El aspiracionismo de X¨®chitl y la emergencia clim¨¢tica. Atsok
El problema del discurso de la aspirante presidencial es confundir la b¨²squeda leg¨ªtima de una mejor vida con el incremento en la capacidad de consumo dentro del mercado capitalista
Hace unos a?os, platicando con Zaira Hip¨®lito, una especialista zapoteca en psicolog¨ªa comunitaria, me hablaba de la ¡°desesperanza aprendida¡±, un estado en el que no se emiten respuestas ni se hacen esfuerzos por cambiar una situaci¨®n violenta porque se sabe ya, por experiencias pasadas, que ning¨²n intento de cambiar el curso de la realidad tiene ¨¦xito, se aprende entonces que no es posible transformar el estado actual de las cosas y ese extra?o tipo de conocimiento se va transmitiendo, reforzando y multiplicando hasta naturalizar las condiciones que nos violentan. Seguramente Zaira me habl¨® con m¨¢s detalles y de manera cient¨ªficamente adecuada sobre la desesperanza aprendida y de su relaci¨®n con la desigualdad social, pero lo que m¨¢s recuerdo de esa pl¨¢tica fueron las reflexiones sobre los levantamientos de pueblos ind¨ªgenas que, a lo largo de la historia, han puesto fin a esa desesperanza aprendida ante violencias estructurales largamente sostenidas.
Para conjurar estas desesperanzas en el ¨¢mbito de la desigualdad social, es imprescindible reconocer que el estado actual de las cosas que nos violenta no est¨¢ naturalmente dado, que ninguna divinidad lo determin¨® as¨ª sea para castigarnos o sea para transmitirnos alguna ense?anza, debemos reconocer que nuestra situaci¨®n es injusta y, sobre todo, que se puede transformar. Entonces es que nos nace una aspiraci¨®n, aspiramos a cambiar las cosas. ?C¨®mo ser¨¢ esa nueva realidad cuando la transformemos?
Extra?amente, en los discursos que se escuchan en la actualidad pol¨ªtica de este pa¨ªs se coincide en el diagn¨®stico, tanto del lado oficialista como del lado de la oposici¨®n se acepta que la desigualdad social es uno de los principales problemas del pa¨ªs. X¨®chitl G¨¢lvez, la mujer que se convertir¨¢ en candidata a la presidencia de la rep¨²blica representando al Frente Amplio por M¨¦xico, reconoce que la pobreza, la marginaci¨®n y la desigualdad constituyen uno de los principales problemas a combatir. ¡°Tenemos que emparejar el piso¡±, ¡°redistribuyamos la riqueza¡±, son frases que ha repetido en varias ocasiones para que ¡°la gente pueda salir adelante por ella misma utilizando sus propias capacidades¡±. Para G¨¢lvez, la transformaci¨®n de la desigualdad pasa por reforzar las aspiraciones individuales de las personas y por crear las condiciones para que esas aspiraciones se hagan realidad. X¨®chitl sue?a ¡°con un M¨¦xico en donde el aspiracionismo se vuelva realidad¡±. Mientras que sus opositores, entre ellos el propio presidente de la rep¨²blica, utiliza la palabra ¡°aspiracionismo¡± con desd¨¦n y como algo despreciable, ella la ha tomado para reivindicarla y hacer de esta palabra una de sus banderas.
?Cu¨¢l es entonces el problema con el aspiracionismo que defiende X¨®chitl? Me parece que es el mismo que el de una buena parte de la clase pol¨ªtica mexicana, confundir la b¨²squeda leg¨ªtima de una mejor vida, de una vida digna de ser vivida con el incremento en la capacidad de consumo dentro del mercado capitalista. La narraci¨®n y glorificaci¨®n de su historia personal es un claro ejemplo de esto: cuando X¨®chitl viaj¨® de ni?a a la Ciudad de M¨¦xico y contempl¨® por primera vez las casas de las Lomas de Chapultepec, una de las zonas m¨¢s exclusivas de la capital del pa¨ªs, naci¨® en ella la aspiraci¨®n de vivir ah¨ª, de sacar a su mam¨¢ del pueblo en el que naci¨® y albergarla en una casa en Las Lomas. ?sa fue la medida del ¨¦xito que, a?os despu¨¦s, logr¨® siguiendo la siguiente receta: ¡°chingarle todos los d¨ªas, levantarse todos los d¨ªas a las cinco de la ma?ana, estudiar, venirme a la ciudad a trabajar como telefonista y luego entrar a la Facultad de Ingenier¨ªa, sufrirle a las matem¨¢ticas al c¨¢lculo y finalmente poner mi propia empresa de ingenier¨ªa¡±.
