El ataque de Ecuador es injustificable, pienses lo que pienses de Glas
La respuesta de M¨¦xico ante lo perpetrado por el Gobierno de Ecuador ha sido sensata. El rompimiento de relaciones es lo m¨ªnimo que corresponde en un caso de esta naturaleza
En 2015 viv¨ª en Ecuador y tuve el infortunio de conocer a Jorge Glas. El personaje siempre me gener¨® antipat¨ªa, una persona tosca, claramente corro¨ªda por el poder y con poca capacidad de ser emp¨¢tico. En un encuentro en el Palacio de Carondelet tuvimos un momento de tensi¨®n, yo en desacuerdo con una idea suya y a¨²n m¨¢s en c¨®mo me la hab¨ªa comunicado; su respuesta fue alterarse, alg¨²n manoteo y gritos como qui¨¦n est¨¢ acostumbrado a imponerse a base de volumen y no de raz¨®n. Durante mi tiempo en Ecuador conoc¨ª a gente entra?able, ¨¦l no fue uno de ellos.
A¨²n as¨ª, a pesar de la antipat¨ªa que me genera el personaje, reconozco su derecho a pedir asilo en la embajada de M¨¦xico. La muy citada Convenci¨®n de Caracas se?ala que ¡°corresponde al Estado asilante la calificaci¨®n de la naturaleza del delito o de los motivos de la persecuci¨®n.¡± Esto es determinado as¨ª porque, en la gran mayor¨ªa de los casos de persecuci¨®n pol¨ªtica, a los perseguidos se les acusa de delitos comunes para justificar la persecuci¨®n. Esto resulta bastante obvio, ning¨²n gobierno va a reconocer que persigue a alguien por motivos ¡°pol¨ªticos¡± y, por lo tanto, los persigue por alg¨²n otro delito, a veces cierto, la mayor¨ªa de las veces tergiversado. Hace no muchos a?os, el mismo Ecuador dio asilo a Julian Assange a pesar de tener acusaciones de espionaje en Estados Unidos. Si M¨¦xico hubiera decidido no dar asilo a personas acusadas de delitos en sus propios pa¨ªses, mucho del exilio de las dictaduras latinoamericanas y el franquismo nunca hubiera llegado a este pa¨ªs.
La irrupci¨®n de las fuerzas policiales ecuatorianas en la embajada de M¨¦xico es una flagrante violaci¨®n a los estatutos internacionales y a la convenci¨®n de Viena en espec¨ªfico. Es tambi¨¦n un acto demencial de un presidente sediento de admiraci¨®n p¨²blica en su pa¨ªs. El perfil del personaje en cuesti¨®n explica muchas cosas: el hijo del hombre m¨¢s rico de Ecuador, nacido en Miami y educado en Estados Unidos; el mirrey que est¨¢ acostumbrado a poder hacer lo que ¨¦l quiere, a la prepotencia, al abuso del poder, al capricho. Noboa es lo que sucede cuando un mirrey se vuelve presidente. No tengo ning¨²n elemento para saber si Jorge Glas es un corrupto o un perseguido pol¨ªtico, pero me queda claro que la urgencia que llev¨® a Noboa a entrar a la embajada mexicana de forma ilegal es un acto motivado por un dividendo pol¨ªtico no legal. Un nuevo acto populista ¨Da la Bukele¨D que pisotea el derecho internacional en pos de un triunfo pol¨ªtico local, de popularidad, de regocijarse en ego y poder. Ni?os peque?os jugando con juguetes de adultos.
A Noboa se le olvida que jugar a la opini¨®n p¨²blica es de alto riesgo en Ecuador. Uno de sus antecesores, Lenin Moreno, lleg¨® a niveles r¨¦cord de aprobaci¨®n en julio de 2017 cuando empez¨® una persecuci¨®n legal contra el expresidente Rafael Correa. En ese momento, Moreno gozaba del 77% de aprobaci¨®n y se regocijaba de su jugada maestra. Unos a?os despu¨¦s, Len¨ªn Moreno logr¨® otro r¨¦cord: el nivel m¨¢s bajo de aprobaci¨®n en la historia del Ecuador con solo 5%. Hoy es recordado como uno de los peores presidentes de la historia. M¨¢s recientemente, en agosto de 2021, Guillermo Lasso ten¨ªa una aprobaci¨®n del 71%; un par de a?os despu¨¦s, en mayo del 2023, contaba con un 22%, fue enjuiciado pol¨ªticamente y renunci¨® a la presidencia. Recuerdo haberme encontrado a Guillermo Lasso en un hotel de la Ciudad de M¨¦xico en los momentos m¨¢s dif¨ªciles del gobierno de Lenin Moreno. Quito se hab¨ªa vuelto tan ingobernable que hab¨ªan cambiado la sede de los poderes a Guayaquil y Lasso, sentado en un bar de Paseo de la Reforma, parec¨ªa contento o al menos tranquilo, Sospecho que sent¨ªa que la crisis ayudaba a sus ambiciones. Unos a?os despu¨¦s ser¨ªa su turno de probar la desaprobaci¨®n y la muerte cruzada.
