Los viejos merecen otra cosa
Que el Gobierno de la 4T quiera hacer algo sobre el sistema de pensiones no solo es leg¨ªtimo sino imprescindible. El problema no es ese, sino los c¨®mos
?Ofrecer una pensi¨®n razonable a todo mexicano jubilado es un objetivo loable pero irreal? ?Se trata de un acto de demagogia y electorero de parte del presidente, Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, o solo quiere asegurarse de paliar una injusticia inadmisible antes de terminar su gobierno?
En realidad, las dos cosas pueden ser ciertas. Como es bien sabido, la reforma de 1997 al sistema de pensiones conden¨® a las siguientes generaciones a una jubilaci¨®n precaria. Eso fue hace 27 a?os, lo cual significa que apenas comenzar¨¢n a sufrirlo las personas que se retiren tras cumplir 65 a?os de edad y que acrediten suficientes semanas laboradas. De no hacer algo al respecto, en M¨¦xico habr¨¢ pensionados de primera (los del r¨¦gimen anterior) y pensionados de segunda que recibir¨¢n una fracci¨®n del sueldo que devengaban en activo. Retirarse con 3 o 4 mil pesos, pese a haber trabajado y cotizado toda la vida, condena a una vejez pauperizada.
El esquema planteado por el Gobierno para atacar el problema podr¨ªa ser perfectible, pero en lo general es razonable. A reserva de cambiar el r¨¦gimen de pensiones del 97, se propone un esquema compensatorio para permitir que los trabajadores se retiren con el 100 % hasta un m¨¢ximo cercano a 17.000 pesos. Lo cual no significa que todos vayan a recibir esa cantidad. La mitad de los trabajadores inscritos en el IMSS obtienen entre uno y dos salarios m¨ªnimos al mes, es decir de 7.500 a 15.000 pesos, buena parte de ellos a medio camino entre ambas cifras. Apenas suficiente para rebasar el nivel de precariedad. La L¨ªnea de Pobreza por Ingresos calculada por Coneval, esto es, el ingreso m¨ªnimo para no considerar a una persona en condiciones de pobreza, establece una cantidad cercana a 4,500 pesos mensuales en abril de 2024. Un hogar de dos miembros requiere entonces un m¨ªnimo de 9,000 y uno de tres personas alrededor de 13.500. Se basa en la canasta b¨¢sica y en los m¨ªnimos para cubrir renta o equivalente y servicios b¨¢sicos. Incluso en los casos en los que se llegue a los 17.000 de retiro, supondr¨ªa una vejez modesta, aunque m¨ªnimamente digna. Y habr¨ªa que recordar que no se trata de un regalo, sino de la responsabilidad que una sociedad mantiene con las generaciones que durante d¨¦cadas se hicieron cargo, con su trabajo, de la base de la pir¨¢mide. La legislaci¨®n de 1997, pensada para la comodidad de las finanzas publicas, pero no de la poblaci¨®n, es indigna por donde se le mire.
Que el Gobierno de la 4T quiera hacer algo al respecto no solo es leg¨ªtimo sino imprescindible. El problema no es ese, sino los c¨®mos. Y all¨ª es donde, como en tantas otras cosas, la polarizaci¨®n inmediata y mezquina termina por convertir toda propuesta de fondo en moneda de esc¨¢ndalo para ganar la batalla del d¨ªa. Unos, para obtener unos votos adicionales, otros para abollar a cualquier costo la imagen del partido en el poder.
Por parte de Morena, resulta cuestionable la imagen que ha proyectado de apresuramiento y falta de profesionalismo para establecer las fuentes de financiamiento de largo plazo de esta propuesta. Esperar cinco a?os y seis meses para abordar un tema tan trascendente y procesarlo a velocidad turbo a un mes de las elecciones introduce todo tipo de sospechas. Tendr¨ªa que haber sido abordado con la importancia de algo que impactar¨¢ durante lustros a las finanzas p¨²blicas y a tantos mexicanos. El problema esencial es que el esquema propuesto parece haber sido definido independientemente de las posibilidades de cumplirlo. No significa que sea irrealizable, simplemente que no hay una estimaci¨®n puntual, a?o con a?o, del esfuerzo que eso representar¨ªa a mediano y largo plazo, y las fuentes para cubrirlo.
