Hubiera sido Lilly
El portazo de L¨®pez Obrador, que impidi¨® entrar a X¨®chitl G¨¢lvez a una conferencia ma?anera, desorden¨® el tablero y acomod¨® la historia
Si el presidente no hubiera impedido la entrada de X¨®chitl a aquella conferencia ma?anera, hubiera sido Lilly.
Para mayo del a?o pasado, ninguno de los sondeos presidenciales contemplaba el nombre de X¨®chitl G¨¢lvez. En aquel lejano tiempo, la l¨ªder opositora que dominaba las encuestas era la tr¨¢nsfuga del morenismo y senadora panista Lilly T¨¦llez. No hab¨ªa encuesta que no colocara a la representante de la ¡°derecha moderna¡± (el ox¨ªmoron es real) por encima de Claudia Ruiz Massieu, Santiago Creel y Beatriz Paredes.
Sonrisas y espantos. Mientas que el 55% de quienes se identifican con la ¡°derecha¡± respaldaban a Lilly (El Financiero), otros, con arrogancia, la acusaban de pendenciera, ignorante y elemental. La senadora no terminaba de convencer como opci¨®n realista. Adem¨¢s, todo indicaba que las amplias mayor¨ªas electorales ¡ªesas que la oposici¨®n fantaseaba con conquistar¡ª habitaban el centro y las izquierdas. Secuelas de la magia del pasado inmediato.
Entonces sucedi¨® lo del portazo. L¨®pez Obrador desorden¨® el tablero y acomod¨® la historia. La oposici¨®n parec¨ªa haber encontrado lo que buscaba; era irreverente, carism¨¢tica y repart¨ªa gui?os a los zurdos. En una de esas, se hac¨ªa pasar por uno de ellos: una verdadera falsa obradorista. X¨®chitl era la ¡°Virgen de Guadalupe¡±, la que, en una maroma sincr¨¦tica no demasiado complicada, ofrec¨ªa una comuni¨®n para todo el abanico electoral. Ni se tomaron la molestia de hacer elecciones internas. ?Habemus candidata!
La huida de Lilly se anticip¨®.
Durante meses, X¨®chitl G¨¢lvez, reci¨¦n ungida aspirante, port¨® con orgullo un huipil, destac¨® su historia personal, desenton¨® de la pol¨ªtica tradicional. La hidalguense promet¨ªa ser una celebridad electoral, hasta que no lo fue.
Entonces llegaron las realidades, la flojedad de las convicciones y las disputas. Las risas se acabaron, la borrachera termin¨®. Para septiembre, la candidata parec¨ªa haber alcanzado su m¨¢ximo potencial, mientras que los dirigentes de sus principales partidos pol¨ªticos ¡ªel PAN y el PRI¡ª exacerbaban su pleito infinito. La victoria fue para Acci¨®n Nacional: la candidata virar¨ªa hacia la derecha.
Lilly observ¨® inc¨®moda desde la distancia.
Si de todas formas le iban a quitar el huipil y a ponerle crucifijo y traje sastre, hubiera sido Lilly.
Si iban a redactarle un eslogan libertario y a fotografiarla con Calder¨®n, hubiera sido Lilly.
Si Movimiento Ciudadano terminar¨ªa bailando con la m¨¢s fea, hubiera sido Lilly.
Si el papel del PRD iba a ser meramente testimonial, hubiera sido Lilly.
Si terminar¨ªan nombrando a Max Cort¨¢zar como coordinador de comunicaci¨®n, hubiera sido Lilly.
Si, ni por error, se iba a mencionar el salario m¨ªnimo en las Propuestas de Campa?a, hubiera sido Lilly.
Si iban a seducir a los empresarios con la restituci¨®n de sus despojados derechos, hubiera sido Lilly.
Si la agenda de seguridad iba a ser la de Calder¨®n y Rub¨¦n Moreira su arquitecto, hubiera sido Lilly.
Si la soluci¨®n estaba en halagar ad nauseam al Estado de Derecho sin tocar un ¨¢pice al poder judicial, hubiera sido Lilly.
Si el plan era limitar al Estado para que no estorbara la creaci¨®n de riqueza, hubiera sido Lilly.
Si el remedio descansaba en la creaci¨®n de un Ombudsman empresarial, hubiera sido Lilly.
Si igual iban a comprar granjas de bots con pesos argentinos, hubiera sido Lilly.
Si iban a coquetear con Estados Unidos y el rey de Espa?a, hubiera sido Lilly.
Si lo que requer¨ªamos era un salto de fe, hubiera sido Lilly.
Si la ecuaci¨®n se resum¨ªa en volver al pasado, hubiera sido Lilly.
Si la derecha iba a terminar disfraz¨¢ndose de derecha, hubiera sido Lilly.
As¨ª, quiz¨¢s, solo quiz¨¢s, tendr¨ªamos una elecci¨®n equilibrada y con menos espejos de los necesarios.
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