La respuesta de M¨¦xico ante lo perpetrado por el Gobierno de Ecuador ha sido sensata incluso hasta pecar de serlo en demas¨ªa. El rompimiento de relaciones es lo m¨ªnimo que corresponde en un caso de esta naturaleza y L¨®pez Obrador no parece demasiado motivado a llevar el asunto m¨¢s lejos. El problema es que muchos de los otros recursos legales que se han anunciado tardar¨¢n a?os en ser resueltos, el conflicto se enfriar¨¢ y Noboa tendr¨¢ su victoria. Es cierto que su victoria ser¨¢ p¨ªrrica, tarde o temprano pagar¨¢ las consecuencias de sus acciones, pero en el corto plazo lograr¨¢ su objetivo: elevar su popularidad a costa de la dignidad de M¨¦xico y el derecho internacional. Por eso, M¨¦xico tiene que ser contundente, no por un tema de orgullo patriotero sino porque al quedar el antecedente impune, M¨¦xico y el derecho internacional pierden validez. ?Qu¨¦ pasa si no pasa nada? La respuesta es que esto volver¨¢ a pasar.
Es el momento para M¨¦xico de apuntalar su liderazgo y, junto a Chile y Colombia, plantear acciones que tengan consecuencias para el joven presidente de Ecuador. Es tambi¨¦n una oportunidad para que estos pa¨ªses pongan un alto al juego de Luis Almagro en la OEA, que se ha vuelto la vocer¨ªa de su secretario general y sus filias y fobias personales. Esta es una oportunidad para poner presi¨®n sobre la simulaci¨®n que se ha vuelto la OEA y el silencio de Washington y ¨Daunque m¨¢s irrelevante¨D el de la Uni¨®n Europea. ?C¨®mo ser¨ªan las cosas si fuera Ir¨¢n la que hubiera irrumpido en la embajada de Estados Unidos, o Algeria en la Francesa? Washington intervendr¨¢ s¨®lo si M¨¦xico lo presiona de manera contundente, como lo hizo en el caso Cienfuegos. Al parecer hab¨ªa m¨¢s urgencia por liberar al general que por defender la posici¨®n de M¨¦xico en el mundo.
Por su parte, la oposici¨®n en M¨¦xico ha cometido un grave error. Nuevamente han confundido sus intereses, fobias y militancias con una pol¨ªtica comunicacional coherente con sus objetivos. Su postura, matizada, que acusa al presidente L¨®pez Obrador de haber ocasionado esto, solo los hunde m¨¢s en su intrascendencia. No solo porque en un sentido estricto, esto no tiene justificaci¨®n, sino porque nuevamente han sido incapaces de ver m¨¢s all¨¢ de su odio al presidente y han afectado sus propios intereses.
Lo que hizo Ecuador es grav¨ªsimo. Piensen lo que piensen de L¨®pez Obrador, esto lo trasciende. Ecuador viol¨® la soberan¨ªa de M¨¦xico, no la de la 4T. No es momento de mezquindades politiqueras, y muchos entre ellos se han dado a ellas. Lo que sorprende es su incapacidad de entender los momentos y el pulso del pa¨ªs que buscan gobernar. Al final, son ellos los m¨¢s afectados.
L¨®pez Obrador ha cometido errores importantes en temas internacionales, pero su posici¨®n se fortalece con lo sucedido en Ecuador. Entendido comunicacionalmente, un ataque al Estado mexicano no lo debilita a ¨¦l, debilita a los que buscan justificar el ataque. Loret de Mola lo ha expresado de manera adecuada: ¡°Ecuador cometi¨® un atropello injustificable, una violaci¨®n flagrante a los acuerdos internacionales y a la soberan¨ªa de M¨¦xico. El presidente tiene todas las herramientas y cuenta con el respaldo nacional para responder. Pensemos lo que pensemos del siniestro personaje al que M¨¦xico dio asilo, pensemos lo que pensemos de los disparates intervencionistas de L¨®pez Obrador, lo que hizo Ecuador es otro nivel. Inadmisible¡±, escribi¨® en Twitter. Fue de los pocos que entendi¨® claramente el momento y el pulso comunicativo de la situaci¨®n.
La afrenta de Ecuador no es un tema menor. El mundo tendr¨ªa que estar m¨¢s preocupado. Si un pa¨ªs agrede una embajada de otro pa¨ªs y no pasa nada, se construye un terrible precedente para todos los pa¨ªses del planeta. Si las embajadas se vuelven espacios a la merced de los gobiernos locales, el derecho internacional se empieza a caer a pedazos. La posici¨®n de M¨¦xico en el mundo tambi¨¦n est¨¢ en juego. Si atacar a M¨¦xico no tiene ninguna consecuencia, nuestra posici¨®n internacional se debilita. Pero peor a¨²n, para el 95% de los pa¨ªses en el mundo si atacar la embajada de la decimosegunda econom¨ªa del mundo no supone ning¨²n problema entonces ?qu¨¦ consecuencia tendr¨¢ agredir la soberan¨ªa de las siguientes 183 econom¨ªas? Jorge Glas puede no ser un personaje agradable, pero nada justifica el ataque a una embajada ni a la soberan¨ªa un pa¨ªs.
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