Claudia Sheinbaum y el obradorismo, primera fisura
Hay una corriente molesta con la precandidatura de Omar Garc¨ªa Harfuch para gobernar Ciudad de M¨¦xico. En respuesta, muchos se han volcado en favor de Clara Brugada
Hay una corriente del obradorismo molesta con la precandidatura de Omar Garc¨ªa Harfuch para el gobierno de Ciudad de M¨¦xico por parte de Morena. Cuestionan que un ¡°reci¨¦n llegado¡± sin militancia previa y extra¨ªdo de las tareas policiacas se quede con la joya m¨¢s preciada de la izquierda de este pa¨ªs. En respuesta, muchos cuadros obradoristas se han volcado en favor de la candidatura de Clara Brugada, la aguerrida delegada de Iztapalapa, de larga trayectoria en la izquierda de la capital.
Pero m¨¢s all¨¢ de la normal competencia interna entre dos aspirantes, el asunto se ha convertido en una tensi¨®n que afecta a Claudia Sheinbaum. Sabedores de que el ex responsable de la seguridad de Ciudad de M¨¦xico no era santo de la devoci¨®n de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, la candidatura de Harfuch, como se le conoce en los medios, es atribuida a una decisi¨®n de su exjefa. El asunto ha derivado en la primera fisura entre la heredera de L¨®pez Obrador y una porci¨®n del obradorismo, aunque no se quiera reconocer p¨²blicamente. Pretender que no existe, me parece, hace m¨¢s da?o porque es el primer aviso de un problema de fondo: la dif¨ªcil relaci¨®n entre un movimiento simbi¨®ticamente identificado con su fundador y las decisiones que tomar¨¢ su relevo.
Hasta ahora ha existido un apoyo incondicional a la doctora Sheinbaum entre las filas del obradorismo. Es la heredera pol¨ªtica leg¨ªtima, la garant¨ªa de la continuidad. Pero no es L¨®pez Obrador, nadie puede serlo. El presidente posee un escudo poco menos que m¨¢gico frente a los suyos. Pudo externar su simpat¨ªa por Donald Trump o abrazar a los generales, anatemas para la izquierda, sin perder un ¨¢pice del apoyo, por ejemplo.
La inconformidad de algunas corrientes ¡°duras¡± por la candidatura de Harfuch, que ha sido interpretada como la apuesta original de Sheinbaum para la ciudad, llevar¨ªa a concluir que la ahora conductora de la 4T no gozar¨¢ del blindaje que caracteriz¨® a L¨®pez Obrador. De all¨ª la importancia de cuidar que esta fisura no se convierta en fractura.
Habr¨ªa que insistir a ambas partes que se necesitan mutuamente y tendr¨ªan que encontrar la manera de resolver sus diferencias, porque esta no ser¨¢ la ¨²ltima, en el entendido que la transformaci¨®n de M¨¦xico es una apuesta de largo plazo.
Por lo que respecta a las corrientes del obradorismo que se sienten responsables de la defensa de las banderas ideol¨®gicas del movimiento, habr¨ªa que insistir que, m¨¢s para bien o que para mal, la suerte de la 4T est¨¢ echada en torno a la figura de Claudia Sheinbaum. As¨ª lo dispuso el fundador del movimiento y as¨ª lo interpret¨® la consulta efectuada en septiembre. Toda disputa que termine golpeando a Sheinbaum desde adentro del movimiento debilitar¨¢ su figura presidencial. Por descontado que los poderes f¨¢cticos intentar¨¢n reacomodos en su favor tras la salida de un mandatario tan dominante como L¨®pez Obrador. Y si este encontr¨® resistencias, pese a contar con el apoyo incondicional de los suyos, Sheinbaum tendr¨¢ dificultades para impulsar el cambio si llega al poder cuestionada desde adentro.
