X¨®chitl, partidos y la presidencia
G¨¢lvez tiene que convencer a la oposici¨®n que ella es la ideal para ellos, para llevar al triunfo a esos partidos, y no al rev¨¦s
Las elecciones del Estado de M¨¦xico y Coahuila reivindicaron la pertinencia de los partidos pol¨ªticos. Fueron estos, y no la sociedad civil organizada, la clave de los resultados del 4 de junio. Pero activistas, opinadores y hasta suspirantes presidenciales no parecen haber tomado nota de tal mensaje.
X¨®chitl G¨¢lvez ha dicho esta semana que piensa seriamente en buscar no la gubernatura de la capital mexicana, como hab¨ªa anunciado, sino la presidencia de la Rep¨²blica en los comicios de 2024.
De confirmarse este cambio de opini¨®n por parte de la senadora hidalguense, la carrera presidencial de la oposici¨®n se nutrir¨¢ de un cuadro que, como dije aqu¨ª en marzo pasado, tiene atributos personales y profesionales que la hacen una figura resbaladiza a los ataques de Morena.
Adem¨¢s, en los tres meses transcurridos desde la publicaci¨®n de esa columna sobre una candidatura presidencial de la exalcaldesa de Miguel Hidalgo, ¨¦sta ha robustecido su perfil con al menos dos decisiones que hablan de su determinaci¨®n pol¨ªtica.
El 28 de abril G¨¢lvez se encaden¨® en la antigua sede de la C¨¢mara Alta, cuando el oficialismo impuso su mayor¨ªa en el llamado viernes negro.
Su solitaria imagen en la tribuna con cadenas y candados en un ¨²ltimo intento por impedir el albazo legislativo de los senadores de L¨®pez Obrador, que procesaron en fast track leyes luego de ver al presidente en Palacio, dio la vuelta al mundo noticioso. No impidi¨® la votaci¨®n, pero gan¨® prestigio.
Y el lunes fue a Palacio Nacional a reclamar, con orden judicial en mano, al titular del Ejecutivo el derecho de r¨¦plica que un juzgado le concedi¨®. Sin sorpresa, Andr¨¦s Manuel no le permiti¨® entrar y afuera recibi¨® vituperios, pero de nuevo brill¨® en las noticias.
Lo ocurrido en estos meses pareciera confirmar que la candidatura a la Ciudad de M¨¦xico, que renovar¨¢ jefatura de gobierno, le comienza a quedar chica, que la opci¨®n de ir por el premio mayor es l¨®gica, realista y, dada la carencia de pujantes figuras de la oposici¨®n, hasta deseable.
Salvo que en estos tres meses X¨®chitl no parece haber comprendido que su aspiraci¨®n, capitalina o nacional, para el caso da lo mismo, se evaporar¨¢ si no convence a los partidos pol¨ªticos opositores de que es vendible, confiable, y rentable, para las dirigencias y para las militancias.
Su trabajo legislativo, sus giras por el pa¨ªs, su agenda contestataria, su valent¨ªa al impedir la sesi¨®n en el pleno senatorial el viernes negro, los arrestos de ir a tocar la puerta Mariana a sabiendas de que iba a recibir groser¨ªas, le ha servido a ella, mas ?le sirve a los partidos?
Si X¨®chitl quisiera ser candidata independiente, ser¨ªa uno de los mejores perfiles, sino que el mejor, del actual espectro opositor mexicano. Pero a la hora de ponerla en la ruta partidista sus bonos palidecen, y quienes la apadrinan en su eventual cambio de aspiraci¨®n parecen no advertirlo.
La oposici¨®n agrupada en la Alianza por M¨¦xico calific¨® de exitosa la jornada electoral de hace dos semanas. No viene a cuento si hicieron cuentas raras diciendo que, sumados los votos en las dos entidades, hab¨ªan empatado en electores con el lopezobradorismo, que les arrebat¨® Edomex.
Porque lo relevante es que los comicios fueron vistos por PRI, PAN y PRD como una confirmaci¨®n de que son ellos, y no las mareas rosas, los que pueden hacer frente a Morena y aliados. Se convencieron de su vigencia y centralidad a tal grado que de inmediato reafirmaron su alianza en el 2024.
El triunvirato compuesto por Marko Cort¨¦s, Alejandro Moreno y Jes¨²s Zambrano, l¨ªderes nacionales panista, priista y perredista, respectivamente, recibe metralla cotidianamente. ¡°D¨®nde est¨¢ la oposici¨®n¡±, es un reclamo cotidiano en columnas period¨ªsticas y debates medi¨¢ticos. ¡°Qu¨¦ tarde van¡±.
Qu¨¦ impresentables Marko y Alito. Qu¨¦ tragedia estar en esta coyuntura en manos por un lado de AMLO y por otro del michoacano panista y del campechano priista, apuntalados por el sonorense perredista. Qu¨¦ flaca est¨¢ adem¨¢s la caballada de Lilly, Santiago, Enrique, Beatriz, la otra Claudia¡
Las dirigencias opositoras buscaron paliar ese tipo de reclamos con una hoja de ruta que fecha en el 26 pr¨®ximo su nueva gran escala. Ese d¨ªa anunciar¨ªan la forma para elegir candidata o candidato presidencial y acaso para otras sillas, y el acuerdo marco para gobernar en coalici¨®n all¨¢ donde ganen.
PRI, PAN y PRD debaten el aterrizaje de ese compromiso. Las negociaciones durar¨¢n al menos una semana m¨¢s antes de que se haga p¨²blico el m¨¦todo y los acuerdos alcanzados. Mientras eso cuaja, la desenfrenada carrera sucesoria iniciada por Morena hace m¨¢s gravosos los tiempos opositores.