Toda la discusi¨®n se ha dado sobre el aprovechamiento de un fondo de las Afores no reclamado, cercano a los 40 mil millones de pesos, que ayudar¨ªa a atender el problema de los primeros a?os. Esa cantidad representa alrededor de 2% de los 1.9 billones que hoy en d¨ªa se gasta en pensiones. Lo que preocupa no es lo inmediato, porque la ¡°generaci¨®n del 97¡å cumplir¨¢ 65 a?os a cuentagotas. Pero eventualmente ser¨ªan millones de personas. En 2030 se requerir¨¢n 140 mil millones (m¨¢s inflaci¨®n) solo para cubrir ese a?o la modificaci¨®n que hoy se propone, una cantidad que no har¨¢ m¨¢s que aumentar.
Por eso es que resulta tan irresponsable que ambas partes hayan remitido la discusi¨®n al tema de las Afores, cuando lo verdaderamente importante est¨¢ en otro lado. No quiero decir que la defensa de los dep¨®sitos de los trabajadores sea irrelevante, hab¨ªa que salvaguardar esos derechos y todo indica que se ha conseguido con los ajustes en la propuesta original del gobierno, a exigencia de la oposici¨®n. Pero quiero insistir que de cara al proceso electoral la oposici¨®n encontr¨® que ese flanco era el vulnerable para golpear y a eso se ha dedicado, al margen de la discusi¨®n de fondo.
?Y cu¨¢l es esta? Primero, que algo ten¨ªa que hacerse para reparar el da?o a millones de personas que habr¨¢n de jubilarse en los pr¨®ximos a?os y por fin se est¨¢ haciendo. En ocasiones el cortoplacismo de Morena y sus modos atropellados impiden dimensionar la trascendencia de los cambios que est¨¢ generando. Segundo, que la legitimidad de esta propuesta no exime al gobierno de la responsabilidad de clarificar las consecuencias financieras y lo necesario para responder a ellas.
No son prohibitivas, pero hay que asumirlas. Pensiones representa hoy el 22% del gasto federal y equivale al 5.8% del PIB. En 2030 representar¨¢ el 7.1% sin la propuesta que hoy se debate y 7.8% ya incluy¨¦ndola. Tampoco es de espantarse porque el envejecimiento de la poblaci¨®n es un fen¨®meno mundial. M¨¦xico tiene mucho margen a¨²n de donde cortar. En Europa el presupuesto del gobierno ronda en torno al 50% del PIB, en Estados Unidos 38%. Contra lo que se cree, M¨¦xico es un pa¨ªs mucho menos ¡°estatizado¡± que el resto de las econom¨ªas principales; el sector p¨²blico representa apenas el 26% del PIB.
Todos seremos viejos (salvo la alternativa, no llegar), y habr¨ªa que asumirlo. Ofrecer a nuestros padres y en ¨²ltima instancia a nosotros mismos una vejez que no pase por la pobreza es una aspiraci¨®n legitima; pero exige tomar decisiones fiscales y de otra ¨ªndole que impactan a todos. No, no va a salir de las utilidades del Tren Maya ni de los dep¨®sitos no reclamados de las Afores. Exigir¨¢ un peque?o esfuerzo de toda la poblaci¨®n, y mejor entenderlo as¨ª. Y, no obstante, si nos hacen conscientes de lo que significa ese esfuerzo, tendr¨ªamos que asumirlo y entender que se trata de un sacrificio presente para asegurar el futuro de todos. Por desgracia, los actores pol¨ªticos est¨¢n en otra cosa.
@jorgezepedap
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