¨®n; la suya en 1940, la del otro en 2024.
En realidad, no se trata de las urnas mismas, sino de las fuerzas batallando por estar en la boleta. Las corcholatas, como suelen llamarlas. En ellas yace el paralelo a estudiarse. En el pasado, C¨¢rdenas debat¨ªa el primer dedazo del PRI moderno (entonces PRM) entre un general af¨ªn a su ideolog¨ªa y otro m¨¢s centrista; en el ahora, L¨®pez Obrador busca a un sucesor (o sucesora) dentro de las filas de Morena con las mismas divisiones¡ªaunque hablar de dedazos sea cosa de ayer¡ª. De eso busco escribir; sin escudri?ar logros o fracasos. El verso que me interesa es meramente electoral.
Iniciemos, entonces, a leer el poema con las rimas del ayer. Al venirse 1940, C¨¢rdenas ya era una leyenda izquierdista, redistribuyendo m¨¢s tierras que cualquiera de sus antecesores, y, por supuesto, liderado la expropiaci¨®n petrolera del ¡®38. Pero lo que hoy m¨¢s importa es la ¨²ltima decisi¨®n del general, la cual plant¨® el verso que, hasta hoy, encontr¨® su rima. Esa de escoger a un sucesor. Hab¨ªa, realmente, dos opciones dentro de su Partido de la Revoluci¨®n Mexicana (PRM). Por un lado, en el ala progresista, estaba el general michoacano y miembro del congreso constituyente, Francisco J. M¨²gica, entonces secretario de comunicaciones y obras p¨²blicas. Sus similitudes con C¨¢rdenas eran demasiadas, siendo gobernador de Michoac¨¢n como lo fue el presidente y realizando, en el puesto, la misma tarea de redistribuci¨®n agraria con lucha social. Por otro lado, estaba el ala m¨¢s conservadora del partido encabezada por el general Manuel ?vila Camacho. Este fue, en su momento, secretario de defensa del mismo C¨¢rdenas; una opci¨®n m¨¢s conservadora buscaba apoyo del sector privado y no ocultaba su fe cat¨®lica.
C¨¢rdenas, entonces, se vio en la encrucijada. Pod¨ªa apoyar a un candidato af¨ªn a su proyecto ideol¨®gico (M¨²gica) o a un candidato conservador que demostrar¨ªa la variedad de ideolog¨ªas de la revoluci¨®n (?vila Camacho). Viendo los senderos que se bifurcaban, opt¨® por lo segundo. ?vila Camacho se hizo de la presidencia y su nombre hoy decora calles por mont¨®n; M¨²gica, por su parte, ha quedado casi en el olvido, rescatado solamente en ensayos hist¨®ricos. El PRM se mantuvo en el poder, siguiendo su ret¨®rica revolucionaria. Con su decisi¨®n, inclusive, podr¨ªamos decir que C¨¢rdenas dio la bocanada de aire que el PRM necesitaba para monopolizar la pol¨ªtica con un nuevo nombre: el PRI.
Pero esta no es una historia del pasado. Falta la siguiente parte del poema; esa que pinta el presente. Con el 2024 acerc¨¢ndose, L¨®pez Obrador se enfrenta a una disyuntiva similar a la de su predecesor. Si bien, varios aspiran a la nominaci¨®n de su partido, MORENA, las encuestas ponen a dos por sobre del resto. Por un lado, el canciller Marcelo Ebrard; por otro, la actual jefa de gobierno de la Ciudad de M¨¦xico, Claudia Sheinbaum. Ambos han sido parte activa del movimiento pol¨ªtico lopezobradorista, as¨ª como M¨²gica y ?vila Camacho participaron en el gabinete cardenista. Cualquiera de ellos, podr¨ªa tener la nominaci¨®n y mantener a MORENA en el poder otro sexenio. La pregunta es, entonces, en nuestra ret¨®rica del pasado, ?qui¨¦n del presente es qui¨¦n del ayer?
Si la historia es un sendero, la encrucijada de L¨®pez Obrador se asemeja, en su forma, a la de C¨¢rdenas. Han cambiado los ¨¢rboles¡ªpavimentaron las calles¡ªpero siguen siendo dos los que aspiran ocupar su lugar. En Sheinbaum, al menos en principio, se aprecia el contorno de M¨²gica: el camino recto que sigue, sin cambio considerable, con la ret¨®rica en poder. Gobernando a la Ciudad de M¨¦xico, se ha vuelto la candidata af¨ªn a L¨®pez Obrador. Habla, constantemente, de la cuarta transformaci¨®n del pa¨ªs e, inclusive, en una entrevista para este peri¨®dico, mencion¨® que tratar¨ªa de dar ¡°un paso m¨¢s en la transformaci¨®n¡± de ser presidenta. Son solo palabras, pero, en periodos donde ni siquiera estamos en precampa?a, no podemos esperar m¨¢s. Aun as¨ª, en su figura, se han albergado popularmente las ideas de continuidad. Es la candidata de lo mismo que se ha vivido estos ¨²ltimos a?os.
En Ebrard, por su parte, nace el segundo sendero. Aunque, en ¨¦l, veo menos paralelos. El canciller es, definitivamente, miembro de Morena, pero en su puesto actual, se ha vuelto una voz para la globalizaci¨®n, trayendo inversiones al pa¨ªs y fortaleciendo v¨ªnculos en latinoamericana. Estos elementos lo hacen m¨¢s atractivo para el p¨²blico centrista, como en su momento pudo serlo ?vila Camacho. Sin embargo, Ebrard no es conservador, como la met¨¢fora sugerir¨ªa; es imposible olvidar su papel en la legalizaci¨®n del matrimonio igualitario y despenalizaci¨®n del aborto cuando fue jefe de gobierno en la Ciudad de M¨¦xico, por dar dos ejemplos. Seguir¨¢ con la agenda de L¨®pez Obrador, pero, como ha destacado, ser¨ªa ¡°continuidad con cambio¡±. Como en todos los buenos poemas, la rima ocurre con palabras distintas en lugar de la simple repetici¨®n.
He aqu¨ª el poema. No sabemos, con certeza, el camino a tomar. Tampoco entendemos, con claridad, el papel que jugar¨¢ el presidente o si, presentado con dos caminos, ha de sentarse y dejar que otros decidan. Aunque, en su discurso sobre la expropiaci¨®n petrolera de este a?o, nos dej¨® claro que conoce el paralelo. Tras hablar claramente de la elecci¨®n de 1940, frente a un p¨²blico que cubr¨ªa el z¨®calo capitalino, vislumbr¨® lo que pareciera ser su propia posici¨®n en la encrucijada: ?Nada de zigzaguear, sigamos anclados en nuestros principios, reafirmemos la decisi¨®n y el rumbo que hemos tomado desde que inici¨® el gobierno?.
A pesar de sus opiniones iniciales, queda a¨²n la decisi¨®n oficial: la candidatura de su partido. L¨®pez Obrador se encuentra en la encrucijada de c¨®mo continuar su agenda de gobierno. ?En l¨ªnea recta o tomando un sendero alterno? ?Buscando a un M¨²gica o a un ?vila Camacho? Solo los meses subsecuentes podr¨¢n leernos los versos del poema que, frente a nosotros, M¨¦xico intenta declamar. Pero, una verdad permanece que no podemos olvidar: es la historia la que da al presente el verso antiguo que lo hace rimar.
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