Y ah¨ª es donde la hiperactividad de alguien como X¨®chitl, o para el caso Germ¨¢n Mart¨ªnez, que tambi¨¦n est¨¢ en el Senado sin pertenecer a una bancada partidista y quien igualmente ha levantado la mano en la coyuntura sucesoria, acent¨²a la imagen de pasmo de los partidos de oposici¨®n.
En las negociaciones rumbo al acuerdo del 26 de junio Alito, Marko y Zambrano quieren amarrar no solo reparto y las reglas de las candidaturas, sino las del gobierno de coalici¨®n: que los militantes de los tres partidos vean que van a ceder en cosas, pero que tendr¨¢n garantizadas, si salen bien las apuestas, posiciones y espacios.
A diferencia de Morena, donde ya se sabe qui¨¦n ordena todo, es de suponer que en la negociaci¨®n de los opositores no hay reglas claras porque est¨¢n inventando la columna vertebral que sostendr¨¢ adem¨¢s de m¨²ltiples candidaturas, la plataforma de partidos que sol¨ªan ser opuestos entre s¨ª.
Si la Alianza por M¨¦xico no logra un m¨¦todo claro, que d¨¦ oportunidad equitativa para las candidaturas, donde cada etapa sea no solo l¨®gica sino tambi¨¦n atractiva para la opini¨®n p¨²blica, y que garantice que gane el mejor (falta ver con qu¨¦ m¨¦trica medir¨¢n esa idoneidad, por supuesto), entonces alguien acostumbrada a jugar en solitario como X¨®chitl G¨¢lvez, que ha venido sumando apoyos de empresarios y exgobernadores, se volver¨¢ m¨¢s atractiva.
Pero si ocurre lo contrario, si el m¨¦todo suena no solo justo sino capaz de suscitar inter¨¦s ciudadano, uno que pondere juiciosamente la popularidad de los suspirantes, entonces habr¨¢ sido tiempo bien invertido el que se est¨¢n tomando las dirigencias de los partidos de la transici¨®n.
Hoy los partidos toman nota de los padrinazgos que traen algunas de las personas que sin militancia han manifestado su inter¨¦s por las candidaturas. La cosa no es si les gusta o no que les quieran imponer una candidata o un candidato. El tema es que no van a premiar a quien no les d¨¦ garant¨ªas.
La Alianza por M¨¦xico tiene en su tablero miles de candidaturas por procesar. Con la divisa de encontrar a la gente que quite votos a Morena en cada elecci¨®n habr¨¢n de construir la maquinaria que eventualmente haga del 2024 unos comicios re?idos. Y los partidos se ven a s¨ª mismos, no al o a la candidata presidencial, como la locomotora de ese tren.
Quiz¨¢ en el 2000 funcion¨® imponer a Vicente Fox en el PAN; pero el guanajuatense, por si hace falta recordarlo, tuvo a?os para construirse la imagen de inevitable para su partido, y de buen candidato para los millones que estaban deseosos de aplicar el voto ¨²til antiPRI.
X¨®chitl ten¨ªa hace tres meses la disyuntiva entre lo que se ve como un triunfo muy alcanzable ¡ªla CDMX¡ª o una aventura con alto grado de incertidumbre ¡ªla candidatura presidencial.
Al o¨ªrla en entrevistas pareciera que sigue pensando que su decisi¨®n transitar¨¢ sobre el eje de volverse inevitable para el PAN, primero, y eventualmente para los otros partidos de esa alianza. Vencer por la v¨ªa de los hechos (encuestas de popularidad y el run run de la opini¨®n p¨²blica) las resistencias, p¨²blicas y a?ejas, de los dirigentes panistas a darle una candidatura importante.
Es hora de revisar estrategia. Porque cuando los partidos pol¨ªticos, y no solo sus dirigencias sino los simpatizantes de a pie, escuchan a alguien decir que quiere hacer pol¨ªtica pero sin ocultar dudas o desprecio hacia esas organizaciones ¡ªque son lo que hoy hay, gusten o no¡ª, ese votante identificado con un color u otro resiente el golpe.
Para la candidatura que sea, G¨¢lvez y quienes le acompa?an debieran aprender de uno de los errores cometidos por Jos¨¦ Antonio Meade, que no supo conquistar ni a los priistas, ya no digamos a los de fuera del partido que le prest¨® sus siglas en 2018: eso fue porque se le notaba que nunca los quiso.
Los priistas y los panistas (perredistas quedan ya muy pocos pero tambi¨¦n ellas y ellos) quieren escuchar de estos candidatos emergentes, de personajes extrarradio partidista, que antes que nada van a cuidar a los militantes, a los que simpatizan y se fatigan en cada elecci¨®n por sus colores.
Cuidar las formas que le gustan a cada partido. Hacer chamba pol¨ªtica con ellos. Hacer pol¨ªtica y no solo estrategia medi¨¢tica.
Zambrano sabe de qu¨¦ estoy hecha, le dijo X¨®chitl a Ciro en Radio F¨®rmula al recordar que el perredista fue su jefe de campa?a en Hidalgo hace dos sexenios. El tema no es ¨¦se, el tema es que ella tiene que saber de qu¨¦ est¨¢n hechos los del sol azteca, los blanquiazules y los tricolores hoy, y convencerlos respectivamente de que ella es la ideal para ellos, para llevar al triunfo a esos partidos, y no al rev¨¦s.
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