Quiz¨¢ habr¨ªa que darle un mayor margen de confianza a la candidata. Nadie conoce mejor que ella la exigencia que entra?a dirigir Ciudad de M¨¦xico. Ninguno de los que opinamos ha tenido la experiencia de trabajar simult¨¢neamente con Garc¨ªa Harfuch, en tanto miembro de su gabinete capitalino, y con Clara Brugada como delegada de la Ciudad y miembro del mismo partido. La percepci¨®n que Sheinbaum tenga del trabajo en equipo con cada uno de los dos contendientes es algo que solo ella conoce. El panorama de las ventajas y desventajas del arribo de uno u otro a la jefatura de la ciudad es m¨¢s visible para Sheinbaum que para el resto de los cr¨ªticos. ?Qu¨¦ garant¨ªas hay de que Harfuch no se convierta en una nueva versi¨®n de Mancera? Ninguna, salvo la propia Claudia Sheinbaum.
Dicho lo anterior, esto no deber¨ªa significar un cheque en blanco. Tengo la impresi¨®n de que en la postulaci¨®n de Harfuch hay una l¨®gica de pros y contras en las que no se valor¨® cabalmente la posible reacci¨®n de esa izquierda. Y tampoco puede ser ignorada ol¨ªmpicamente. Nunca es sano que el l¨ªder de un movimiento opere al margen de las percepciones de cuadros y corrientes claves, particularmente cuando ata?e a una preocupaci¨®n sobre la congruencia ideol¨®gica. Desde la presidencia, Sheinbaum tendr¨¢ que tomar medidas conciliatorias (como lo hizo L¨®pez Obrador en su momento) y habr¨¢ de hacerlo sin que sean percibidas como una traici¨®n a las banderas del obradorismo. En ese sentido, no puede descuidar su relaci¨®n con un n¨²cleo que constituye una fuerza fundamental de esta organizaci¨®n.
En t¨¦rminos pol¨ªticos, la tard¨ªa introducci¨®n por parte del INE del criterio de paridad de g¨¦nero en las candidaturas ofrece una salida inesperada a este entuerto, en caso de necesitarse. Como se sabe, la pr¨®xima semana Morena tendr¨¢ que presentar cinco candidatas mujeres a las nueve gubernaturas que se disputar¨¢n el pr¨®ximo a?o. Se estima que varios de los ganadores varones de la encuesta tendr¨¢n que dejar su sitio al segundo lugar en beneficio de alguna candidata. Imposible saber si la Ciudad de M¨¦xico ser¨¢ una de las entidades en las que operar¨¢ este criterio, en tal caso Harfuch podr¨ªa declinar en favor de Clara Brugada. Pero supondr¨ªa sacrificar los argumentos que, en teor¨ªa, impulsan la candidatura del expolic¨ªa: una mayor recaudaci¨®n de votos, en particular de los sectores medios, y un impulso para capturar m¨¢s curules en el Congreso.
En estos momentos, la dirigencia del partido y Claudia Sheinbaum valoran el alcance de la inconformidad y sus posibles consecuencias. El pr¨®ximo 30 de octubre se dar¨¢n a conocer los resultados de la encuesta, y dos d¨ªas m¨¢s tarde, tras la aplicaci¨®n del criterio de paridad, los nueve candidatos definitivos.
Ser¨ªa deseable que unos y otros asuman que m¨¢s all¨¢ de una diferencia puntual, que insisto no ser¨¢ la primera, est¨¢ en juego la posibilidad de continuar un proyecto de cambio de largo aliento, en el que todos los obradoristas y Sheinbaum tendr¨ªan que ir unidos. Y eso no significa incondicionalidad, sino disposici¨®n al di¨¢logo y confianza. Si las circunstancias favorecen a Clara Brugada, el reto del movimiento consistir¨¢ en hacer el trabajo pol¨ªtico electoral durante los pr¨®ximos siete meses para convocar el voto de los sectores medios. Si Harfuch es el elegido, el desaf¨ªo consistir¨¢ en encontrar los mecanismos para garantizar que eso no termine en un extrav¨ªo de las banderas progresistas que han gobernado a la ciudad de M¨¦xico. En uno u otro caso, es imprescindible que ambas partes no se atrincheren en sus propias certidumbres y est¨¦n dispuestas a encontrar espacios para resolver sus diferencias. La posibilidad de un cambio real desde una perspectiva de izquierda pasa por un liderazgo con espacio de maniobra, pero tambi¨¦n por un movimiento que est¨¦ presente en las decisiones que importan.
@jorgezepedap
Suscr¨ªbase aqu¨ª a la newsletter de EL PA?S M¨¦xico y reciba todas las claves informativas de la actualidad de este pa¨ªs
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.