Para empezar, dadas las estructuras actuales y con base en estudios cient¨ªficos est¨¢ demostrado que no todas las personas que tienen el sue?o de vivir en Lomas de Chapultepec o zonas parecidas podr¨¢n lograrlo por m¨¢s que sigan la receta de G¨¢lvez; pero aceptemos por un momento que ella puede lograr que cambien estas estructuras de modo que sea posible que todas las personas que albergan esta aspiraci¨®n lleguen a vivir a este tipo de zonas residenciales, probablemente las clases que viv¨ªan ah¨ª con anterioridad se muden a otros lugares porque sientan que han perdido exclusividad, estas nuevas zonas se convertir¨¢n a su vez en nuevos polos de deseo a los cu¨¢les aspirar. Por otro lado, vivir en esas zonas no se trata s¨®lo de tener una casa en ese lugar, se trata de toda la capacidad de consumo asociada a esa residencia; justamente esa capacidad de consumo es el que est¨¢ poniendo en peligro el planeta completo y es insostenible. Las especialistas que elaboraron la Gu¨ªa comunitaria frente a la emergencia clim¨¢tica explican c¨®mo el 10% m¨¢s rico de la poblaci¨®n es responsable de la emisi¨®n del 49% de los gases de CO2 que tienen al planeta en una alarmante emergencia clim¨¢tica. La huella de carbono asociada a la construcci¨®n de casas como las de Lomas de Chapultepec, su mantenimiento y la capacidad de consumo del estilo de vida que representan est¨¢n sirvi¨¦ndonos muerte por calentamiento global, hay evidencia basada en datos. Eso no es salir adelante, eso no es una mejor vida para nadie, eso no es a lo que deber¨ªamos aspirar. Sorprende que X¨®chitl, habi¨¦ndose enunciado ambientalista, no detecte su contradicci¨®n, el aspiracionismo que glorifica tiene consecuencias clim¨¢ticas graves.
Hay un sistema que nos inocula los deseos y lo hace, al menos lo intenta, con cada una de las personas que habitamos el mundo. Ese sistema que nos siembra las aspiraciones deposit¨® en X¨®chitl la ilusi¨®n por vivir en las Lomas pero tambi¨¦n existen otras posibilidades. Podemos tambi¨¦n aspirar a tener una buena vida en nuestra propia comunidad h?ah?u en Hidalgo, si salimos de ella que sea por mera curiosidad y no por pobreza, podemos so?ar con acceso a agua limpia de manantiales o pozos, con tener alimentos suficientes, variados y de calidad que no hayan pasado por pesticidas, que podamos crear tecnolog¨ªas al servicio del buen vivir, que hayamos creado y tengamos acceso a sistemas educativos que potencien nuestra creatividad y bienestar, que tengamos una muy buena vida con base en los mejores principios de la tradici¨®n de pensamiento h?ah?u, que tengamos una vida libre de violencia en donde nuestros territorios no est¨¦n amenazados por compa?¨ªas mineras que necesitan extraer minerales para crear los edificios inteligentes del 10% de la poblaci¨®n que m¨¢s CO2 produce. Muchas personas creemos que podemos aspirar a esto, a una existencia que no atente contra el planeta y por lo tanto contra la humanidad misma, creemos que es posible construir en colectividad la buena vida desde m¨²ltiples tradiciones culturales y de pensamiento, de modo que ninguna ni?a piense que la ¨²nica y mejor opci¨®n posible para salir de la pobreza sea escapando a Las Lomas. ?Crees que estas otras aspiraciones son posibles? ?O a ti ya te gan¨® la desesperanza aprendida?
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